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Author's Chapter Notes:


10 pm, la hora de cerrar había pasado por mucho, pero dentro aún se puede ver un poco de actividad. Lily ya había enviado a sus dos empleadas y sólo estaba ella, junto a los dos últimos clientes de la noche, James de 17 rubio y una complexión relativamente delgada y Frank, su mejor amigo, castaño, de estatura y edad similar pero un poco más llenito. no se podría decir que son peligrosos, pero sí que son considerados un par de chicos problema con fama de ser ruidosos, maleducados y una molestia en general para todos en el pueblo. 


-adolescentes.-


Refunfuñó por lo bajo en lo que terminaba de pasar un paño sobre el mostrador y dejarlo lo más limpio posible para mañana, además de servir como indirecta a los jóvenes para que se fueran. lamentablemente no parecían entenderlas, o más bien se hacían los desentendidos.


A pesar de su posición y trabajo, Lily tiene fama de evitar las confrontaciones, pero vez en cuándo se arma de valor para hacerse escuchar, por lo que tímida y todo; terminó por acercarse al ruidoso par. 


-disculpen, necesito ir a la trastienda un momento para terminar de cerrar, si necesitan una última cosa sólo toquen la campana y vendré rápido ¿de acuerdo?- 


Comentó en compañía de mímica corporal simulando correr, incómodo para ella y para quien la viera y por supuesto los chicos no perdieron oportunidad de burlarse en cuanto desapareció tras la puerta al fondo.


-es tan ñoña y rara.- dijo James en tono bajo aún riendo.


-ya se ¿y que onda con su voz? parece una niña.- Frank concordó terminando su helado para revisar el celular.-carajo, si llego tarde otra vez mi mamá me va a matar.- agregó. 


Dicho eso, ambos tomaron sus cosas y el castaño se acercó al mostrador con la intención de llamar a la barista y pagar lo extra que pidieron, pero James lo detuvo antes de golpear la campanilla.


-mira.- susurró señalando a la caja registradora y haciéndole notar a su amigo que Lily no la había cerrado bien. 


Le hizo una señal con la mirada; "hay que tomarlo." fue lo que quiso transmitir. Frank trató de refutar al verlo estirar la mano y tomar unos billetes salidos, pero fue muy lento. james siendo un jugador de basketball es del tipo atlético, además de saber cómo moverse en periodos cortos de tiempo y así, con un movimiento fluido, cómo si le estuviera robando el balón a un contrincante durante un partido; tomó el papel dinero con facilidad y rápidamente se giró en silencio para dirigirse a la salida.


-¡hey! espe-- el castaño trató de estirar la mano para sujetarlo sin hacer demasiado ruido para no alertar a la dueña pero en un parpadeo...james ahora se encontraba muy, pero muy lejos y no era la distancia normal desde su posición a la entrada del establecimiento, era más bien a distancia de dos, quizá tres calles. 


Frank parpadeó en confusión pues no recuerda que hayan salido del café en ningún momento y lo más raro de todo es que alrededor no podía ver la calle a la que tan familiarizado está, de hecho, el lugar le resulta familiar, pero a la vez alienígena y extraño a sus ojos. 


James parece haberlo notado también pues no tardó en detenerse a examinar sus alrededores y volver con su amigo. 


-hey soy yo o...- 


El más gordito no dijo nada, pero asintió pues había caído en cuenta, el piso, blanco con líneas negras formando secciones simétricas eran los mosaicos estampados del piso cerámico del local, las estructuras alienígenas que rivalizan con los altos edificios de las ciudades son las sillas y mesas dónde habían estado sentados por horas, aquél muro enorme, alto, que se extiende por decenas, quizá centenares de metros a lo largo y alto era el mismo mostrador que acababan de ver. 


No han salido del café, siguen ahí solo que, de alguna manera, por alguna razón ahora son diminutos. 


-Esto es una locura ¡Uno no se encoge! ¡Es imposible!-


James, quién usualmente es el chico cool, valiente, ahora se nota claramente asustado e incrédulo ante lo que les ha pasado. 


-Debe ser un maldito sueño.- Agregó.


Frank, por otro lado, está más tranquilo en comparación, asustado e incrédulo por igual, pero trata de mantener la calma. 


-Creo que deberíamos buscar ayuda...-


-No jodas ¿Lo crees?-


James enserio estaba perdiendo la cabeza y Frank lo entiende pues no es para menos, en su vida jamás imaginó que se encontraría en una situación dónde mediría lo mismo que un insecto. 


El joven pensó y en un momento de ilumina, recordó su teléfono celular el cuál sacó con rapidez y alivio para mostrárselo a su amigo el cuál también se tranquilizó al revisar en sus bolsillos, no sólo sus ropas, todo lo que traían en ese momento se encogió con ellos. Todo excepto una cosa, pero entre la sorpresa y pánico, James no se ha dado cuenta de que el dinero que tomó ya no está en sus manos.


Lamentablemente esa alegría no duró mucho pues luego de un par de intentos, ambos se dieron cuenta de que no podían hacer llamadas a pesar de tener señal tanto telefónica como datos. 


-Puta madre ¿Ahora que?- James no tardó en volver a su estado de pánico. 


-Aún podemos buscar ayuda.- Sugirió Frank, pero ésto parece haber molestado al ya tenso rubio. 


-Miranos cabron, somos pequeños! Quizá del tamaño de insectos o qué sé yo ¿Cuánto tiempo crees que nos va a tomar salir de aquí y llegar a casa?-


"Días, quizá semanas" Pensó el castaño, pero no es a lo que se refería. 


-No tarado ¡Lily! ¡La dueña!- Exclamó y apuntó detrás, en dirección a la trastienda dónde Lily había ido ya hace minutos, claro eso asumiendo que solo ellos dos fueron los afectados de lo que sea que les ha pasado. Era un riesgo, pero la mejor opción que tenían al momento y después de pensarlo un poco, James aceptó. 


Al principio creyeron que no tardarían en llegar ya que, técnicamente no están lejos, es decir, aún están dentro de la tienda y el local no es más grande que una casa promedió, sin embargo no parecían entender, lo enorme que es el mundo actual para ellos y como su escala actual afecta sus interacciones con éste.


10 minutos tardaron en llegar a la base del mostrador, distancia que habían cubierto en solo unos cuantos pasos antes, ahora era toda una caminata. 


-No creí que nos fuera a tomar tanto.- comentó Francisco.


-¿Y qué pasa si se va antes de que la alcancemos?- Agregó James. 


Es una posibilidad, ya había mencionado el cierre de caja y que estaba arreglando cosas atrás para el día siguiente, no sabe qué tanto espacio hay entre la puerta y la ubicación de la azabache pero, considerando el tiempo que les ha tomado recorrer tan poca distancia...es casi imposible que lleguen a ella antes de que se vaya. 


-¿Y si esperamos a que regrese aquí? Digo todavía estábamos aquí, seguro va a regresar para querer cobrar y cerrar bien todo ¿No?-


El comentario le tomó por sorpresa a Frank, James no es un idiota, pero nunca lo había escuchado decir algo tan...racional.


-Eres un genio.-


Chapter End Notes:

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