La Reina de Hielo by Shrinky Nothing
Summary:

Esta es mi primera historia, principalmente se trata de una particular mujer viviendo en un mundo de mujeres donde algunas personas (hombres y mujeres) pasan a encogerse a cierta edad. Esta mujer no es más que tortura para los hombres. La historia está formada de varios testimonios, en forma de caja china, creando una trama consecuente. Espero que disfruten leyéndola. 

Si eres una persona sensible favor de no leer.


Categories: Adventure, Feet, Growing/Shrinking Out of Clothes, Humiliation, Lesbians, Mouth Play, New World Order, Slave, Violent Characters: None
Growth: None
Shrink: Micro (1 in. to 1/2 in.)
Size Roles: F/m
Warnings: Following story may contain inappropriate material for certain audiences
Challenges: None
Series: None
Chapters: 3 Completed: No Word count: 3358 Read: 10696 Published: December 16 2015 Updated: December 16 2015
Story Notes:

Comencé a escribir esta historia en el foro macrofílico "Mujeres Gigantes" en verano y por culpa del estudio no he podido llegar a una conclusión, pero ahora que entré en vacaciones podré continuarla. 

Esta historia contiene material no apto para gente sensible, contiene violencia, lesbianismo y escenas fuertes.

1. Chapter 1 by Shrinky Nothing

2. Chapter 2 by Shrinky Nothing

3. Chapter 3 by Shrinky Nothing

Chapter 1 by Shrinky Nothing
Author's Notes:

Éste es solo el comienzo de la historia, pronto incorporaré las categorias que señalé. Espero que disfruten esta introducción.

Capítulo 1
Paul Marx, 23 años

- Tú y yo somos completamente capaces de escapar, y lo sabes – le dije a Sarah, tratando de convencerla de que había esperanza de salir de esta gigante prisión.
- No queda ninguna salida, ella ha puesto a su gato a la izquierda y era la última forma de escapar, y no voy a arriesgarme. 
Todo el grupo había sufrido una deprimente derrota, de nuevo, cuando “La Reina” – como a ella le gusta que la llamen – había colocado a su hábil gato en la parte izquierda de la prisión, donde hay un pequeño agujero. Ese día estábamos listos para irnos y escapar de la tortura de La Reina, tres de nuestros hombres se ofrecieron a explorar el más allá de la prisión, pero no sabíamos del gato. Fue un festín horroroso de sangre, al cual solo se le puede comparar con la licuadora (método de tortura que ella utiliza), el gato no tuvo ninguna piedad. Mientras todos nos fuimos con náuseas en la boca, Sarah, por curiosidad o por cualquier otra cosa, se quedó a ver cómo jugaba la gigante bestia blanca con los tres hombres, cómo los desgarraba únicamente con sus garras para al final tomarlos con la boca de la cabeza para sacudirlos hasta decapitarlos. Qué horror haber visto eso. Desde entonces, Sarah ha estado inestable y callada, ¿quién no lo estaría? Siendo yo ella, estaría igual o peor. 

- No habría mucho riesgo, usaremos el algodón del piso para camuflarnos con el suelo del cuarto, así el gato no nos verá. 
- ¡Ya te dije, no pienso hacerlo! 
- Bien – contesté finalmente mirando hacia abajo – si tú no lo haces, yo sí. Lo haré de todas maneras.
Después de levantarme y retirarme, no miré atrás, pero sé qué cara puso cuando lo hice. Yo sé que hacer esto es lo mejor que se puedo hacer ahora, de cualquier manera, si nos quedamos aquí moriremos, horriblemente, seguro.

 

Soshanna Arane, 22 años


No podía articular ninguna palabra después de lo que había visto. No era el hecho en sí, sino, su rostro. Él sabía que era impotente y sabía lo que iba a pasar, cuando me miró por última vez antes de morir. Pero fue lo rápido que sucedió que me dejó anonadada. Esto en verdad dejaría una marca en mi memoria. 
- Tuviste suerte hoy, pequeña – escuché la voz de La Reina rebotar por mi cabeza. Me elevó con su mano hasta su boca mientras lo decía y su aliento me pegó en todo el cuerpo, olía a menta. Sin embargo, no perdí mi seca y blanca expresión – ¿Solo vas a estar quieta con cara de estúpida? ¡Agradéceme, pedazo de basura! – cada vez que la vemos tenemos que decir esa frase de “agradecimiento” por poder ser capaces de estar a su merced – Gracias, reina, por poder servirte a ti, estaré en deuda contigo para siempre.
Lo siguiente que sentí fue un fuerte golpe en todo el cuerpo, pero cuando reaccioné, me di cuenta que era su saliva. Me había escupido, se sentía tan humillante, esto y las demás emociones provocaron que algunas lágrimas salieran de mis ojos. Traté de empujar los gemidos y sostener el apretado nudo en la garganta. 
- Esto es lo mejor que te mereces.
Me cambió de mano y se secó la otra, pero no a mí. Abrió el techo de una caja de la prisión y me dejó caer. Estaba en casa. 
- ¡Soshanna! ¿Soshanna? – escuché. Era la voz de Hans, nuestro líder, que vino tan rápido como se enteró que La Reina me había dejado. 
Me recostó en sus brazos mientras él estaba arrodillado, en ese momento el nudo me ganó y comencé a llorar. Axel dejó la prisión conmigo pero no regresó, así que Hans comprendió lo que había pasado, al igual que el grupo, que estaba detrás de él. 
- Ni siquiera quiero preguntar – Walt dijo desde atrás, lo cual fue irónico porque esa noche me preguntó mientras estábamos reunidos. 
- La… fue la… - dije frotándome la cara con las manos – licuadora. 
- Carajo – algunos dijeron junto otras maldiciones. 
- ¿Le vas a decir? – preguntó Paul dirigiéndose a Hans mientras abrazaba a Sarah. 
- Ah, cierto – dijo Hans sacando una pequeña sonrisa que desapareció de inmediato. 
- ¿De qué cosa? – pregunté y Hans me miró. 
- Un plan.
Después de una plática en grupo, yo y Hans bajamos a una esquina de la “Casa de hámster”, como a veces le decíamos a la prisión, ya que se parece mucho a la estructura de una casa para hámster, un laberinto no tan complicado. 
Cuando llegamos, vi una pequeña colina de tierra junto un agujero.
- ¿Es un túnel? – pregunté.
- Así es. Creí que la prisión se podía mover, pero ahora veo que es parte de la pared.
- ¿A dónde lleva eso? 
- No lo sabemos, pero, vale la pena saberlo – miré el túnel y pensé las cosas menos optimistas posibles. 
- Podría llevar meses saberlo.
- Todos lo sabemos, pero es lo único que nos da esperanza. 
- La esperanza es peligrosa – Hans se rio y un momento y me abrazó por atrás. 
- Ella lo es más. 
Me fui a mi caja y me acosté en el piso, como todos los días, y traté de no pensar en Axel, pero solo logré pensar más en él. He tenido noches largas en esta prisión, pero esa fue la noche más larga de mi vida.

Chapter 2 by Shrinky Nothing

Capítulo 3

Mark Astin, 24 años

La prisión no me parece algo tan malo como los demás piensan. Los veo tristes, enojados, humillados, todos transmiten lo mismo, pero no creo que yo transmita el mismo sentimiento. A veces me preguntan cómo puedo tener una actitud positiva con respecto a esta situación, pero jamás les digo la verdad, porque la verdad, para ellos, sería una incomprensible locura. Mi secreto es que estoy dispuesto a morir, pero no se trata de una idea suicida que se ha implantado en mi mente, sino, que estoy dispuesto a morir aquí porque no veo una mejor manera de hacerlo, que morir estando a la deriva de su voluntad.  Si ella decide que tengo que morir, lo enfrentaré con gusto, entregándole todo poder sobre mí y mi vida a ella. 
Gracias a mi actitud me he ganado algunas enemistades en esta caja de hámster, es una especie de mezcla entre celos y repulsión, porque piensan que lo disfruto, como si no lo hiciera.


Esa noche, a Carl se le ocurrió un plan para escapar de la prisión. En la planta inferior no hay paredes, solo barras, como una celda, pero dos de éstas parecen estar debilitadas y oxidadas y se podrían romper con facilidad. Una vez rotas, tres personas saldrán a explorar ese territorio, pero lo más probable es que no haya ningún peligro. Cuando regresen, los estaremos esperando para irnos de aquí hacia la libertad, ahí es donde entro yo. No quiero que esta bella fantasía llegue a su fin, si la gente que odio escapa entonces serán felices, encontrarán a sus dueñas o dueños y no regresarán jamás, y eso no lo puedo permitir pero no se me ha ocurrido ninguna manera de detener esto, tendría que esperar a que algo surja. Y cuánta suerte la mía,  al día siguiente La Reina decidió sacarme de la prisión con su celestial mano, a mí y a Heath. 
Mientras ella nos tenía a mí y a Heath colocados en la palma de su mano, él me susurraba “Mantente tranquilo y no sospechará nada”, con respecto al plan, y ahí fue cuando se me ocurrió el más brillante plan que he pensado en mucho tiempo. 
- De acuerdo – le dije. 
La Reina solo nos miraba desde arriba con su potente vista, una reina viendo a sus súbditos.
- Bien, niños, aquí hay uno de ustedes dos que en verdad me satisface – obviamente estaba hablando de mí – eso significa que uno de ustedes dos va a morir, y el otro vivirá para verlo. También significa que están atrapados y que no se podrán salvar, así que el que no me satisface completamente tendrá que hacer un buen trabajo – Heath me miró muy nervioso. 
Nos encerró un su puño y pensé en lo fuerte que ella es, es increíblemente fuerte. Estar encerrado aquí debe ser uno de los mejores privilegios que existen, pegado a su suave piel y poder contemplar sus perfectas uñas, esto podría ser el cielo.


- ¡Mark! - me gritó Heath, completamente aterrado - No, por favor, no - volvió a exlcamar mientras La Reina posaba sus prominentes dedos por encima de él. Ella titubeaba con éstos y se divertía mientras veía a Heath perplejo hipnotizado por el movimiento de su mano - ¡No! - gritó una última vez antes de que lo tomara por el torso. Lo alzó, le desnudó totalmente mientras se resistía y lo acercó a su boca. 
- Les dije, pequeños, que el que no me satisfaciera me iba a compensar con su vida - La Reina dijo con la mirada clavada en Heath de una manera perversa. Lo acercó un poco más y de su boca se deslizaba lentamente su increíble lengua y lamió a Heath suavemente de abajo hacia arriba. Gimió un par de veces. 
Creí que su destino era claro pero sucedió algo que ninguno de los dos esperaba. Encerró a Heath en su mano y a mí me tomó con la otra. La escuché caminar y no podía hacer otra cosa más que preguntarme qué iba a hacer. Cuando abrió su mano, rápidamente la luz me cegaba y cuando mi vista se despejó la noté sentada mirando un plato, colocó su mano derecha encima de éste y dejó caer a Heath.
- Delicioso - La Reina comentó aún mirando a Heath pero con una mirada más perversa. Tomó el tenedor y el cuchillo que estaban a los lados del plato y los acercó al cuerpo de Heath. 
Solo alcancé a oír sus últimas plegarias y gritos, pues La Reina había atravesado su cuerpo con un tenedor y sin el mínimo sentido de misericordia, rebanó a Heath en dos. El asco invadió mi boca salvajemente, de solo imaginarmelo desangrándose con los intestinos afuera. Aún habiendo hecho esto, La Reina no tuvo la menor consideración con él, pues le dio el cadáver a su gato. 
Estaba tieso, temblaba pero no podía moverme "Esto es lo que se siente" pensé, cada vez que alguien regresa a la prisión con una cara blanca y tiesa. De todas las personas que me odiaba de la prisión tenía que ser Heath, él me caía bien, a penas hace diez minutos nos sacaron de la prisión pero ahora él está muy lejos de regresar. 
- Qué satisfactorio - suavemente dijo. 
Me tumbé en la mesa y me arrodillé. 
- ¿A qué viene eso, basura? - me agarró en su mano y me colocó en su palma frente a su rostro -, responde. 
- L... le... le am... le amo, su majestad - temblé de miedo y de excitación, pero era cierto. 
- ¿De verdad? - rió y gimió gravemente - ¿qué amas de mí, esclavo? 
- Su poder y su fuerza - le comenté aún aterrado. 
- Qué bien. 
Me colocó en el suelo junto a sus divinos pies, y no tuve mayor control y corrí a abrazar su dedo gordo, besaba cada parte de la punta de su dedo. Ella se cruzó de piernas y alcancé a ver su pie pasar por encima de mí, y observe su enorme planta, era tan hermosa. 
Era un movimiento tan glorioso, simplemente ver cómo alzaba tal belleza lentamente. ¡Monumental! Esa sería la palabra para tratar de describirlo. Un movimiento tan sutil pero a la vez tan poderoso. Sería solo un acto que pasaría desapercibido ante los ojos de cualquier persona de tamaño habitual, pero a esta altura, a mi tamaño, parecía la acción que únicamente una diosa pudiese realizar, que al ver, uno se da cuenta de cuán pequeño es, de en dónde es su lugar. Solo con compararme con uno de sus dedos sería insultarla a ella, a mi reina, ahora ¡imaginen compararme con su tacón entero! Lo pequeños que debemos ser para ella, lo vulnerables y controlables, mirando arriba lo mejor que veo es la asombrosa altura de su precioso pie, pero aún quedan sus piernas, que son dos enormes montes olimpo, imposibles de escalar, y debajo de todo eso, como se supone, estoy yo, la macha en la suela de sus tacones, el pedazo de polvo entre sus uñas, el vulnerable esclavo atrapado en su belleza. 
- Es hora de irse - dijo satisfecha. Creo que podría ser un comienzo especial, no quería volver a la prisión donde estaría aislado de ella, yo quería estar con mi reina, así que mi plan comenzó. Golpeé gentilmente su mano para llamar su atención. Ella la abrió y me vio desconcertada - Tengo algo que decirle. 

Chapter 3 by Shrinky Nothing

Capítulo 3

Mark Astin, 24 años

La prisión no me parece algo tan malo como los demás piensan. Los veo tristes, enojados, humillados, todos transmiten lo mismo, pero no creo que yo transmita el mismo sentimiento. A veces me preguntan cómo puedo tener una actitud positiva con respecto a esta situación, pero jamás les digo la verdad, porque la verdad, para ellos, sería una incomprensible locura. Mi secreto es que estoy dispuesto a morir, pero no se trata de una idea suicida que se ha implantado en mi mente, sino, que estoy dispuesto a morir aquí porque no veo una mejor manera de hacerlo, que morir estando a la deriva de su voluntad.  Si ella decide que tengo que morir, lo enfrentaré con gusto, entregándole todo poder sobre mí y mi vida a ella. 
Gracias a mi actitud me he ganado algunas enemistades en esta caja de hámster, es una especie de mezcla entre celos y repulsión, porque piensan que lo disfruto, como si no lo hiciera.


Esa noche, a Carl se le ocurrió un plan para escapar de la prisión. En la planta inferior no hay paredes, solo barras, como una celda, pero dos de éstas parecen estar debilitadas y oxidadas y se podrían romper con facilidad. Una vez rotas, tres personas saldrán a explorar ese territorio, pero lo más probable es que no haya ningún peligro. Cuando regresen, los estaremos esperando para irnos de aquí hacia la libertad, ahí es donde entro yo. No quiero que esta bella fantasía llegue a su fin, si la gente que odio escapa entonces serán felices, encontrarán a sus dueñas o dueños y no regresarán jamás, y eso no lo puedo permitir pero no se me ha ocurrido ninguna manera de detener esto, tendría que esperar a que algo surja. Y cuánta suerte la mía,  al día siguiente La Reina decidió sacarme de la prisión con su celestial mano, a mí y a Heath. 
Mientras ella nos tenía a mí y a Heath colocados en la palma de su mano, él me susurraba “Mantente tranquilo y no sospechará nada”, con respecto al plan, y ahí fue cuando se me ocurrió el más brillante plan que he pensado en mucho tiempo. 
- De acuerdo – le dije. 
La Reina solo nos miraba desde arriba con su potente vista, una reina viendo a sus súbditos.
- Bien, niños, aquí hay uno de ustedes dos que en verdad me satisface – obviamente estaba hablando de mí – eso significa que uno de ustedes dos va a morir, y el otro vivirá para verlo. También significa que están atrapados y que no se podrán salvar, así que el que no me satisface completamente tendrá que hacer un buen trabajo – Heath me miró muy nervioso. 
Nos encerró un su puño y pensé en lo fuerte que ella es, es increíblemente fuerte. Estar encerrado aquí debe ser uno de los mejores privilegios que existen, pegado a su suave piel y poder contemplar sus perfectas uñas, esto podría ser el cielo.


- ¡Mark! - me gritó Heath, completamente aterrado - No, por favor, no - volvió a exlcamar mientras La Reina posaba sus prominentes dedos por encima de él. Ella titubeaba con éstos y se divertía mientras veía a Heath perplejo hipnotizado por el movimiento de su mano - ¡No! - gritó una última vez antes de que lo tomara por el torso. Lo alzó, le desnudó totalmente mientras se resistía y lo acercó a su boca. 
- Les dije, pequeños, que el que no me satisfaciera me iba a compensar con su vida - La Reina dijo con la mirada clavada en Heath de una manera perversa. Lo acercó un poco más y de su boca se deslizaba lentamente su increíble lengua y lamió a Heath suavemente de abajo hacia arriba. Gimió un par de veces. 
Creí que su destino era claro pero sucedió algo que ninguno de los dos esperaba. Encerró a Heath en su mano y a mí me tomó con la otra. La escuché caminar y no podía hacer otra cosa más que preguntarme qué iba a hacer. Cuando abrió su mano, rápidamente la luz me cegaba y cuando mi vista se despejó la noté sentada mirando un plato, colocó su mano derecha encima de éste y dejó caer a Heath.
- Delicioso - La Reina comentó aún mirando a Heath pero con una mirada más perversa. Tomó el tenedor y el cuchillo que estaban a los lados del plato y los acercó al cuerpo de Heath. 
Solo alcancé a oír sus últimas plegarias y gritos, pues La Reina había atravesado su cuerpo con un tenedor y sin el mínimo sentido de misericordia, rebanó a Heath en dos. El asco invadió mi boca salvajemente, de solo imaginarmelo desangrándose con los intestinos afuera. Aún habiendo hecho esto, La Reina no tuvo la menor consideración con él, pues le dio el cadáver a su gato. 
Estaba tieso, temblaba pero no podía moverme "Esto es lo que se siente" pensé, cada vez que alguien regresa a la prisión con una cara blanca y tiesa. De todas las personas que me odiaba de la prisión tenía que ser Heath, él me caía bien, a penas hace diez minutos nos sacaron de la prisión pero ahora él está muy lejos de regresar. 
- Qué satisfactorio - suavemente dijo. 
Me tumbé en la mesa y me arrodillé. 
- ¿A qué viene eso, basura? - me agarró en su mano y me colocó en su palma frente a su rostro -, responde. 
- L... le... le am... le amo, su majestad - temblé de miedo y de excitación, pero era cierto. 
- ¿De verdad? - rió y gimió gravemente - ¿qué amas de mí, esclavo? 
- Su poder y su fuerza - le comenté aún aterrado. 
- Qué bien. 
Me colocó en el suelo junto a sus divinos pies, y no tuve mayor control y corrí a abrazar su dedo gordo, besaba cada parte de la punta de su dedo. Ella se cruzó de piernas y alcancé a ver su pie pasar por encima de mí, y observe su enorme planta, era tan hermosa. 
Era un movimiento tan glorioso, simplemente ver cómo alzaba tal belleza lentamente. ¡Monumental! Esa sería la palabra para tratar de describirlo. Un movimiento tan sutil pero a la vez tan poderoso. Sería solo un acto que pasaría desapercibido ante los ojos de cualquier persona de tamaño habitual, pero a esta altura, a mi tamaño, parecía la acción que únicamente una diosa pudiese realizar, que al ver, uno se da cuenta de cuán pequeño es, de en dónde es su lugar. Solo con compararme con uno de sus dedos sería insultarla a ella, a mi reina, ahora ¡imaginen compararme con su tacón entero! Lo pequeños que debemos ser para ella, lo vulnerables y controlables, mirando arriba lo mejor que veo es la asombrosa altura de su precioso pie, pero aún quedan sus piernas, que son dos enormes montes olimpo, imposibles de escalar, y debajo de todo eso, como se supone, estoy yo, la macha en la suela de sus tacones, el pedazo de polvo entre sus uñas, el vulnerable esclavo atrapado en su belleza. 
- Es hora de irse - dijo satisfecha. Creo que podría ser un comienzo especial, no quería volver a la prisión donde estaría aislado de ella, yo quería estar con mi reina, así que mi plan comenzó. Golpeé gentilmente su mano para llamar su atención. Ella la abrió y me vio desconcertada - Tengo algo que decirle. 

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