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- ¿Y quién eres, Collin?

- La verdad…

- ¡TU NO LE DIGAS NADA, BASURA, HABLARÉ YO!

Jane estaba furiosa, pero se detuvo por un momento para pensar en cómo decir lo que tenía que decir, mientras que la expresión de Collin cambiaba drásticamente en una fracción de segundo, como si sintiera pavor por la voz de Jane.

- Mira, hace 2 años Ally encogió a Collin, el cual es una basura sub-humana, ¿verdad Collin?

- Si, mi Diosa Jane, soy de lo peor.

Eso me sacó un poco de onda, si bien mis amigos se habían rendido, esto estaba a otro nivel, Collin parecía estar sometido al 110% ante Jane, como si no pudiera pensar en otra cosa.

- Bien, al principio no quería ni verlo luego de… Lo que hizo, así que Kanna lo conservó como su juguete personal, y luego de unos meses me lo regaló, el tiempo había pasado y lo acepté, diciéndole que sería mi esclavo hasta el día de su muerte.

- Pero, ¿Qué fue lo que hizo?...

- ¡ESO NO TE IMPORTA!

Jane gritó, y ahora el miedo lo teníamos ambos.

- Así que esto es lo que va a pasar, gusano. Esta noche tú y Collin van a servirme como yo quiera, y será mejor que no me hagas enojar de nuevo, porque no te mataré, te haré sufrir hasta que quieras estar muerto, ¿han entendido?

- ¡Si, Diosa Jane! –Dijimos los 2 al mismo tiempo, lo que me perturbó enormemente, y no dejaba de preguntarme, si me rindiera, ¿terminaría igual que él?

- Eso quería oír. Ahora quédense ahí y quiero que miren.

Luego de eso Jane se empezó a quitar la ropa frente a nosotros de forma tranquila. Collin estaba muy excitado por el espectáculo, como un animal, y por desgracia yo no estaba muy atrás, mi pene se puso duro al ver su belleza, pero no quería que eso pasara, así que para mitigar el asco y la humillación pensé muchas veces en lo que me dijo: “No somos hermanos de sangre”, “no somos hermanos de sangre”, “no somos hermanos de sangre”, y de hecho resultó en parte, aunque mi erección no desaparecía. Finalmente terminó de desvestirse, y se volteó para mirarnos.

- Ok esclavos, iré a la cama, espero que sepan lo que tienen que hacer para adorarme como la Diosa que soy.

En eso Jane se recostó boca abajo a la cama dejándonos a sus pies, agarró su teléfono y puso a reproducir una lista con canciones de Avicii y procedió a descansar. Y a pesar de todo yo no sabía qué hacer, ella era de dar órdenes directas o de hacer analogías obvias, pero aquí estaba completamente perdido. Tenía miedo de improvisar y que no le gustara lo que hiciera, así que en lugar de seguir mis instintos (y de pensar que no es mi hermana de sangre) miré a Collin, el cual se estaba subiendo a su pie izquierdo y procedió a arrodillarse para lamerlo. Pensé que esa era mi mejor opción, así que me subí a su pie derecho, me puse de rodillas y empecé a lamer como un perro lamiendo salsa del piso.

Esto había llegado a un punto que ni yo mismo terminaba de comprender. Hace unos días ella me obligó a lamerle los pies en sus sudadas medias y fue (en ese momento) lo más humillante que había experimentado, sin mencionar que muy asqueroso. Luego me encogieron y pasé por 1000 y 1 tormentos y uno que otro momento de placer genuino, siempre aderezado con sus enormes pies. No puedo olvidar la alucinación en la que me metieron, donde pasé décadas bajo el pie de Jane y aprendí a amarlo como si fuera mi dios. Mi duda era, ¿todas esas experiencias han propiciado que me esté gustando lamerle los pies a estas chicas gigantas? Pareciera que sí, porque esta tarea no me estaba desagradando para nada, aparte Jane se había bañado hace unas horas y sus pies seguían relativamente limpios, por lo que aquel olor tan asqueroso del primer día no se encontraba violando mis fosas nasales, lo que me llevó a preguntarme otra cosa, ¿si así fuera, me molestaría? A pesar de que las preguntas no dejaban de entrar en mi cabeza como balas al cuerpo de un soplón de la mafia, ninguna de ellas fue sobre rendirme. Tenía claro que, aunque pasara por un millón de torturas más, no iba a dejar que las 5 me sometieran. No es que las odie, por el contrario, amo a Sheila, veo a Diane como mi amiga, Kanna y Ally pueden ser duras pero aun así son hermosas y debo admitir que les tengo cariño, y Jane es mi hermana mayor, una muy mala y no sanguínea hermana mayor, pero de cierta manera retorcida la quiero, y por eso estaba decidido a averiguar más de ese pasado que me quería esconder, más sobre lo que pasó con ese tal Collin…

Por cierto: ¿Dónde estaba Collin? Ya no lo vi en la otra suela de mi hermana, por lo que empecé a buscarlo con la mirada, y noté su pálido cuerpo sobresaliendo del muslo inferior de la pierna de mi hermana, y parecía estar lamiendo a la par que escalaba hacia su culo. Me estaba quedando atrás, así que le di una última lamida al pie de jane y empecé a subir por su pierna, besando y lamiendo rápidamente su extensión hasta encontrarme con Collin, y ahora ambos estábamos a punto de llegar a sus 2 nalgas. Él continuó con su trabajo y yo, asqueado, decidí hacer lo mismo (aunque decir decidí estaba de más, ¿qué otra opción tenía?), y tragándome mi orgullo empecé a lamer el culo de mi hermana mayor, recitando aquel milagroso mantra que me dio en la dicha en mi cerebro. Estaba 100% seguro de que si no me quisiera, no me habría dicho eso hace rato, y en serio que pensar en ello me ha ayudado a afrontar de mejor manera este día, que pensé que sería el más duro de todos. Luego de unos minutos besando sus glúteos, Jane por fin rompió el silencio.

- Hacen bien, esclavos, sobre todo tu Collin, te he entrenado bien. ¿Te vas a quedar atrás Jazz?

- Claro que no, Diosa Jane.

- Que bien, porque ahora quiero que ambos peleen.

¿Qué? ¿Pelear con Collin? ¿Por qué? Yo lo miré consternado y él simplemente se limitó a mirar hacia abajo, mientras una de las enormes manos de Jane lo agarraba y lo levantaba en el aire, para un segundo después hacer lo mismo conmigo, rompiendo mi concentración. Cuando noté lo que iba a pasar no me gustó para nada, no me traía recuerdos agradables, pero parecía que Jane eligió en serio nuestro campo de batalla, ya que nos metió a ambos dentro de su húmeda y enorme vagina.

- Quiero que peleen ahí adentro hasta que me corra… Ahh… El primero en salir pierde… ¡Ahora!

Miré a Collin, él tenía varios años más que yo, pero estaba bastante más delgado debido a su prolongado estilo de vida y, desde luego, no dudó en atacarme. El inicio de la pelea se puede resumir en él golpeando y yo esquivando, rozando las finas paredes de mi hermana mayor mientras ambos nos empapábamos en sus jugos. No creí que, a pesar de su estado, podría vencer a Collin, pero entonces mientras él recuperaba el aliento pude pensar un poco y recordé mi misión, ganarme la confianza de mi hermana, y si tenía que ganarle literalmente a este tipo para lograrlo, tengan por seguro que lo haré. Mientras él seguía tratando de respirar me abalancé sobre él, tratando de tumbarlo, aunque no es que teníamos demasiado espacio dentro de aquel túnel, por lo que sólo lo derribé un poco. Él pudo reaccionar y me dio una patada en las costillas, la cual me “tiró contra las cuerdas”. Cuando estaba por darme un puñetazo, rodé hacia la izquierda y su golpe impactó directamente en la pared vaginal de Jane, la cual en lugar de gritar de dolor simplemente soltó un fuerte gemido de placer. Yo aproveché el error de mi oponente para darle una patada en la cabeza que lo dejó aturdido unos segundos, y fue entonces donde lo rematé a puñetazos en la cara.

Collin cayó de espaldas y yo sentí que había ganado, pero al poco tiempo el trató de levantarse. Tenía que ver que hacer a continuación, y de repente escuché un sonido similar al de una ola atrás de mí, parecía que los jugos de Jane estaban por salir, por lo que pensé que lo mejor que podía hacer era que ellos le dieran el golpe de gracia a Collin, por lo que extendí mis brazos y piernas para sostenerme dentro de aquella cavidad vaginal y empecé a mecerme de un lado a otro, tratando de acelerar el proceso. Por su lado Collin avanzó lentamente hasta mi posición para derribarme, y sabía que si lo hacía, lo más probable es que yo fuera el que saliera disparado de la vagina de Jane primero, por lo que me mecí cada vez más fuerte. Collin ya estaba parado al frente de mí y trató de darme un puñetazo, el cual esquivé moviendo el cuello, después de todo no le había quitado los ojos de encima, y rápidamente le di una patada en las costillas para volver a colocar mi pierna en su lugar un segundo después. Él retrocedió un poco y trató de golpearme de nuevo, esta vez en los testículos, pero por suerte había ganado el suficiente tiempo, y una gigantesca ola de semen pasó por detrás de mí e impactó directamente en Collin, el cual se deslizó como en un tobogán fuera de la vagina de mi hermana mayor, mientras yo veía alegremente mi victoria, hasta que tenía tanto semen en el cuerpo que parecía el monstruo de malvavisco de Los Cazafantasmas, lo que provocó que me deslizara poco después fuera de la enorme cueva de Jane. Al salir me limpié un poco los ojos y vi a Collin completamente exhausto rodeado de un charco hecho con los jugos de mi hermana, y yo me eché de espaldas sobre la cama para tratar de hacer lo mismo, recuperar el aliento, mientras escuchaba los gemidos de placer de Jane que poco a poco se iban apagando. Luego de un par de minutos ella se levantó de la cama, se limpió con algo que no pude ver y se paró en el piso frente a nosotros, aun recostados en su cama rodeados de su semen.

- Lo hiciste bien, gusano, le ganaste a Collin en tu primer intento, y eso que él lleva 2 años a mi servicio, bien hecho. Y tú Collin, me has decepcionado por última vez, un novato acaba de vencerte en lo único para lo que eres bueno, servirme, así que creo que ya no me sirves.

Luego de decir eso ella agarra una toalla, nos levante y nos seca un poco, para luego dejar caer a Collin en el suelo y colocarme a mí a su lado de una forma más amable. “Creo que ya no me sirves”, las palabras de mi hermana resonaron en mi mente, y teniendo en cuenta sus antecedentes, sabía lo que iba a hacer, y que no iba a poder evitarlo aunque quisiera, y la verdad no quería.

- Antes de hacer esto Collin, tengo que decirte que ya hice lo que te dije que haría, por lo que no creas que te salvarás esta vez.

La cara de Collin cambió completamente cuando Jane le dijo eso, su mirada muerta había desaparecido, y en su lugar una mescla entre pena y furia se apoderaba de la expresión en su cara, mientras que Jane levantaba su pie sobre él.

- Si no quieres ver, hermanito, mira a otro lado. En fin, hay algo que quieras decirme antes de…

- Sí…

- Bueno, te escucho.

- Tu… ¡ERES UNA ZORRA! MI PADRE TENÍA RAZÓN SOBRE TI, ERES UN MONSTRUO. SI EXISTIERA EL INFIERNO IRÍAS ALLÍ SIN DUDARLO, ENORME PEDAZO DE MIERDA. ¡HAZLO YA! ¡MÁTAME! YA NO QUIERO SOPORTAR MÁS DE TUS ABUSOS, MONSTRUO HIJO DE PUTA…

Collin no pudo terminar su insulto hacia mi hermana debido al contundente golpe que le di, el cual lo tiró al suelo. Muy por el contrario de lo que dijo Jane, yo lo vi todo, y la forma como él se refirió a ella me llenó de una ira asesina, ya que ni yo en mi momento más bajo llegué a pensar de ella así.

- ¡CÁLLATE, MALDITO BASTARDO! ¡NO VAS A HABLARLE ASÍ A MI HERMANA NUNCA MÁS!

- ¡CÁLLATE TU ESTÚPIDO, JANE ME DIJO QUIEN ERES, Y NO SABES NADA DE…!

- ¡SÍ! ¡NO SE NADA! ¡NO SE LO QUE PASÓ ENTRE USTEDES, PERO SI SE QUE JANE ES MI HERMANA MAYOR, Y NO VOY A DEJAR QUE UN PEDAZO DE MIERDA COMO TU LE HABLE DE ESA MANERA, NO IMPORTA CÓMO HAYA SIDO CONMIGO!

Luego empecé a darle una paliza que lo dejó medio muerto en el piso, no podía moverse y que bien, porque no quería que se defendiera de su destino.

- Jazz… Tú… –Dijo Jane, soltando más lágrimas de las que al parecer había soltado luego de nuestro intercambio de palabras. – ¿Lo dices en serio?

- Más que nunca, Jane. Tú eres mi hermana, y no quiero que nadie te haga daño.

- G-Gracias… Hermano. –Dijo aun llorando y con una sonrisa en su cara.

- No es nada, en serio. –Le respondí la sonrisa.

Ella casi nunca me llamaba hermano, tampoco por mi nombre, en un momento llegué a pensar que ella en serio pensaba que me llamaba gusano, porque no solía llamarme de otra forma, pero ahora sentía que nuestro vínculo se estaba fortaleciendo, gracias a mi demostración de verdadero cariño.

- Ustedes… Me dan asco…

- ¡Y esas fueron tus últimas palabras, maldito!

Dicho eso Jane bajó su pie con una rapidez impresionante sobre Collin, el cual explotó bajo todo su peso, quedando como una simple mancha roja en la alfombra en la alfombra, y Jane empezó a frotar su pie contra esta para quitarse la sangre de la suela. No sé si fue porque ya vi varias muertes en los últimos días o por el momento anterior a la pisada, pero no me sentía mal por lo que Jane había hecho, o por cómo de cierta forma la ayudé a hacerlo, me sentía feliz de por fin haber empezado a tener un vínculo afectivo con mi hermana. Ella por su lado no estaba feliz, se sentó en la cama y empezó a llorar. Yo no quería que se sintiera mal, así que me acerqué a ella y empecé a frotar sus dedos con cariño, y ella poco a poco se dio cuenta y dejó de llorar.

- Yo… No lo entiendo. No he podido quebrarte todavía ¿por qué eres tan bueno conmigo?

- Ya te lo dije, tú eres mi hermana.

Ella volvió a sonreír y a verme con aquella mirada cálida de hace un minuto, y yo se la devolví, hasta que de pronto alguien tocó la puerta.

- Jane… ¿Estás bien? –Era la voz de Kanna. –¿Puedo pasar?

- Sí Kanna…

Ella entró vistiendo su ya característico tarje de cuero y vio a mi hermana con lágrimas en sus ojos, y se sentó al lado de ella.

- Jane… ¿Qué pasó?

Mi hermana bajó la mirada hacia la mancha en el suelo, cerca de donde yo estaba.

- ¿Ese era…?

- Collin, sí.

- Pero si él no estaba dentro del hechizo del bucle, ¿cómo…?

- No importa, en serio, él me ayudó. –Dijo mi hermana viéndome allí en el suelo, recogiéndome en su palma.

- ¿Él? ¿En serio?

- Si… Y creo que ya es hora que le diga la verdad.

- Pero… ¿Estás segura?

- Muy segura.

- Ok… Los dejaré solos entonces… Y Jazz, no hagas sufrir a mi novia.

- Nunca lo haría.

- De acuerdo. Estaré en tu habitación por si me necesitas.

En eso Kanna se fue y cerró la puerta detrás de ella, y Jane procedió a ponerse una bata que tenía en el baño de mis padres y se sentó nuevamente en la cama, dejándome en la mesita de noche.

- Muy bien Jazz… Tú querías saber, y te voy a decir lo que pasó, quien soy. Fuera de papá, mamá y mis 4 amigas nadie sabe lo que te voy a decir ahora, y nadie debe saberlo. No quiero que me interrumpas, y no quiero que se lo digas a nadie, ni siquiera a tus amigos, ¿quedó claro?

- Lo prometo. –Dije.

Muy bien, y otra cosa, quiero que me prometas que, después de lo que te voy a decir, seguirás siendo mi hermano, yo… No quiero que esto se pierda.

- Lo prometo. –Repetí.

Muy bien… Siéntate, que esta historia no es corta, vas a conocer a la verdadera Jane…

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