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Lily entró a su oficina, viste con una blusa beige de manga cortanla cuál tiene unos lentes oscuros en el cuello, shorts, tenis negros (actualmente cubiertos de tierra) y su cabello está levantando en una coleta corta un llamado "chongo", fue a su escritorio a dónde había dejado a la diminuta cazadora.


Con la uña del índice golpeó el muro del frasco dónde la tiene prisionera y cuándo ésto no la despertó, sólo abrió la tapa y lo ladeó para sacarla a su mano. La pobre estaba tan confundida y alarmada que le sacó una risilla a la bruja. 


-Volvimos~ tu información fue correcta, llegamos a ellos.-


La chica de cabellos rubios que aún intenta cubrir sus partes íntimas levantó la cabeza, pero claramente evita hacer contacto visual ¿Miedo? ¿Vergüenza? Quizá ambas. 


-E-entiendo...¿Que pasará ahora?-


Lily aún la tiene en su mano pero había dejado de mirarla y actualmente se está cambiando los tenis por un par limpio, suele tenerlos para casos como éste, aunque la mayoría de las veces se le ensucian de sangre y no tierra. 


-Hmmm...no sé, quizá beba algo y aproveche que cerramos por hoy para arreglar el jardín. Dime ¿Qué flor te gusta?-


Confundida y un poco molesta, la pequeña cree que sólo está jugando con ella. 


-¿Eh? Las Dalias, creo...

Es decir. No, me refiero con la organización... conmigo.- El corazón le duele y la incertidumbre le disparó la ansiedad hasta el techo. 


Lily por fin la miró otra vez, llevó el índice a su mentón y pensó un momento. -A ti te prometí que te dejaría vivir, pero tus amigos cazadores, hmmm. Creo que es mejor si te muestro.- 


-¿E-eh? ¿Cómo?- Inquirió, tiene un feo presentimiento.


La titán se encaminó a prisa y para 06, las fuerzas G resultantes se sintieron como ir en un auto deportivo a máxima velocidad, incluso la mantuvieron pegada a la palma de la gigante. 


Cruzaron la puerta y llegaron a la cocina, dónde anteriormente presenció una de las peores y más crueles torturas, su ansiedad se disparó aún más y sintió los inicios de un ataque, por suerte, Lily la llevó a otra mesa, una grande y amplia en el centro dónde las hadas parecen estar ocupadas con algo. 


Jodi actualmente se encuentra sentada con los brazos apoyada sobre ésta, leyendo un papel mientras Jaime está en su forma natural de hada, de pié y tratando de acomodar algo según la pelirosa le dicta. 


Desde ahí puede ver un objeto rectangular, orientado de manera vertical con las partes más gruesas a lo largo. Es similar a una pecera, pero muchísimo más delgada y llena de arena.


-Aquí, los puedes ver. Esperaba algo de lucha pero al final solo eran aficionados que se confiaron mucho.- Comentó con una sonrisa y risa burlona. 


-¡Pero fue divertido! Se defendieron bien de nosotras dos ¿Verdad Jodie?- Exclamó alegre la pelinegra, a lo que la más alta asintió con una sonrisa.


-¿C-como? No entiendo...- El presentimiento fue haciéndose cada vez peor, fue cuándo por el rabillo del ojo pudo ver unos objetos a los pies de Jaime, parecían autos, una grúa destruida eran absurdamente pequeños, más que ella incluso pues hasta el pie diminuto del hada luce como un edificio en comparación. Los reconoce, quizá no los vehículos destruidos en específico, pero la grúa. Está segura que es la misma que está en el deshuesadero de autos que utilizan como cubierta para su base.


Su corazón saltó un latido y miró de nuevo al objeto en el que las hadas trabajan. Éste no es tan grande pues al compararle con Jaime, el muro más alto apenas alcanza la parte baja de sus pechos, aunque ahora está parada sobre las puntas de sus pies para ganar un poco más de altura y alcanzar lo que sea que está tratando de acomodar. Es una granja de hormigas, ella solía tener una cuándo niña. 


Siguió examinando con la vista, el brazo de Jaime cabe a la perfección en la estrecha separación mientras trata de ver la mejor manera de acomodar los pequeñísimos autos sobre la arena, asegurándose de no apilarlos y ahí, al extremo opuesto está una casucha, abierta por la mitad como casa de muñecas y en el interior, puede ver movimiento. A simple vista, por el tamaño (y lógica) parecen ser hormigas.


Pero nada es lo que parece en el café de Lily.


-AH!-


El quejido alarmado de la azabache la distrajo, al parecer se apoyó mucho sobre un pié y resbaló, aplastando y hundiendo unos autos bajo la arena con solo su mano y peso. 


-¡Ten cuidado!! No nos quedaron muchos y los de plástico no serán lo mismo para ellos.- Regañó Jodie y Lily sólo rió al ver como sus empleadas tienen problemas con eso. 


Ese último comentario fue lo último que necesitó para caer en cuenta. 


-Van a acabar matándolos antes de armar esa cosa. Aunque igual seguro se olvidan de ellos y se mueren de inanición en un mes.-


-Poca confianza! Verás que los cuidaremos muy bien y tendremos muchos humanitos en nuestra colonia.- Respondió Jodie, ahora inclinándose sobre el cristal del lado de la casucha, ahí dió dos toques suaves con su adornada uña. 


Lily rodó los ojos, suspiró y sacudió la mano un poco al ver qué la cazadora estaba distraída.


-Ahí lo tienes, tus amigos y compañeros ahora son un proyecto de ciencias. Al menos los veinte que se ofrecieron a cambio de su vida.- 


-No la escuchen, los vamos a tratar muy bien, con comida, agua y muchos juegos y cariño!- Las palabras de Jaime irradian alegría y genuina emoción anticipada, pero el contexto es sumamente aterrador.


Los dedos de Lily apretaron el diminuto cuerpo de la destrozada chica que ahora está llorando.


-¿C-como? Pero si se fueron hace dos horas y-y la base tiene armas, defensas contra todo tipo de magia...- 


La bruja estaba ocupada con otras cosas, entrebuscando con su mano libre en un contenedor dentro de un cajón ahí mismo.


-Oh sí, esas cosas no sirven conmigo, sólo me encargué de unas cosas y esperé bajó una sombra. Ellas hicieron el resto, la verdad acabamos como en una hora.-Explico cómo si no fuese la gran cosa.- Nos tardamos más porque se pusieron a negociar con los sobrevivientes y luego fuimos a una tienda a comprar la granja de hormigas.- 


Dicho lo último, Lily festejó por lo bajo y del contenedor sacó una pequeña semilla de Dalia, misma que le entregó en sus manos a la cautiva. Está incrédula, destrozada ante el desarrollo de los hechos.


-Estare en el jardín, si quieren suban cuándo acaben.-


-Esta bieeeeen.- Respondieron al unísono cómo niñas a su mamá. 


La bruja abrió una puerta en la parte trasera del local, de ahí a un pasillo corto y luego una fila de escaleras, las cuáles subió.


-No puede ser...no, no puedo dejarlos ahí e irme como si nada ¿Que puedo hacer para que los dejes ir?-


-¿Huh?- Ahora Lily es la confundida. -¿Cuándo dije que eras libre de irte?- 


Ésto fue como un cubetazo de agua fría para la pequeña quién perdió el color de su piel y comenzó a hiperventilar. 


-Pero tú dijiste--


-Que te dejaría vivir, no que te dejaría ir. Te vas a quedar aquí por el resto de tu vida.- 


Llegaron al techo y ahí Lily abrió otra puerta, revelando la azotea y el hermoso jardín que la bruja tiene ahí, una pequeña terraza llena de filas de macetas con distintos tipos de flores, unas en el suelo y otras en macetas colgantes, una mesita y una silla bajo un tejaban.


-¿Y-y entonces qué? ¿Volveré al frasco? ¿Me harás más pequeña y me pondrás con compañeros a los que traicione?- 


Sus manos se aflojaron y soltó la semilla. Aquello la llevó al límite y el miedo se convirtió en desesperación.


La bruja la levantó a la altura de su pecho (muy plano por cierto) y con el índice de su mano libre le dió un golpe. 


-¿No escuchaste nada de lo que dije? Si te meto ahí morirás muy pronto y no exactamente a manos de los otros disque cazadores. Jodie y Jaime, son como niñas pequeñas, les harán caso unas semanas, pero luego se van a aburrir y se olvidarán de darles comida.-


Continuó caminando hasta llegar a una maceta pequeña, donde ya hay un agujero con una etiqueta, un letrero puesto.


-Y cuándo dije que estarás aquí, me refería a este lugar, con las flores.-


Se inclinó hasta quedar en cuclillas y preparó algo con la mano libre. 


La rubia ya está cansada, no le importa vivir o no, simplemente no quiere seguir con esta locura bajo la bruja y sus hadas desquiciadas.


-Pero no se nada de jardinería.- Notó algo en su mano por el rabillo de su ojo. La semilla, la soltó hace rato y no la está sosteniendo, pero de algún modo sigue pegada a su mano.


La gigante rió, levantó la mano a su rostro y apoyó su mejilla sobre el dorso de la mano libre.


-Intenta de nuevo.- 


La sonrisa se volvió más entretenida, inquieta, cómo cuándo sabes que algo va pasar en una película y anticipas la reacción de otras personas. 


06, extrañada, levantó su diestra y al examinar de cerca, se dió cuenta de que ha comenzado a germinar, el hipocotilo es visible y de éste ya están saliendo raíces, las cuáles se han aferrado a su mano. 


Ésto la asustó y usó la mano izquierda para quitarla, empujó y empujó, pero las raíces solo se aferraron más y eventualmente se enterraron en su brazo, causándole dolor y sacándole un chillido de pánico. 


Dió un pasó atrás, pero tropezó entre la suavidad e irregularidad de la mano de Lily, cayó sobre su trasero y en esa posición retrocedió a base de pataleos, siente las raíces haciéndose camino por su brazo, conforme el golpeteo de su corazón en el pecho se incrementa. 


Una raíz más grande salió de su brazo a su pecho, dónde se enterró de la misma manera y eventualmente dos, tres más la envolvieron, juntando la semilla a su pecho, constriñendo cómo si fuese una serpiente que amenaza con asfixiarla.


Las raíces llegaron a su boca y se introdujeron por ésta, pero aún tuvo espacio suficiente para mover la cabeza en dirección a la bruja, quién parece muy entretenida con la escena.


-Seguro piensas algo como "Ésto me va a matar ¿No que iba a vivir?"- Imitó en una voz más chillona y burlona para luego, usar su índice, no para golpearla como antes, sino para darle una caricia en la cabeza para tranquilizarla.-Se lo que parece, pero tranquila, prometí dejarte vivir y eso haré.- La levantó más y acercó sus labios para darle un cálido beso mientras las raíces la envuelven casi por completo.


-Usará tu vida como nutrientes para crecer grande y fuerte. Después usará los propios para mantenerte viva, en simbiosis! -


Mientras explica; bajó la mano de a poco para ladearla y dejarla caer con gentileza al agujero, tomó sus guantes de jardinería, una pala y empezó a echarle algo de tierra. 


-No te podrás mover ni hablar, pero se unirá a ti y compartirá sus sensaciones contigo, podrás ver el mundo como una linda Dalia por mucho, mucho tiempo. Las cuidaré muy bien.- 


Lily no ríe ni se burla, lo explica de corazón, cómo si aquel destino fuese un gran honor que le entregó a ella ¿y cómo no? Ama las flores, lo de atormentarla con un destino peor que la muerte es un extra.


Terminó de cubrirla con tierra y fue a sentarse a ver el atardecer.


El tallo de la flor no tardó en emerger de entre la tierra, frente a éste hay un letrero que dice [Brooke] el nombre civil de 06.


Chapter End Notes:

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