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Un pueblo a dos, quizá tres horas de la ciudad, relativamente pequeño con apenas 6000 habitantes, familias, hombres, mujeres y niños con trabajo, escuela, juegos, citas. Viven su día a día con normalidad sin saber que, todos y cada uno (además de los que visiten y pasen por ahí) son pertenencias de una adorable bruja. Aunque si tienen un miedo subconsciente que les molesta a todas horas cuándo están fuera en la calle. 


Con mucha razón, pues, aunque la cafetería es el lugar que Lily usa para atraer y elegir a sus víctimas, a ella le encanta salir de vez en cuándo a recolectar, tomenlo cómo ir a supermercado o ir a una plantación a elegir manzanas o fresas directamente de los árboles/arbustos.


Hoy es uno de esos días y ha puesto su mirada en un grupo, cuatro chicos y tres chicas, parecen ser amigos, aunque dos de ellos obviamente son pareja, van juntos, riendo y haciendo comentarios, aparentemente acaban de salir del cine y van a su próxima parada de la noche. Lamentablemente ésta no será la que tienen planeada. 


La bruja mantuvo una distancia suficiente para no perderlos de vista, escucharlos y por supuesto hacerles sentir la paranoia de su presencia.


Desde su posición podía escucharlos bien a pesar de estar hablando a susurros, risas, bromas sobre que quizá tiene un crush con uno de los chicos, a lo que la pareja se detuvo un momento a petición de la chica, ahí tomó el rostro de su novio y plantó un marcado beso antes de seguir.


Lily rodó los ojos ante la escena. 


"Ugh, ridículos." Pensó.


Las risas y charla banal no duraron mucho cuándo no solo notaron que estaban en un lugar alejado al de su destino original, sino también que no había ni una sola alma cerca, personas, animales, nada a pesar de estar en lo que debería ser una zona habitada. Uno de los chicos sacó el celular para usar el GPS para ubicarse y seguir el camino, lamentable y extrañamente; no hay señal. 


No podía culparlos por tardar en notarlo, pero no deja de parecerle divertido como es que un truco tan viejo cómo un simple hechizo de desorientación sumada a una barrera para aislarlos de cualquier otro tipo de vida sigue siendo tan efectivo en esta época. Y eso que ni siquiera están en un bosque. 


Da gracias a tiktok por arruinar el sentido de atención de las personas. 


La paranoia incrementó, pudo notar que al menos uno quiso regresar a hablar con ella, quizá para pedirle direcciones, pero el resto no lo dejó, en lugar de eso continuaron caminando, con la intención de dar vuelta a la calle y regresar por dónde vinieron, o más bien a dónde ellos creen que van. 


Aún no se percatan de que están en la palma de su mano, metafóricamente hablando claro, pero pronto será algo literal. No se molestó en moverse de ahí pues al paso de un minuto, el grupo acabó regresando a ese mismo lugar, sólo que por el lado opuesto de esa misma calle. La confusión se sumó a la tormenta de sentimientos, retrocedieron en pánico y esta vez terminaron detrás de ella. 


━¿Que carajo es ésto?━ Maldijo el único con pareja. 


━Tranquilo, tranquilo, seguro dimos una...unas vueltas mal.━ Intervino quien parece ser el líder de la salida. ━Oye, disculpa ¿Podrías ayudarnos?━ Agregó.


Mientras se acercó a Lily, el resto se se juntó en bola para tratar de descifrar dónde fue que se desviaron, pero al paso de unos minutos de no llegar a ningún lado; notaron que su amigo había desaparecido.


━¿A donde fue?━ Inquirió el otro soltero. 


━¿Quién?━ Respondió Lily con su cabeza parcialmente inclinada y fingiendo no saber de qué habla. 


━Mira, no estamos para bromas.━ El novio acabó por perder la paciencia y siendo el macho alfa frente a su novia, se acercó a Lily, mostrando un aire de autoridad. ━ A dónde se fue Jona-━ 


La azabache lo interrumpió al poner su diestra en su nuca y en un suave movimiento lo jalo al mismo tiempo en que se paró de puntitas para alcanzar sus labios. La novia fue la primera en reaccionar mientras los restantes solo se quedaron parados, boquiabiertos.


━¿Quien te crees que eres maldita zorra?━ 


Fúrica, con el ceño fruncido y a pasos marcados; la chica extendió su mano para apartar a su novio y propinarle la cachetada más dura de su vida a esa atrevida. Sin embargo, cuándo colocó sus dedos sobre el hombro de su novio, notó una sensación extraña. No es bajita en ningún sentido, pero su pareja es más alto, no por mucho, quizá 5-8 cm, nada muy notable, pero una diferencia que normalmente la hace tener que elevarse un poco para alcanzar su cuello y abrazarlo, pero esta vez, no tuvo que hacerlo y no solo eso, su mano, se sintió muy grande en comparación a la figura de éste.


Ahí fue que se dio cuenta que, ahora puede ver por encima de la cabellera de su novio y notó un forcejeó de su parte, cómo tratando de apartarse y romper el beso, pero incapaz de conseguirlo, cómo si le estuvieran ganando en fuerza. 


Pronto, la diferencia entre las alturas fue muchísimo más notable, pasando de medir solo unos centímetros menos, a ahora asemejarse a un niño en altura y siendo sostenido como tal, luego a un bebé, un muñeco Ken y eventualmente...desapareció entre los dedos que le sostenían. 


Lily solo lo empujó con suavidad al interior de su boca y sonrió victoriosa al haberle arrebatado al novio en más de un sentido. 


━¿Que carajo?━


Retrocedió, sorprendida y con un tono de terror en su voz. Para ésto, una de las dos chicas gritó, mientras la otra quedó en shock ante lo sucedido. El chico restante sacudió a las dos últimas para sacarlas del pánico y tomó a la ahora soltera del brazo para así echarse a correr con las tres. 


━Oh, un héroe~━


Susurró la bruja al ver la valerosa acción, normalmente corren por su cuenta y abandonan a todos por su propia supervivencia, no cambia su destino, sólo le tomó por sorpresa. 


Los siguió a un paso calmado y despreocupado, riendo con diversión tarareando [The london bridge is falling down] mientras piden auxilio a gritos y golpean puertas sin éxito alguno hasta que, eventualmente se acorralaron solos en un callejón sin salida. Dió la vuelta y lo primero que vio fue un trozo de madera directamente frente a ella. 


Lamentablemente para ellos, detuvo el golpe sorpresa con una sola mano y el contrario, notó un agarre extrañamente fuerte al punto en que ya no pudo mover el tablón por más que intentó y eventualmente él, quién se supone es más grande y fuerte, acabó cediendo, sus manos resbalaron y el impulso lo hizo tropezar sobre su propio trasero. 


Retrocedio en pánico al ver como la linda barista del café local se le acercó un paso a la vez, luciendo más y más grande a sus ojos y pronto, esos suaves pasos se convirtieron en temblores ocasionados por las suelas de goma, uno, dos, el tercero se quedó a medias, con el talón en el suelo y la parte frontal elevada, cómo si le estuviese dando un par de segundos para apreciar bien el patrón de su suela, es un tenis común, de buena marca y calidad, pero un calzado común, con tierra pegada, piedritas atoradas entre las líneas del diseño, pero lo que más le llamó la atención fueron unas manchas rojas dispersas en distintas partes y combinadas con lo ya mencionado. 


Miró al lado, al fondo donde sus amigas lo estaban viendo con el maquillaje corrido por las lágrimas de terror, extendió su diestra en súplica. 


-Ayud--


La suela bajó sobre él con la misma fuerza y peso de un paso casual que, para alguien de ese tamaño sería comparable a qué te caiga un tanque encima. 


No satisfecha con eso, Lily giró el pie en el mismo lugar, tallando y moliendolo bajo éste cómo a una colilla de cigarro o a una cucaracha molesta. Cuándo lo levantó, sólo quedó una mancha de color rojo. 


-N-no, ¡No te acerques! ¿Q-quieres dinero? Podemos darte.-


Ofreció una, buscando su cartera, sus tarjetas, mientras la segunda estaba abrazando sus piernas en un rincón, llorando. La tercera, la novia, se le acercó.


-¿Dónde está? ¿Qué le hiciste? ¡Regresamelo!-


Lily, con una risa sofocada abrió su boca y sacó la lengua, en ella se puede ver una diminuta figura; empapado de saliva, lleno de cortes causados por los dientes y aporreado por la lengua, el novio no se mueve, pero aún respira. 


Espero un momento para que le diera un buen vistazo antes de meterlo de nuevo y juguetear con él como si de un dulce se tratase, apenas resiste las ganas de morderlo. 


-No está mal. He tenido mejores.- 


Ésto hizo enojar más a la chica quien se coloreó de rojo y se lanzó sobre la bruja. Para cuándo la alcanzó, ésta era apenas del tamaño de un ratoncito. 


Lily la miró atacando su tenis desde las alturas, tan indefensa y débil, ni siquiera siente sus golpes pues los tenis absorben todo impacto de esas manitas. En lugar de darle la atención que quería, la bruja sólo acomodó su pie y dió un paso en dirección a las dos chicas restantes, dejando a la enojada ahí por el momento. 


No se tomó tanta molestia con la del rincón, solo se acercó, la encogió y la echó en su bolso, dónde actualmente se encuentra inconsciente el primero de los chicos.


Para cuándo volteo con la última, ésta ya estaba hecha un mar de lágrimas, su maquillaje está corrido, sus piernas tiemblan al punto de no poder sostenerla y actualmente está en el suelo en el proceso de huir a gatas.


Lily se le acercó con tranquilidad mientras absorbe su altura.


-¿Pog qhé nosohtrogs?- Preguntó, apenas puede hablar entre lágrimas, espasmos diafragmales y el miedo.


Llegó a ella y se colocó en cuclillas, divertida y parcialmente asombrada por los esfuerzos de la chica.


-Solo los vi y me parecieron un grupo divertido.-


Alzó los brazos sin darle mucha importancia antes de tomarla entre sus dedos y depositarla junto con los otros.


-UUUUUUUHHHHH sí que fue divertido.- Dijo al incorporarse y estirar los brazos, tiene una gran sonrisa en el rostro. -...ah, sí, casi me olvido.-


Unos pasos más y llegó a la última quién, para su sorpresa no huyó ni fue a esconderse, al contrario, parecía seguirla. Probablemente ha perdido la cabeza. 


-¿Qué hacer contigo?- Se quedó ahí jugueteando con su dulce y lo pensó un poco en lo que la alcanzó. -¡Ah!-


Se le ocurrió algo bueno, pero, antes de poder tomarla, algo detrás suyo llamó su atención.


-¡ALTO AHÍ!-


Honestamente, la voz desconocida la tomó por sorpresa y es que, con la barrera puesta, no debería haber nadie más en ese lugar, al menos ningún tipo de ser sin magia.


Detrás suyo, en la entrada del callejón hay algo que nunca esperó ver en su vida, una chica joven, probablemente en sus diecisiete, diesciocho, vistiendo un llamativo traje rosado, brillante, con accesorios, botas de tacón y apuntándole con un báculo en su mano. 


-¿Qué carajo?-


La chica es muy linda y parece haber salido de una convención de videojuegos o de animé. Pero sin convenciones en ese pueblo conu na casi nula cultura otaku, su presencia ahí significa una sola cosa.


Ahí, frente a ella, está una chica mágica real.


Chapter End Notes:

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