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Era sábado por la tarde. Antes había salido al 7-Eleven a comprar Doritos y Mountain Dew ya que era noche de Halo, y también tenía el XBOX y los controles listos. Solo quedaba esperar, así que me puse a seguir viendo en mi celular “Querida, Encogí a los Niños” (aun no sabía lo irónico que sería eso después) que empecé de camino a casa. Estuve así por unos 20 minutos hasta que sonó el timbre de la puerta, por lo que me quité los audífonos, me levanté y procedí a abrir, aunque corriendo me empujó mi hermanita Julie con mucha prisa.

- ¡Yo abro Oni-Chan! –Así me llamaba, le estaba empezando a gustar el Anime y eso me daba gracia y me enorgullecía a partes iguales.

Obviamente no eran mis amigos, sino que Tamara y Molly, las amiguitas de mi hermana. A diferencia de mi linda hermanita con su cabello negro liso llegándole muy abajo en 2 largas trenzas, Tamara tenía el cabello castaño oscuro en 2 coletas (Parecida a Diane, la de Nanatsu no Taizai no la hermana de Duke, aunque bueno… Ambas tenían el mismo peinado ahora que lo pienso), sin mencionar que era de tez latina. Por su lado Molly tenía el pelo de color rubio claro y algo largo, me recordaba a como era Sheila a los 8 años cuando la conocí, aunque ella tenía y aún mantiene su hermosa cabellera rubia brillante y ondulada, con un pequeño moño en la esquina superior derecha de su cabeza y un fleco que en ocasiones le tapaba el ojo de forma muy tierna…

¿En que estaba? A sí, mi hermanita recibió a sus amigas y sus padres rápidamente se fueron.

- ¡HOLA ONI-CHAN! –Dijeron ambas al unísono, aunque que ellas lo dijeran se sentía raro.

- Hola niñas, no hagan mucho ruido ¿sí?

- Ya les dije que venían tus amiguitos a jugar.

- ¡No vienen a jugar! Vienen a… - Vi la XBOX y el disco de Halo y noté que me tenía contra las cuerdas. –Ok si, a jugar. Pero igual no hagan tanto escándalo ¿ok?

- ¡Está bien Oni-Chan!

- Eh… ¿Jason…?

- Sí Tamara, y vamos, sólo dime Jazz.

- Ok, Jazz… ¿Duke también viene? – (de él sí que se aprendió el apodo, ¿no?)

- Pues si… Pero no lo molesten, por favor.

- ¡Tammy!

- Ok ya, lo siento…

Luego de eso las 3 niñas subieron escaleras arriba hacia la habitación de Julie, verlas subir me hizo pensar en que aún faltaba algo, debía pedirle a Jane que pidiera las Pizzas, y en serio no quería hacerlo. Traté de evitarla toda la semana con éxito, y ahora que la veo otra vez me veré obligado a pedirle algo… No saldría bien, pero era por mis amigos.

Subí por las escaleras hasta el cuarto de Jane, mi casa era parecida a la de Alfa pero un tanto más grande, de hecho era la más grande de los 5. La sala era muy grande, con 3 enormes sofás formando una U frente a una mesita y un televisor de 60 pulgadas, atrás estaba la cocina, el comedor y el cuarto de huéspedes, y a la derecha se encontraba una mampara de vidrio que daba al jardín trasero con una gran extensión y una enorme piscina a un costado, junto con sus respectivas sillas de playa, algo que seguro usaríamos mucho este verano (o eso pensaba). A la izquierda estaba la puerta principal y frente a ella la escalera al segundo piso, la habitación de Julie era la primera a la izquierda, la segunda a la izquierda era la mía, y la de Jane que estaba a la derecha y medía tanto como nuestros 2 cuartos juntos tenía su puerta en medio de las nuestras (sobre decir que siempre me sentí celoso de eso). Al fondo se hallaba la habitación de mis padres y la única entrada al tercer piso, donde estaba el ático y una habitación a la cual nunca he ido pero mama dice que es su “estudio”, lo que sea que eso signifique, solo sé que nos tenía prohibido subir y una vez dentro no se podía oír nada de lo que ocurría arriba.

Subí al segundo piso y vi la primera puerta cerrada, aunque Julie y sus amigas se reían bastante, luego en el pasillo noté que la puerta de Jane estaba abierta, por lo que me asomé con cuidado llamándola, aunque no estaba dentro, más bien me respondió desde el fondo del pasillo.

- ¡Estoy aquí atrás, ven!

De vuelta atrás, noté que Jane estaba sentada en la cama de nuestros padres, vestida con su uniforme escolar negro y una minifalda del mismo tipo, ella era rara, siempre vestía así por alguna razón, aunque estuviera dentro de la casa o fueran vacaciones (el tiempo y la experiencia me responderían la razón, y no me gustaría). Fui hacia el cuarto de mis padres acercándome a Jane temerosamente como de costumbre mientras ella me veía con la cabeza apoyada en sus manos, donde en la derecha tenía el anillo plateado con un rubí en el centro que siempre usaba.

- Jane…

- ¿Qué quieres gusano? –Era aterradora, aun sentada medía más que yo.

- Este… Hoy vienen mis amigos, es sábado, ya sabes…

- ¿Y?

- Y te quería pedir si podías ordenar las Pizzas para cenar, es que tú tienes la tarjeta y eso…

- Mmm… –Me miró con una sonrisa maliciosa. – ¿Y que gano yo?

Miré en todas direcciones tratando de perder el macabro contacto visual, y noté que una brillante luz salía de arriba de la escalera de caracol que daba al estudio, ósea que sumando 2+2 Jane rompió la única regla de nuestros padres.

- Parece que te diste cuenta, gusano… ¿Sabes? Hagamos algo, compraré las Pizzas si tú no le dices a papá y mamá que entré ¿ok?

- Ok… Gracias Jane… –Traté de irme rápido de ahí una vez obtuve lo que quería, pero no fue así.

- ¡Alto! –Gritó mi hermana mayor. – ¿Qué modales son esos, gusano? ¿No te había enseñado a como darle las gracias a tu hermana mayor?

Volteé a verla y tenía los pies extendidos apuntándome, estaban en unas pantimedias blancas que dejaban ver bien sus pies, y yo sabía lo que ella quería que yo hiciera, y lo peor es que no tenía opción, si no lo hacía no solo no me daría las Pizzas, sino que era capaz de echarme la culpa de haber entrado al estudio, y sé que mis padres le creerían a ella.

- Quiero que cada lamida cuente como un gracias, y que cada gracias sea por cada ingrediente de las 4 Pizzas, contando la masa, el queso, y TODOS LOS PEPPERONIS!!! Serían unas 200 lamidas más o menos, yo te diré cuando parar. Adelante, ¿Qué se dice?

- G-Gracias Jane… Me arrodillé derrotado y me arrastré frente a sus pies para empezar a lamerlos. Al poner mi lengua en contacto con la suela de su pie izquierdo sentí asco, estaban muy sudados, sin mencionar que el olor era terrible, aun así trate de aguantar la respiración y dar lamidas de abajo hacia arriba, una y otra vez. Su sudor se impregnaba en mi lengua como abejas al polen, su pie no tardó en estar cubierto de saliva en vez de sudor, y lo peor fue que las intercambiamos. Seguí así hasta llegar a las 200 lamidas, Jane no dijo nada así que seguí unas 10 más hasta que me detuvo.

- ¡Perfecto! Ahora el otro.

- P…Pero, dijiste 200…

- Pues claro, pero le diste 200 a un solo pie, el otro se quedó sin disfrutar así que arréglalo… Pero primero quiero que lo huelas.

Esto era humillante, pero por mis amigos haría lo que sea, me centré en eso en lugar de pensar en el olor, que ahora estaba hasta peor, mi nariz tocando la suela de su sucio pie me hacía sentir horrible, como un perro, y como un perro luego empecé a obedecer a mi ama y lamer su pie. Por si no fuera poco ya no me quedaba saliva, así que sentí el sudor del pie de mi hermana mayor en todo su apestoso esplendor, sobre todo el que estaba entre sus dedos. Todo su pie era más grande que mi cara, esto me hacía sentir más pequeño de lo que era en comparación a sus casi 2 metros de altura. Debo admitir que el fetiche de pies no me desagrada, es más a Duke le encantaría estar en mi lugar (y a Sonic, pero más por el masoquismo), pero el hecho de que fuera a mi hermana a la que tenía que lamerle los pies era devastador, por lo que mi mente era ahora mi mayor aliada. Empecé a imaginar que en lugar de mi loca hermana, estaba complaciendo a Sheila, al ver arriba la veía a ella, enredando su cabello rubio con un dedo de forma tierna y mirándome con una sonrisa inocente. “Eres encantador, Jazz” pensaba que me decía, y me emocionaba ya que este tipo de cosas a veces llegaban a contar como juego previo, por lo que involuntariamente me excité sumergido en mi fantasía, saltándome el hecho de que ya había superado con creces las 200 lamidas, pero la atronadora voz de mi hermana me sacó del trance, y de la peor manera.

- ¡JAJAJAJA! Parece que no solo yo disfruté esto, eres un gusano patético. –Dijo mirando mi erección, ¡POR LA MIERDA! Esto era incluso más embarazoso que mi incidente con Ally, excitarme mientras lamía los pies de mi hermana, aunque fuera adoptado, en serio era algo horrible, a pesar de estar pensando en la chica de mis sueños al hacerlo y no en ella.

- Eso facilitará las cosas más tarde.

- ¿Q-Qué dices? –Dije rojo de vergüenza.

- Nada, ahora largo antes de que me enoje, gusano.

No tenía que decirlo, salí corriendo como loco al baño para cepillarme la lengua hasta sacarme ese horrible sabor de las medias sudadas de los pies de mi hermana de la boca. Aunque el sabor se fuera, la vergüenza seguía, sabía que me costaría dejar de pensar en ello, así que enfoqué mi mente a Sheila.

Oh, Sheila, no quiero sonar patético, pero en serio estoy enamorado de ella desde que tenía 6 años y entré a la escuela, era la niña más linda que jamás vi, nunca había sentido esa atracción hacia el sexo opuesto, y aunque me avergonzara a veces en los recreos iba a hablar con ella. Era muy simpática, aunque al principio se sentía temerosa de hablar,  con forme avanzaba la charla se iba soltando más. Era un poco friki igual que yo, algo raro pensaba, pero actualmente hay muchas chicas friki. Un día ella vino a casa, aunque no para verme a mí, sino que para hacer una tarea con mi hermana ya que iban en el mismo curso. Con el tiempo más amigas se sumaron a sus trabajos grupales, Diane, Kanna y Ally, así conocí a los chicos (menos a Duke que lo conocía desde preescolar.) Y si, al principio quería juntarme con Sonic para tener la excusa de encontrarme con Sheila, pero luego no solo el, sino que entre los 5 nos hicimos mejores amigos y formamos a los Ghoul Hunters, por lo que de cierta forma Sheila fue la razón de que sea quien soy ahora, al influir en mí en esa etapa tan temprana de mi vida. Seguí hablando con Sheila hasta hace un par de años, cuando por fin agarré las agallas de invitarla a una cita, y ella aunque con su sorpresa característica aceptó. El resto ya lo dije, ella se fue antes de que terminara los planes de la cita, nunca supe si fue porque se sentía mal, por su timidez o porque simplemente yo no le gustaba, era incómodo hablar con ella luego de eso así que guardamos una silenciosa distancia hasta ahora.

Como sea, bajé y seguí viendo la película en mi celular hasta que los chicos llegaron, eran como las 8 de la noche y ni tontos ni perezosos empezamos a jugar Halo comiendo Doritos y bebiendo Mountain Dew, como los profesionales, luego de una media hora llegaron las Pizzas, nuevamente de nuestros sabores favoritos, Jane ya las había pagado con la tarjeta así que no quedaba nada más que disfrutarlas… Pero unos segundos después de que la chica de las Pizzas se fue tocaron el timbre otras ves. Todos nos extrañamos ya que el pedido estaba bien, por lo que con curiosidad fui a abrir la puerta, y me sorprendí de que en el pórtico estaban Diane, Kanna, Sheila y Ally.

- ¡Hola chicos! –Dijo Diane.

- Y hola Jazz… Jejejeje. –Dijo Ally, llenándome de vergüenza al recordar aquella noche. En eso bajó las escaleras mi hermana mayor, saludando a sus amigas e invitándolas a pasar, no me creía que en serio decidiera hacer una pijamada el mismo día de mi quedada, y con las 3 niñitas arriba, pero luego mi sorpresa se transformó en rabia al ver como se llevaba nuestras Pizzas.

- ¡Oye, que crees que haces, Jane!

- Yo te prometí que compraría las pizzas, nunca te dije que serían para ti, hermanito.

Jane se rió junto a Ally y Diane, Kanna estaba pegada a una manga de Sailor Moon, y la linda Sheila parecía la única con pena de la escena, pero aun así todas subieron.

- ¿¡Qué mierda pasó!? –Dijo Kidomaru.

- ¡Aaaaaa yo lo sé, se llevó nuestras pizzas, tarado! –Dijo Alfa de manera irónica.

- Tranquis, seguro luego piden otras para nosotros. –Dijo Sonic, algo ruborizado por el trato de mi hermana.

- No idiota, eran de nuestros sabores, lo sabía. Con todo respeto hermano pero Jane es una perra.

- Lo se Duke… –Dije yo, bastante frustrado por lo que acababa de pasar. Me esforcé tanto para que esta noche fuera genial, compré la condenada Halo Master Chief Collection y 2 controles con mis ahorros junto con las botanas, convencí a mi juguetona hermana menor que se quedara en su cuarto esta noche, incluso le besé los pies a esa zorra de Jane, pero fue en vano, ella arruinó la noche en solo segundos. Esto no se quedaría así.

- Caballeros, hay que usar la C.

- ¡La C! –Dijeron todos sorprendidos, en el manual de los Ghoul Hunters teníamos varias técnicas grupales, varias desde Calabozos y Dragones, pero que aplicábamos en la vida real, y la C era la más peligrosa de todas, Confrontar a nuestras hermanas.

- Así es. No queda de otra.

- Viejo, es muy arriesgado, seguro entre todos podemos comprar otras Pizzas, no te preocupes.

- ¡ESE NO ES EL PUNTO! Sus hermanas suelen meterse con ustedes, la mía es literalmente una puta psicópata depravada conmigo, pero me cansé, esto no será cosa de amor, debemos ir y exigirle cada uno a su hermana que regresen esas Pizzas, no es por la comida, es por el Honor.

En serio amo jugar CyD, y los discursos inspiracionales son de mis partes favoritas antes de entrar a una batalla o a un calabozo difícil.

- ¿Sabes qué? Tienes razón.

- Sí.

- Me cansé que siempre estén sobre nosotros.

- Pues mi hermana me trata bien.

- ¡CÁLLATE SONIC! –Dijimos todos.

- Bien, está decidido, andando. –Dije liderando la fila india en la subida de la escalera, hasta pararnos frente a la puerta de la habitación de mi hermana mayor y tocar con fuerza todos, a lo que Jane no tardó en responder abriéndola.

- ¿Qué es lo que quieren?

- Tu sabes que queremos Jane, ¡Las Pizzas!

- ¿Cómo?

- Sabías que hoy venían mis amigos y que las Pizzas eran para ellos, ahora devuélvelas.

- Mmmm. Ok, pero si lo piden de rodillas.

- ¡QUÉ! –Grité exaltado, no quería llegar a ese extremo, no de nuevo, pero casi inmediatamente de mi respuesta Sonic se puso de rodillas frente a mi hermana.

- Oh Jane, te lo suplico, no somos nada pero entréganos las Pizzas, por favor.

- ¡JAJAJAJA! ¡Así me gusta! Aprende de tu amigo, Jason. Ahora les daré una Pizza, cuando quieran otra suban a pedir de nuevo.

No era una victoria digna pero era una victoria, más de lo que podíamos esperar del riesgo de usar la C, así que cabizbajos aceptamos una caja de Pizza y nos fuimos, excepto por Sonic quien le hizo a mi hermana una reverencia antes de bajar con nosotros.

- Bueno, algo es algo.

- ¡ME OFREZCO A PEDIR LA SIGUIENTE PIZZA!

- No creo que nadie más se ofreciera, Sonic.

- ¡En fin con un par de Pizzas y todos esos Doritos seguro que sobrevivimos toda la noche, así que gracias por confiar en mi amigos para liderar esta misión, cojamos un pedazo de nuestro delicioso tesoro y a celebrar! ¡SKOL!

- ¡SKOL!

Luego de nuestro típico grito de brindis todos le dimos una mordida a la Pizza, pero algo no andaba bien. A veces dependiendo del local usaban Salame en lugar de Pepperoni, pero ese no era el caso esta vez, la Pizza sabía como siempre, pero con tan solo morderla hizo que todos nos sintiéramos mareados ¿será de esos casos de basura mesclada con la masa? No, vomitaríamos antes de que nos doliera la cabeza. Todos nos vimos extrañados los unos a los otros y empezamos a ver borroso, por nuestro comportamiento todos sentíamos lo mismo, aunque no sé si los demás tenían ese raro sentimiento de que la casa se estaba agrandando, o que nuestra ropa se sentía más suelta… No pudimos más y uno por uno caímos desmayados en el suelo.

Al despertar nos sentíamos aun algo mareados, pero nada en comparación a cuando sucumbimos, pero aun nuestra vista estaba muy borrosa.

- ¿Chicos, hola?

- ¿Jazz?

- ¿Duke estás ahí?

- ¿Chicos dónde están?

- Espera…

Con los puños nos limpiamos los ojos y parpadeamos para ver mejor, en efecto todos estábamos ahí, en un raro piso suave con virutas que nos llegaban a las rodillas, y por algún motivo completamente desnudos, aunque bueno, para casi todos el pudor quedó en segundo plano al sentir un temblor y caer sobre nuestros culos al suelo, viendo para arriba unas figuras desconcertantes pero familiares, comunes pero aterradoras, nuestras 5 hermanas… ¡PERO ERAN GIGANTES!

- ¡JAJAJAJA! En serio funcionó Ally.

- Claro Jane, y eso que apenas empezamos.

¡Todos gritamos al unísono, ya que en serio Jane, Ally, Kanna, Diane y Sheila erar colosales!

- ¡Ya basta! –Dijo Jane dando un paso firme en el suelo, ahora llevaba unos calcetines blancos que por el uso estaban grises, aunque un poco más gruesos.

- ¿Qué nos hicieron?

- Uuuuy que lindos, se los diremos si se calman un momento ¿ok? –Dijo Diane, todos nos estábamos hiperventilando, pero con un poco de respiración pudimos dejar eso unos segundos después.

- ¿Ya se calmaron?

- Parece que sí, ¿Bien Ally?

- Ok, verán, yo siempre me la paso viajando, lo que pasa es que soy una bruja, sólo mamá lo sabe así que cada vez que puede me manda a Inglaterra a una academia de magia para recibir entrenamiento y practicar, todo conforme a las reglas del Libro de Rachel, claro. Aun así yo siempre quise ir a más y aprendí muchos hechizos útiles y complicados hasta aburrirme. Haciendo el cuento corto el sábado pasado estaba con 3 de estas chicas y 4 chicos en una orgía salvaje, no daré detalles, pero en lo que iba al baño encontré a este pervertido de Jazz masturbándose y manchándome con su leche. Me pareció más que vergonzoso algo excitante, el estímulo que necesitaba. Quería más, y el libro que rige nuestra sociedad me dio la idea de encogerlos, donde todas, quien más y quien menos, aceptamos y planeamos todo para hacerlo hoy.

Esto era mucho que procesar, pero no nos agarraba por sorpresa, después de todo la biblia lo decía.

- ¿Pero por qué hacen esto?

- Eso lo explico yo. –Dijo Jane. –Nosotras queremos que ustedes sean nuestros esclavos personales, de todas nosotras, pero para siempre. Descuiden, no será tan duro, no los mantendremos prisioneros por toda la vida, ustedes podrán seguir en la escuela, juntándose y viendo sus cosas ñoñas, pero cuando los necesitemos para divertirnos estarán ahí, y volveremos a encogerlos hasta acabar, y así para siempre.

Sorprendido de las palabras de mí titánica hermana mayor no tenía nada que decir, ninguno de nosotros, excepto tal vez Sonic cuya erección habló por él.

- Veo que a Sonic le gusta la idea, no queremos obligarlos así que depende de ustedes decidirlo. Asientan con la cabeza si entendieron todo lo que dijimos. –Aun anonadados todos hicimos caso. –Muy bien, entonces, ¿Ally?

- De acuerdo. –Respondió Ally, mientras empezaba a mover las manos con una especie de conjuro brillante que nos segó a todos y envolvió toda la casa.

- Estamos listos entonces, ¿Qué pequeño será el primero?

Era difícil de creer, si bien todo ya había pasado, la magia era algo aceptado en la sociedad a pesar de su rareza, siempre vi al libro de Rachel como una leyenda, una real desde luego, pero nunca pensé que algo así me pasaría a mí y a mis amigos. Gera pudo haber tenido su final feliz, pero con esto yo no sabía cómo podría tenerlo, y menos que haría a continuación…

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