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Tardaron unos 5 minutos pero al fin llegaron nuestras hermanas, haciendo que nuestra charla se sintiera más corta de lo que fue, pero a decir verdad al verlas olvidé por completo de que habíamos estado hablando, ya que las 5 bajaron por las escaleras completamente desnudas. Mis amigos y yo tuvimos la misma reacción, nuestros penes se pusieron duros como piedra al ver semejante espectáculo, es decir, al frente de nosotros teníamos a la chica que amábamos, 3 de sus lindas amigas (y a nuestra hermana, cosa que no importa comparado con el resto), tal como Rachel las trajo al mundo. Pensé que tardarían en ponerse sus trajes de baño, que bueno que me equivoqué, porque nuestra visión era casi divina, no tomábamos en cuenta lo que había pasado desde que nos encogimos hasta ahora, nuestros ojos estaban enfocados en una parte de todo este deleite, y en mi caso lo estaban el Sheila. No estoy listo para empezar a describir lo hermosa que se veía, ojalá lo esté pronto, pero ya se pueden hacer una idea.

- ¿Qué? ¿No tienen nada que decir? –Dijo Jane.

- Se quedaron sin palabras, jijiji. –Dijo Ally.

- Qué groseros. – Dijo Diane.

La verdad no sabía que otra cosa pensaban ellas que nos pasaría al verlas así, y no solo yo, por lo que seguimos ahí quietos viéndolas, dejando ver mejor nuestras erecciones en el momento en el que Ally nos hizo crecer al tamaño de 3 pulgadas (o un poco menos, creo).

- Como sea, vengan aquí. –Dijo Jane, tomándonos a los 5 en su puño y dirigiéndose junto con las chicas al patio trasero, donde estaba la piscina.

Jane dejó caer a cada uno de mis amigos en las palmas extendidas de sus hermanas, hasta que quedé solo sobre las suyas, viéndola desde abajo con mucho más miedo que nunca, y eso que siempre la he visto de esa forma, pero como la última vez que me tuvo en su poder me mató, y antes de eso igual, las razones para estar espantado sobran. Mientras Sheila, Diane y Kanna entraban a la piscina y Ally colocaba su toalla en el pasto, Jane puso la suya sobre una de las sillas de playa al otro lado de la piscina, para luego echarse boca abajo sobre ella, dejándome sobre su espalda. Acto seguido tomó una botella de protector solar (que ya estaba al lado de la pata de la silla) y la apretó cerca de mí, creando un montículo de crema tan grande como yo a mi lado.

- ¿Qué esperas, esclavo? ¡APLICA!

Su voz resonó dentro de mi cabeza como una advertencia de peligro si no la obedecía, pero si les soy sincero no sabía qué hacer. Es decir, ella quería que le aplicara el protector solar en el cuerpo aun cuando nunca hace tanto sol en verano aquí en Rachelton, y hoy no era la excepción (por lo que era obvio que la muy perra sólo quería molestarme), pero dejando eso de lado ¿Cómo carajos iba a hacerlo? Con las manos ni loco, demoraría una eternidad aun midiendo más que antes, entonces vi con atención la crema, el montículo blanco tenía mi tamaño exacto, por lo que se me ocurrió como hacerlo. Entré en aquel montón de crema blanca por completo, al salir mi cuerpo entero estaba cubierto por ella, y eso sería lo que usaría para aplicársela por todo su enorme cuerpo. Empecé por los hombros, me arrodillé y frote mis brazos y piernas contra su piel desnuda, era resbaloso y estuve a punto de caerme un par de veces, pero logré mantener la compostura y terminar de cubrir el área. Tocaba la espalda, la cual desde mi perspectiva parecía una enorme cancha liza de color piel, la cual sería duro abarcar, pero se me prendió el foco. Tomando un poco de impulso con mis rodillas me deslicé hacia adelante, resbalándome completamente hasta su espalda baja como si de un tobogán de agua se tratase, no negaré que fue divertido, me ayudaba a disfrutar un poco esta nefasta situación al no pensar tanto en ella ni en Jane, por lo que lo hice como 20 veces antes de terminar de abarcar su espalda por completo. Seguí un par de veces más sólo por diversión, hasta que la voz de mi hermana volvió a entrar en mi cabeza.

- Ya fue suficiente, ¡A mí culo!

Sus palabras fueron como arietes derrumbando la puerta de mi fantasía, debía volver a mi mundo real, a mí ahora, a ser su pequeño esclavo. Fui por más crema antes de subir a su nalga derecha, y ya en la cima vería como podía cubrirla con la crema. Era la superficie más complicada de su cuerpo, y como con sus hombros en las curvas sería fácil deslizarme y caerme, pero no tenía otra opción. Empecé a frotar mi cuerpo entero contra la base su nalga derecha, extendiendo los brazos y las piernas lo más posible con el fin de abarcar más terreno sin tener que moverme mucho de la base, aunque en un punto eso se hizo inevitable. Con cuidado me moví lentamente alrededor se su nalga, apoyando mi cuerpo cerca del centro, por momento sentí que me iba a caer, pero ese no fue el caso al final… Hasta que me tocaba su nalga izquierda. Ya sobre ella repetí el proceso, primero con la base y luego con los bordes, pero esta vez algo ocurrió, al perder el equilibrio no pude evitar resbalarme, y de un momento a otro caí hacia la derecha, directo entre sus nalgas. Mientras me deslizaba para salir, noté como Jane se percató de mi humillante predicamento, y luego ella misma lo hizo notar.

- ¡Jajajaja! No puede ser, déjame ayudarte un poco… jijiji.

En eso sus 2 manos se apoyaron a los costados de sus nalgas, pero contrario a mi pensamiento estúpido de que en serio me ayudaría a salir, las jaló por los extremos haciendo que cayera más adentro. Mis esfuerzos por escalar sus glúteos y salir de ahí  se veían mermados tanto por la crema que cubría mi cuerpo y me hacía resbalar como por la propia Jane apretando su culo conmigo en medio, por lo que estaba a su merced hasta que se aburriera, pero ahora que lo pienso ¿no he estado así desde el principio?

Por suerte mi tormento no duró más de 5 minutos (si les parece mucho, yo pensé que siendo Jane me torturaría por 50 mínimo), y ella me sacó y me deslizó por sus 2 piernas, se tomó la molestia de cubrir esa parte del trabajo por mí. Luego me colocó otra vez en sus hombros y dio su siguiente orden.

- Eso no fue gratis, cuando frotes mis pies, hazlo con la parte frontal de tu cuerpo, es una orden de tu Ama.

Ella quería sentirme en sus pies, había tratado de no tocar su piel con mi pene hasta el momento, pero seguro ella lo notó y por eso lo dijo. No tuve de otra, volví a cubrirme de crema y camine por su espalda, culo y pierna derecha, hasta quedar sobre su talón. No quería aplazarlo más, así que viendo fijamente su planta me deslicé por su pie hacia abajo, el contacto hizo que recuperara parte de mi erección (no me culpen, soy humano) y me puse a escalar su planta de nuevo hacia su talón, cosa que me costó debido a que me resbalaba constantemente, y era inevitable que mi pene rozara su planta. Repetí el proceso unas 3 veces hasta cubrir por completo su planta del pie, para luego frotar sus dedos y seguir con su pie izquierdo. Aquí partí primero frotando sus dedos y procedía subir otra vez, deslizándome un par de veces, hasta que en la última me detuvo entre sus dedos, más precisamente atrapando mi pene en la bajada entre 2 de ellos. No dolió para nada, por el contrario me hizo recuperar completamente mi erección inicial (no soy un monstruo, ella sí), y mientras yo estaba rojo de vergüenza, ella reía burlándose de mí.

- ¡JAJAJAJA! Bueno, ya fue suficiente, solo has hecho la mitad del trabajo, bicho.

En eso se dio la vuelta y colocó más crema sobre su pie, un poco más arriba que sus uñas. Esta vez tuve que abarcar sus pies por arriba, sus piernas, su abdomen y sus tetas, cosa que no me terminó de gustar tanto como su espalda ya que no era tan divertido, y para nada excitante ya que ella me veía constantemente con una sonrisa de victoria en su rostro, al tener a su pequeño hermano-bicho a su merced aplicándole protector solar.

- Bien esclavo ya cumpliste tu tarea, ahora puedes jugar.

Mientras decía eso me tomó fuertemente con su puño y me lanzó a la piscina. Caí en el agua violentamente, con un gran dolor en todo mi cuerpo, pero seguía en una pieza. Pataleé como pude mientras veía a mi alrededor, las chicas nadaban a lo lejos y se echaban agua entra ellas, eran Sheila y Diane, pero ¿y Kanna? En serio me hubiera gustado no haberme preguntado eso.

Mientras la buscaba noté su figura al otro lado de la piscina nadando rápido hacia mi dirección, y aunque no lo veía con claridad debido a la distancia, ese medallón dorado y su cabello violeta la delataban. A la mitad de camino noté que no llevaba sus gafas y, lo más importante, estaba nadando hacia mí con la boca abierta. Ya había pasado por mucho como para saber lo que eso significaba, y que aquella visión me recordara al poster de Jaws del 75 con la banda sonora de John Williams sonando de fondo no me ayudaba a pensar en otra cosa más que en lo obvio, Kanna me quería comer. Traté de nadar a un lado para esquivarla, pero ya era tarde, sus labios estaban muy cerca y en sólo un segundo ya me hallaba dentro de su boca. Ella ya me mató hace rato, y no quería que pasara otra vez, menos siendo devorado, por lo que con toda la energía que me quedaba procuré quedarme sobre su lengua, alejándome de su garganta lo más posible. Así pasaron unos turbulentos 2 minutos hasta que Kanna por si sola me escupió, y quede otra vez flotando en el agua. Limpié un poco mis ojos para ver que las 3 me rodeaban, Kanna riendo bastante, Sheila algo apenada al ver mi rostro cansado (o creo que por eso tenía esa expresión en el rostro, eso espero), y Diane mi miraba con un poco de condescendencia.

- Kanna, encógelo a él también, creo que merece descansar un poco.

En eso Kanna me encogió con su medallón, debía medir medio centímetro o incluso menos. Vi como Sheila y Kanna se alejaban un poco, hasta que Diane gritó “Jane”. A lo lejos vi como mi enorme hermana se acercaba, y aunque aún tuviera fresco el bloqueador, saltó a la piscina justo sobre mí. El impacto me hundió en lo que para mí serían varios metros, abrí los ojos bajo del agua y vi cerca mío la vagina de Diane, y al voltearme a mi hermana, la cual se acercaba a una velocidad terrorífica. Evalué mis opciones, una de ellas no era quedarme aquí merced de Jane, tampoco podía nadar a la superficie, con mi tamaño me ahogaría antes de lograr subir, si es que mi hermana no me atrapaba antes, por lo que tomé medidas desesperadas y nadé hacia la enorme vagina de Diane, ya que ahí Jane no podría seguirme y tendría el suficiente aire para respirar. Pasé por sus labios sin mirar atrás hasta que por fin entré en su vagina, había suficiente aire y no se movía tanto como pensaba, aunque a veces la posición vertical me dificultaba el equilibrio. Mientras Diane nadaba aproveché de caminar sobre sus paredes vaginales, hasta que me topé con su cuello uterino, había llegado al fondo… O eso creía. De pronto de dentro de su útero salió Kidomaru, Alfa y Sonic, y diciéndolo así me doy cuenta que fue tan loco como suena.

- ¿Jazz…? –Dijo Sonic.

- ¿Chicos, que hacen aquí?

- Diane dijo que nos habíamos cansado y nos metió aquí hace rato. –Dijo Kidomaru.

- ¿Y Duke?

- Creo que no lo quería que entrara con nosotros, y me cambió por el con Ally. –Dijo Alfa.

- ¿Y se metieron en su útero por qué…?

- Ahí el terreno es más estable y el agua no se filtra, ven.

Luego de un par de segundos los seguí, y juntos entramos por el cuello uterino de la enorme Diane, hasta quedar dentro de su útero. Estaba oscuro y olía más fuerte que antes, sin embargo al sentarnos noté que en efecto era un sitio más estable. Los 4 nos sentamos a hablar de lo que sea por varios minutos, Alfa me dijo que estuvo aplicándole loción bronceadora a Ally de una forma parecida a lo que yo hice con Jane, algo que por alguna razón nos resultó hilarante, como si de hablar de una comedia se tratara. Estos momentos con ellos siempre me levantaban el ánimo, aun cuando había pasado por tormentos tan monumentales como los que pasé, y ellos se sentían igual, nuestros lazos como amigos iban más allá de todo, a pesar de la decisión que tomaron Sonic y Kidomaru.

Alrededor de una hora después sentimos como la vagina de Diane se agitaba, parecía como si nos quisiera sacar, y no estábamos en la posición de oponer resistencia, por lo que los 4 nos salimos de su útero y caminamos por su vagina hasta la mano que se asomaba, mano que al sacarnos del agua vimos que era nada más ni nada menos que la mano de Sheila. Quien nos veía con una sonrisa en su rostro. Esto me confundía mucho, pero no podía hablar con ella ahora, después de toda la hora de la piscina había terminado. Debían ser como las 4 de la tarde, las chicas se pusieron sus toallas y entraron a la casa. Cada una con el pequeño en turno en su mano. Yo subí con Kanna hasta el “estudio” del tercer piso, y me dejó sobre la cama.

- Volveré en un rato más esclavo, recuerda que tu castigo continúa, espérame de rodillas hasta que regrese.

En eso me arrodillé y vi cómo se iba del cuarto, luego de sentirla bajar las escaleras me eché sobre la cama ¿no es como si se diera cuenta de que me acosté, verdad? Traté de perderme en mis pensamientos pero fue inútil, estaba muy cansado, por lo que empecé a tomar una siesta, tratando de no dormirme y quedar alerta a cuando Kanna volviera por mi castigo…

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