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Esta es una historia que narra los hechos de una persona que no pensó en las consecuencias de su fantasía.

Hola mi nombre es Irving, tengo 22 años y actualmente estudio en una universidad del DF en México. Soy delgado, piel morena y entre mis hobbit esta salir en bicicleta, ir al gimnasio y estar mucho tiempo en la computadora.

En realidad el tiempo que estoy en la computadora lo uso para hacer tareas y suplir mis deseos fetichistas.

5 meses atrás

Una mañana de octubre me levante e hice todo de manera muy cotidiana, lave los platos, busque la ropa para ir a la universidad, desayuné y me fui. La verdad es que mi vida es un poco aburrida, a veces me siento solo porque mis padres murieron en un accidente de tránsito y jamás tuve hermanos ni mucho menos tíos.

En el DF todo es agitado, la gente camina por las calles como si fueran locos atropellándose unos con otros, los carros que escapan a atropellar a los peatones y los peseros que manejan como bestias. Todo eso es mi rutina, ir como sardina en el autobús hacia la universidad; sin embargo hay algo que nunca me pierdo de vista y es que me gusta ver cuando se sube al autobús una joven universitaria pelo negro, piel morena, un cuerpo característico de una latina con pechos grandes y trasero enorme. Ella siempre me excita, pero me gusta mucho porque siempre lleva sandalias flip flop.

Sus pies son suaves, y un poquito arrugados que yo le calculo que son de talla 6. Siempre que la veo me acuerdo de mi amiga Melissa.

Melissa y esa chica del autobús son mi fantasía. A Melissa la conocí cuando recién entre a la universidad, ella es morena de 22 años de edad, cabellos negro de estatura 1.58 mts y tiene unos pies tan calientes.

Ese día mientras iba en el autobús camino a la universidad solo recuerdo que el autobús chocó con otro carro y volcó hasta caer en un barranco. Muchas personas murieron pero yo logre sobrevivir, solo que desperté en el hospital 4 días después.

Cuando desperté lo primero que vi es a mi amiga melissa a mi lado, ella se alegro mucho cuando me vio

-Irvin, por fin. ¡Gracias a Dios que despertaste! –Exclamo melissa

-¿Dónde estoy?   

-En un hospital, tuviste un accidente en el autobús. Solo 13 personas incluyéndote a ti lograron sobrevivir, las otras 27 murieron.

-¡Dios mío! ¿Cómo te diste cuenta?

-“En tu billetera siempre andas mi foto con mi número de teléfono, un policía me hablo a mi celular”. Dijo melissa

Yo le sonreí mientras ella tomaba mi mano y se acostó sobre mí para abrazarme.

Al día siguiente me dieron de alta y fui a su casa, ella me invito a una cena de bienvenida tras mi recuperación.

Cuando llegue a su casa vi que estaba sola, ella solamente vivía con su mamá porque su papá la abandonó cuando tenía 3 años. Sin embargo esa noche su mamá se había ido a visitar a su hermana que vivía al norte de la ciudad.

Ella siempre me ha gustado, tiene una sonrisa y una personalidad que jamás he encontrado en otra mujer. Siempre ha sido muy amable conmigo desde que la conocí hace 4 años. Mis amigos me dicen que yo debería ser su novio, pero mi timidez y la amistad que tenemos de por medio siempre me ha detenido.

Ella es de clase media y nunca le ha faltado lo que necesita, hay veces que hasta me ha ayudado de salir de problemas económicos y por eso también la quiero un montón.

Cuando entre a la casa ella me dirigió a su cuarto rápidamente, teníamos la confianza de visitar nuestras habitaciones y hablar de nuestros problemas. Ese día ella vestía una blusa negra, short de lona y llevaba puestas unas sandalias negras. Su cabello planchado y una pulsera hippie en su tobillo.

Entre nuestros temas de confianza surgió uno que me llamo mucho la atención y por el cual ella me excita. Yo le conté sobre mi fetiche hacia los pies y mi fantasía de morir a merced de las suelas de una mujer hermosa. Al principio le pareció gracioso, pero ella me confesó que ella tiene un fetiche similar solo que aplastando a un pequeño hombre que se entrometa en su casa.

También me confesó que le gusta aplastar insectos y cuando son pequeños lo hace hasta con los pies descalzos. Esa declaración siempre me sigue excitando desde hace 1 año que me lo contó y cuando la veo aplastar insectos inoportunos en su casa, lo le dirijo la broma.

Esa noche en su cuarto ella retomo el tema y me dijo:

“oye, te tengo que decir algo, hace como 2 días yo andaba por la calle junto a una compañera de la universidad y entramos en una tienda de antigüedades.” Mencionó melisa. -¿sabes que encontré?, encontré un artefacto inca que supuestamente encoge a las personas”

-¿encoge a las personas? Dije.

-¡Si!, se supone que hace mas de 800 años los incas de la tribu moche hacían otro tipo de sacrificio en una región al norte de Trujillo. Una mujer bruja considerada semi diosa llamada Cao ofrecía el alma de las personas con el fin de que los dioses quedaran satisfechos y así ellos obtener mejoras en sus cosechas y sus vidas.

-“Pero los sacrificios todas las culturas lo hacían por el mismo objetivo”. Le dije.

-Sí, pero ella lo hacía de manera diferente, utilizaba un dispositivo en forma de silbato el cual no emite un sonido, sino que emite ondas radioactivas hacia la persona que se apunta para ser encogido.

-¿en serio? ¿y que les pasaba a las personas?

-generalmente eran personas de otra tribu o personas elegidas para ser sacrificadas. A ellos se les encogía y frente a toda la multitud, Cao las aplastaba con el pie desnudo porque así su sangre se purificaba.

-¿y que pasaba con los cuerpos?

-los cuerpos sin vida ni sangre eran devorados por ella sin ser masticados, se creía que solo así el alma y cuerpo al ser digeridos llegarían completamente al inframundo.

-seguro que yo ubiera sido un buen candidato a ser sacrificado por mi pueblo jajaja… dije a melissa

Melisa se carcajeo y me dijo seguro que sí.

-sabes, sería interesante verificar si esto funciona. Mencionó melissa

Yo me empecé a poner nervioso con esa intervención.

-No creo que funcione. Le dije

-“Bueno creo que ya es hora de cenar, iré a la cocina a preparar la cena tú ve a la tienda a comprar algo de tomar”. Exclamó Melissa

-“Está bien”.

Ella bajo salió de su habitación y yo me quede adentro de ella pensando con el objeto en forma de silbato en mis manos. El objeto en verdad parecía inca y tenía unos grabados de huellas de pies y la cara de una mujer inca a un costado.

En mi curiosidad tome el objeto y me fui a un espejo que Melissa tiene en su habitación.

-“No creo que esto funcione”. Me objeté a mí mismo. ”Sería una tontería pensar que esto realmente me encoje a las personas”.

Para mi desgracia y mi curiosidad soplé del objeto frente al espejo de melissa. Pasaron 5 segundos hasta que mi mundo se volvió oscuro…

Encogido

Desperté y vi una luz cegadora, estaba de día o al menos eso creo. Pronto limpie mis ojos y vi que en realidad la luz no significaba el día que alumbra el sol, en realidad era una especie de foco de casa. Poco a poco fui descubriendo mi horizonte hasta que vi lo inimaginable

Vi el par de zapatos que melissa tenía puestos hace unos momentos, solo que esta vez eran diferentes, eran enormes como al tamaño de medio campo de futbol soccer.

Yo quedé impresionado y no puede creer lo que veían mis ojos. Estaba haciendo realidad mi más inalcanzable e imposible fantasía, me había encogido a 1.0 cm en la habitación de melissa.

Debía disfrutar el momento pensé en ese instante, pero de pronto mi corazón se hundió al escuchar que Melissa venia directo a la habitación.

-Irving, ¿fuiste a traer algo de tomar? Dijo melissa. ¡Irvin! ¿Adónde estas?

Mellisa entro en la habitación, ella no llevaba sus zapatos puestos, estaba con los pies descalzos. Yo pude escuchar el sonido de sus pisadas acercándome hacia, cada vez con una vibración más y más grande en el suelo.

Mi instinto de superviviencia me dijo que debía salir inmediatamente de ahí, así que corrí lo has rápido que pude hacia un lugar de refugio más cercano. Irónicamente el mejor lugar era una pila de zapatos entre sandalias, tenis y tacones. Mi corazón latía rápidamente y mi respiración era cada vez más intensa.

Estaba nervioso y ansioso por llegar a la pila de zapatos. Por fin llegue a unos tacones negros que ya le había visto yo hace unas semanas. Esos tacones son los que usa para ir a trabajar o para una defensa en la universidad. Logre entrar a los tacones porque estaban de lado acostados y rápidamente me escondi en ellos.

Volvi a ver hacia atrás y vi que melissa estaba parada justo frente al espejo, es decir donde yo estaba parado hace unos instantes.

A lo lejos para mi por mi actual tamaño, pero muy cerca de los pies de melissa caminaba una hormiga solitaria. Vi que melissa me buscaba y ella volvió a ver hacia la cama y vio que no estaba el silbato inca. Ella dedujo que me lo había llevado a la comprar conmigo y luego volvió a ver hacia abajo y vio a la hormiga indefensa rondeando la habitación.

-“¿Qué haces aquí amiguita indefensa? Seguro que quieres que te aplaste”. Le decía melissa a la hormiga quien obviamente no sabía qué pasaría.

Yo miraba desde adentro del tacón y vi que melissa levanto su pie descalzo y lo puso suavemente encima de la indefensa hormiga.

-Jajaja, puedo sentirte bajo mi suela hormiguita estúpida. Exclamo melissa

Mi corazón se aceleró aún mas y mi pene comenzó a pararse involuntariamente, y es que ver a melissa con mi tamaño normal aplastando insectos era siempre excitante, pero con mi tamaño actual y con ella descalza el punto de vista que tengo es impresionante.

Poco a poco melissa comenzó a poner mayor presión sobre la hormiga mientras sacaba una sonrisa de picardía hacia ella.

-“humm Se siente bien”. Dijo melissa.

Luego vi que levanto su pie y vi el cuerpo sin vida de la hormiga. Melissa la dejo ahí y salió de la habitación.

Aun no podía creer lo que me acababa de pasar ni lo que acababa de ver, mi fantasía hecha realidad. Luego pensé que debía salir de ese zapato aunque olia muy bien a los pies de melissa, pero era muy arriesgado. Debía buscar otro refugio y fue cuando vi que podía ir debajo del closet.

El único problema es que para llegar necesitaría tiempo y ser muy cuidadoso. Tenía que caminar un aproximado de 1.0 km para llegar.

Sin más preámbulos me decidí a ir, camine rápido pero no quise correr. Había caminado unos 700 metros cuando escuche mi mayo temor acercarse a la habitación.

Melissa había regresado para agarrar la hormiga que había matado y sacarla de su habitación.

-“Hormiga  tonta jajaja, seguro disfruto de mis pies” repetía melissa mientras se acercaba  a la habitación.

Justo en ese momento yo caminaba cerca de donde estaba aplastada la hormiga, el olor que produjo el insecto era terrible, sin embargo mi mayor preocupación no era el insecto sino la giganta de mi amiga que me podía aplastar sin darse cuenta.

Escuchaba sus pisadas con pies descalzos cada vez más cerca, solo había una cosa que hacer. Tratar de llamar su atención.

Seguramente Melissa lo comprendería porque acabábamos de hablar de gente encogido y con su artefacto desaparecido habría de suponer que yo estaba encogido en su habitación.

Pronto vi sus pies titánicos cerca de mi, los tenia justo frente a mi. No pude evitar la tentación de tocar mi pene. Sin embargo pensé que lo  primero que debía hacer es llamar su atención.

-“Asquerosa hormiga, seguro que tu muerte fue placentera” dijo melissa.

-“Melissa, estoy aquí!, ¡Melissa soy yo irving!. Grite con fuerzas a ella.

Pronto mis suplicas se hicieron realidad y ella estaba mirándome directamente con sus ojos canela.

Mi cuerpo veía tranquilidad en ella, ahora solo debía resolver el problema de regresar a mi tamaño normal.

Melissa me respondió con una sonrisa, como cuando lo hizo en el hospital, solo que esta vez esa sonrisa tierna y hermosa se transformo es algo cruel, una sonrisa picara y con sensualidad.

Melissa estaba excitada porque me había encontrado.

-¿Qué haces aquí? ¿vienes a rescatar a tu amiga hormiga? Seguramente te excitó ver como la aplasté jajjaja. Dijo melissa con un tono amenazante.-“Ahora te toca a ti insecto miserable”

-¿insecto? ¡NO ESPERA! NO soy un insecto, soy Irving tu amigo…

Melissa no podía escuchar mis palabras, seguramente por mi tamaño con respecto al de ella.

¿Sabes porque te aplastaré? Porque los insectos están hechos para morir aplastados bajo mis suelas. Dijo melissa en un tono burlesco

-ADIOS INSECTO MISERABLE…

-¡NO MELISSA POR FAVOR! Soy Irving tu amigo!...

De pronto vi su suela levantarse sobre mí, aun tenia las manchas de la hormiga que acababa de aplastar. Pronto su suela comenzó a descender, mi corazón latía rápidamente. Mientras miraba su suela descender pensé que esta era la forma en que quería morir, aplastado por mi mejor amiga que casi fue mi novia. Pronto su carne toco mi cuerpo, no podía respirar más que el olor de los pies de melissa, la presión comenzó a aumentar y me obligo a abrir la boca para tales tomar un poco de oxigeno, sin embargo lo único que probé fue el sabor de los pies de melissa.

Sabían de manera salada, mi mundo se volvió oscuro y pude escuchar mis huesos de las piernas quebrarse, era un dolor intenso. Nunca imagine que mi fantasía fuese tan dolorosa.

Luego de unos momentos no recuerdo nada. Creí que había muerto hasta que volví a abrir los ojos y vi que estaba aun diminuto tirado en el suelo de la habitación de melissa.

¿cómo es posible que haya sobrevivido al pie de melissa me preguntaba?, volví a ver a todos lados en busca de melissa y ella no estaba en la habitación. Luego vi que yo estaba acostado en una grieta pequeña del piso de melissa. Gracias a Dios por esa grieta o sino en ese momento habría sido reducido a una mancha en el suelo.

Luego me quise levantar y no pude, vi que una de mis piernas estaba quebrada, aunque no había hemorragia. Tenía que salir de ahí de alguna forma, si melissa me volvía a ver caminando sin duda me aplastaría y esta vez no creo que tendría suerte. Me arrastre de nuevo hasta sus tacones para descansar en algo suave.

Luego volví a sentir el olor de los pies de melissa y supe que había llegado a sus tacones. Ahí descanse un rato, pero sabía que no debía quedarme a dormir ahí porque seguramente melissa se los pondría en la mañana.

Solo había pasado unos 10 minutos dentro de los tacones de melissa y escuche que ella regreso, seguramente se sorprendería que yo no estuviera ahí sonde me creyó muerto. Pero las cosas se pusieron extrañas.

Vi que melissa llevaba puesto su traje de oficina, pantalón formal y blusa formal. Crei que era para ver si ese atuendo se llevaría mañana por la mañana, luego vi que se hecho un poco de perfume, entonces el temor volvió a mí.

Vi hacia su reloj en su mesa de noche y marcaba las 7:30 am.

-¡Dios mío! Debí haberme desmayado toda la noche…

En ese momento creía que solo hace unos minutos me acababa de aplastar melissa, pero en realidad habían pasado horas.

 Pronto vi la imagen que temía ver. Melissa deslizo su pie en el tacón derecho, yo estaba en el izquierdo.

Antes que pasara algo comencé a arrastrarme hacia la punta del zapato de melissa y justo llegue a tiempo para ver como el pie de melissa descendió sobre el zapato y sus dedos olorosos llegaron hasta mi cara. Sus pies olían a rosas debido al jabón que utilizo al bañarse y poco a poco la oscuridad apareció sobre mí.

Actualmente estoy atrapado en el zapato de melissa, llevo apenas 3 horas aquí y el olor es insoportable, además que el aire es escaso y no hay más que solo el olor de sus pies.

Esta historia continuará….

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