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Estuve unas 3 horas en su teta, o 4, o 5, no llevaba la cuenta pero si fue mucho tiempo, más que el que quisiera. Empecé a deprimirme como es natural, la chica de mis sueños me puso en un lugar que nunca esperaría, y no tenía ni idea de por qué. Luego de pensar que pasaría ahí el resto de la noche algo extraño empezó a jalarme hacia adentro del lago de leche, como una especia de Fuerza, hasta que llegué al fondo y comencé a disolverme. No dolió, pero si me asusté ya que empezaba a desaparecer.

Luego abrí los ojos, me encontraba en la palma de Ally, quien me paso nuevamente a Sheila, la cual estaba vestida sólo con su toalla y trató de evitar hacer contacto visual conmigo, cosa que no mejoró mi estado de ánimo.

- La próxima vez que hagas eso avísame, ¿ok linda?

- Esté bien, gracias.

Acto seguido Sheila caminó hacia la escalera y se metió en un lugar que nunca esperaría, mi habitación. Creo que la última vez que entré fue cuando jugué con Julie la primera noche, y estaba tal cual como la dejamos. Sheila me dejó sobre mi escritorio y se sentó sobre mi cama, agachando la cabeza.

- ¿Hablas tu o hablo yo? –Dije de forma irónica, fingiendo estar más alegre de lo que en realidad estaba para reconfortarla, ya que en su mirada veía la culpa que sentía.

- Bueno… Lo siento, no quise hacerte eso, es sólo que…

- No quieres responderme.

- No es eso… Sentí que no podía hacerlo, no era algo que me involucra solamente a mí.

- Entonces te fuiste de la cita por una emergencia, eso puedo entenderlo, ¿pero por qué no querías decirme? Lo habría entendido.

- Es que… Tenía vergüenza de hacerlo, de que te enojaras conmigo.

- Pero por qué…

- ¡Porque aún me gustas, Jazz!

Eso me dejó de piedra. En retrospectiva puede parecer obvio, pero la verdad yo no me lo esperaba. Es decir, Sheila fue buena conmigo, pero así es ella, es buena con todos, por eso también es que la amo. No sabía que decir, así que simplemente salté a mi cama, me acerqué a ella y abracé su muslo en mi tamaño actual de 5cm. Ella empezó a llorar, pero creo que de alegría ya que luego me recogió y me abrazó fuertemente contra su pecho, y yo hice lo mismo.

- Gracias Jazz… Gracias.

- No es nada, princesa. –Dije sonriendo.

- Creo que… En mi miedo a que me rechazaras me alejé de ti, antes éramos buenos amigos, y creo que lo eché a perder.

- Bueno… La verdad te invité a salir en ese entonces porque quería que fuéramos más que amigos… ¿Podríamos retomar nuestra cita algún día? Si quieres, claro.

- Si, me gustaría.

Esa declaración inundó mi corazón con más felicidad de la que creí alguna vez que podía soportar.

- Jazz… Creo que si debes saber la razón de por qué me fui esa ves… Antes de que comiéramos Jane me llamó, dijo que habían encontrado a Collin y  Jack. ¿Te habló de eso, no?

- Sí… De hecho, creo que ahora entiendo. Ella me contó toda su vida anoche, y al fin pude entenderla.

- Eso pensé, Kanna nos dijo, aunque suene mal me sentí aliviada, ya que ahora no tenía excusa para no contarte.

- Créeme, lo entiendo… Jane guardó eso muy en secreto, y no me molesta que no me dijeras, de hecho me siento feliz que de seas una amiga tan leal… También eres muy noble.

Ella me miró con una sonrisa.

- Bueno… No me habían llamado noble antes.

- Es así como te veo, siempre.

Ella sonrió aún más y volvió a acercarme a su boca para besarme. Sus labios cubrieron mi cara completamente y cuando me los quitó vi que había dejado caer su toalla al piso, quedando completamente desnuda otras ves.

- Sheila…

- Sólo hazlo.

Luego se acostó en la cama y yo sabía que hacer, bajé a su vagina y empecé a tocar sus paredes con mis manos mientras me cogía su enorme y hermosa cavidad. Ella puso sus dedos en mi espalda y empezó a empujarla de a pocos más adentro mientras seguía lamiendo los bordes de su vagina, seguí así un tiempo hasta que ella me insertó completamente, y yo no dejé de lamer.

Al poco tiempo sentí una sensación familiar en todo mi cuerpo, estaba cambiando de tamaño de nuevo, pero esta vez estaba creciendo, creciendo dentro de su vagina como si mi cuerpo entero fuera mi pene, y crecí hasta alcanzar más o menos 20 centímetros. Mis piernas estaban fuera, así que ella con una mano las agarró y empezó a meterlas y sacarlas rápidamente dentro de ella. Ahora era su consolador humano, y lo amaba. Los fluidos dentro de ella empezaron a  aumentar en cantidad, y con gusto los tragué como su fuera jugo, y en cierta forma lo era, y el más sabroso que había probado, jugo de Sheila. Ella terminó empujándome lo más profundo que pudo dentro de su vagina, tanto que atravesé su útero, para que poco tiempo después mi cara se llenara completamente de su jugo del amor, y terminara expulsándome fuera de su vagina, donde terminé sobre mi propia cama en un charco de los fluidos de Sheila, algo que ni en mis más locas fantasías habría imaginado… Bueno sí, pero no de esta manera, y ciertamente fue mejor de lo que imaginaba.

- Sabes Jazz… Esa fue mi primera vez… Te estuve esperando… Qué pena que las otras ya te usaron…

- Sí… Pero de cierta forma… También fue mi primera vez…

- ¿En serio?... A qué te refieres…

- Bueno… Ya tuve sexo antes… Pero esta fue la primera vez… Que hice el amor…

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