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Story Notes:

Todos los personajes reconocidos públicamente, lugares, etc. son propiedad de sus respectivos dueños. Los personajes originales e historias son propiedad del autor. El autor no es de ninguna manera asociado con los propietarios, los creadores o productores de cualquier licencia de los medios. No se pretende ninguna infracción de los derechos de autor. . Esta historia se puede encontrar en el foro "Mujeres Gigantes", voy a ir actualizando al mismo tiempo en este y en aquel foro.

Author's Chapter Notes:

Este es el primer capítulo de una historia que espero que pronto forme parte de una serie, todo depende de mi continuidad con las historias. 

Esta historia es narrada por Lars, un soldado del Imperio de la orden Shrize (todo se aclarará más adelante en la historia), y sus enfrentamientos contra las temibles Gigantas del reino Fúmrel. 

Las escenas involucrando nuestro muy querido fetiche irán incrementando conforme avancen los capítulos. 

Rondaba por los pasillos del castillo mientras esperaba a que la junta de los Jefes de Casta acabara. Ésto solo se hacía cada que el Rey Supremo moría o cuando habían tiempos de crisis, esta vez se trataba de la guerra contra las Férmagas: mujeres colosales en tamaño, inteligentes como hombres y fuertes como dioses. 
Esta batalla ha durado no más de un año, a penas estaba empezando, pero las gigantas habían ya provocado un daño terrible hacía Clïpse, el contiente de los humanos y otras criaturas como elfos, enanos, magos, etc. 

La junta acabó y los 7 jefes salieron. Yo buscaba a Aela, la jefe de mi casta, Martillos de Acero. 

- Te agradezco la espera - Aela comentó y caminamos juntos por el pasillo.
- ¿A qué acuerdo han llegado? - pregunté.
- Se anulará la democracia hasta nuevo aviso y nombrarán a un héroe protector. 

Un héroe protector era el hombre al que nombraban para defender el reino, elaborar estrategias de guerra y guiar a las tropas cuando la democracia se anulaba en tiempos de guerra. 

- Seguro nombrarán a Amred Puño Macizo - comenté.

Aela rió a mi comentario, yo la miré extraño. Me dijo que ella me había recomendado y que al menos dos jefes aceptaron la idea: Alas de Hielo y Magrontos. Otros tres recomendaron a Amred, y la casta restante decidieron no opinar lo cual lo convertía en un empate. 

Ya habían pasado 8 horas desde aquella platica y me dirigía a un campamento de las Férmagas junto a otros 9 guerreros. Estábamos en una selva fuera de los límites del Imperio. Notabamos cómo los árboles y las plantas crecían cada vez más. 
En un punto del recorrido vimos una huella gigante, tenía forma de pie, supimos que era de ellas seguimos el camino de éstas, hasta que sentimos el suelo temblar y mientras nos asomabamos entre unos arbustos gigantes, las vimos. Habían tres de ellas alrededor de una fogata asando lo que parecía un puerco gigante, para nosotros, y detrás de ellas había casas de acampar hechas de cuero.

- El plan es éste - comenzó a explicar Farked el líder de la expedición -, estamos buscando un mapa en especial. 
- ¿Qué hay en él? - una guerrera preguntó.
- La ubicación de Fúmrel. 
- ¿El reino de las Férmagas. 
- Claro. Así que nos diviremos en tres grupos: distracción, vigilantes y saqueadores. Vela y Lars vienen conmigo a distraer; Gumm, Dazel y Katrina a saquear; y Shodr, Amred y Nazeem a vigilar. 

Y así nos repartimos, yo fui con Farked y Vela a distraer a las gigantes, que es el equipo más peligroso de los tres. Recolectamos hojas secas e hicimos un fuego del otro lado de las casas de acampar, donde está el equipo saqueador. 

- ¿Huelen eso? - preguntó una Férmaga, su voz era verdaderamente potente. 
- Carajo, es fuego - se levantaron y caminaron hacía nuestro fuego. 

No tuvimos mucho cuidado y una casi nos aplasta, pusó su pie muy cerca de mi rostro y admiré su piel bronceada y sus pulsera de tobillo con los colores de su emblema: rojo, morado y negro. 

-No podemos hacer más por el equipo saqueador - dijo Vela. 
- Deberíamos irnos - comenté yo. 

A Farked le pareció el punto de vista y nos dirigimos hacía el Imperio, pero unos segundos después antes de qur pudieramos hacer algos escuchamos a las gigantes. 

- ¡Miren! Son humanos. 

Volteamos aterrorizados de miedo, de todas las historias que nos habían contado de la crueldad de las Férmagas. Comenzamos a correr pero una mano alcanzó a Vela. 

- ¡No, carajo! - gritaba Vela con desesperación. 

Farked y yo alcanzamos a escondernos debajo de una piedra cuando escuchamos las bombas del equipo de vigilancia que se encontraba en las ramas de los árboles. 

- Esas bombas son venenosas - expresó una gigante. 

Fueron hacía las casas de acampar para refugiarse, Farked y yo nos volteamos a ver, parece que esta expedición a resultado en fracaso total. 

- Es mi presa, yo la agarré, es mía - gritó la gigante que había capturado a Vela desde las casas -, la enadenaré a mis sandalias para sentir su cálido cuerpo en mi suela...

Farked y yo pusimos cara de asco pues esa idea era despreciable. 

- Oigan - era una voz de entre los arbustos, era Dazel, habían logrado conseguir el mapa.

La misión resultó en una pérdida y dos prisioneros rescatados. 

- Algún día regresaremos por Vela - dije. 
- Estoy seguro, esas malditas bestias les gusta mantener a sus prisioneros vivos, así que ten seguridad que volveremos - dijo Farked.

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