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Veía como Julie me llevaba en brazos, recordando cuando yo lo hacía con ella cuando era más pequeña, quien diría que algún día se cambiarían los roles, y que sería de esta manera. Verla caminar por el pasillo me hizo recordad lo pequeño que era, demoré media hora en ir del cuarto de Jane al suyo, y a ella sólo le tomó unos pocos segundos el llegar y entrar al mío.

En eso vi mi habitación como nunca antes, abriendo la puerta veía una inmensidad friki que si bien ya me había acostumbrado, desde mi actual punto de vista era espectacular, una cama en la esquina izquierda con cubrecama negro con el logo de Akatsuki, a la izquierda mi Desktop Gamer sonde jugaba Steam con los muchachos siempre que armábamos nuestras retas en Counter Strike, PayDay, u otros como League of Legends, Overwatch o hasta SD Gundam Capsule Fighters (fue una parida conseguir jugar eso que era exclusivo de Japón). Al medio de ambas tenía mi televisor de 40 pulgadas con un PS4 conectado, ya que bajé el XBOX ONE para jugar Halo con los muchachos (como si ahora fuese a pasar). Al frente estaba la puerta y un sofá modesto donde nos sentábamos todos a echar retas de Doom, a la izquierda del cuarto estaba el armario con mi ropa y mis juguetes viejos de cuando era niño, y a la derecha varios estantes y repisas con figuras, cómics, y muchísimos DVD y BluRay, y obviamente cada centímetro de pared (y hasta del techo) estaba llenado por un poster de mis películas favoritas. Pulp Fiction, The End of Evangelion, Quien Engañó a Roger Rabbit, Star Wars, Indiana Jones, varias de Marvel y DC, Suspiria, El Resplandor y hasta Los Increíbles. Le había perdido la importancia a todo esto que tanto amaba, pero verlo en esta magnitud me hizo querer volver aún más a mi tamaño normal, y ahora que estaba a solas con Julie no podía ser tan fatalista, había una posibilidad de lograrlo.

Mi hermanita entró al cuarto y me dejó con cuidado en el borde de mi cama, mientras se sentaba en mi silla Gamer, daba unas vueltas y giraba hasta estar frente a mí, aquella tierna niña que cuidé desde casi que nació ahora era cientos de veces más grande que yo, y aunque sabía que me amaba y yo a ella, debía andar con cuidado.

- ¡Bueno Oni-Chan, los 2 ganamos y vamos a jugar juntos!

- Sabes que amo jugar contigo Julie, pero en serio necesito que me ayudes.

- ¿No quieres jugar conmigo? –Julie hizo un puchero, me miraba con ojos de gatito triste, y aunque en serio quería que me ayudara a escapar, que más daba si antes jugábamos un poco.

- De acuerdo… ¡Juguemos Julie!

- ¡NYA! ¡TE QUIERO ONI-CHAN!

Entonces Julie se levantó de la silla y me dio un beso, sus enormes labios cubrieron todo mi cuerpo, dejándome un poco empapado, pero la intención es lo que cuenta, y ella siempre es así de amorosa.

- Jeje… ¿Y a qué quieres jugar, Pequeña Julie?

- ¡Emm, creo que ya no me puedes llamar Pequeña Julie, Oni-Chan, jijiji!

- Bueno, es cierto ¿no? ¿Y cómo quieres que te diga?

- A ver… ¡Que tal Ama! Lo vi en el Anime que estábamos viendo antes con Tammy y Molly, y bueno, ahora te ves como una pequeña mascota.

¡Qué! Esto es de locos, sabía que esas 2 no eran la mejor influencia para Julie ¿pero hasta este extremo han llegado? ¡Mi hermanita es una niña, una niña linda, todo lo que vea en esta etapa de su vida la marcará por siempre, y si ve ese tipo de cosas y así es como las asimila…!

- ¿Me oíste, Oni-Chan?

- ¿Ah? Si… Ama. –De momento era mejor seguirle el juego, pero cuando volviera a la normalidad tenía que hablar seriamente con Julie… Ay, eso me hizo sonar muy viejo.

- ¡PERFECTO! Y que vamos a jugar… ¡YA SE! Ahora que tienes el tamaño de una pequeña mascota ¿por qué no tratarte así? ¿Jugamos al perrito?

- Bueno… No sé si esté listo para eso aun… –Por dios, qué ideas se le ocurren, ojalá no haya visto toda la serie porque de lo contrario esto me dolerá.

- ¡Ok, entonces hay que calentar, mejor juguemos al gato y el ratón, pero ahora con el tamaño real!

- Pues, eso suena bien.

- ¡PERFECTO! Ya sabes las reglas, yo cuento hasta 100, te escondes y debo encontrarte y atraparte para ganar, pero si antes de eso tocas la base donde conté, tú ganas.

- Claro.

- ¡Y EL QUE GANE DECIDE EL PRÓXIMO JUEGO, ASÍ ES MÁS DIVERTIDO!

La verdad eso último me parecía contrariarte, por un lado de este tamaño me era muy fácil esconderme, pero por el otro si Julie llegaba a encontrarme tendría casi imposible el ganar, y seguro con las ideas torcidas de Tammy y Molly ella elegiría jugar algo más “humillante”, si no es que peor. Aun así que otra opción tenía, así que sólo asentí con la cabeza y ella saltó de emoción, me dejó en el piso y se colocó de rodillas junto a la puerta, tapándose los ojos y empezando a contar desde el 100… 99… 98…

Tenía poco más de un minuto para esconderme, y debía aprovecharlo. Vi mis opciones, a la derecha tenía un campo abierto donde me podían ver muy fácilmente, pero si legaba bajo el sillón podía llegar a la puerta sin ser visto, y a la izquierda tenía mi escritorio con el PC y las estanterías, en 1 podría camuflarme con cables y cosas en el suelo, pero si me paro al lado de las repisas de madera me vería muy claramente, debía pensarlo bien…

- 67… 66… 65…

¿QUÉ? ¿Es una broma? ¡Pasé todo ese rato evaluando mis opciones y no avancé ni un centímetro en la habitación! Sea como fuese debía pensar rápido, así que corrí hasta los cables en el suelo bajo mi escritorio, esperando tener el tiempo para esconderme antes de que terminara de contar.

- 3… 2… 1… ¡LISTO O NO, AHÍ VOY!

Cuando se volteó yo estaba cerca de los cables, por lo que salté dentro y asomé un poco la cabeza para ver por dónde iba. Se puso en 4 patas como un gato (combinaba con su capucha, la verdad) y empezó a ronronear, gateando lentamente y viendo por todos lados. De pronto se giró hacia donde yo estaba, así que rápidamente me escondí bajo los cables para que no me viera. Estaba cerca, podía sentir su ronroneo muy cerca de mí, así por varios segundos hasta que dio media vuelta y se alejó. Di un suspiro de alivio, me paré y asome nuevamente la cabeza, estaba dándome la espalda mientras veía bajo la cama, ahí estaría buscando un buen rato así que me apresuré hacia la puerta aprovechando esta oportunidad. De repente giré la cabeza para verla y estaba saliendo de debajo de la cama, tenía que esconderme rápido ¿pero dónde? Entonces vi un pasillo angosto entre mis estanterías, algo de lo que nunca  me hubiera percatado de tener mi tamaño normal, pero que era mi oportunidad de salvarme. Corrí hasta llegar a la entrada de ese pasillo, y lentamente me empecé a meter ya que si era muy angosto, volteé la mirada para ver a la enorme Neko-Julie, y se estaba acercando. Para mi mala suerte me distraje un segundo en eso y tropecé dentro del pasillo causando un poco de ruido, el cual no pasó desapercibido por mi hermanita. Aguanté la respiración lo más que pude y evité tener contacto visual, ella pasó gateando lentamente y ronroneando muy cerca de mí, aunque no parecía notarme. Al sentir más tenue sus pisadas me asomé para ver donde estaba, y fue a revisar bajo el sofá, esta era mi oportunidad de correr hacia la puerta. Raudo y veloz me apresuré en llegar a la meta, corrí lo más que pude y en poco tiempo ya había hecho la mitad del camino, pero estaba agotado. Mi respiración se intensificó instintivamente para recuperar algo de aire, y es eso el terror me invadió al ver que Julie volteó a ver justo donde yo estaba.

- ¡AJÁ! ¡YA TE TENGO, RATONCITO!

Me dolía cada músculo al correr, pero no podía detenerme (nota al margen, necesito ejercitarme más cuando todo esto acabe). Ya estaba cerca de la puerta, pero mi hermanita gateaba lentamente atrás de mí, como si quisiera jugar con su presa… ¡CLARO! Ella quería jugar desde el principio, y a escasos centímetros de lograr mi meta, ella saltó y me atrapó entre sus manitos, aprisionándome por completo. Eso me desanimó, ya que me di cuenta de que si o si no podía ganar, aun en su tamaño, y tomándose su tiempo como la liebre y la tortuga, ya tenía la victoria asegurada, y no me sorprendía. En eso mientras yo trataba de recuperar el aliento, ella me tomó entre su índice y pulgar por la cintura y me sostuvo frete a su rosto, con una sonrisa satisfecha.

- ¡NYA! ¡ATRAPÉ AL RATONCITO, Y QUE MAL PARA TI, PORQUE ESTA GATITA TIENE HAMBRE!

De pronto abrió su boca de par en par y me sostuvo sobre ella, sacando la lengua. No podía creer que tendría que pasar por esto de nuevo, y menos ahora que no tenía energía para luchar. Ella me soltó y caí en su boca, arrastrándome sobre su lengua hasta casi su paladar. Me lamió varias veces y me empapó con su saliva, yo no opuse resistencia, estaba muy cansado como para hacerlo, por lo que en estos momentos Julie tenía control absoluto sobre mí, podía hacer lo que quisiera, podría comerme y yo tendría que aceptarlo, deslizarme por su garganta hasta caer en su estómago y ser lentamente digerido (o rápido por tanto café que tomó, quien sabe). Por suerte no tuve que averiguarlo, luego de un rato jugando conmigo dentro de su boca ella me escupió y caí en su palma.

- ¿Te gustó tu baño, Oni-Chan?

- Si… Ama. –Acepté eso, ya no tenía caso llevarle la contraria.

- Bueno, entonces…

- ¡JULIE!

De pronto escuchamos la voz desesperada de Molly desde el cuarto de mi hermanita, por lo que ella cerró su palma conmigo adentro y empezó a correr. No sé qué pasó exactamente pero me presionó aún más mientras movía sus brazos con algo de ritmo, hasta que oí algo extraño, como si de una bola de pelos cayendo sobre el piso se tratara (a estas alturas, era lo primero que se me vino a la mente). Entonces Julie se detuvo, abrió su palma y pude ver a Duke en el suelo cubierto de una sustancia extraña y pegajosa, mientras rodaba por el suelo.

- ¿Estás bien Tammy?

- Si… ¿Ya cambiamos?

- Pero…

- Te prometo que no le haré lo mismo a Jazz, Pinky Promesa.

Tammy levantó su meñique y se lo extendió a Julie, quien luego de unos segundos con su propio meñique cerraron el pacto.

- Pinky Promesa.

Para los niños la Pinky promesa era tan seria como un pacto de sangre en una secta, o el juramento inquebrantable en Harry Potter, tenían la certeza de que la promesa se cumpliría, pero eso no me calmó necesariamente a mí.

- Ok Oni-Chan, ahora te toca jugar con Tammy. ¿Molly tú quieres a Duke?

- No será necesario, me estoy divirtiendo mucho con Sonic, gracias.

- ¡Ok, yo me lo llevo entonces! ¡Bueno pequeñín, luego seguiremos jugando, aun me debes el juego que yo quiera, nos vemos!

Acto seguido me pasó con Tammy, quien me vio con una mirada bastante pícara. No sabía lo que había pasado con Duke y ciertamente no quería saberlo, porque seguramente no me gustaría para nada. Julie se llevó a Duke a mi cuarto y Molly se metió con Sonic al baño (sí, mi hermana mayor tenía el cuarto más grande y mi hermana menor un baño dentro del suyo, y en el mío, la ventana estaba al oeste, por lo que nunca le llegaría directamente la luz del sol). Como sea, eso me dejaba a solas con Tammy para jugar… Ay no…

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