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Carmesí…

El tinte carmesí en un lienzo sofocante que me roba mi libertad me hace sufrir potentes arcadas que contorsionan todo mi cuerpo.

Una y otra vez. La desagradable secuencia se repite como si no tuviera fin alguno.

La grotesca imagen que presencié ese día y destruyó mi mundo, se repite en mi cabeza una y otra vez.

Deténganse…

Por favor… ya paren.

Al despertar, lágrimas recorren mi rostro saliendo de mis recién abiertos ojos sin darme oportunidad siquiera a despertar por completo, por puro instinto acudí a secarme la cara con el reverso de la mano.

Tan vívidos… tan repetitivos…

Los sueños tormentosos que me han perseguido desde ese día me siguen acosando, dándome mañanas que prefiero olvidar rápidamente mientras me preparo para ir a la escuela. Sueños que me repiten una y otra vez cosas que prefiero olvidar, culpas que no se mueven de mi corazón.

Pudiste evitarlo.

Eres un monstruo.

No los protegiste, rompiste tu promesa.

Peor aún… eres una asesina.

No hay un momento de mi vida en el que esas ominosas voces no resuenen en mi cabeza independientemente de lo que piense, haga o diga.

***

—Buenos días, Yukiko-chan~

—Buenos días, Inohara-san.

Respondí ásperamente, prestando atención a buscar cosas dentro de mi bolso para la clase que estaba por comenzar.

Inohara Madoka, la única chica que no se veía espantada por mi apático comportamiento objetivo de miradas furtivas y susurros a mi alrededor.

A pesar de tener su presencia invasiva cerca de mí casi a regañadientes… no creo que la considere como un incordio, al menos no totalmente. En efecto, es como tener algo de sonido de fondo; me ayuda a sentir compañía de vez en cuando.

Igualmente, Inohara no es una mala chica, sólo que…

—¡Shima-kun, acércate, ven aquí!

… Tiene algo así como una obsesión un tanto enfermiza por los micros.

En todo el tiempo que llevo conociéndola, nunca ha herido a uno realmente, ella no pone sus vidas en riesgo y procura tener cuidado cerca de ellos para no herirlos o pisarlos por accidente; aun así, su actitud con respecto a ellos es incluso peor que conmigo.

Mientras que yo soy una persona de su mismo tamaño y sigo siendo un tanto presionada por su actitud invasiva, un pequeño ser cercano a ser un insecto no tiene oportunidad en contra de su hiperactivo comportamiento.

Sujetándolos sin permiso, acariciándolos como a animales… el espectro de actividades invasivas que la he visto perpetrar contra sus víctimas van desde inocentes (pero aterradores) saludos repetitivos hasta secuestros inofensivos.

—Ya basta, Inohara-san —digo sin apartar la vista del interior de mi bolso, usando mis manos para seguir rebuscando entre las numerosas cosas dentro.

—Pero Yukiko-chaaan~ ¡No estoy haciendo nada malo!

—Puede que no, pero es desagradable.

Por un momento sentí algo curioso en mi pecho, como un sentimiento cubierto por telarañas siendo revelado… si tuviera que expresarlo de alguna manera.

—Aun as… espera, ¿Yukiko-chan se preocupa por mí?

—¿Eh? —Encontrando lo que buscaba, giré a ver su expresión asombrada.

—¡Yukiko-chaaaan!

Casi de un salto, Inohara se me encimó, abrazándome y apretando sus brazos en mi espalda mientras que restregaba su pecho en el mío.

—¡Oye! ¡Aléjate!

—¡Pero Yukiko-chan se preocupó por mí! ¡Eso es algo para celebrar!

—¿¡Qué demonios pasa contigo!?

Sintiéndome un poco harta de su sinsentido, tomé ambos hombros de la chica frenética violando mi espacio personal y la alejé algunos centímetros, sosteniéndola y calmándola con fuerza.

—V-vaya, es verdad lo que decían, eres muy fuerte… —Aparentemente tomada por sorpresa debido a mi fuerza mientras la sostuve, Inohara se tranquilizó un poco.

Sintiendo que la tormenta de su ridículo estado de ánimo frenético se había ido, solté sus hombros y retomé una posición normal en mi asiento.

—Por favor, no vuelvas a hacer eso.

—… ¿No te gusta el contacto corporal? —Sentándose nuevamente, la chica de cabello blanco cuestionó.

—¿Contacto corporal…? —Preguntándome a mí misma, ordené mis cosas sobre la mesa y pensé en una respuesta adecuada—. No lo sé realmente, simplemente ser afectiva no es algo que me parezca necesario, no me hace falta, es todo.

Sí, exactamente… no es que odie el contacto con otras personas, es simplemente… que no lo necesito, puedo pasar de él en la medida de lo necesario.

—Pero si todos lo necesitamos… tener amigos y ser apegado a los demás es un sentimiento muy agradable, deberías intenta-

—No lo necesito.

Una entonación diferente, quizás agresiva o tal vez intimidante, fue pronunciada por mis labios cuando mis cuerdas vocales se tensaron un poco en respuesta a la ridícula proposición de la chica sentada atrás de mí.

Pero sea cual fuere la naturaleza de mi tono de voz en ese momento, el torrente de palabras y ánimo de Inohara se apagó considerablemente.

—Claro… entiendo —dijo, hablando con una voz notablemente más baja que antes.

Apenas culminamos nuestra conversación con ese giro incómodo, nuestro profesor llegó para dar inicio al primer periodo del día.

***

—Aaaaah, ¡Al fin somos libres!

Al momento en que nuestro último periodo del día terminó cuando las características campanadas lejanas resonaron por toda la institución, tomé todas mis cosas y las guardé en el bolso que me acompaña diariamente.

—¿Ya te vas? Hmm… no estás en ningún club, ¿No es así, Yukiko-chan?

—No estoy interesada, si piensas llevarme a alguno, tampoco estoy interesada.

Su sonrisa previa se cayó a pedazos en un instante cuando mis palabras la apuñalaron de frente.

—¡E-espera! ¡No puedes estar hablando en serio!

—¿Tengo cara de payaso? ¿Por qué mentiría?

—Oye… ¿En serio piensas simplemente irte a casa por el resto de nuestro tercer año de preparatoria?

Comenzando a alejarme de mi puesto, le di mi respuesta con simples acciones.

Pero al contrario de lo que imaginaba, cuando me alejé escuché su voz diciendo que la esperara, en un momento ella alcanzó mi paso saliendo de nuestro salón de clases y caminando a través de los pasillos de la escuela.

—¡Que grosera!

—… Lo siento.

Tomando en cuenta su comportamiento y mi actitud, creo que aunque sea algo hiperactiva, dejar a alguien hablando solo no es lo más educado que puedes hacer.

—De cualquier manera… ¡No puedes pasar el resto de tu tercer año de preparatoria simplemente yendo a casa! ¡Hay muchos clubs distintos! Hay… ¡Cosas divertidas que hacer! ¡Tienes que disfrutar tu juventu-

—Inohara-san —me detuve en seco, teniendo suficiente de su monólogo.

—¿¡Vas a venir conmigo a ver clubes!? —Ella se detuvo delante de mí, juntando sus manos frente a su pecho con emoción.

Preferiría no usar un discurso tan ominoso como este… preferiría no decirle este tipo de cosas a cualquier persona, mucho menos a alguien tan gentil como Inohara, pero llegados a este punto, incluso yo siento algo de dolor muy profundo en el pecho cuando me dice esas cosas tan insensibles.

“Disfrutar de tu juventud.”

—La razón por la que sigo estudiando en la preparatoria Hanichi después del incidente que tuvo lugar, aquél incidente del que estoy segura que estas informada… la única razón por la que sigo en este infierno a pesar de eso es porque pienso encontrar a esa persona… a la persona que masacró a mi hermano menor y a mi novio.

En el rostro de Inohara se dibujó una expresión seria mientras escuchaba mis palabras, esperando a que terminara de hablar.

—Y una vez que la encuentre…

—¿Qué harás una vez que la encuentres?

—Yo la mataré.

Silencio.

Entre nosotras dos, un silencio reinó en nuestra conversación después de que terminara de pronunciar esas contundentes palabras, un significado tan pesado fue dicho con tanta simpleza… creo que eso sería lo más impactante detrás de su significado.

Por otro lado, el rostro de Inohara permaneció confuso, una expresión que no mostraba seriedad, preocupación o incredulidad, simplemente como si no hubiera entendido lo que dije… pero a su vez, como si comprendiera perfectamente de lo que estaba hablando.

—Ya veo…

Su expresión realmente complicada desapareció de mi vista cuando la chica de cabello blanco platinado me dio la espalda, permaneciendo en su lugar.

Sábado…

—¿Hm?

—El sábado, ¿Quisieras salir conmigo?

Girándose hacia mí otra vez, una sonrisa leve se dibujó en su rostro, con sus ojos cerrados, esperando por mi respuesta.

—¿Salir? ¿A dónde?

—¿Y a dónde más? A tener una cita, ir a un centro comercial, ver ropa linda…

—Una cita eh…

Aunque estoy acostumbrada a escuchar ese término… no estoy acostumbrada a escucharlo entre personas que no muestren un interés romántico entre sí; obviamente en la actualidad las relaciones interpersonales son mucho más flexibles y las personas son libres de decirse más cosas sin que eso signifique algo extraño, aun así, me sentí un poco rara cuando ella lo dijo de ese modo.

—Mm… ¿No será que Yukiko-chan malinterpretó el significado de mis palabras?

En respuesta a mi silencio extendido, parece que Inohara descifró… parcialmente, lo que yo estaba pensando.

—¿M-malinterpretar…?

Captando el significado detrás de su sonrisa torcida y maliciosa, entendí al instante que ella pretendía jugarme una broma para avergonzarme… claro, ese es el tipo de persona que he podido ver a Inohara ser en clase con nuestros compañeros, ya sean regulares o micros.

Suspirando, decidí dar la mejor respuesta posible para ocuparme de asuntos como éste.

—No tengo interés, gracias por tu invitación… pero no.

—¿Eeeeeh? ¿He sido rechazada…?

Apenas decir eso, en su rostro apareció una expresión extraña, una que no sabría explicar claramente… mientras que su rostro era ligeramente sonriente, sus ojos veían hacia arriba como si estuviera pensando en algo.

—No importa… no por ahora —dándose la vuelta, Inohara se alejó dando saltitos.

—¿Huh?

—Nos vemos mañana, Yukiko-chan~

Extraño… definitivamente extraño.

¿Inohara Madoka? ¿La súper molestia rindiéndose con un simple “No”? Nah… algo anda mal, no creo que se dé por vencida tan fácil, ¿Verdad? Después de todo… esa chica es realmente molesta, no diría que es una acosadora… pero tiene una personalidad realmente intensa e insistente, no es de esas personas que se rinde sin antes rogarte varias veces aunque sepan que sus súplicas no tendrán resultado.

Dándome cuenta que me quedé viendo su figura desaparecer entre la multitud en la lejanía mientras yo misma me posaba de pie en medio de los pasillos de la escuela, agité mi cabeza levemente antes de moverme de mi lugar con destino a casa.

De cualquier manera… eso es todo por hoy, ya me encargaré mañana de lo que sea que esta chica tenga en mente.

***

—¿Eh? ¿Un chico de nuestra clase desapareció?

—Sí… aparentemente ha pasado una semana desde que se le vio por última vez.

Mientras metía en mi bolso el material que usé en la última clase el día después de haber recibido aquella extraña solicitud de Inohara, pude escuchar murmullos de algunos de los estudiantes que aún permanecían en el salón de clases hablando entre ellos… cuando ese tema salió a flote.

—Pero… cosas como esas pasan todo el tiempo, ¿No?

—¡Eso eso! ¿Por qué tendría una relevancia especial un caso en específico?

Aunque no sería capaz de compartir la indiferencia por la vida humana que estas aparentemente inocentes chicas de preparatoria expresaban por sus compañeros de clase, soy capaz de entender sus palabras hasta cierto punto; es decir… estudiamos en una escuela donde el abuso a la gente por su tamaño es algo cotidiano y desde al acoso hasta el asesinato… las situaciones en las que estos actos se ven penalizados palidecen en comparación a las situaciones en las que pasan completamente desapercibidos por las autoridades.

Si alguien me preguntara, creo que lo expondría como “anarquía unilateral”, pueden hacer con un grupo no precisamente minoritario lo que quieran pero no al revés.

Volviendo al punto principal, ¿Bajo qué circunstancias uno de estos casos se vuelve en un boca a boca en Hanichi? Bueno… hay varios factores que influyen en este asunto; por lo general, cuando es una persona popular ya sea entre micros o regulares es una de estas situaciones… la otra, cuando la víctima era pareja de alguien de tamaño regular.

“El novio de X-chan fue asesinado”

“Oye, ¿No te has fijado en que X-chan ya no está con Z-kun?”

Siendo obviamente, X-chan una chica regular y Z-kun un chico micro.

Sin embargo… hay un tercer factor realmente influyente que puede darse para que una desaparición o muerte se vuelva un tema del cuál hablar entre los estudiantes regulares de Hanichi.

—No lo sé… pero ayer lo escuché de una kouhai… ¿Puedes creerlo? ¡Una chica de otra clase sabía que alguien de mi clase había desaparecido hace una semana mientras que yo no tenía ni idea!

—¡Jajajaja! ¡Seguro eres despistada!

—No creo que sea su culpa, son tan insignificantes que no creo que alguien se diera cuenta si otra persona no lo mencionara.

Y este tercer factor es el secuestro.

Creo que cualquier persona que haya convivido con otras en un ambiente como lo es una preparatoria sabe esto, por más aislado y marginado que sea. Los chismes en una escuela se esparcen como un virus; en cuestión de un par de días, la declaración de amor de un chico popular puede ser el tema de conversación principal en los pasillos de la escuela, un escándalo caliente acerca de una chica vendiendo imágenes inapropiadas puede desgastarse en los baños y un profesor siendo expulsado por tener una relación indebida con un estudiante puede aparecer hasta en las carteleras de información.

Es lo mismo con los rumores… tal cual.

Digamos que X-kun es un estudiante micro promedio, completamente normal.

Y-san es una estudiante regular pero al igual que X-kun, es perfectamente normal, no destaca, no es popular… aunque esta cualidad es una variable a decir verdad.

Un día, Y-san secuestra a X-kun y por lo general esta realización no llegará a oídos de personas regulares que puedan tomarlo como algo relevante. Quizás X-kun tuviera un amigo que fuera pareja de una chica regular y este chico pudiera comentarle algo acerca del tema a su novia… pero eso es un tema aparte que no incluiré en esta hipótesis.

Un tiempo prudencial después, Y-san le dice Z-san, un compañero regular de su clase “Oye, ¿Has visto a X-kun? Escuché que hace tiempo que no asiste a clases”

Claramente, la palabra “escuché” es de vital importancia en esta fórmula; al implicar que lo escuchó de alguien más, Y-san se exime de la sospecha de estar implicada, pues Z-san creerá que este rumor ya ha circulado durante algún tiempo para que llegara a oídos de Y-san.

Asimismo, Z-san esparcirá este rumor con sus conocidos y tal rumor se irá expandiendo a gran velocidad… hasta que se vuelva un hecho cuando la gente se percate de que en efecto, X-kun desapareció.

¿Fue secuestrado o simplemente dejó de asistir a clase? Por lo general, la gente buscará darle sensacionalismo a la historia que se ha esparcido, cambiando detalles y volviéndolo en una historia, en algunos casos, totalmente diferente a lo que Y-san dijo en primer lugar.

“Escuché que alguien secuestró a X-kun”

“¿Y si sólo dejó de venir?”

“¡Una amiga dijo que lo vio siendo secuestrado!”

“¡No puede ser!”

—Aunque… mi kouhai, eso no fue lo único que mencionó.

Al terminar de recoger mis cosas, me levanté de mi asiento para irme a casa y dejar atrás el cuchicheo de las chicas… o eso era lo que pretendía hasta que ciertas palabras llamaron mi atención.

—¿Te referirás a…?

—Mmhmm, lo que ocurrió hace tres días, has de saberlo, ¿No?

—¡Claro que lo sé! ¿En qué planeta crees que estoy?

—¿Qué será de ese chico Tamanaha?

—¿Tamanaha? ¿Quién es?

Tamanaha Yuu… ese nombre, una sensación en la preparatoria mixta Hanichi.

Aparentemente, Tamanaha Yuu, un micro de segundo año desapareció hace tres días sin dejar rastro… y es algo que no me esperaría de alguien… de un micro al que yo, de entre todas las personas, conoce.

Popular, buenas calificaciones, atlético y muy sociable, para ser un micro… todas sus metas son hazañas, ya sea entre micros o regulares, el chico es tanto icónico como lo es intocable para nuestro simpático grupo de asesinas psicópatas regulares… ¿Pero por qué?

Por desarrollar un sistema que lo hizo oponerse a personas con fuerza e influencia cientos… no, miles de veces mayores que con lo que él mismo podría llegar a soñar, usando una técnica tan sencilla y poco convencional que le ganó la fama que tiene.

—¡NO PUEDE SER QUE NO SEPAS QUIÉN ES!

Siendo sincera, no puedo pensar en una manera de que alguien se acercara a él y, al menos, de forma intencional, lo haya logrado lastimar… y aunque siempre quede la posibilidad de que haya sido un simple accidente, con Tamanaha Yuu eso no es una explicación y tanto por lo que se escucha como lo que yo misma pude comprobar ayer, definitivamente no es el caso.

El chico no desapareció por accidente y cada vez que pienso en su caso se me eriza la piel, no precisamente por empatía, sino porque estoy segura de que algo terriblemente siniestro se cierne tras la desaparición de una persona… y ese “algo” terriblemente siniestro será menospreciado y enterrado junto a una montaña de rumores y chismes juveniles.

Dejando esos pensamientos sin sentido de lado, decidí finalmente levantarme sin antes dar un vistazo al asiento de Inohara.

Ella se fue sin hacer mucho alboroto hoy huh… quizás no estaba de humor para bromear… y tampoco es que me importe, si no tengo que lidiar con su molesta personalidad, es un plus al fin y al cabo.

Sin embargo, apenas salir del salón de clases… mis esperanzas se derrumbaron cuando me encontré con ella.

—Yukiko-chaaan~

De un salto, la chica de cabello blanco que estaba de pie tras la puerta se me colgó en un abrazo forzado que me hizo retroceder.

—¡Oye! ¡Suéltame!

—¡Pero es muy agradable abrazarte!

Intentando forcejear para quitarme a Inohara de encima, algo me hizo detenerme cuando la escuché susurrarme palabras al oído en un tono de voz inusual para ella.

—¿Sigues oponiéndote a venir conmigo en una cita el fin de semana…?

Aprovechando el hecho de que en el pasillo ya casi no había gente, la dejé pegada a mí cuando la escuché hablar… de cualquier manera, si pudiera evitar seguirle el juego, sería lo mejor para mí. Aun así, algo acerca de su voz me inquietó ligeramente… principalmente porque esta vez cuando lo dijo, no se sintió como si me lo pidiera, en su lugar, se sintió como si ella me estuviera amenazando.

—Inohara, no quiero, no voy a ir conti-

Antes de que pudiera terminar mi respuesta tajante, la chica me susurró al oído en un volumen incluso más bajo que antes.

—Pero realmente hay alguien que quiero que conozcas~

Al terminar de pronunciar esas palabras, ella me soltó y dio un par de pasos hacia atrás mientras me sonreía con su usual cara tonta, pero… pude ver que esta vez hubo algo diferente en su sonrisa, quizás producto de mi imaginación, que me causó inquietud.

—¿Qué dices…?

Entonces Inohara en respuesta a mi voz confundida, señaló hacia el salón; aún se escuchaban los cuchicheos inquietos de las chicas adentro. Ambas permanecimos en silencio escuchando su enérgica charla.

—Pero… realmente, para ser un micro, es bastante guapo.

—¿Te refieres a Tamanaha-kun?

—Por supuesto, si aparece, creo que reuniré coraje y me le confesaré.

—¿Por qué confesártele si puedes obligarlo a salir contigo?

—Jajajaja, ¡Tienes razón!

Me tomó un momento comprender a lo que se refería Inohara… pero cuando me di cuenta, siento como el color dejó mi rostro y mi puño tembló.

—Te esperaré en esa popular tienda donde venden tapioca cerca de la escuela, ¿La conoces?

Escuchando las palabras tranquilas de Inohara, asentí cabizbaja. Espera… ¿Qué significa esto?

¿Cómo mi proceso de pensamiento me trajo hasta aquí?

Dejándome sola al igual que ayer, el sonido de los pasos de Inohara Madoka perdieron su fuerza a cada iteración hasta que dejé de escucharlos. Mi mundo, de alguna manera se volvió a teñir de esa vívida tonalidad carmesí.

Chapter End Notes:

Siento el largo período de hiatus… simplemente no tenía el sentimiento de escribir, tienen doble dosis de HIH hoy.

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

 

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