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Estábamos boquiabiertos ante lo que había sucedido. Vicky regresó a la casa luego de 10 años de haberse ido con Alexis, 10 años en los que no supimos nada, y al ir a la sala y sentarnos no esperábamos otra cosa si no explicaciones.

 

- Es tal y como lo recordaba… ¿Y Gera?

- ¡Aquí! –Dije asomando mi cabeza por el enorme escote de Rachel.

- Bueno Vicky, regresas luego de 10 años a mi casa para pedir ayuda, no supimos nada de ti en todo ese tiempo, te escucharé por la amistad que teníamos pero más te vale que valga la pena.

- Ya veo, entonces debo empezar desde el principio. Recordarán que me fui con Alexis porque quería sobrevivir, y ella quería intentar hacer entrar en razón a Rebecca para que terminara con todo esto de la Diosa, pues no funcionó. Durante unos días vimos desde lejos como Rebecca construía su nuevo mundo ideal, matando a miles cada día en el proceso, Alexis no se atrevía a hablar con su hermana pero finalmente luego del primer devoramiento masivo de prisioneros en la ceremonia de inquisición fuimos a confrontarla. Le dijimos que habías muerto por tus heridas y nos creyó, pero hizo que nosotras 2 la reconociéramos como nuestra Diosa, ella ya no veía a Alexis como su hermana, ahora éramos simples hormigas para ella, pero las hormigas que más quería. Ella nos encargaba cumplir misiones, ir a lugares que ella no podía, buscar gente y ese tipo de cosas, ha sido así hasta ahora, y mi ojo es prueba de que no ha sido algo tan fácil siempre, a pesar de la magia de Alexis. Bueno… Ella y yo nos casamos, es muy hermosa y sabes que desde que la conocí hemos congeniado perfectamente, la amo más que a nada, y por eso estoy aquí. Hace unas semanas Alexis y yo encontramos varios registros y libros de magia abandonados por las antiguas familias en nuestro viaje a Perú, Rebecca nos pidió juntar toda la información faltante de la magia y entregársela, algo que solíamos hacer pero sabíamos que nos tomaría años si no es que más terminar. En fin, cuando nos adentramos al amazonas vimos una pintura rupestre en una cueva donde reconocíamos un extraño símbolo parecido a un infinito, de un libro que recogimos días atrás, y nos dio por leerlo. En el encontramos algo que nos quitó el sueño, resulta que en una cueva en lo más profundo del amazonas se encuentra un antiguo amuleto traducido como El Catalizador, y que puede aumentar el poder mágico de su portador en proporciones que superan los límites de la realidad, y como sabemos que servíamos a una diosa que pisa personas por diversión sabíamos que era un arma perfecta para derrotarla. Luego de leer mucho el libro decidimos buscar El Catalizador, pero luego de superar varias pruebas en la que parecía ser la última Alexis quedó atrapada al otro lado de una pared mágica que salió luego de pisar una trampa. Ella no podía romperla, al parecer el poder de una sola hechicera no basta para superar ese obstáculo, y le dije que vendría a buscarte en busca de ayuda, y heme aquí.

 

Esa era una gran historia, a duras penas lográbamos procesarla, pero algo nos quedó claro, había una forma de derrotar a Rebecca.

 

- Entonces me necesitas para terminar el camino hacia El Catalizador y así derrotar a Rebecca. No lo sé…

- Rachel, has vivido en este lugar por 10 años, ¿nunca saliste al mundo exterior?

- No, no era necesario y no quería saber nada de él, mi mundo era yo y mi pequeño Gera.

- Amiga… He visto como familias enteras son separadas por la maldad de Rebecca, he visto como pisa, devora, aplasta y despedaza a las personas sólo para divertirse, no es una Diosa, es un monstruo, y tiene que ser detenida. Ya luego de ayudarnos puedes seguir aquí como si nada, pero por favor, te lo suplico, ayúdanos a conseguir El Catalizador, ayúdanos a salvar el mundo.

 

Vi como Rachel dudaba de su decisión en medio de un breve silencio, que no tardó en cortarse por sus propias palabras.

 

- Dejaré que Gera decida, ¿qué debería hacer pequeño?

 

No podía creerlo, el destino del mundo estaba de cierta forma en mis manos, lo que dijera en ese momento podría cambiar el rumbo de la historia para siempre, y a pesar de lo que crean, no me costó decidir.

 

- Creo que debemos ir Rachel, de joven vi la miseria y la viví en carne propia, y ahora que el mundo está aún peor no pienso dejarlo así.

- ¿Debemos?

- Así es, iré contigo desde luego, no me perdería una aventura así por nada del mundo.

 

Rachel me vio y dibujo una sonrisa en su rostro.

 

- Pues bien Vicky, vamos a salvar el mundo.

 

Vicky sonrió, y a los pocos minutos salimos de la casa, sin saber que esa sería la última vez que estaríamos ahí…

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