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Author's Chapter Notes:

Capítulo final. 


Have tiempo que terminé está historia y quise compartirla aquí, por el momento es el final de las aventuras de Lily y sus hadas, pero ellas regresarán en un futuro en busca de más víctimas y diversidad. 


Espero les haya gustado, muchas gracias por leer.

Ella estaba muy entretenida. Caminando con las manos detrás de la espalda tarareando una tonada mientras mira con diversión a sus pies, a la destrucción que sus tenis causan, a las personas, autos, casas que desaparecen bajo sus pisadas. 


Apenas iba cruzando por una de las calles, haciéndose camino al sur, cuándo vio un auto a su izquierda. Se le ocurrió una idea al notar la habilidad y velocidad de este, como iba esquivando autos y personas por igual. 


Mantuvo el ritmo sin perderlo de la periferia de su vista, esperando, calculando y cuándo éste estaba por cruzar el camino frente a ella, dió un paso parcialmente más largo, apuntando a pisarlo en el momento preciso cuándo éste pasara. El auto desapareció bajo el calzado de la bruja, sin embargo, aquél alcanzó a salir un segundo antes de que la suela hiciera contacto con el suelo, apenas raspando el techo y por un momento pareció que estaría a salvo, hasta que el otro pie "salió de la nada" y se postró frente a él.


La azabache sintió el impacto al costado de su pie, seguido de humo, fuego y una explosion que apenas y ensució su tenis.


Rió de nuevo, ahora inclinándose sobre un edificio de tres pisos dónde creyó haber visto una figura. 


Es tan grande que incluso en esa posición de cuclillas la deja de manera en que sus rodillas quedan a una altura considerable de la azotea, empequeñeciendo la estructura  en comparación. Mas aquello no sería problema para ella. 


Colocó ambas manos en el techo, destruyendo tanto los bordes como cables y demás aparatos que estaban ahí, sus dedos se clavaron debajo y con un poco de fuerza fue capaz de levantar el techo entero como si fuese la tapa de un bote de pintura, sacándola por completo y arrojándola a la distancia. 


—Se que están ahí~ vamos, salgan a jugar como el resto.~—


Escaneó el piso con su mirada mientras su cabeza y cabello obstruyen la luz del exterior. Su mirada se iluminó al encontrar lo que buscaba.


—Ahí estás.— Anunció levantando la diestra con sus dedos índice y pulgar listos para atrapar a la pequeña personita "tímida" 


El sonido de sirenas llamaron su atención antes de que éstos pudieran tomarla. De hecho la distrajeron y sin querer acabó pasándose de la distancia y cuándo se dió cuenta una de sus uñas ya había atravesado a la pobre víctima, cortándola por la mitad.


—Oh rayos... lo siento, no quería romperte tan rápido.—


Susurró para luego sacudir sus dedos y lanzar el cadáver al muro más cercano donde se estrelló con un húmedo sonido.


Unas dos docenas de autos se escucharon frenando alrededor de la bruja seguido de varias puertas abriéndose y cerrándose. 


—¡Alto ahí y arriba las manos!— Se escuchó una voz electrónica y parcialmente distorsionada seguida de un chirrido. —En el nombre del departamento de policía, le ordenó que se identifique.— 


Demandó, a lo que Lily volteó, buscando la fuente, hasta que vió al oficial con el megáfono en la mano.


—Oh, capitán Jacobs ¿Sucede algo?— Inquirió con inocencia.


—¿Quién e-..¿Lily? ¿Lily la del café?— Dudó un momento, trató de recordar su apellido, pero por alguna razón este se le escapa de la boca. Extraño pues es un regular en su café, siempre tiene una charla con ella cada vez que va a comprar donas y café ahí.


La azabache asintió. —Si, soy yo. Qué coincidencia encontrarlo aquí, pero bueno, es un pueblo pequeño después de todo.— Agregó, riendo suave a su propia broma. 


—¿Pero que te pas...¿Porque estás haciendo ésto?—


Ella ladeó su cabeza en confusión, pretendiendo no entender a lo que se refería. 


—Ah, ésto, pues...es estaba un poco aburrida así que decidí venir a jugar un poco.— La manera en que lo dice, tan animada, libre de culpa, de piedad y cualquier rastro de humanidad y empatía a toda la destrucción y muerte que ha causado le causó escalofríos a todos los presentes y a cualquiera que alcanzó a escucharla. 


—Estás causando mucho daño, personas están muriendo, detente o nos veremos obligados a usar la fuerza.—


La joven dió un vistazo alrededor, unas filas de autos y fácilmente unos cuarenta oficiales la rodean, todos le apuntan con armas, pistolas y algunos con rifles automáticos todos con cascos y chalecos antibalas.


—¿Todo ésto para la pequeña de mi?—


—Estoy hablando enserio.— Lo hace, pero algo dentro suyo le dice que todo eso es inútil. Cosa que se hizo clara un instante después, cuándo el dedo índice de Lily lo aplastó junto a una parte de su auto.


—¿Y tiene una órden? No tiene bases para detenerme. Es más, yo estoy en mi derecho porque todos ustedes están (y son) mi propiedad.—


Dijo, llevando ese mismo dedo a su boca, quería lamerlo, pero se abstuvo pues no quería probar la suciedad de la calle.  


Momentos después pasó a incorporarse hasta su altura completa causando un leve terremoto para los pequeños los cuáles cayeron presa del pánico luego de presenciar el terrible acto por parte de la gigante. 


Uno de ellos disparó por accidente y pronto todos le siguieron, una tormenta de balas y el ensordecedor ruido de las armas fue lo único que se pudo escuchar por unos minutos hasta que el último se quedó sin balas. 


—Pero mira como luchan, que adorable.— 


Se escuchó desde las alturas, seguido de una sombra y claro, el tenis de la bruja que descendió con la fuerza y peso de un edificio. El temblor resultante destruyó y levantó parte de la calle abriendo así un agujero en el suelo a unos metros hacía el frente de dónde pisó. 


Cuatro autos y seis oficiales fueron los que murieron bajo el calzado, mientras que otros dos vehículos y algunos cuántos más cayeron por la grieta recién abierta de la cuál no se podía ver el fondo.  La risita adorable de la bruja resonó por todos lados, con un eco tenebroso que activó esa parte del cerebro que genera el miedo y el instinto por correr. 


La gran mayoría no aguantó, soltaron las armas, unos cayeron rendidos sobre sus rodillas, mientras otros optaron por correr despavoridos, sólo para ser aplastados bajo el tenis de Lily, quién solo necesitaría dar pasos cortos para alcanzarlos a ellos y a un reducida grupo que sorprendentemente parecía querer continuar con sus esfuerzos.


A una calle, entre cuatro y seis personas uniformadas seguían disparado a sus tobillos, probablemente con la intención de lesionar algún ligamento para alentarla o algo, meta impossible ya que ni siquiera pueden dañar sus mallas, mucho menos su piel. 


—Nada mal, pero no se queden ahí abajo...— Un par de pasos más sacudieron el lugar y Lily los alcanzó, inclinándose desde la cadera y con la diestra abierta, tomó al grupo entero en una sola mano, misma que llevó a las alturas frente a su rostro. —Bien que está mejor ¿No? Así pueden pelear más agusto, justo sobre la palma de su enemiga.—


Se está divirtiendo mucho y no quiere, ni los dejaría huir.


Pero toda diversión tiene que acabar alguna vez.


De pronto, todo el lugar fue cubierto por una densa y muy oscura sombra, no como la que Lily proyecta, sino algo más similar a un eclipse solar, una que proviene de algo mucho más grande, capaz de cubrir el pueblo entero. Ahí, en el cielo, detrás de las "nubes" y parcialmente opacada por el azúl de este se puede ver el lindo y familiar rostro de Jodie asomándose desde el cielo como una luna o más bien un planeta que está muy cerca.


—Lo siento jefa, pero se acabaron los panqueques y los cupcakes.—


A pesar de su escala, la voz no demostró ser potente, de hecho parecía baja algo lejana. Lily no parecía muy contenta por la interrupción, pero acabó dejando salir un suspiro resignado al ver la hora en su celular. 


—El tiempo vuela cuándo uno se divierte.— Susurró y luego de cerrar la mano en un puño y aplastar así a sus atacantes; se encaminó en dirección al oeste, al titánico rostro que simula ser un cuerpo celestial.


Ésta vez no salió de su camino ni hizo caso a los aterrados pequeños que se ocultaban ante su presencia, pero tampoco se molestó en evitar pisar a aquellos que estaban en su camino, destruyendo y pateando autos como si fueran latas o basura en un parque mientras poco a poco iba creciendo, en segundos superando su de por si ya colosal estatura. Acelerando y multiplicándose cada vez, hasta alcanzar los tres kilómetros de altura al llegar al horizonte, dónde encontró algo que para ella se veían como hormigas, pero que sabía eran autos que habían chocado con la "nada" al tratar de escapar de su paseo. 


Colocó sus manos sobre el horizonte y con un impulso lo saltó como si de una cerca se tratase y eventualmente reapareció en el cielo, su redondo rostro tomando una posición similar al de su empleada.


—Fue divertido, los veo mañana.~


¿Amenaza o promesa? Los sobrevivientes no tuvieron mucho tiempo para pensar o siquiera asustarse de las albercas pues un estruendoso chasquido por parte de la titán hizo que todo comenzará a reformarse, fue cómo rebobinar un vídeo o regresar el tiempo, los cadáveres recuperaron sus formas y vida, los trozos de las calles y edificios regresaron a sus lugares originales, las personas y todo el lugar fueron en reversa al punto en el que se encontraban antes de la aparición de Lily y una vez ahí; todo se resumió con normalidad, los habitantes siguieron su día como si nada hubiese pasado.


—Ya voy, olvidé ponerles agua.— 


Se escuchó la voz de Lily quién regresó a su oficina con vasito en mano y caminó hasta el escritorio a un rectángulo de cristal, un terrario pequeño no más grande que las dimensiones de un smartphone moderno y abrió un pequeño compartimiento en la base de éste para así llenarlo de agua con un gotero antes de darle un último vistazo al pueblo cuyos habitantes, ignorantes de su cruel destino actual, viven como prisioneros, juguetes de la adorable bruja que solía servirles café a diario.


—Vigila en lo que no estoy ¿De acuerdo?— Dijo al tomar su preciada figura y la dejó al lado, mirando al terrario. 


Con todo acomodado y listo, Lily volvió a la cocina a atender a los nuevos clientes que visitan su querido y cómodo café. 


FIN


Chapter End Notes:

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