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Author's Chapter Notes:

“Erase una vez una pequeña chica que desafió al mundo que le dio sangre a sus venas. Esa chica, con su corazón roto, se enfrentó a un mal mayor que el que cualquiera, en realidad o ficción, se podría imaginar: la ilusión humana.”

“Sin embargo, la línea entre la cordura vacilante de aquella chica y el poder que la agobiaba se volvió mucho más tenue a cada tambaleante paso que daba, sangrando su propia tristeza y perdiendo su propia voluntad, ‘¡No lograrás vencer mi determinación!’ Gritó en desesperación a su peor enemigo.”

“¿Por qué era entonces que la crecida niña, ahora convertida en una flor marchita, gritaba, desesperada y sollozante, frente a un espejo roto en el cual podía discernir una sonrisa que no correspondía ni a su rostro ni a sus emociones?”

Tipo de capítulo: -Historia-



Y quizás, si aún existe algo más alto que esa chica que se cernió sobre las estrellas y la propia existencia, quizás y tan solo quizás si hay alguien o algo mucho más alto dictando lo que esa chica hace y piensa… tal vez su alma todavía pueda ser salvada.

Shirogane me dirigió la mirada a la vez que yo lo vi a él, ambos mantuvimos miradas de sentimientos ligeramente confusos.

Porque aún en el más oscuro de los corazones, a pesar de que fuera un alma incomprensible para la chica que todo lo puede entender… ─La hermosa chica de cabello rosado hizo una breve pausa antes de continuar leyendo con una entonación que de cierto modo contrasta… y quizás para bien, con la poderosa energía que emitía lo que estaba leyendo─. Aún existe la piedad para un espíritu que busca el descanso… y otro que escarba desesperadamente por el perdón.

En silencio, mi amigo, la narradora y yo nos vimos los unos a los otros con una expresión complicada, queriendo decir algo para romper el hielo, sin embargo…

─Tomoe… sé que escribiste esto, pero… eh…

La chica de piel bronceada vio a Mónica con algo de curiosidad cuando escuchó su propio nombre.

─¿No les gusta?

Shirogane y yo movimos la cabeza en negación casi al mismo tiempo, a pesar de la conversación que se comenzó a desarrollar entre ambas, nos pusimos de acuerdo, casi como si hubiéramos usado telepatía, en dejarle esto a Mónica.

─Al contrario, de hecho… es un escrito bastante bueno, con un gran valor literario y todo, pero…

─¿Pero?

Nunca creí que criticar la obra de puño y letra de alguien más, en especial de un amigo cercano, sería tan… incómodo.

─Es excesivamente deprimente.

─Ah… ¿De verdad es tan… deprimente?

Finalmente, y sin poder soportarlo, apoyamos a Mónica al unísono.

─¡Definitivamente!

Un par de minutos después nuestro profesor de historia hizo acto de presencia, por lo que intentamos dejar el trago amargo relacionado con Tomoe atrás. El resto del día transcurrió sin incidentes, al menos hasta la hora de irnos.

***

Mónica, Sugita, Hanazawa y yo salimos juntos de clase y empezamos a caminar por los pasillos, este fue un cuarteto muy poco usual, pero supongo que este tipo de cosas pasan, desde que Shirogane me ayudó a salir de la zona de marginado social… y desde que salgo con la estrella de la escuela.

─No puedo creer que Shimada hiciera eso, ¡Qué vergüenza!

─¿¡Cierto!? ¡Si no fuera por el amor que le tengo, no sé qué habría hecho yo!

─Parece que a los chicos les gusta hacer ese tipo de cosas, ¿Sabes? Una vez Danny…

Como Sugita y yo íbamos un poco más adelantados y hablando entre nosotros, no prestamos mucha atención a lo que las chicas decían hasta que empezamos a escuchar nuestros nombres ser pronunciados con regularidad, fue entonces cuando nos percatamos de que estaban diciendo cualquier estupidez acerca de nosotros.

─Oigan, ustedes dos…

Justo en ese momento, el chico apuesto fue interrumpido por algo que captó nuestra atención; una puerta específica en los pasillos que, por algún motivo, estaba abierta. Al dar un vistazo adentro, vimos a un chico de nuestra clase que había abandonado el salón antes que nosotros.

Tetsuo, Shinsato Tetsuo, el único chico de nuestro salón que asiste al club de kendo estaba en medio de una práctica. Aprovechando la ocasión, nos quedamos cerca de la puerta observándolo mientras se enfrentaba a un chico de otro salón.

Al final, nuestro compañero fue el vencedor, aun así, ambos se dieron las manos sin ninguna clase de resentimientos y se separaron, acercándose a donde estaban sus cosas para limpiarse el sudor.

─Hey Tetsuo.

Como siempre, fue Sugita el primero en aproximarse y entablar una conversación; puede que yo haya mejorado mis habilidades de comunicación y haya aprendido un poco a socializar de mi maestro Shirogane, pero este sujeto se encontraba mucho más alto en la jerarquía de nuestra clase que el mismo Shirogane, sinceramente me alegro que no es uno de esos sujetos que usa su popularidad y carisma para meterse con los demás.

─Oh hola, vaya grupo tan inusual ¿Eh?.

Aun secando el sudor de su frente, el chico con la misma ropa que usan los participantes del club específicamente en sus prácticas, nos saludo amablemente, como si nos quisiera hacer sentir bienvenidos en lo que se podría considerar “su área”.

─No digas eso, ¡Sabes que los quiero a todos por igual! ¿Cierto?

─Hablas como si fueras nuestro hermano mayor, Shimada ─Mónica sonó un poco asqueada por la forma en la que él habló, obviamente, ella estaba fingiéndolo.

─¿Qué hay de mí, Sugita? ─Dijo Hanazawa con una voz gruñona, adentrándose en la conversación de manera contundente.

A pesar de ser Shinsato el que estaba dejándose la piel en el entrenamiento, pude sentir la cara de Sugita comenzando a sudar… bueno, supongo que él se lo buscó.

─¡De cualquier manera! ─Usando su fluidez conversacional, por una vez el príncipe de la clase usó sus habilidades de manera egoísta─. Se ve que te esfuerzas aquí… y por lo que pude ver hace un momento, no es en vano.

─Gracias por el cumplido… pero aun me falta mucho… ─Él sonrió─. Y no lo digo por ser modesto, confío en mis habilidades, pero aún me falta mucho si quiero ser lo suficientemente bueno como para participar en el torneo de kendo de la prefectura.

Mónica y Sugita a mi lado silbaron de pura impresión.

─De prefectura ¿Eh…? Apuntas alto.

─Sí… sé que puede sonar algo loco, pero de verdad me apasiona.

─Eso es genial ─intervino Mónica esta vez.

─Gracias.

─¿Sabes? Tu motivación me impulsó a pensar en algo para ayudarte.

Por alguna extraña razón, sentí que lo que Mónica iba a decir a continuación iba a ser el comienzo de otro de sus bobos juegos.

─¿Ayudarme?

─¡Claro! ¿Ves a este debilucho de aquí? ─Dijo mi novia, tomándome del brazo.

Siento que a este punto cualquier sospecha que nazca sobre Mónica en mí es un hecho irrefutable.

─Puede que no sea tan debilucho como parece, ¿Por qué no intentas ayudarlo con su práctica, Danny?

Ella me llevó a un punto en el que sabe que no me voy a negar, honestamente, a veces preferiría que ella no fuera tan intrusiva cuando hace este tipo de cosas… pero supongo que no me queda de otra que seguirle la corriente.

Dejando escapar un suspiro, hablé.

─Pues… sí, claro, si tú estás de acuerdo ─dije, viendo a Shinsato.

─Entonces era eso… pues si no tienes problema con eso, acepto cualquier cosa que pueda ayudarme, pero… ¿Sabes algo de kendo?

─Un par de veces he sujetado una espada de bambú, pero digamos que soy más letrado en artes marciales, así que, si te parece bien, puedo usar mis manos desnudas en lugar de una espada.

─¿E-estás seguro? No es que un golpe con una espada de bambú mate, pero tampoco es que duela poco…

─Descuida, me las arreglaré ─dejando caer mi bolso a un lado del suyo, me posicioné frente a él.

─¿No me estarás subestimando…?

─No seas tonto Shinsato, ¡Mi Danny no es así! ─Mónica dijo con un humor bastante alegre.

Yo simplemente lo vi en silencio intentando de ignorar el vergonzoso hecho de que Mónica acaba de referirse a mí como si fuera su posición, cosa que, he de admitir, no me molestó en lo absoluto.

─Sin la protección adecuada y sin una espada… no sé si es que nunca has recibido un golpe de estas o si simplemente quieres que te azote, en cualquiera de los dos casos, ya estás en esto, ni se te ocurra echarte para atrás.

─Claro.

… Hay una sola persona por la cual no me molestaría ser azotado… y esa no eres precisamente tú, te lo aseguro.

Ambos nos pusimos en posición, listos para enfrentarnos.

Los demás se hicieron a un lado y… aparentemente llamamos las miradas de todos los demás en el club… tuve que quitar eso de mi mente antes de que me empezara a afectar, porque si le doy muchas vueltas, en un instante no podré hacer nada gracias a la vergüenza.

─Aquí voy, Wakahisa.

─¡Ven, Shinsato!

Shinsato se movió rápidamente hacia mí, levantando su espada de bambú y preparándose para balancearla en mi dirección.

Y entonces…

Mi mundo se empezó a mover a cámara lenta, no porque Mónica lo haya manipulado… de hecho, eso no tiene nada que ver aquí, es algo mucho más antiguo que eso.

Con una destreza, probablemente impecable, esquivé la espada que vino hacia mí en un limpio y sólido tajo descendente, únicamente moviendo mi cuerpo lo necesario para que el arma no me tocara, casi como si tuviera control absoluto sobre cada célula de mi cuerpo para que se moviera únicamente la distancia estrictamente necesaria, en el momento exacto.

Acto seguido y aun sin haber retirado su espada, empujé mi puño hacia el brazo de Shinsato, quien perplejo, me veía sin poder reaccionar lo suficientemente rápido.

Un golpe preciso en su brazo derecho fue suficiente para hacerlo abrir la mano y soltar su arma, casi como si de acupuntura se tratase. Un golpe con la fuerza suficiente en un lugar específico es suficiente para hacer algo como eso.

El sonido de la espada de madera impactando el suelo fue engullido velozmente por el profuso silencio de todos aquellos quienes, en el club de kendo, veían nuestro enfrentamiento.

Habiendo salido de mi momento de concentración, mi cuerpo se enfrió a diferencia de mi rostro que se sintió, de hecho, bastante tibio.

Al dar un simple vistazo a mi alrededor, me di cuenta que todos tenían más o menos la misma expresión; una de no poder creer lo que estaban viendo, claro, a excepción de Mónica, que conocía este lado mío mejor que nadie.

─Eh… Danny… ¿Qué fue eso? ─ Comenzó Sugita con una cara desconcertada mientras se acercaba.

Llegado este punto, supuse que no podía simplemente decir algo como “sólo tuve suerte” o alguna otra excusa genérica como esa.

─Wakahisa…

Fue ahora Shinsato, algo perplejo, quien pronunció mi apellido con cierta entonación que no había oído en años.

─”Wakahisa… el niño prodigio”. ¿Eres tú?

─… Supongo que podías llamarme así hace algunos años.

Y fue así como mi común y corriente vida de preparatoria daría un vuelco inesperado.

***

Hace algunos años mi vida era algo complicada; yo no era un niño muy bienvenido en mi escuela primaria. Los niños, a veces, suelen ser un poco crueles cuando les toca convivir con alguien que no es igual a ellos. ¿Mi caso? Mi nombre era extranjero, ciertamente era diferente a los demás con respecto a eso.

Había un niño en especial al cual le encantaba meterse conmigo, muchas veces incluso procediendo a usar la fuerza en mi contra, aprovechándose de que era algo más grande y fuerte que yo. Obviamente, como el estatus quo de un salón de clase es supremo, nadie quería arriesgar su pellejo metiéndose en medio para defenderme; no los culpo, todos éramos niños, los niños son así.

Por suerte, mis padres nunca se enteraron de esto, nunca se los dije pues pensé que podría traer inconvenientes innecesarios tanto para el personal de la escuela como para el estatus quo de nuestro salón de clase. Sin embargo, no quería que eso se quedara así, no creo que llamarlo “venganza” fuera lo correcto… pero definitivamente mi yo de entonces quería dejar de ser molestado.

Mi propia solución al problema fue sugerirle a mis padres, ignorantes de mi situación escolar, inscribirme en alguna institución que me enseñara artes marciales. Ellos se sorprendieron un poco en aquél entonces, pero accedieron sin mucho problema a mi petición, fue entonces cuando algo extraño se encendió en mí, como un interruptor que no sabía que tenía dentro de mí, activándose por primera vez.

Avanzando más rápido que todos los demás, dejando a los demás chicos atrás, cada cosa que se me enseñaba era absorbida por mi mente prácticamente al instante, cada técnica, movimiento. Lo que sea que me enseñaran sería fácilmente dominada por mí en uno o dos días, lo estrictamente necesario para que cualquier técnica que me enseñaran se grabara en mi memoria muscular a gran velocidad.

Mi sensei probablemente vio esa llama en mí, por lo que me puso a prueba, enfrentándome a los mejores de la institución. Su cara de perplejidad fue algo graciosa al verme ganarle a su mejor alumno… claro, eso me convirtió a mí en el mejor alumno del nivel infantil.

Mientras seguía mejorando mi técnica, me metí en un aprieto en la escuela, ¿La causa? El chico que me molestaba entro en pánico cuando no me dejé someter de nuevo, el simple hecho de tomar sus brazos con más fuerza de la que él creía que yo podía alcanzar lo aterrorizó. Ese día me di cuenta de que el chico realmente era un miedoso y se metía conmigo porque nunca me defendí.

Por desgracia para mí, el niño era hijo del director de la escuela… y aunque podría sonar extraño para niños de primaria, planificó una manera en la que fingió que usé mis conocimientos de artes marciales para darle una paliza o algo así, a decir verdad, nunca tuve los detalles.

Al final mis padres tuvieron problemas con el director y terminé cambiándome de escuela, por suerte, en esa nueva escuela no había ningún niño que se metiera conmigo, pasé de ser el objetivo del disgusto del salón, a ser un niño al que nadie le prestaba atención.

Afortunadamente para mí, mis padres nunca se tragaron la historia de que le di una paliza al molesto chico, gracias a eso, no fui demasiado regañado, no demasiado, porque me regañaron por mantener el abuso en silencio.

***

─M-mi pobre Danny pasó por tanto…

─No es para tanto ─esbocé una sonrisa algo burlona─. No es algo que me persiga, no tengo nada de lo que arrepentirme, ya que no usé mis habilidades para desquitarme del niño o algo, solo tuve mala suerte.

─Eres tan…

De un salto, Mónica se me pegó como goma de mascar en nuestro camino a casa con tanta fuerza que por un momento pensé que perdería el equilibrio.

─Pero… ¿Estás seguro de lo que hiciste? Me refiero… a contarle a todos en nuestra clase lo de “El niño prodigio”.

─¿Eso? Bueno… hubiera preferido mantenerlo en secreto, pero metí la pata con Shinsato, no me quedaba de otras que contarlo.

─El niño prodigio eh… de verdad no pensé que fueras tan famoso…

─Ni lo menciones.

***

Algunas horas antes…

─¡¿Eres ESE Wakahisa?!

─¡N-no puedo creerlo!

Chicos y chicas se me encimaban por igual mientras yo intentaba disimular la vergüenza que me derretía por dentro.

─ “Después de haber superado aplastantemente al campeón de la prefectura, el imparable Wakahisa de 11 años se pronuncia en contra de los mayores. Sin adversarios de su edad que puedan siquiera tocarlo, se pensó mucho en la decisión de enfrentarlo a personas mucho mayores que él. El chico en cuestión, parece estar de acuerdo.”

─Shinsato… ─Dije, comenzando a sentir la cara caliente.

─ “Indudablemente, el niño prodigio tiene su título bien merecido, habiendo derrotado a nada más ni nada menos que a un importante cinturón negro a sus cortos 11 años.”

─¡Shinsato! ─Exclamé, con la cara presumiblemente roja─. N-no leas tan absorto acerca de alguien que te está escuchando, ¿Está bien?

─Ah, l-lo siento, Wakahisa. Pero… ¿Por qué desapareciste cuando aparentemente estabas en la cima?

─Eso… ─Suspiré─. Puede que estés asumiendo mal mi forma de pensar, yo… digamos que yo no disfrutaba de ser el foco de atención de medio país, lo único que me interesaba era enfrentarme a algún sujeto fuerte… tristemente, me quedé sin gente.

─¿Sin… gente? ─Preguntó Sugita.

─Sí, me di cuenta de que ninguno de esos cinturones negros me iba a poder ganar cuando ya había derrotado a un par… ¿A partir de ahí? Vine aquí con otra apariencia y comportamiento, claro.

─¿A qué te refieres? ─Preguntó Sugita nuevamente.

─¡Es verdad!, En la foto que se ve aquí, tienes el cabello de color castaño. ─Dijo Mónica.

Asentí antes de hablar.

─Mi madre me lo dijo mucho después, en el momento no lo entendía, pero cuando comencé a volverme “famoso”, ella comenzó a pintar mi cabello de ese color. Nunca entendí por qué lo hacía, pero cuando todo terminó y yo quería retomar una vida tranquila en la escuela, me explicó que lo hizo para que pudiera volver a tenerla únicamente recuperando el color natural de mi cabello.

─¿¡Por qué no tengo esa fundamental pieza de información?! ─Exclamó Mónica a mi lado, bastante alarmada.

─Nunca preguntaste.

─¿¡Qué clase de respuesta es esa!?

─En fin, dejé mi cabello crecer lo suficiente como para que me cubriera el ojo izquierdo, por suerte, la pubertad me cambió en ese momento e intenté aparentar que mi aptitud física era nula, simplemente no me interesaba llamar la atención… pero al final todo salió a la luz.

─Esto es… demasiado surreal.

Claramente, todos estaban bastante asombrados por tener a una celebridad estudiando con ellos.

***

─En serio… ocultarle a tu novia que te pintabas el cabello…

─Repito, nunca preguntaste y nunca tuve algo que me motivara a decir “oye, ¿Sabes que me pintaba el cabello cuando era niño porque era una superestrella marcial?”

─Pero… cualquier oportunidad es buena para saber más de mi persona favorita…

La manera tan tierna en la que lo dijo me hizo sonrojarme, todavía no puedo estar preparado constantemente para esos ataques repentinos.

─Para compensarme… ufufufu… ya sabes… ¡Quiero intentar algo nuevo cuando lleguemos a casa!

─¿Algo nuevo? ¿Por qué siento que sea lo que sea, me implica a mí siendo una milésima del tamaño que tengo ahora?

─No te voy a decepcionar, ¡Me aseguraré de que tú también disfrutes cada momento de eso!

─De ninguna manera pondré eso en duda. 

Chapter End Notes:

¿Cómo estuvo? Hace literalmente más de un año que no escribo nada, pero como dicen por ahí, ‘nuevo año, nuevas promesas, metas, y algunas mentiras también’. Quise aprovechar la marca del 2023 para concentrarme en continuar cosas que había dejado abandonadas a lo largo del camino, así como para culminar otras.

De cualquiera manera, espero no haber perdido el toque que, siento, ha caracterizado a los personajes de esta historia.

PD: Se supone que el primer 'Erase' que coloqué en las notas de capítulo debía llevar acento, pero por algún motivo, cuando intento colocarlo, lo reconoce como puntos suspensivos, lol.

Pueden encontrarme en Discord como Exosaur#7911 y/o en Twitter como @ExosaurX donde haré una actualización cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan de mis historias, ¡No olviden dejar una reseña!

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