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Con el tintineo de las llaves anunciando su llegada; Lily abrió la puerta trasera del local. Entró, yendo directamente a la cocina, movió el interruptor de la luz y con un movimiento de su mano, el lugar cobró vida. 


Las puertecillas de los gabinetes se abrieron para dejar salir un reducido número de ingredientes, así cómo utensilios y recipientes que flotaron por su cuenta hasta aterrizar de manera ordenada sobre la mesa mientras ella acomoda su relativamente largo cabello en un chongo y se lava las manos. 


—¿Manzana o fresa?— Pensó, ambos frutos flotando frente a ella. 


—Ambos.— Declaró.


Siete manzanas más y casi dos docenas de los respectivos  frutos se sumaron para, posteriormente colocarse en una tabla de cortar en la mesa a la par en que un mandil (estampado con flores) y un cuchillo flotaron a ella. 


Sintió una picazón en su pierna derecha, debajo de la rodilla, creyó que sólo era alguna hojita que se atoró en sus mallas por lo que solo se rascó y comenzó a cortar las manzanas. Detrás suyo se pueden ver unas bolsas de harina vaciando el contenido dentro de recipientes, algo de azúcar, aceite y demás ingredientes para crear la masa para pie. Realmente podría hacerlo todo sin tener que levantar un dedo, pero así como la jardinería y torturar a los pequeños mortales, cocinar es algo que gusta hacer ella misma. Al menos el 80% de ésto. 


Echó la fruta cortada y preparada en cuatro platos diferentes, éstos ya tienen la base colocada al fondo, pero antes de colocar la red de masa encima; recordó algo. El ingrediente secreto. 


Buscó en su bolso y sacó un frasco, pero antes de abrirlo, volvió a sentir las cosquillas. Está vez fue más insistente, con la diferencia de que incluso las pudo sentir en el dorso de su mano cuándo trató de rascarse. 


—AGH.— Se quejó y dejó (con fuerza) el frasco en la mesa antes de mirar abajo, justo a tiempo para atrapar una delgada y fina chispa, similar a la electricidad estática, solo que ésto no viene de su propia ropa, sino de algo en el suelo.


Suspiró con fastidio al darse cuenta de el, o mejor dicho, la culpable.


—¿Otra vez? ¿Cuántas veces te vas a escapar? ¿Sabes que una flor muere cada que lo haces?—


Y es que, ahí abajo, con tan solo 5 cm de altura está la rosada (y enterregada) figura de la chica mágica que la tomó por sorpresa hace unos días.


La está atacando desde el suelo, rayos, flamas, variedad de hechizos que parecen sacados de un cómic o manga. 


—¡Me detendré una vez te derrote! O decidas dejar el camino del mal...lo primero que pase.—


—Hablas con mucha valentía. Para alguien del tamaño de una cucaracha.—


Lily dió un paso adelante y eso fue suficiente para hacerla temblar y acobardarse. Dos, tres pasos más y solo tuvo que inclinarse para atraparla entre sus dedos, algo similar a como la capturó aquél día. Todos son valientes y rudos hasta que la miran desde esa perspectiva. 


La pequeña chica, conocida como Janet forcejeo los primeros segundos, hasta que sintió cómo su fuerza iba dejando su cuerpo y eventualmente se sintió muy cansada como para hacerlo más.


Lily la depositó en un frasco distinto.


—Quédate ahí.—


Volvió a lo suyo, tomó el primer contenedor, dejando ver qué en su interior hay cinco figuras, tres mujeres y dos hombres, un especialmente aterrado de verla, pero todos igual de asustados y suplicantes. 


La bruja no hizo caso, obviamente. Sólo abrió la tapa, lo inclinó un poco y con su mano libre, abierta y con la palma al techo; comenzó a flexionar los dedos de afuera hacía dentro, la clásica señal de "ven" que se suele usar con los perros.


La joven héroe notó que es el mismo grupo que atrapó la última vez y aún sin poder pararse sobre sus propias piernas, gateó hasta el muro de cristal y golpeó con fuerza.


—¿Q-que...que vas a hacer? No, e-espera.— Le llamó. —No tienes que hacer ésto! Se que los humanos son crueles y-y seguro te han hecho daño pero hay gente bue-—


En un rápido movimiento, Lily golpeó la mesa con una fuerza que, no sólo hizo temblar la misma, sino también toda la cocina, así mismo, los objetos flotantes que han estado trabajando por su cuenta al fondo pararon por un momento.


—¿Qué sabés tú? ¿Sabes lo que es perder tú familia a manos de unos pueblerinos ignorantes? ¿Verlos quemarse frente a ti mientras pides a gritos que alguien los ayude?—


La atmósfera cambió, se volvió más pesada, silenciosa, Janet sintió su corazón golpeando con fuerza en el interior de su pecho conforme el gigantesco rostro de la azabache se acercó a su prisión.


—Pfff. Por que yo tampoco.—


Toda esa presión desapareció cuándo la más grande rió. 


— De hecho fui yo quién le hizo eso a los del pueblo dónde crecí, una pequeña lámpara de aceite fue suficiente para casi todas las familias. La verdad tuve una buena y divertida juventud.— Agregó, volviendo su mirada al frasco con más personas, una sonrisa divertida en su rostro.


Horrorizada, fue testigo de cómo la bruja consigue que sus platillos sean tan deliciosos. Algo, como un fino polvo brillante comenzó a emanar de dos de las chicas y el otro chico, flotando con suavidad hasta la mano de Lily, quién al tener una nube de éste en la mano, lo vertió sobre los postres recién preparados. 


El trío cayó al suelo, secos o más bien parecían momificados y viejos. 


— Estás demente...—


Lily fingió estar ofendida.


—"Demente" es una palabra muy fuerte. Digo, ¿Sabes porque los humanos usan animales, plantas y bichos a su gusto todo el tiempo?—


La chica mágica negó.


—Porque son superiores a ellos y con esa lógica en mente o bueno, se creen que lo son.—


Metió la diestra al primer frasco y con dos dedos sacó al chico aterrado, el mismo que hace días pasó horas dentro de su boca cómo un dulce. 


—¿Y por eso lo haces? ¿Porque te crees superior a los humanos normales?—


Janet se está exaltando, pareciera ser que es la primera vez que se encuentra en una posición tan indefensa.


Lily negó.


—No creó que lo soy. Sé que lo soy, así qué ¿Por qué no hacerlo? es divertido verlos luchando y oponiéndose a su destino cuándo ven lo débiles que son comparados incluso con mis dedos.—


Miró al pequeño en su mano mientras se reducía a tan solo 3cm entre sus dedos antes de lanzarlo sobre su lengua una vez más. Sólo que ésta vez no jugó con él, solo lo traigo, dejando a su "ex" sóla, llorando rodeada de los cadáveres de sus amigos.


La dejó ahí para meter las tartas al horno.


—Puede que hasta ahora te hayas salido con la tuya, pero eventualmente llamarás la atención de cazadores y ellos no tendrán piedad. —


—Ugh, ni me los recuerdes, hace unos meses vinieron unos a despertarme en la madrugada e hicieron un desastre en mi  apartamento. Fue muy molesto. Creo que tengo una foto...—


Sacó su móvil y buscó en la galería, hasta encontrarla, giró el aparato para mostrarle una selfie de sus dos empleadas y Enmedio de ambas se puede ver la granja de hormigas dónde los aprisionaron, específicamente la parte de la "residencia"


—Unos novatos. Cómo tú~ 


Se quedó sin palabras, no hace mucho que descubrió su herencia mágica y decidió usar sus poderes para hacer justicia como en los shows que tanto le gustaban de niña. Nunca imaginó que se encontraría con alguien así.


Quitó el dispositivo y tomó el frasco para batirlo un poco, golpearla con en los muros interiores como castigo por ser tan molesta los últimos días desde que se la topó.


—Aunque admito que no esperaba que fueras capaz de liberarte de las semillas.Tengo que pensar en qué hacer contigo.— Colocó el índice derecho en su mejilla, pensativa. —Pisarte sería un desperdicio, por más linda que seas, una mancha en el suelo no es nada adorable. Comerte...hmmm...seguro sabes bien con esa magia tuya, pero, no.—


La mano izquierda entró y la atrapó con facilidad en un puño suelto antes de sacarla nuevamente, su miedo es visible y tiembla sin parar. Lily la acercó a sus ojos cuyos párpados están maquillados con una linda sombra negra.


—¡AH! Ya se. Dime, ese traje tuyo, está hecho con magia ¿Cierto?—


Se miró, actualmente está en su ropa de civil, shorts, sandalias (actualmente perdidas) y una blusa estampada sin mangas. 


Al recibir confirmación, sacó a la última sobreviviente de su prisión con su otra mano y de la misma manera que antes, el extraño polvo salió de su cuerpo a la mano de la bruja, cruzó por lo largo del brazo, su pecho y de nuevo por la extremidad contraría hasta la mano dónde sostiene a Janet, dónde fluyó dentro de ella.


Se sintió energizada, su ánimo volvió, su piel se curó y limpió de toda herida y suciedad. Su traje, rosado, brillante se formó sobre su cuerpo una vez más. En contraste a eso, la otra víctima sufrió el mismo destino que sus amigos, quedando como una pasa vieja. 


La hizo crecer a unos 15 cm para darle un parecido mejor, la colocó sobre la mesa y se inclinó hasta ocultar su cuerpo debajo, solo dejando su mentón sobre la superficie.


—Ehhhh, no me canso de verlo, es adorable, bonito y así de pequeña, eres como esas figuras que venden por internet.—


Con la mano y un dedo, le dió la indicación para que diese un giro. Cosa que la asustada chica mágica acató. 


—Si, definitivamente, serás un bonito adorno para mí escritorio.—


Antes de poder reaccionar, la bruja le tocó el pecho con su índice. Sigue consciente, escucha y ve todo, respira, no parpadea ni  puede moverse. 


Teniéndola así, las manos de Lily, o mejor dicho, sus dedos comenzaron a tocarla, a moverle los brazos y acomodarle las piernas, siente todo, la fuerza de la gigante manipulándola con facilidad, el calor de sus manos. Más allá de la impotencia y frustración, el trato no es doloroso.


Tomó una foto y se la mostró. La pose es sencilla, una pierna plantada en el suelo, la otra en el aire parcialmente flexionada, una mano haciendo el símbolo de "paz" cerca de su rostro y la otra abajo, incluso se las arregló para cerrarle un ojo a modo de guiño.


—Listo ¿Qué te parece? Luego puedo pedirle a Jodie y Jaime que te acomoden en poses distintas. Oh, también hay que conseguirte una base, de esas que tienen como una garrita para sostenerte y no te caigas.— Mencionó seguido de una risilla, contenta con el resultado. 


La pregunta obviamente era retórica pues Janet, a pesar de todavía tener una boca, no puede responder, mucho menos gritar.


Chapter End Notes:

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