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Durante esas horas en las que estuvimos en silencio ya no estaba seguro de nada, yo creí durante años que éramos el grupo más inquebrantable de todos, pero en menos de 24 horas era como ver a 5 personas al azar en la calle, sin nada que las una.

Daba por muerta mi relación con Vicky, y aunque quiera negarlo si tiene algo de razón por enojarse, después de todo de no ser por mi estaríamos jugando al Mario Kart u otra estupidez en lugar de ser unos reducidos enjaulados en la habitación de una lunática con sed de venganza. Sobre ella no dejaba de pasar por mi cabeza su última frase: “Sabrán más luego cuando regrese con una sorpresa para ustedes, sobre todo para ti pequeño Gerald”, no tenía idea sobre a qué se refería, traté de repasar todo lo ocurrido hasta ahora, los datos que había obtenido de ella y de Dave en las últimas horas, hasta de cómo me tuvo literalmente a merced de sus pies en más de una ocasión, pero nada arrojaba ni un indicio de lo que sería esa dichosa sorpresa.

Seguí pensando en aquello sin éxito por un par de horas, ya eran como las 6 de la tarde y estaba atardeciendo, todo estaba en calma hasta que de nuevo un estruendo hizo eco fuera de la habitación, donde vi junto con mis compañeros la gran figura de Rachen acercarse frente a nosotros. Todavía no era capaz de aceptar el hecho de que se veía imponente, era aterrador pensar en cómo ella era capaz de aplastarnos a todos sin hacer ningún esfuerzo, pero de repente mi temor se vio interrumpido por sus palabras.

- ¡Buenas noches esclavos! ¿Cómo están? Bueno la verdad es que ni me importa jeje, pero veo que se sorprenden de verme o algo así, la verdad sus patéticos y diminutos rostros no dejan que los vea bien jejeje. En fin les dije que tenía una sorpresa para ustedes cuando regresara, sobre todo para Gera, y no mentí. Verán, como no tenía muchas ideas en un principio sobre como torturarlos, pedí ayuda a una amiga, la cual a partir de hoy se quedará a vivir con nosotros y tendrán que tratarla con la misma devoción que usan conmigo, así que es presento a su nueva Diosa.

Esa frase me hizo entenderlo todo más claramente, y aunque incrédulo, mis repentinas sospechas se hicieron hechos cuando vi aquella figura entrar por la puerta de la habitación, era una chica rubia de pelo algo corto, con los labios rojos como cerezas y unos ojos seductores, acompañados siempre de una sombra de ojos que no hacían más que enaltecer su belleza, con unos hermosos glúteos y sexys piernas, y con tetas que me habían presentado la perfección, era ni más ni menos que Stacy, la chica de mis sueños.

- ¡Hola miserables insectos! Ya me conocen, o más bien conocían como Stacy, pero a partir de ahora todos me llamarán Diosa Stacy ¡ENTIENDEN!

Esa autoritaria figura hizo que mi pene quedara erecto de inmediato, cosa que la giganta no pasó por alto.

- Tomaré eso como un si – Dijo Stacy entre risas, y la verdad no me molestaba en lo más mínimo pertenecerle a ella, aunque Vicky no opinaba igual que yo, lo que desencadenó otra ola de insultos y ataques físicos, haciendo que Stacy me sacara de la jaula, no sin antes reír un rato mientras veía lo ocurrido. Ya frente a su rostro me dijo – Parece que has causado unos problemas con tus pequeños compañeros insecto. En fin, oye Rachel me iré a bañar antes de la gran pijamada, ¿puedo llevármelo un rato?

- Claro Amiga, por mi lado iré a la cocina a “conversar” con esa revoltosa de ahí.

- ¡GENIAL!

Acto seguido Rachel sacó a Vicky de la jaula, y alcancé a ver nuevamente su mirada endemoniada apuntando hacia mí, lo que no duró mucho ya que Stacy se volteó hacia el armario para sacar algo de ropa interior y un Pijama, abajo había una maleta abierta por lo que asumí que ella ya se había mudado aquí antes de todo esto, por lo que me confundí más sobre lo que dijo Rachel, aunque desde luego era de esperarse que ya tenía todo controlado.

Una vez dentro del baño, Stacy cerró con llave la puerta e inmediatamente me puso sobre la tapa del inodoro, se veía imponente, a ella si la podría llamar Diosa, sobre todo porque cuando empezó a hablar podía escuchar cantos angelicales saliendo de sus hermosos labios.

- Valla valla Gera, pequeñito hasta te ves bonito jiji.

- G… Gracias Di… Diosa Stacy, usted luce hermosa – Dije yo, ya ni me importaba disimular mi erección.

- Yo siempre soy hermosa tontito, - Dijo Stacy mientras empezaba a desnudarse – Sabes algo, yo siempre supe que tú te sentías atraído hacia mí, de hecho todos los sabían, y la verdad no me sorprende ya que para ti y para muchos debo ser la perfección hecha mujer, es que solo mírame, estos pechos son los más grandes de la casa, quizá hasta de toda la ciudad, y este hermoso culo tampoco se queda atrás, ¿verdad Esclavo?

- ¡CLARO QUE SI DIOSA STACY! El suyo es el culo más hermoso que he visto en mi vida, me siento genial de poder verlo de esta manera – Me dejé llevar por el momento, la verdad su cuerpo hacía palidecer a todas las pinturas renacentistas puestas juntas.

- ¡Gracias! ¡Lástima que no puedas disfrutarlo como quieres, perdiste ese privilegio al molestar por años a Rachel, así que toma esto basura!

En ese momento Stacy empezó a bajar violentamente su culo contra mi cuerpo, y se sentó tan fuerte hasta el punto de que quedé atrapado bajo su nalga derecha. Para mí todo esto era insólito, no pensé que Stacy tendría una actitud así, pero más me dolía el hecho de estar siendo aplastado, se notaba que trataba de lastimarme, sentía como mi cuerpo se expandía aunque no fuera así; maldito hechizo, solo conseguía dolerme más y más al no dejarme colapsar.

Luego de unos momentos que me parecían eternos Stacy se levantó de su asiento y me levantó a la altura de su rostro.

- ¡ERES BASURA! Un asco de hombre, ahora irás donde perteneces - Dijo mientras levantaba la tapa del inodoro y me dejaba caer dentro.

El golpe con el agua fue intenso, hizo arder toda mi piel, y cuando pude subir a la superficie pude ver en el cielo el rostro sonriente de quien alguna vez amé, riéndose maniáticamente de mí y dándose la vuelta para sentarse. Todo se puso oscuro en mi prisión de porcelana ya que el cielo se veía obstruido por los glúteos y la vagina de Stacy, de la cual no tardó en salir una cascada de orines que fueron a parar en gran medida directo a mí. Cuando imaginé una cascada dorada no pensé que sería a escala 1:1, aunque con mi tamaño quizá sea más grande que una real. Todo mi cuerpo ardía como el demonio debido a su orina, era un calvario hasta que finalmente la lluvia cesó y el cielo se despejó otra vez.

- Valla, como quería hacer eso, me vengo aguantando desde ayer solo para ti pequeño bastardo, y si no fuera por Rachel ahora mismo tiraría la cadena. – Stacy volvió a levantarme y me arrojó al lavabo, donde a fuerzas me quitó sus orines de encima – Necesitas estar limpio para ayudar a bañarme gusano – Luego de sacarme fue a la ducha y la prendió, seguido de sacar un jabón y un poco de hilo dental de un cajón, el cual usó para amarrarme completamente a dicho jabón.

-¿Po… Por qué Stacy? Tú no eras así, porqué me tratas tan mal…

- Valla que eres lento bastardo. A decir verdad 50% es porque trataste mal a mi mejor amiga y debes pagarlo, y el otro 50% es porque la verdad me gusta mucho hacer esto, soy una sádica de tomo y lomo, de hecho algunos de los tormentos que sufriste y vas a sufrir el resto de tu vida vienen de mí. Pero no me sorprende que no lo hayas notado ya que nunca te diste el trabajo de conocerme, parece que solo conocías de lejos mis tetas.

- ¡En serio quería! Pero creí que me odiarías al haber tratado mal a Rachel.

- ¡Entonces porque lo hiciste pendejo! Valla paradoja, en fin, ahora me ayudarás a bañarme, así que mejor guarda silencio hasta que acabemos ¡ENTIENDES!

Asentí con mi cabeza, por lo que rápidamente Stacy tomó el jabón y se metió bajo la regadera de la ducha, yo veía desde su mano como el agua recorría su hermoso cuerpo desde su cabeza hasta sus pies, y a pesar de todo lo que me había hecho, entendí que tenía buenas razones para ello, si me comporté como un verdadero hijo de puta con Rachel, así que con esa mentalidad me mantuve, no quería que mi imagen de Stacy se arruinara, después de todo era la chica más sexy de la ciudad, y ahora estábamos juntos y desnudos en el baño… Por dios, mi pene volvió a ponerse erecto. Al parecer ella lo notó de inmediato ya que segundos después empezó a frotarme contra sus pechos, mi pene estaba que estallaba por la presión y la excitación, pero me contuve, no sabía lo que Stacy me haría si me corría en ese momento. Luego descendí con el jabón por su cuerpo, baje por su vientre y empecé a ser frotado contra su vagina, de arriba abajo y cada vez más fuerte, pronto llegué a su culo, por dios estaba que me aguantaba lo más que podía, aunque solo fueran unos segundos más debía intentarlo. Entonces Stacy me levantó hacia su enorme rostro mojado.

- Parece que el pequeñín no quería correrse sin mi permiso, haces bien esclavo, creo que mejor te ayudo con eso. –Acto seguido puso su pulgar y su índice sobre mi pequeña pero erecta polla, frotando bastante despacio, y es que no necesitaba más porque salió un enorme chorro blanco  que fue a parar dentro de su boca, el cual tragó como si no fuera nada – MMMMM… Que rico, lástima que seas tan pequeño o lo hubiera disfrutado tanto como tú, pequeña alimaña, ahora acabemos el baño de una vez.

Estaba atontado, ni en mis sueños más locos pensé que algo así ocurriría, yo encogido corriéndome dentro de la boca de Stacy mientras se duchaba, ya ni quería pensar más, era la primera vez desde que me encogí que sentí placer, pasé por su espalda, sus piernas y sus pies, pero el placer seguía atontándome.

Una vez terminado el baño Stacy volvió a dejarme sobre el lavabo mientras se secaba y ponía el pijama que había traído, un hermoso conjunto Negro y Azul de manga cero mucho más revelador que el que tenía Rachel anoche.

- Ojala hayas disfrutado del baño esclavo, porque este tal vez sea el último momento de placer que tengas en tu vida, ya que podría acabar más pronto de lo que crees, así que mejor vallamos a la gran pijamada para otra sorpresa más…

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