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Author's Chapter Notes:

Continuacion del capitulo anterior....pero desde la perspectiva de Sonia 

Cuando Sonia despertó esa mañana de domingo temprano no fue con la mayor satisfacción, los mareos y el dolor de cabeza producto de la resaca que experimentaba, la hicieron olvidar por un momento de los eventos importantes que sucederían durante el transcurso de ese día que, a diferencia de la fiesta improvisada e inusitada de la noche anterior, estos venían planeándose con semanas de anticipación.

Por un lado estaba de antemano la enorme expedición que estaba preparada para zarpar hacia el cuerpo de Sonia en cuanto diera la orden y por otro, estaba la esperada “cita” que por insistencia de sus amigas del trabajo había aceptado tener en la tarde con Alex, quien era un exitoso corredor de bolsa 7 años menor que ella, y a quien no se le hacía para nada extraño salir con alguien mayor como Sonia quien a sus 42 años era todo lo que un hombre podía desear en una mujer…madura, responsable, con un cuerpo hermoso y escultural, y una tez muy bien definida para su edad, todo ello gracias al cuidado exhaustivo que sus millones de huéspedes realizaban sobre su cuerpo día con día. 

Por lo que era de esperarse que un hombre exitoso como Alex, estuviera tan deseoso por salir con una mujer como Sonia, a tal punto de haber estado insistiendo desde hacía semanas poder concertar una cita con ella y a quien finalmente había logrado convencer.

Sin embargo, la cita no era de lo mas esperada para Sonia, quien acepto salir debido a los ánimos de sus amigas Jenifer y Kelly quien cada día la habían motivado a que aceptara la oferta de Alex, quien le mandaba flores y regalos con regularidad como forma de invitación.

Para Sonia, su vida y propósito hasta ese momento era velar por sus millones de “hijitos” que resguardaba en su acuario de vidrio, y hasta hace unos pocos años, los que vivían también dentro de su escultural cuerpo.

Se sentía “exitosa” porque había logrado que ellos crecieran como una civilización prospera y pacífica que trabajaba en armonía por hacer que su mundo (su cuerpo) fuera más sano y seguro…un logro que difícilmente podían realizar los gobiernos prodigadianos en los que ella vivía.

Por lo que esa mañana de domingo, a pesar de la resaca que tenía debido a la reunión de anoche con sus amigas, la emoción principal de Sonia no fue la cita que tendría en la tarde sino la gran expedición que se iba a realizar en su modesta habitación…un evento sumamente grande e importante para su civilización, en el que decenas de miles de microputienses y liliputienses se establecerían por primera vez en alguna de las distintas ciudades establecidas por todo su cuerpo.

Para ello Sonia debía preparar su cuerpo para que estuviera en buenas condiciones para sus próximos visitantes ya que se encontraba sucio y desaliñado por el baile y el consumo sobrepasado de alcohol que se vivió en casa de Jenifer, donde se había relajado y desestresado del trabajo teniendo un poco de diversión y placer como en mucho tiempo no había tenido.    

Así que, al incorporarse lentamente del colchón sin desplegarse de las sabanas Sonia tomo su celular de la mesita de al lado y procedió a mandar un mensaje a sus “vigilantes” gulliverianos y liliputienses:

“Buenos días hijos, mama amaneció con una fuerte resaca, ustedes ya saben porque…”

“necesito relajarme un poquito para que todo esté en buenas condiciones para la expedición de hoy, por lo que esta vez me daré un baño en la tina en vez de la ducha normal…”

“por favor apliquen el protocolo ‘Domo’…”

“sus hermanos mayores pronto se unirán con ustedes…”

Sonia espero unos momentos a que el mensaje fuera respondido por sus hijos y entonces las notificaciones de ellos comenzaron a llegar a su celular con un mismo mensaje:

“Entendido mama…”

Una sonrisa de satisfacción se ilumino en el rostro de Sonia por sus fieles hijos que se encargarían de cumplir su palabra con exactitud y procedió a descorrerse las sabanas que cubrían su cuerpo en ropa interior como usualmente lo hacía al dormir, y con dulce voz procedió a despertar a sus once hijos brobdingnagians, quienes estaban en plena pubertad y que dormían cómodamente sobre la superficie de su abdomen, arrullados por el vaivén que su vientre realizaba cada vez que respiraba.     

“Hora de levantarse niños” les hablo susurrante mientras acariciaba sus cuerpos con sus enormes dedos.

Prontamente fueron despertando cada uno de ellos dirigiendo un cariñoso “buenos días” hacia su gigantesca y amorosa madre que los miraba con ternura esperando pacientemente que estuvieran listos para cumplir con su llamado…

“Hoy es el día de la gran expedición y no amanecí con bien hoy…me excedí con lo de anoche así que necesito relajarme un poco esta mañana…necesito que apoyen a sus hermanos a resguardarlos a salvo mientras me tomo un baño en la tina…ya saben muy bien que hacer…el protocolo ‘Domo’, ¿está bien?”

“Si, madre” respondió Lucy quien era la mayor de todos.

Entonces Sonia extendió su brazo hacia la mesita de al lado y tomo un pequeño cofre de apenas 2 centímetros de largo y la coloco tranquilamente a un costado de su ombligo. De inmediato, cada uno comenzó a sacar unos cristales demasiado pequeños para que Sonia pudiera visualizar a simple vista que tenían forma de domo.  

Sin embargo, eso no quitaba que supiera para que servían esos cristales…para proteger las ciudades apostadas sobre la superficie de su cuerpo de la masiva inundación que vendría sobre ellas cuando Sonia procediera a bañarse. 

En eso consistía el protocolo “Domo”…que todas las ciudades microputienses y liliputienses de la superficie se protegieran bajo un gigantesco domo durante el tiempo en que la diosa procediera a asearse y limpiarse de las impurezas que diariamente acumulaba en su divino cuerpo…una tarea nada sencilla que debía hacerse rápidamente, por lo que requería la participación de miles de gulliverianos y liliputienses en asegurarse que todos los habitantes estuvieran refugiados en una de las ciudades-domo.

Mientras tanto, Sonia observaba desde su perspectiva como cada uno de sus once hijos “mayores” se esparcían por su cuerpo llevando en sus manos los enormes domos hacia las distintas ciudades apostadas en su piel.

Unos hacia el norte, hacia sus enormes senos para cubrir las ciudades apostadas en la aréola y la base del pezón que se encontraban protegidas por un descomunante brasier; otros en el medio protegiendo el ombligo y las áreas circundantes del abdomen y finalmente los que se fueron hacia el sur a su zona inguinal que se encontraba cubierta por sus bragas azuladas, por lo que Sonia tuvo que hacerles una abertura en el medio para que pudieran entrar y resguardar las ciudades apostadas en su zona intima.

De pronto, se escuchó el ruido característico de cuando llega una notificación al celular.

“Muy buenos días Sonia, la reservación en el Shangri-La ya está lista…pasare por ti a eso de las 6 de la tarde.”

El mensaje de Alex la hizo olvidarse por un momento del movimiento que se realizaba por todo su cuerpo. Pero no paso mucho tiempo para que le llegara otra notificación esta vez de sus traviesos hijos Fred y George con el mensaje:

“todo está listo madre, el protocolo Domo se ha realizado como pediste,” acompañado de un cosquilleo, característico de ellos, en la base de su clítoris.           

Entonces Sonia se levanto de su cama y se dirigió hacia la tina para un refrescante y confortable baño, segura de que todos sus hijos estaban resguardados y protegidos de las inmensas aguas que golpearían con estruendo sus maravillosas y pacificas ciudades...

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