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Author's Chapter Notes:

Estaré haciendo uso de un lenguaje “un poco” explícito en este capítulo y no exactamente en el ámbito erótico. Por favor, no dejen que los sorprenda ¡Y siento si puede parecer desagradable!

Como dato adicional, este capítulo salió un poco extenso así que estaré dividiéndolo en dos fragmentos, siendo el segundo el 4 que subiré prontamente.


Después de la conmoción de encontrar a mi hermanito y mi novio en aquella grotesca condición, perdí el conocimiento. Esa misma noche desperté desorientada y perdida, dándome cuenta de que estaba en mi habitación, abrí los ojos de par en par.

Un… ¿Sueño?

Sí, definitivamente fue eso, no hay manera de que haya presenciado un acto tan despreciable y sacado de la más retorcidas pesadillas...

Espera… es… ¿De madrugada?

Viendo a mi pecho mientras buscaba el cuerpo durmiente de mi pequeño Masashi, no lo encontré por ninguna parte. Al ver mi cuerpo, por otro lado, me di cuenta de que todavía tengo puesto el uniforme de la escuela así que es imposible que sea de madrugada… ¿Qué hora es?

Para verificar que mis temores fueran ciertos, intenté sacar mi teléfono del bolsillo de mi falda, fue entonces que sentí un extraño dolor en mi mano, cuando la acerqué a mi rostro me di cuenta de que tenía la palma vendada y mis uñas manicuradas estaban rotas.

Esforzándome por lanzar este hecho a una esquina de mi mente, revisé la hora en mi celular lo que hizo a mi corazón dar un vuelco. No puede… es imposible, esto no puede estar pasando… no puede…

Entré a la aplicación de mensajería para encontrarme con el último mensaje que recibí de Masashi diciéndome que iría a buscar a Seiichi a su salón. Aun así eso no fue suficiente para convencerme… empezando a perderme en la desesperación, entré al registro de llamadas…

Llamadas sin contestar:
> Seiichi.
> Masashi.

¿Lo que vi fue… real?

Dejando el teléfono caer sobre la superficie mullida de las sabanas me desarropé y levanté de la cama, colocando mis pies en las pantuflas junto a la cama.

Masashi y Seiichi están bien… eso fue sólo una pesadilla… una pesadilla… una…

Apenas me levanté de la cama en medio de la oscuridad de la habitación sentí un dolor ligero en la rodilla, tomando el celular para iluminarla con la linterna, descubrí un moretón.

—¿Ah? ¿Cuándo me ca…?

Eso es obvio, cuando perdí el conocimiento dada la terrible escena que presencié. Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo, mi piel se puso de gallina y un nudo se me hizo en la garganta, también sentí una presión en el pecho ante tal realización.

Mi garganta ardió intensamente cuando dejé escapar ese susurro y mi voz sonó terriblemente ronca… ¿Hacen falta más pruebas?

***

Atroz.

Pegados a aquella pared, sus extremidades habían sido separadas violentamente de sus pequeños y frágiles cuerpos.

Sus ojos arrancados de sus cuencas, dejando un perturbador vacío en su lugar.

Cuando me acerqué lo suficiente en silencio, fui capaz de percatarme de sus identidades.

El cabello avellana de Seiichi, el cabello rubio de Masashi.

Y como si esta pesadilla me hubiera estado diciendo que aún quedaba más por sufrir, había un mensaje escrito en rojo sobre ellos, letras escritas en sangre.

Para Miyashiro Yukiko: ¿Me devuelves mis dulces extremidades? Ah… ¿Con qué ojos podré verte ahora? Fui un chico muy malo por robarte tu tiempo…~
-Con amor, Nakahara Masashi.

Vomité.

“¡Somos chicos duros! No moriremos tan fácil~”

“¿Lo prometes?”

“Lo prometo.”

¡MENTIROSO!

¡ERES UN MALDITO MENTIROSO, MASASHI!

¡ME PROMETISTE QUE NUNCA ME ABANDONARÍAS!

¿Por qué…? ¿¡POR QUÉ!?

—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!!!

Entra en escena un pútrido olor que casi me hace toser.

Una densa niebla que por poco me obliga a entrecerrar los ojos.

Mi garganta no puede parar de emitir ese ominoso ruido contundente, duele mucho.

Mis manos están sangrando, gotas de sangre resultantes de clavar mis uñas en mis palmas caen al suelo.

Nunca olvidaré esa visión…

Dos de las personas que más amaba fueron llevadas con apariencias horridas de este mundo directo al aro más profundo del infierno.

Y entonces mi mundo se oscureció.

***

Casi en pánico y con lágrimas a punto de brotar, soportando las ganas de gritar intensamente, salí rápidamente de mi habitación hacia la sala de estar.

Allí me esperaba una escena inquietantemente realista, dándome la estocada de gracia justo en el pecho.

Mi madre sentada junto a la mesa con una expresión facial consternada hablaba con dos micros sobre la mesa. Cuando ella me escuchó llegar apartó su vista de ellos y la dirigió hacia mí.

¿Qué significa esto?

La expresión en el rostro de mi madre es… demasiado triste… yo… nunca la había visto así.

Repentinamente ella se levantó de su silla, dejando a mi padre y al otro micro de identidad desconocida para mí y se abalanzó sobre mí, envolviendo mi cuerpo con sus brazos.

—Yuki...

Usando el apodo cariñoso por el que siempre me llama en momentos específicos, mi corazón se estremeció por el tono de su voz y el significado tras ese abrazo. Su voz con pesar y la fuerza con la que me abrazó me hizo despertar del plácido sueño que había estado teniendo hasta ahora.

El sueño en el que Masashi y Seiichi seguían vivos.

Ellos ya no están.

Un par de minutos después, mi madre me soltó con las comisuras de sus ojos llenas de lágrimas, de alguna manera parece que ella estuvo conteniendo las ganas de llorar…

—¿Estás bien?

—Mamá…

Mi voz difónica se esfuerza por pronunciar esas palabras que duelen al intentar salir de mi pecho.

—¡Cariño! ¿¡Qué le pasó a tu voz!?

—Seiichi… Masashi…

Su expresión previamente impresionada por el tono ronco de mi voz volvió a ser una mirada decaída de resignación.

—Yuk-

—…

Aparté el brazo que mi mamá acercó dubitativamente hacía mí con una palmada sonora, entonces me di la vuelta y corrí hacia mi habitación.

Después de cerrar la puerta de golpe, me lancé sobre la cama y abracé una almohada de cuerpo completo, llorando intensamente. No hay nada que yo pueda hacer al respecto con todo lo que está pasando… ellos… mi hermano y mi novio… ambos están...

—A-aaah…

Mi débil voz emitió un sollozo ahogado por la almohada que se metió en mi boca, dejando mis sentimientos que estuvieron paralizados hasta ahora fluir, yo no pude creer todo lo que se estaba desarrollando tan rápido… si no fuera porque yo misma vi aquella grotesca escena…

Una voz gentil y delicada a la par que masculina habló a mi oído después de que pude sentir como la cama se hundió parcialmente a un lado a lo cual no le presté mucha atención. Esa voz sin embargo era tan familiar como la de mamá.

—Yuki… cariño… puedes… ¿Verme un momento?

Al escuchar la voz de mi padre en un principio no quise girar la cabeza para que viera mi patético rostro lleno de lágrimas y mocos con una expresión vergonzosa… sin embargo un momento después cambié de opinión por un simple factor. Mi hermano y mi novio acaban de morir, pero para Miyashiro Orochi, su hijo fue brutalmente asesinado por alguien cientos de veces más grande que él.

Cerrando mi boca, separé el rostro de la almohada a la que me estuve adhiriendo y dirigí mi rostro hacia él, de pie en el colchón muy cerca de mi cabeza.

—Vaya… mira cómo estás… hay muchos mocos y lágrimas en tu carita. Esto me recuerda a cuando eras más pequeñas y llorabas por cualquier cantidad de cosas… —Papá forzó una risa incómoda.

No supe que responder, yo sólo quiero llorar… quiero llorar la muerte de dos de las personas más importantes en mi vida… no hay nada que yo pueda decir en este momento que valga la pena así que formando un puchero, asentí suavemente.

—Sabes… Yuki —acercándose más y más, papá se aproximó tanto a mi rostro que se me complicó verlo, pude sentir sus manos tocando mi mejilla mojadas sólo para llenar sus propias manos de lágrimas que a su escala deben ser un manantial—. ¿Sabes que si un micro y una persona de tamaño regular quedaran atrapadas en una isla desierta… y la persona regular llorara, el micro nunca tendría que preocuparse por agua? —Sus pequeñas manos apenas perceptibles acariciaron mi mejilla cubierta por lágrimas que no paraban de fluir.

Algo sorprendida por su repentina pregunta, no vi fortuito responder algo relacionado.

—¿No estás triste…?

Eso era lo último que le hubiera querido preguntar, pero por un momento sentí un poco de rabia… ¡Tu hijo murió de manera grotesca! No es momento de… preguntas como esas…

—Yuki… tu madre y yo estuvimos preparándonos para este momento desde que los conocemos…

—¿Eh…?

Al abrir mis ojos más que antes, sorprendida, me incorporé en la cama sin entender claramente el significado tras sus palabras, cruzando mis piernas me senté y tomé su diminuta forma entre mis dedos índice y pulgar con extrema delicadeza para soltarlo en mi palma libre un momento después.

—Uoh, gracias.

Elevé las manos hasta acercarlo al nivel de mi rostro para verlo y oírlo claramente.

—Yukiko, seré sincero contigo… nunca te hemos contado esto pero… el día que Seiichi nació como un micro, nosotros no celebramos su nacimiento… en cambio lo lloramos.

¿Lloraron… el nacimiento de mi hermano?

—Ustedes… ¿No lo querían?

Mi madre ahora frente a mí negó con la cabeza en silencio a lo que mi padre habló con su voz masculina contraria a su pequeño tamaño.

—Claro que sí… lo amábamos como no tienes idea, Yukiko, tanto como te amamos a ti.

Su frágil figura de pie en mis manos hacía difícil imaginar que esta diminuta persona fuera el padre de una persona como yo, siendo que de seguro me veo gigantesca desde su perspectiva, sólo con formar un puño yo podría…

—Entonces… ¿Por qué…? —Centrando mi mirada en él, acerqué mi rostro lleno de duda aún más, probablemente bañándolo de mi respiración irregular por el llanto.

—Eso es porque… tu madre y yo sabemos perfectamente el destino de los micros en esta sociedad… el destino cruel que muchos de nosotros tenemos… es por eso que desde el día que Seiichi nació empezamos a prepararnos para este momento…

—Pero por más que lo intentáramos es imposible no sufrir, cariño, perder a un hijo no es algo para lo que puedas prepararte incluso después de toda una vida repitiéndote “Probablemente este sea el último día de vida de tu hijo” —la voz de mi madre se quebró, quedándose en silencio y bajando la mirada.

Entonces entendí a lo que estas dos personas se referían…

Hace algún tiempo, justo cuando empecé a salir con Masashi, mis padres nos hablaron a él y a mí del día en el que se conocieron. Aparentemente, cuando él iba a la escuela preparatoria y ella a la universidad, una chica de tamaño regular estuvo a punto de acabar con la vida de mi padre, fue entonces cuando mi madre (que para ese entonces simplemente pasaba por ahí de visitas a un ex profesor de su preparatoria) fue en su ayuda, mi madre siempre detestó la desigualdad existente entre micros y personas regulares. Desde ese entonces él se enamoró de ella… no puedo culparlo… cuando ella salvó su vida probablemente se vio como la persona más hermosa y bondadosa a sus ojos; al principio mi madre no se vio muy interesada por él pero después de un tiempo él logro cautivar su corazón saliendo y divirtiéndose juntos luego de un par de meses. Fue entonces que ambos empezaron a salir.

Es por eso que ellos conocen la fragilidad de la vida de un micro en este mundo… es porque esa fue la razón que los unió, la desigualdad que existe entre los dos tamaños que puede tener una persona.

No pudiendo soportarlo más, acerqué delicadamente la mano con la que lo sostenía hacia mi rostro y cerrando los ojos, lo presioné contra mi mejilla… a lo que respondió con un apenas perceptible abrazo.

Mis sollozos brotaron otra vez, no pude contenerlos por más tiempo y rompí en llanto una vez más, ahora con mi padre en mi mejilla. A mi lado, mi madre me abrazó protectoramente apenas empecé a llorar, sollozando débilmente junto a mí y recostando su cabeza de la mía.

Yo… los extraño…

—A-aaaaah…

Pero ellos no volverán.

***

El micro que estaba junto a mi madre y a mi padre en la sala de estar era un profesor de mi escuela, él nos explicó más detalles acerca de lo ocurrido con Seiichi y Masashi pero aunque no quise escuchar, me obligué a mí misma a reconocer sus crueles destinos.

Tal como sabía, sus cuerpos estaban en estados tétricos, sin embargo, el dato que desconocía fue que ambos cadáveres estaban recubiertos de un líquido transparente, pegajoso y de olor característico. Esa fue información horrible que desearía no haber sabido, porque me llevó un poco más cerca a conocer lo agonizante de sus momentos finales…

***

Vuelta al presente. Preparatoria Hanichi, tercer año de Miyashiro Yukiko.

—¿Tú eres… Miyashiro Yuki…¡¿ko?! —Cuando pronunció esa misma silaba, el pequeño cuerpo en su puño explotó en una mezcla de sangre y órganos revueltos por la tremenda presión de su agarre.

Esto no es bueno… voy a perder el control…

Carmesí.

Mis ojos están manchados de ese color desde aquel día…

Alguien ayude a esta chica antes de que…

Antes de que lo supiera, mi cuerpo se movió rápidamente hacia ella, alzando mi brazo rápidamente, mi mano tomó su garganta y presioné a la chica contra la pared con un impacto de su cabeza. Una fuerza descomunal tomó el mando de mi cuerpo y entonces empecé a ahorcarla.

—¿Q-qué dem… —Intentando hablar, las palabras no podían salir correctamente de su apretada garganta, dándome cuenta de esto, aligeré un poco mi agarre, manteniéndola presionada contra la pared detrás de ella.

Dándome cuenta de que pude controlar mis propios impulsos, suspiré profundamente con el fin de calmarme un poco a mí misma.

—Sekira… ¿No es así?

—¿¡C-Cuál es tu problema!? —Tosiendo un par de veces, no le presté atención aunque un poco de su saliva aterrizara en mi rostro.

—¿Te parece divertido… matar personas?

—¿Eh? ¿Personas? Ah… ¿Te refieres a esas pestes?

—… Sí.

—No me digas que eres otra de esas defensoras de micros… —Esbozando una sonrisa desagradable, ella habló arrogantemente—. Aunque… tiene sentido, con lo que he escuchado de t-

—¿Eh? ¿Y esa sonrisa de mierda de qué se trata? —Su sonrisa me irritó—. ¿Ah? ¿Crees que te tengo miedo? Una lástima pero no mido un miserable centímetro así que no me puedes hacer explotar bajo tu zapato… pero… ¿Sabes qué? Tú deberías tener miedo… si tan sólo supiera que eres el maldito cerdo que acabó con la vida de mi novio y mi hermanito… te empezaría a disecar como la maldita rana horrenda que eres…

La sonrisa en su rostro se desvaneció.

—¿De qué estás hablando…? ¡N-no es fácil ocultar la muerte de alguien de mi tamaño, además, tú te convertirías en una asesi-

—¿Asesina? Mira… jaja… jajajajajajajaja… —No pude evitar reír desde el fondo de mi corazón, lo que transformó la expresión de la chica frente a mí en una más consternada que antes—. Mira quien habla, ¿La grandísima Sekira tiene miedo y empezó a balbucear? Me importa una mierda ser atrapada, me suicidaré antes de que esos ineptos lleguen a mí, te mataré y me suicidaré…

—Qu… —Pude escuchar un bulto bajando por la garganta de la chica que entró en pánico.

—Pero tú no me interesas… yo sé lo que haces, sé de todos los enanos que has matado… tú y todas esas malditas psicóticas asesinas están locas de remate, conozco muy bien todo su historial, zorras… pero no me interesan, no son ustedes a quien busco, he comprobado que ustedes no los asesinaron —cuando la solté, sus piernas flaquearon—. Pero asegúrate de en caso de que sepas quien fue… dile esto, “Miyashiro Yukiko, la chica cuya vida arruinaste, va por ti. Juré por mi vida que te mataría, pedazo de basura, voy a abrirte las tripas como a una maldita rana y exhibir tus órganos en la entrada de la escuela… luego voy a vomitar en ellos y me voy a suicidar… voy a hacer tu asqueroso final tan miserable como el que les proporcionaste a aquellas personas que mataste sin piedad… después de usarlos para masturbarte…”

La expresión en el rostro de Sekira era difícil de describir, una mezcla de temor e incomprensión llenaba su semblante tembloroso.

—Y tú… no me importa si matas a alguien sólo porque es pequeño pues eso parece ser una normalidad en este mundo de mierda… —Pude sentir mis ojos ardiendo con furia mientras hablaba.

—¿¡Y a ti qué demonios te ocurr-!?

—Pero… —Un golpe calló sus réplicas, lanzándola al suelo. Un derechazo lo suficientemente fuerte en el rostro como para enviarla directo al piso, por suerte este era un lugar poco frecuentado y no había nadie cerca que pudiera presenciar este espectáculo—. Si veo algo así ocurriendo de nuevo, ten por seguro que algo peor que esto te ocurrirá…— Sin darle tiempo para criticarme por ello, me di media vuelta y seguí mi camino.

¿Acaso soy la única humana en este infierno?

¿Por qué nadie más muestra su frustración? ¿Por qué no están molestos con alguien como ella?

¡Ella es una asesina! ¡Hagan algo! Entiendo que los micros no puedan hacer nada, pero… ¿Qué hay de ustedes, a los que personas como ella le han arrebatado a sus seres queridos?

¿Ese golpe fue… injustificado?

—¡HEY! ¡E-ESO FU-!

Su voz fue silenciada cuando saqué algo de una pequeña cartera en mi bolsillo y lo lancé junto a ella, sin siquiera girarme, escupí unas últimas palabras.

—Ah, y si algo de este encuentro sale a la luz… ten por seguro que el día de mañana esas fotos tuyas estarán colgadas hasta en la entrada… así que considera bien qué te conviene más antes de decir cosas innecesarias~

—¿Eh?

Diversidad de fotos pequeñas de Sekira a punto de asesinar micros estaban dispersas en el suelo frente a ella. Fotos tomadas en el momento justo que sirven como evidencia para muchísimos casos sin resolver de micros desaparecidos o asesinados.

—¿C-cómo…?

—He estado algún tiempo haciendo mi tarea, sólo te pido que no hagas asquerosidades como las que hiciste hace un momento, frente a mí… mientras las hagas frente a cualquier otro… estoy bien con eso —alzando una mano mientras le di la espalda a forma de despedida, me alejé de la chica perpleja aun frotándose el lugar donde recibió el golpe.

He sido capaz de controlar mis impulsos de mejor manera últimamente, el hecho de que esa chica haya recibido un solo golpe es una prueba fehaciente de ello y estoy contenta con el dominio que he ganado sobre mis emociones últimamente.

Dirigiéndome a comprar algo de beber para mí y para Inohara, los balbuceos incrédulos de Sekira se quedaron atrás mientras que el único sonido acompañándome era el de mis zapatillas impactando contra piso y eventualmente las voces de los demás estudiantes.

¿Cómo me he vuelto tan arrogante en este último año?

***

Un año antes. Departamento de Miyashiro Yukiko.

Un par de sujetos altos de pie frente a la entrada de mi casa bloquearon mi camino cuando estaba por salir. Sin entender lo que ocurría, sólo permanecí allí de pie dirigiéndoles la mirada.

—¿Miyashiro Yukiko?

—A-así es…

—Necesitamos que venga con nosotros por ahora.

No puede estar pasando…

—Está detenida por…

Mi cabeza duele.

—… Ser sospechosa del asesinato de Miyashiro Seiichi y Nakahara Masashi.

Mis oídos zumban una vez más.

—…sinato de… na…

Mi visión se distorsiona.

—…do… sica… 

Esto es una broma… tiene que… tiene que serlo… esto es imposible… yo… yo…

Por favor, ya detente.

Chapter End Notes:

Al principio sentí este capítulo un poco extraño, creo que era debido a la reacción de Yukiko con respecto a la muerte de Masashi y Seiichi. Curiosamente, experimenté la muerte de un ser querido estos últimos días… aunque la expresión de Yukiko se haya afilado mucho en sólo un año, la razón se revelará a continuación. Embutí mis propios sentimientos en este capítulo y puedo afirmar que esta chica está actuando de manera normal para una persona cuyo hermano menor y novio fueron brutalmente asesinados.

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

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