"Antes de aceptar tu oferta, me gustaría presentar mis respetos a tus amigos, aunque no los conocía". Juntó las manos. Allí, en ese momento, Megumi podría haber sido confundida con algún tipo de diosa rezando por el pasaje seguro de un alma al más allá. El solo hecho de ver lo respetuosa que era solo le daba a Mai un sentimiento más fuerte de temor por lo que estaba a punto de decirle.

   "Ese chico, Ryu… no fue la única víctima. Esto fue un doble asesinato y un secuestro. ¡Lo peor es que TODO fue mi culpa!" Ella miró hacia otro lado avergonzada, golpeando su mano contra la pared.

   "¡Si no hubiera dado ese estúpido discurso, esos 3 estarían bien!" Ver y escuchar cómo se sentía Mai, así como la espantosa escena frente a ella, hizo que Megumi se preocupara tremendamente por todos los micro estudiantes de esta escuela. ¿Estaba bien que los estudiantes normales se salieran con la suya con cosas como esta? Solo el pensamiento fue suficiente para llenar a Megumi de tristeza. Sin embargo, esta tristeza solo le dio más motivación para ayudar a hacer un cambio. Y el primer paso para eso fue asegurarse de que Mai estuviera motivada para hacer un cambio junto a ella.

   "¡No te menosprecies así! ¡Aunque te acabo de conocer, puedo decir que siempre estás haciendo todo lo posible para ayudar a tus compañeros de estudios! ¡Así que pase lo que pase, nunca te rindas!" Ella le sonrió, tratando de ocultar el hecho de que tenía algo de miedo de la persona o personas que hicieron esto.

   "¡Tienes razón! Y no te preocupes, no me rendiré y, con tu ayuda, me siento cada vez más segura de nuestras posibilidades". Miró a Megumi con una sonrisa motivada que apareció en su rostro. Sin embargo, esa sonrisa se convirtió lentamente en una mirada de preocupación, porque estaba dolorosamente claro que Megumi llegaba muy tarde a clase.

   "Sé que tienes una razón probable para llegar tarde, pero no podremos hacer ese cambio si te echan por absentismo escolar ...", criticó, preocupada por su asistencia.

   "Bueno, la cosa es ... sólo me acerqué a ti en primer lugar porque estaba buscando direcciones para mi clase." Se rascó la cabeza y le mostró a Mai su horario. Después de mirarlo por unos segundos, Mai pudo averiguar dónde estaba su aula.

   “Entiendo por qué no pudiste encontrarlo, estás en el piso completamente equivocado. ¡Déjamelo a mí! Te mostraré cómo llegar allí.” Al escuchar eso, Megumi sonrió y levantó suavemente a Mai.

   Después de un par de minutos de caminar, los dos finalmente habían llegado a la clase principal de Megumi.

   "Hey Mai, gracias por ayudarme a llegar a clase, ¿pero estás segura de que quieres volver por tu cuenta después de todo lo que te ha pasado?" Preguntó genuinamente preocupada por la seguridad de Mai. Sin embargo, Mai simplemente negó con la cabeza.

   "No sería la persona que soy hoy si siempre estoy inquietamente preocupada por cada pequeña cosa ... Pero, si estás tan preocupado por mí, intercambiemos números. Y si alguna vez estoy en problemas, te llamare, ¿de acuerdo? Además, reunámonos durante el almuerzo para discutir algunas cosas. Te enviaré un mensaje de texto con el lugar de la reunión ". Megumi asintió e intercambió números de teléfono celular.

   Ambas se despidieron y Megumi estaba lista para ingresar a su nueva clase. Como era de esperarse, la profesora que estaba adentro estaba bastante preocupada por Megumi después de esperar casi media hora. Harta de esperar, cerró la puerta de golpe y fue a buscarla solo para encontrar a Megumi y Mai despidiéndose fuera de la puerta.

   "¡Megumi Shiro, llegas tarde! Como estudiante nueva, no es bueno llegar notablemente tarde en tu primer día." Miró hacia abajo, vio a Mai y se dio cuenta de lo que debía haber sucedido. "Te perdiste, ¿no? ..." Ella suspiró.

   Bueno, en cualquier caso. Gracias por acompañar a la señorita Shiro a la clase Ogasaki, por favor cuidese en su camino de regreso. "Inclinó la cabeza y tiró a Megumi hacia la clase. En el interior, la clase parecía bastante normal, excepto por algunos personajes coloridos.

   "Presentate." Se apartó de Megumi permitiéndole dar su presentación, y después de escribir su nombre en la pizarra, Megumi se acercó alegremente al grupo.

   "Mi nombre es Megumi Shiro, es un placer conocerlos a todos. ¡Espero poder trabajar juntos y hacerme amiga de todos ustedes!" Ella sonrió dulcemente e inclinó la cabeza. Poco después, la clase estalló en aplausos y vitoreos (principalmente de los estudiantes varones).

   "¡Ella es ... un ángel!" Algunos de los chicos gritaron.

   "No amigo, ella es una diosa ... ¿entiendes? Porque su nombre es Megumi, y si reemplazas la 'U' con una 'A' se convierte en Megami, que significa diosa." Dijo un micro alumno, lo que silenció casi instantáneamente a toda la clase.

"¿En serio? ¿Nadie? ¿Nadie en absoluto? ¿Ni siquiera una risa de lástima?" El niño esperó y poco a poco se deprimió después de darse cuenta de lo vergonzoso que era su comentario. En ese momento probablemente estaba pensando 'bueno, ahí va mi oportunidad de hacerme amigo de esa chica ...' sin embargo, Megumi apreció bastante su 'inteligente' juego de palabras y decidió hablar.

   "Creo que es muy gracioso." Ella se rió, provocando un alboroto de risas entre el resto de la clase.

   "¡Jaja! Tienes razón Rentaro, si reemplazas con la 'U' con una 'A' se convierte en Megami. ¡Eres tan inteligente, jaja!" El resto de los chicos de la clase comenzaron a felicitar y aplaudir al chico, cuyo nombre era Rentaro. La respuesta de Megumi a su horrible juego de palabras no solo salvó su reputación, sino que obtuvo importantes puntos de afecto no solo para Rentaro sino para la mayoría de la clase, ya que su encantadora risa mostró su ternura, a diferencia de cualquier otra cosa.

   "¡Ahora todos, cálmense! Señorita Shiro, su asiento será el de la esquina trasera de la clase." Dijo el maestro haciendo que la mayoría de la clase retrocediera con incredulidad.

   "Vamos profe, ese asiento esta justo en frente de donde se sienta Furyu. ¿Quieres que esta flor pura e inocente se corrompa o algo así?" Un estudiante comentó. Megumi no sabía esto todavía, pero esta persona Furyu, de la que hablaba la clase, era una persona "interesante", por decir lo menos. No era como si fuera rara o espeluznante, era principalmente porque era el epítome absoluto del estereotipo clásico de 'delincuente de la escuela preparatoria'.

   "Creo que estará bien. ¡Nada puede corromperme!" Dijo con confianza, provocando otro alboroto de aplausos, y después de tomar asiento, Megumi sacó su libro de texto y la maestra finalmente comenzó a enseñar.

   Mientras la clase iba a las mil maravillas, una chica de aspecto vulgar entró, interrumpiendo groseramente a mitad de la lección. Su cabello había sido mal teñido de rubio con una gruesa tira de tinte rojo en el lado izquierdo de su cabeza. Era alta, un poco más plana en lo que respecta a los senos, e incluso si no era tan obvio gracias a su uniforme, tenía un cuerpo tonificado. Mirando de cerca, Megumi también notó que la niña tenía un curita en la cara y su brazo estaba envuelto en una venda, si tuviera que adivinar, probablemente ambos obtenidos a causa de peleas,

   "¡Llegas tarde de nuevo, Furyu Mitsukabe! Por favor, toma asiento, estás interrumpiendo la clase." La señorita Oshino (la maestra) suspiró y continuó enseñando.

   "¡Cállate, maldita sea! Solo estoy aquí porque me obligan…" Cerró la puerta de golpe y caminó a regañadientes hacia su escritorio. Cuando se encontró con Megumi, Furyu estaba enojada y confundida.

   "¿Quién diablos eres tú?" Preguntó Furyu con rudeza. Ahora, normalmente Megumi se presentaba cortésmente, sin embargo, sabía exactamente cómo hablar con los delincuentes y Megumi se enorgullecía de poder causar una buena impresión en casi cualquier persona que conocía.

   "¡Tch, qué te importa! ¡¿Esperas que te lo diga ?!" Ella se cruzó de brazos y la miró.

   "Je, tienes una buena intuición. Mi nombre es Furyu, por cierto. ¡Furyu Mitsukabe!" Ella sonrió y se sentó en el escritorio detrás de ella.

   "¿Te importaría despertarme después de que termine la clase, niña?" Puso los pies sobre el escritorio y comenzó a cabecear sin respetar la lección de la maestra, sin embargo, no le importó demasiado, considerando que tenía que lidiar con su actitud casi a diario.

   "Claro… oh y, soy Megumi por si te lo preguntabas." Abrió uno de sus libros de texto en la página correspondiente. Sin embargo, no es como si lo necesitara. Por lo que Megumi podía decir, ya le habían enseñado esta lección exacta en Okisana.

   Una vez que sonó la campana, Megumi rápidamente guardó sus cosas y comenzó a caminar hacia el lugar de reunión designado por Mai; el pasillo fuera de la oficina de la facultad. Por lo que Megumi podía decir, ese lugar era prácticamente uno de los lugares más seguros para un pequeño, sin embargo, estaba un poco confundida por el motivo por el que quería reunirse en el pasillo en lugar de en una clase o en el salón de un club.

   De camino a la oficina de la facultad, Megumi comenzó a sentirse cada vez más perturbada por la cantidad de manchas de sangre en los pasillos. No había tantos, pero en comparación con Okisana (donde ver un micro aplastado era tan raro como ver el cadáver de un estudiante normal en cualquier otra escuela) fue realmente discordante. ¡No podía permitir que lo que vio rompiera su determinación, no importa qué! Pero, no podía simplemente ignorarlos, dado que casi siempre tenía que mirar hacia abajo, por si acaso.

   Después de unos minutos de caminar, finalmente se acercó a la recta final, pero para su consternación, Megumi se encontró con algo realmente agravante; Una chica alta de cabello negro azabache acosando a un micro indefenso.

   "¡Jajaja! ¡Qué patético pequeño pervertido! ¿Cuál es el punto de intentar echar un vistazo cuando eres un bichito tan minúsculo? Te haré un favor y te daré lo que te mereces." La chica arrinconó al micro, antes de levantar su pie y prepararse para pisotearlo.

   "¡Fue un accidente! ¡Lo juro!" El estudiante suplicó, y por el tono de su voz y el hecho de que literalmente estaba a punto de desmayarse de miedo, Megumi podía decir que probablemente estaba 100% diciendo la verdad. La sola idea de que alguien fuera asesinado debido a un estúpido malentendido realmente disgustaba a Megumi e incluso si no fue un accidente, un asesinato directo como castigo por una ofensa tan minúscula simplemente no estaba bien. Necesitaba intervenir, pero antes de que pudiera, una cierta chica alborotadora con cabello rubio mal teñido intervino. Era esa chica delincuente de su clase, Furyu Mitsukabe.

   "¡Solo cállate maldita sea! ¡Las perras sádicas hipersensibles como tú me encabronan muchísimo! ¿A quién diablos le importa si alguien ve lo que hay debajo de tu falda? no es como hubiera algo interesante ahí abajo". Ella se burló, mirando al matón. Furyu luego la agarró por el cuello y la tiró directamente al suelo. Megumi no podía creer que alguien que parecía un delincuente 'malo hasta la medula' fuera el tipo de persona que detiene a una bully en lugar de unirse ella.

   "Ahora tienes dos opciones. ¡Suelta tu billetera y lárgate de aquí, o te sacare el cerebro a golpes!" Ella hizo crujir sus nudillos mientras la miraba amenazadoramente. En este punto, era difícil saber quién era el matón real, sin embargo, incluso si Furyu no era exactamente un héroe de la justicia, Megumi podía decir que ella era una buena persona en el fondo, muy en el fondo.

   "¡B-bien, no me lastimes!" La chica dejó caer desesperadamente su billetera en el suelo y se escapó en dirección a Megumi. Al pasar, Megumi pudo escucharla murmurar algo. No era exactamente audible, pero Megumi pudo distinguir las palabras "Solo espera ..."

Después de sacar el dinero de su billetera, Furyu lo arrojó distraídamente a un bote de basura cercano y continuó su camino, sin siquiera tomarse un segundo para recibir el agradecimiento del micro que había salvado. Por supuesto, Megumi, siendo la buena samaritana que es, fue y revisó las condiciones del microestudiante. Aparentemente, parecía haberse desmayado. Sin lesiones reales. "Qué bueno, está bien ..." Megumi suspiró aliviada y se arrodilló frente a él.

   "Oye, ¿estás bien?" Ella lo miró, y bajo una inspección más cercana, Megumi se dio cuenta de que no era otro que Rentaro de su clase. Y después de golpearlo suavemente, finalmente se despertó.

   "¡¡Por favor, no me hagas daño!! ... Oh, eres tú. Megumi, ¿verdad? ¡Gracias por salvarme!" Él sonrió ansiosamente. "Supongo que debí desmayarme cuando esa chica casi me pisoteó. No soy un pervertido eso fue totalmente un accidente. ¡No quise mirar por debajo de su falda, lo juro! ella caminó sobre mí y comenzó a llamarme pervertido. ¡Por favor, créame! " Se echó a reír nerviosamente pensando que ella no le iba a creer. Megumi se dio cuenta de que estaba bastante conmocionado y tal vez incluso traumatizado por la experiencia porque seguía murmurando 'No soy un pervertido' en voz baja. Necesitaba calmarlo de alguna manera, y fue entonces cuando Megumi recordó un consejo de una de sus amigas más confiables.

   "Si alguna vez te encuentras con un pequeño microchico asustado en la escuela, déjalo sentir tus tet-, quiero decir, tus latidos a través de ese enorme pecho tuyo y se calmarán de inmediato. ¡Garantizado!" Después de no tener la oportunidad de probarlo, Megumi no pudo comprobar si funcionaba, pero esta era su oportunidad de finalmente ponerlo en uso. Por algo que Megumi leyó una vez, estaba convencida de que el sonido de los latidos del corazón era un sonido relajante y tranquilizador.

   Siguiendo el consejo de su amiga, Megumi levantó suavemente al chico y lo presionó suavemente contra su pecho. En ese momento, el repentino miedo de Rentaro a las mujeres que desarrolló cuando estaba siendo acosado, instantáneamente se desvaneció. Los tranquilos latidos de su corazón lo llevaron a una tierra de tranquilidad y nostalgia cuando Rentaro comenzó a recordar su infancia. Para él, era casi la misma sensación que cuando su madre lo mimaba cuando estaba triste. Este tratamiento era exactamente lo que Rentaro necesitaba para calmarse y recuperar su confianza. Después de aproximadamente un minuto de este tratamiento, Megumi finalmente se apartó. Rentaro no pensó en nada lascivo sobre este tratamiento porque, al igual que cierta persona en esta historia, también era extremadamente despistado. Si Megumi le hiciera lo mismo a Shuichi, sus hormonas de adolescente se habrían disparado, sin embargo, Rentaro simplemente lo vio como el gesto amable de un alma gentil.

   "Gracias, te lo agradezco. No sé qué hubiera hecho sin ti. Mi nombre es Rentaro Kitagawa, pero puedes llamarme Ren o Rentaro, cualquiera de los dos funciona". Sonrió inocentemente y prometió ser más cuidadoso con los estudiantes normales, aunque no era culpa suya.

   “Aprecio el agradecimiento, pero yo no fui quien te salvó,” dijo Megumi poniéndolo de nuevo en el suelo.

   "Entonces, ¿quién lo hizo?" Preguntó tratando de recordar si había alguien más cerca de él cuando estaba siendo acosado. No había nadie en los pasillos además de él, y Megumi, así que no tenía ni idea de quien era la persona que le salvó la vida.

   "¡La que te salvó fue Furyu!" dijo Megumi y Rentaro se sorprendió por la impactante revelación, pero después de unos segundos finalmente pudo aceptar lo que había sucedido y honestamente se sintió bastante halagado al saber que alguien que él pensaba que era un delincuente violento haría todo lo posible para salvar a alguien-- incluso a un microestudiante.

   "Bueno, me aseguraré de agradecerle la próxima vez que la vea". Dijo y los dos se separaron. Cuando se fue, Megumi pensó en sacar la billetera del matón de la basura y devolvérsela, en caso de que tuviera una identificación, pase de tren o cualquier otra cosa importante dentro.

   'Trató de matar a alguien, así que esto es lo que se merece, sin embargo, tenía una razón para hacerlo, y también podría sentirse insegura al respecto, además este evento puede haberla hecho aún más hostil hacia los micros.' Pensó y después de considerarlo bien por un minuto o dos Megumi, de mala gana, recuperó la billetera y decidió averiguar dónde estaba su clase para poder dejarla en su escritorio más tarde. Sin embargo, no solo estaba planeando devolvérselo, sino que se lo iba a devolver bajo el nombre de Rentaro como una forma de influir un poco en su percepción, potencialmente negativa, de los Micros. Lo que no sabía era que su plan iba a ser contraproducente de una manera que nunca hubiera esperado.

   Después de que toda esta conmoción pasara, Megumi finalmente se dio cuenta de que se olvidó de reunirse con Mai, y después de ver lo tarde que era, Megumi se apresuró a ir al lugar acordado. Cuando Megumi dobló la esquina, vio a Mai y sintió una gran sensación de alivio al ver que estaba completamente bien, parecía un poco ansiosa por esperar. Después de todo lo que vio en el camino, fue difícil no preocuparse por ella.

   "¡Mai, me alegro tanto de que estés bien!" Dijo felizmente, saltando hacia ella y levantándola gentilmente.

   "¿Qué pasa contigo? Estás actuando como si no me hubieras visto en años." Ella se rió, una sonrisa apareció en su rostro por el trato inusual al que no estaba acostumbrada.

   "No pasa nada, no te preocupes. Entonces, ¿de qué querías hablar?" Inclinó la cabeza mirando a Mai con expresión de desconcierto. Tenía una pequeña pista de lo que iba a decir Mai, pero no estaba segura.

   "¡Juntos... vamos a formar un nuevo consejo de micro representantes para proteger los derechos de cada micro estudiante en esta escuela! Y para asegurarnos de que nuestros miembros estén a la altura de la tarea ... buscaremos en cada centímetro de esta escuela hasta encontrarlos ¡¡Estudiantes justos como tú y yo, aquellos dispuestos a ayudar a reforzar los derechos de cada micro en esta escuela!! Por eso estamos fuera de la oficina de la facultad ". Con confianza sacó la forma de creación del club y sonrió, pero estaba tan absorta y testaruda con su ambiciosa idea que no se había dado cuenta de que les faltaba un componente extremadamente crucial.

   "Esa es una idea asombrosa, pero ... ¿cómo vamos a hacer exactamente algo así? ¿Y no sería mejor simplemente integrar nuevos miembros al consejo existente en lugar de crear un nuevo consejo? Además, no estoy seguro si es lo mismo en esta escuela, pero en Okisana para formar un nuevo comité o consejo estudiantil es necesario obtener la aprobación directa del director, un asesor de la facultad, así como un porcentaje específico del voto de los estudiantes..."Megumi siguió adelante con indiferencia por tres largos minutos, contrariamente a todas sus divagaciones, la cara de Megumi parecía extremadamente emocionada por el plan de Mai.

   "T-Trabajaremos juntos." Dijo en el impulso del momento. La gran cantidad de información estaba comenzando a abrumar a Mai, pero no estaba desmotivada en lo más mínimo.

   Tratando de entender su comentario increíblemente vago, concluyó que probablemente iban a optar por un plan de integración de miembros y, por lo tanto, necesitaban reclutar miembros que serían de gran ayuda para su causa de forma selectiva. Luego comenzó a pensar en algunas personas que conocía que podrían apoyar su causa. Y después de unos segundos de pensar, finalmente se le ocurrió.

   "Deberíamos pedirle a Furyu Mitsukabe que se una." Ella sonrió sin darse cuenta exactamente de cuánta reputación se había ganado en la escuela. Furyu era efectivamente una amenaza para la escuela, que aparentemente no tenía ningún motivo para ser un delincuente. Era despiadada, mezquina y rebelde, y tenía una reputación tan infame que incluso las personas mayores tenían miedo de meterse con ella. Al escuchar la indiferencia con que Megumi pronunció su nombre, Mai comenzó a preguntarse en silencio por qué demonios sugeriría a una persona como ella.

   "Estás loca…?" Miró a Megumi, todavía completamente desconcertada por su escandalosa sugerencia. En ese momento, Megumi ya estaba sumida en sus pensamientos, tratando de formular un plan para que Furyu se uniera a ellas cuando se le ocurrió otra persona, pero aún no tenía una razón para mencionarla.

"¡Oye, eres la chica de esta mañana!" Una voz familiar la llamó desde atrás ...