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Author's Chapter Notes:

Escrita por Astraea-R

            “Bien, uh… no sé si debería estar haciendo esto, pero debido a la situación no me quedan muchas opciones. Seguro en este momento hay varias brujas buscándome ¿O tal vez la propia diosa Rachel decida intervenir en este asunto? No lo sé y tampoco que será de mí después de esto. Al final se enterarán de todas formas, así que prefiero ser yo quien cuente lo que pasó.

            Mi nombre es Elizabeth Taylor y… esta es mi confesión. Soy la responsable del incidente que ocurrió en la universidad local, lo que incluye la desaparición de gran parte del personal, a los estudiantes misteriosamente encogidos… y también a la profesora gigante…

            ¿Quién soy exactamente? Hasta hace unas horas una simple estudiante que apenas destacaba entre los demás, con el profundo deseo de ser la más popular de la clase. Lo sé, sueno algo vanidosa… pero después de pasar años bajo la sombra de los demás, simplemente quería destacar un poco ¿De acuerdo? Ya saben, ser por una vez el centro de atención, aquella a la que todos los chicos desean y todas las chicas envidian. Físicamente no tengo nada que me haga destacar y la diosa no me concedió la gracia de tener magia. Si tan solo fuera una bruja las cosas serían más fáciles en mi vida…

            Ok, me estoy desviando de lo importante, seguro todos quieren que vaya directo al grano.

            Todo empezó el día que descubrí a Regina encogiendo a un chico. Ella era solo una compañera de clase, claramente extranjera por las facciones de su rostro, y aunque jamás hablamos mucho… ese día me enteré accidentalmente de que es una bruja. Al terminar una aburrida clase de historia, la vi salir junto a un chico y dirigirse a un salón vacío, lejos de la vista de todos los demás. Claro, no sería raro. Ya saben, a veces algunos aprovechan para tener un poco de acción, y ni si quiera me hubiera acercado de no ser porque vi un destello azul salir de la habitación.

            Me asomé por la puerta, tratando de que no me escucharan. Y fue entonces que los vi. Ante mis propios ojos, Regina había encogido al chico hasta que apenas medía unos centímetros. Cabía perfectamente en su mano, y ella se divertía torturándolo levemente con sus pies. Con ese tamaño, podría haberlo lastimado mientras lo pisaba o si apretaba demasiado fuerte con sus dedos su diminuto cuerpo. Pero de alguna forma, él parecía estarlo disfrutando. La llamaba “mi diosa” mientras lamía con gran deleite sus pies, limpiando todo su sudor tal y como ella le había ordenado. Y Regina reía, burlándose del pobre trabajo que hacía y amenazándolo constantemente con aplastarlo.

            Huh… debo admitir que esa escena logró calentarme un poco… ¿Quién no querría tener a un pequeño esclavo para cumplir todos sus deseos?

            Así que pensé… Regina es una bruja… y una bruja debe tener un libro de hechizos ¿Cierto? ¿Y si encontraba algo que me sirviera? Si de alguna forma pudiera volverme más hermosa… lo suficiente para que los chicos se fijaran en mí… ¿O quizás aquel hechizo de encogimiento? ¡Podría tener todo lo que quisiera y nadie podría detenerme! ¡El sueño de mi vida hecho realidad!

            Así que en los días siguientes seguí a Regina sin que se diera cuenta, algo que no fue fácil. Pasaron muchas cosas, pero en resumen, al final lo encontré en su mochila. El libro de magia que había estado buscando, y lo tomé mientras ella estaba distraída… fue demasiado fácil ahora que lo pienso…

            Claro, hubo muchas cosas que no entendía. Hechizos, ingredientes, algunas advertencias muy raras, pero pude reconocer algunos fragmentos que recordaba del Libro de Rachel. Entre los hechizos que encontré había algo que sonaba como “alteración corporal”. ¡Era perfecto! Podía darme el cuerpo de una supermodelo en cuestión de segundos, incluso volverme más alta, algo que había deseado durante mucho tiempo. Así que seguí todas las instrucciones en el libro y traté de lanzar el hechizo…

            Y nada ocurrió

            Lo intenté una y otra vez sin ningún resultado. Probé frente al espejo del baño, leí las palabras en voz alta, lo que me hizo ver bastante tonta, e incluso estuve tentada a buscar un tutorial en YouTube, algo que hubiera sido muy estúpido. Frustrada, fui a la cafetería para pensar mejor las cosas. Decidí que, tal vez esa clase de hechizo fuera demasiado avanzado, así que probé con algo que parecía más sencillo.

            “Alteración de tamaño” tal y como había hecho Regina. Había un chico sentado en una mesa cercana. No había demasiadas personas en la cafetería y pensé que él sería el objetivo perfecto. Y cuando nadie estaba mirando, decidí intentarlo.

            Ok, no soy una bruja. No tengo magia y no sé exactamente cuáles son las normas de todo esto, pero de alguna forma lo logré. Una brillante luz surgió de mis manos y se extendió por todo el lugar. Y el chico frente a mí se encogió inmediatamente…

            Pero él no fue el único…

            Pronto me di cuenta de que todos los que estaban en la cafetería se habían encogido, y al acercarme a las ventanas, vi que el hechizo se extendía por toda la universidad.

            Fui una idiota, lo sé ¿Por qué tuve que escoger la hora más concurrida para hacerlo? Y ahora debía lidiar con el problema del encogimiento. En todas partes, chicos y chicas se volvían pequeños por culpa de mi hechizo. Tardaba algunos minutos en hacer efecto, pero siempre terminaban teniendo el tamaño de 3 centímetros.

            Pronto empezaron a ocurrir accidentes. Muchos de los que aún no se encogía se asustaron al ver lo que ocurría, y empezaron a correr. Y pues… muchos fueron pisados ese día. De alguna forma yo era la única que conservaba mi tamaño, y en cuanto alcancé a uno de esos chicos encogidos, lo recogí entre mis manos. Oh, la sensación de tener a alguien de ese tamaño es indescriptible. Tan diminuto… tan frágil… podía decidir lo que quisiera y él no tendría más opción que hacerlo. Yo era enorme para él y nadie podía detenerme.

            Pero no soy alguien cruel ¿De acuerdo? Y decidí hacer lo correcto. Tenía que revertir el hechizo, pero antes tenía que ponerlos a salvo.

            Y… me avergüenza decir esto… pero el único lugar seguro en el que pude pensar para ponerlos fue… en mi pecho. Ok, ok, sé que ahora sueno como una pervertida, pero no es cierto… no del todo. Tampoco son demasiado grandes… pero imagino que para ellos debían ser enormes.

            Y cada vez que pienso en eso, recuerdo lo caliente que me ponía al sentir sus diminutas manos tocándome… como algunos chicos se aprovechaban de su diminuto tamaño y empezaban a masajearme. Por la diosa, eran tan estimulante… cada vez era más difícil concentrarme en lo que debía hacer y por un momento casi pierdo el control. Deseaba más que nada “jugar” de manera más íntima con algunos chicos… sentirlos en cada parte de mi cuerpo hasta llegar al clímax…

            ¿Pueden culparme? Por primera vez en mi vida tenía el control de todo. Literalmente tenía a varios chicos sobre mis tetas, acariciándome mientras trataba de salvarlos del hechizo que yo misma había lanzado.

            Antes de que ocurriera algún accidente, corrí hacia un salón vacío y pensé que lo más prudente era utilizar nuevamente el libro. Lo único que debía hacer era revertir el hechizo ¿No? Pero no pude encontrar nada parecido. Así que lo segundo que pensé es… utilicé un hechizo para encoger. Uno para crecer debería bastar ¿Cierto?

            Y pues… me equivoqué… otra vez…

            Claro, el hechizo funcionó, pero únicamente hizo crecer a algunas chicas hasta que recuperaron su tamaño normal. Y entonces empezó el verdadero caos.

            Aún quedaban muchos encogidos, entre ellos un grupo de chicas poco amigables. Ya saben, las típicas que molestan a los nerds de la clase y presumen de su belleza. Pues entre las chicas que recuperaron su tamaño normal estaba Jenny, una chica de cabello negro de la que solían burlarse. En cuanto se fijó en ellas, me ignoró por completo y las tomó entre sus manos. De alguna forma le di la oportunidad perfecta para vengarse.

            No puedo describir ni la mitad de lo que les hizo.

            Tomó a una de las chicas y la dejó caer en sus bragas. Amenazó a las otras con hacer lo mismo si no le obedecían, y obviamente ellas lo hicieron. Así que Jenny se quitó los zapatos y las obligó a lamer la suciedad de sus pies, humillándolas como ellas habían hecho cuando tenían su tamaño normal. No sé si aquel cambio tan radical en su personalidad fue culpa de mi hechizo o el poder que acababa de conseguir había liberado ese lado oculto de Jenny, pero no me quedé a averiguarlo. Salí a toda prisa antes de que ella me notara.

            Corrí por los pasillos y vi toda clase de cosas suceder a mi alrededor. Al igual que Jenny, varias chicas habían tomado la iniciativa para jugar o incluso torturar a otros estudiantes encogidos. Unas pocas parecían protegerlos, y algunas manchas de sangre en el suelo revelaba el destino que habían tenido otros tantos. Era como ver todas las fantasías de un macrófilo hechas realidad.

            Al girar un pasillo me encontré con una de mis profesoras. Se llama Evelyn, una mujer bastante joven y atractiva. Ella estaba nerviosa y no comprendía qué era lo que estaba pasando, pero al menos tenía otra vez su estatura normal. No podía explicarle que yo era la responsable de todo, así que traté de huir, pero ella puso una mano en mi hombro y entonces pasó algo muy extraño. Una luz verde surgió de mi cuerpo, la golpeó y de pronto… ella comenzó a crecer.

            Primero sus pechos se volvieron enormes, luego el resto de su cuerpo que rápidamente desgarró toda su ropa. ¡Mierda! ¡Era el primer hechizo que yo había lanzado! El que debía darme el cuerpo de una modelo ahora la afectaba a ella. Y pronto ocupaba todo el espacio disponible, mientras seguía creciendo. Golpeó el techo y pronto todo el edificio comenzó a temblar.

            Escapé lo más rápido que pude, abandonando la universidad justo a tiempo para ver cómo la ahora gigantesca profesora Evelyn atravesaba el techo. Alcanzó el tamaño de un edificio, con unas tetas tan grandes que le impedían ver el suelo y con cada paso que daba aplastaba todo bajo ella.

            Así que hui de aquel lugar a toda prisa y aquí es dónde estoy ahora. En un viejo almacén abandonado, grabando esto mientras todo el caos en el exterior continúa. Puedo ver desde mi celular las últimas noticias, dónde mencionan algo sobre una mujer gigante que se dirige a la ciudad aplastando todo a su paso.

            Y esa es mi historia… soy la responsable de todo esto. Probablemente el hechizo siga activo y extendiéndose como una plaga que pronto encogerá a todos, si es que la profesora Evelyn no los aplasta primero. Quisiera encontrar alguna forma de detenerlo, pero tengo miedo de empeorarlo todo si uso un nuevo hechizo. A estas alturas Regina debe saber lo que hice y probablemente esté buscándome para recuperar el libro. Y si eso ocurre probablemente será mi fin…”

–Oh, yo no diría eso, Ely

Al girar veo a Regina justo detrás de mí. ¿Cómo me ha encontrado? ¿Acaso ha aparecido de la nada o…? Ah, es cierto… ella es una bruja, puede hacer esa clase de cosas.

–Tú… ¿Tú puedes arreglar todo esto?

–Por supuesto. Un simple hechizo para revertir el tiempo o tal vez podría borrarles la memoria a todos. Podría hacer que pareciera un sueño para todos los demás. Y aún si todo lo demás falla, siempre puedo pedir algo de ayuda divina. En realidad, tengo muchas opciones…

Se acerca hacia mí y entonces me doy cuenta de algo. La razón por la que todo esto empezó… porqué fue demasiado fácil.

–Pensaste en todo… y… dejaste que te robara el libro…

–¡Por supuesto! ¿Una torpe chica sin magia intentando usar el libro de una bruja como yo? ¡Es lo más divertido que he visto en años!

En ese momento me siento realmente estúpida. Dejé que me engañara de una forma bastante absurda, yo nunca hice la magia, ella lo hizo todo, qué ridículo. Debí haberlo notado antes. Ahora estoy atrapada.

–En fin, creo que ya tuviste suficiente por un día. Me encargaré de arreglar esto. Pero tal vez tenga otros planes para ti, Ely

Me guiña un ojo antes de tomar su libro. Y mientras ella se prepara para lanzar un hechizo yo me quedo con la duda de cuál será mi destino después de todo este caos…

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