- Text Size +
Author's Chapter Notes:

Este capítulo contiene mucho dialogo y poco contenido GTS; sin embargo es quiza el capítulo mas importante de la historia. Espero que os guste y que los diálogos hayan salido bien.

-“Deberías probarlo.” Dice Julia, mientras dobla una de sus medias grises y la introduce en el descartado mocasín izquierdo.

Nos encontramos sentados en una roca que sobresale del impoluto lago. La menuda chica se acerca cuidadosamente al borde y sumerge sus ahora descalzos pies en el agua.

-“¿En dónde estamos?” Pronuncio mis primeros vocablos desde que abandonamos el familiar ambiente urbano.

-“En algún lugar de Norteamérica. Para serte sincera olvide el nombre…”

-“Pues es hermoso”.

-“Ya lo creo.”

Sin mediar palabra nos dedicamos a apreciar la vista por un par de minutos. Julia debía decir la verdad, pues a nuestros alrededores no se escucha el sonido de ningún animal salvaje. La fresca brisa agita nuestros cabellos.

Sus chapoteos interrumpen la placida escena.

-“Y… ¿no vas a decirme o preguntarme nada más?”

Médito por unos segundos más. El silencio cada vez mas opresivo.

-“¿Cómo es todo esto posible? ¿Cómo lo haces?”

Vuelve a chapotear con sus delicados pies.

-“No tengo ni idea.” La miro con cara de pocos amigos. “¿Recuerdas El Laboratorio de Dexter?” Continua.

-“Huh ¿A qué viene eso?” Repregunto, cada vez más molesto por la evasiva actitud de quien me acompaña.

-“Ya sabes, la caricatura. ¿La recuerdas, o no?” Insiste, sin prestarme mucha atención. Debe estar absorta en sus pensamientos, pues mira un punto fijo en la otra orilla del lago.

-“Ummm… creo que sí…”

-“Había este episodio en el que Dexter se encoge y se cuela en el cuarto de su hermana…” empieza a narrar “… cuando la niña lo encuentra, lo utiliza como uno de sus muñecos. Lo hacía jugar a las casitas. Lo manipulaba con sus manos. Lo hacía besarse con las otras muñecas… En fin, lo trataba como un juguete.”

Algo confundido, decido mantenerme callado hasta que termine su relato.

-“Yo debía tener unos cuatro años cuando lo vi por primera vez. No tengo muchas memorias de esa edad, sin embargo aquella tonta serie animada se quedó grabada en mi mente.” Su voz expresando cierta añoranza.

-“A los ocho años enfermé gravemente.” Continúa. “Pase seis meses de mi vida hospitalizada. Mis papás nunca quisieron decirme cual era el padecimiento… pero me fue fácil descubrirlo, pues muchas veces los médicos hablaban conmigo o cerca de mi sin ningún reparo.”

-“Leucemia mieloide en fase acelerada.” Un largo suspiro escapa de su boca.

-“Vaya, yo… lo siento mucho…” No sé qué más decir. El cambio de tono en la historia me toma por sorpresa.

-“Gracias.” Me ofrece una triste sonrisa. “Los pronósticos no eran buenos. Mi estado de salud era tan delicado que ni siquiera se me podía aplicar tratamiento. Supe que pasaría mucho tiempo allí cuando mis padres empezaron a traer mis pertenencias al hospital. Ropa, juguetes, incluso mis sabanas y almohadas.”

Vuelve a suspirar.

-“Todos los días me sentía diferente. Algunos estaba tan bien que parecía no tener nada. Otros, ni siquiera era capaz de moverme de mi camilla...”

-“Cuando me encontraba muy mal las enfermeras me hacían dormir con algún tipo de anestesia o medicamento.” Saca los pies del agua, pone las piernas debajo de su cuerpo y se voltea para estar cara a cara conmigo.

-“Lo odiaba. En un momento estas consciente, el sol entrando por la ventana; al siguiente, despiertas en una habitación apenas iluminada.” De nuevo sus ojos están vidriosos. “Lo odiaba tanto que procuraba no decir nada, o dar señales, aun si me sentía muy débil.”

-“Era uno de esos días. Bajo la vigilancia de uno mis médicos, fingía no tener ningún dolor mientras jugaba con una pequeña casa de muñecas en el suelo de la insípida estancia. Debía llevar cerca de cuatro meses sin salir. Extrañaba mi hogar, e incluso la escuela. Pero por sobre todas las cosas extrañaba a Luis, un chico que vivía al lado de mi casa desde los tres años y probablemente mi mejor amigo en el mundo.”

Toma un guijarro de encima de la roca y lo arroja al magnifico cuerpo de agua. Estaba tan concentrado en prestar atención a su historia que había olvidado en donde nos encontrábamos, o cómo llegamos aquí…

-“Mientras cogía una mis muñecas, aquel episodio de Dexter se me vino a la cabeza. Empecé a preguntarme cómo se sentiría sostener en la mano a una persona muy pequeña, en lugar del inerte objeto. Por qué no un amigo, capaz de hablar conmigo y acompañarme en aquel horrible lugar.”

-“Y simplemente… sucedió…”

-“Una reducida versión de Luis había reemplazado a la muñeca. En un principio me emocione. De alguna forma lo tenía conmigo. Estaba dormido, podía sentir los latidos de su pequeño corazón; era completamente real.”

El sol empieza a ocultarse detrás de la lejana cordillera.

-“Volvió en sí casi de inmediato.” Una solitaria lágrima le recorre la mejilla izquierda. “Nunca podré olvidar el terror en su carita cuando se enteró de donde estaba.”

Sus sollozos le impiden seguir hablando. Me acerco lo suficiente para darle unas palmadas y frotar cariñosamente su espalda. En cuanto se calma un poco sigue:

-“Con todas mis fuerzas desee revertir lo que había hecho. Así ocurrió. Esa misma noche soñé que me encontraba en mi casa, sana y salva. Cuando desperté estaba sobre el desnudo colchón de mi habitación. Confundida, sin saber qué hacer, me quedé allí hasta que mis padres me hallaron unos minutos más tarde. Me llevaron de vuelta al hospital.”

-“Los exámenes mostraban que mi cáncer había desaparecido. Los doctores no lo podían explicar. Siguieron aplicándome pruebas y exámenes por un par de meses más, pero nunca lograron descubrir qué había sucedido…”

-“¿Qué pasó con Luis?”. Pregunto, aun procesando toda la información vertida por la llorosa chica.

-“Se mudó a otra ciudad. Estaba bien físicamente, pero sus padres decían que se había vuelto muy nervioso, lloraba constantemente y… y tenía miedo de mi…” Entierra la cara en sus rodillas.

La dejo en paz un par de minutos para que se desahogue. Intento consolarla con mis torpes caricias. No me atrevo a hablar hasta que levanta la cabeza y me mira, expectante.

-“Y ¿qué puedes hacer con tus poderes?”

-“Casi cualquier cosa.”

Aunque esperaba una respuesta como esa, es imposible no sentirse sobrecogido.

-“Tú también me tienes miedo… ¿verdad?”

No lo pregunta con reproche alguno. Por el contrario, vuelve a tener ese tono suplicante y afligido.

-“¿Cómo es que nadie parece recordar lo que haces?” Ignoro su pregunta, deseoso de saber más.

-“Bueno, yo…” luce algo apenada “…yo modifico sus memorias o los hago olvidar lo que vieron. Por ejemplo, hoy todos recuerdan haber tenido una particularmente poco provechosa clase de matemáticas.”

-“¿Y por qué no lo haces con migo?”

-“Lo hice, o por lo menos lo intente. ¿Acaso tienes tus propios poderes?”

-“No, no que yo sepa.”

Reflexiono un poco en lo que me ha revelado la omnipotente chica. Julia parece estarme dando espacio para que digiera la increíble confesión. El silencio vuelve a apoderarse del claro por un par de minutos.

-“¿Por qué un gigante?”

-“¿Perdona?” Dice, algo sorprendida.

-“¿Por qué te presentas como un gigante? Lo hiciste hoy en dos ocasiones, y también el martes…”

Aun con las tonalidades naranjas y rojas proyectadas por el poniente sol soy capaz de ver que sus mejillas se encienden ligeramente.

-“Supongo que nunca perdí la fijación por las personas pequeñas.”

-“Macrofilia…” Susurro.

Esta vez no puede ocultar su sobresalto y bochorno. Me vuelve a ver con la boca ligeramente abierta.

-“¿Qué? ¿Cómo sabes lo que… No me digas que tu también…” Está tan atónita como impresionada.

-“He estado en suficientes rincones del internet. He visto algunas cosas.” Intervengo, con una sonrisa de suficiencia. “Pero no, no es mi fetiche.”

-“Entonces debo parecerte un bicho raro.” Dice, otra vez hundida.

-“Nunca dije que me resultase desagradable…”

Añado. Sus ojos vuelven a iluminarse.

-“Entonces déjame mostrarte. Nunca había podido compartir mis fantasías con nadie.” Por primera vez en horas habla con emoción. “Siempre se asustan, lo veo en sus caras, me lo digan o no.” Añade, con un poco de remordimiento y tristeza.

-”Mmmm… no lo sé… Es bastante intenso.”

-“Dame una oportunidad. Te revele mi secreto, y aunque pudiese borrar tu memoria ya no lo haría. Nunca haré algo con lo que no te sientas cómodo. Solo… confía en mi…“

La miro a los ojos, todavía indeciso.

“Además, me parece que te atrae la idea de que una enorme chica te domine ¿Sabes? Yo también recuerdo lo del martes.” Agrega, una sensual sonrisa se dibuja en sus hermosas facciones.

Es mi turno de ponerme colorado.

Chapter End Notes:

Fue bastante difícil escribir este capítulo. Los diálogos siempre me parecían algo anti naturales, pero creo que quedó bastante bien. Con el secreto revelado el resto de capítulos serán sobre distintos escenarios de GTS. Como siempre, se agradece cualquier retroalimentación.

You must login (register) to review.