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Luego de aquel día horrible y una necesaria noche de sueño, desperté. Los chicos aun dormían así que me quedé envuelto en mis pensamientos, viendo en retrospectiva todo lo que había pasado hasta ese momento.

Mis amigos y yo fuimos encogidos por nuestras hermanas mayores, quienes querían que fuéramos sus pequeños esclavos cuando ellas quisieran, pero que conservaríamos nuestras vidas normales en la medida de lo posible. Kidomaru aceptó sin chistar y le confesó su amor a Ally, quien lo metió en sus bragas en lo que iba a buscar algo, y en el ínterin fui aplastado por mi hermana mayor Jane, muriendo al instante. Aun así reviví ya que por el hechizo de Ally sólo era necesario regresar atrás en el tiempo para que, aun si moríamos, pudiéramos volver, haciendo que esta semana de vacaciones con ellas fuera casi eterna. Luego de eso Ally nos explicó que Jane hizo una ruleta donde decidiría con quien pasaríamos el día, y me tocó justamente Ally, y el orden seguía con Kanna, Diane, Jane y Sheila, mi amada, al final. Mi encuentro con Ally no fue agradable (salvo por unos pocos momentos) pero sobreviví por los pelos, ya que cuando estaba a punto de morir el tiempo se reinició, Kidomaru había muerto gracias a Kanna, su propia hermana. Luego tocaba la cena, los 5 comimos y luego Sonic y Duke fueron comidos por Kanna también, Alfa estaba a punto de ser devorado por Jane, hasta que le pedí a Sheila que me comiera antes, cosa que no hizo pero que si fingió hacer, salvando a Alfa quien pasó su noche en la vagina de Diane, revelando su amor por ella, mientras Kidomaru hacía lo propio dentro de la de Ally. Yo quería escapar, así que con Sonic y Duke caminamos hasta la habitación de Julie, quien tenía una pijamada con sus amiguitas, ¡GRAVE ERROR! Ellas no medían su fuerza, nos torturaban a veces sin querer, a veces con toda la intención (maldita Molly), hasta que desesperados les rogamos que nos devolvieran a la media donde nos metió Ally, cosa que hicieron.

De esto pude rescatar varias cosas: Recurrir a las 3 Imouto para escapar fue un error, pero mis amigos lo entendían, como entendieron que, de cierta forma, fue culpa mía que fuéramos encogidos. Ally y Molly eran brujas, por lo que debía cuidarme mucho de ellas, junto con mi sádica hermana Jane. Hasta el momento Kidomaru, Sonic y Duke y yo hemos muerto una vez, y ellos 3 debido a Kanna, por lo que también me cuidaría de ella. Y lo más importante, no dejaría que mis amigos sufrieran nunca más por mis planes, si iba a escapar, lo haría solo, y luego con ayuda los rescataría.

Mi reflexión fue interrumpida por un temblor que sacudió toda la “habitación”, al parecer una de nuestras hermanas nos levantó, despertando bruscamente a Sonic y Duke, y cuando todo se dio vuelta caímos a una palma gigante, la de Jane para ser exactos.

- Buenos días, gusanos, que tal su ¿noche?

- ¿En serio te importa eso, Jane? –Dijo Ally, extrañada de su actitud poco hostil, al igual que yo.

- Bueno… Sí, debió ser interesante para que tengan puestas esas falditas.

De pronto se nos prendió el foco… ¡CÓMO MIERDA FUIMOS TAN IMBÉCILES, NO NOS QUITAMOS LOS COLLETES QUE NOS PUSIERON LAS 3 IMOUTO! Luego de toda la tortura de anoche por parte de los 2 grupos de Gigantas, las 3 Imouto y… Como sea que se llame el grupo de nuestras 5 hermanas mayores (debo pensar en un nombre original más tarde, cuando no quieran matarnos).

- ¿Y bien, que tienen que decir en su defensa, gusanos?

Los 3 nos miramos mutuamente en shock, aun estábamos procesando el hecho de que nos fuimos a dormir con los Colletes puestos, pero Jane se encargó de hacernos reaccionar, se sentó sobre la cama y nos dejó caer entre sus piernas, presionando nuestros cuerpos en el proceso.

- Ya saben lo que pasará si no quieren decirnos, es mejor que lo hagan ahora que pueden, jijiji.

Mi hermana es una perra, obviamente sabía que no podíamos, nos apretó tan fuerte que cortó nuestra respiración no podíamos hablar. El dolor era mucho, sólo amortiguado por los blandos muslos de mi hermana mayor, quien aun así se las arregló para hacernos sentir un dolor que nadie debería nunca sentir en su vida en esos segundos en los que duró la tortura. Sus muslos nos apretaban tanto que vi como mis amigos (y seguro yo) nos poníamos morados, y juro que en el momento donde sus piernas ejercieron más presión sobre nosotros vi como Sonic explotaba en un charco de sangre, o bueno, eso me pareció, después de todo en menos de un segundo yo mismo había sufrido de ese miserable destino.

Luego de morir desperté en la media de Jane otra vez, los chicos dormían hasta que en segundos volvimos a caer en la palma de la loca de mi hermana mayor.

- Buenos días, gusanos, que tal su ¿noche?

- ¿Ves que es divertido repetir lo mismo cuando regresamos? Dijo Ally.

- Oye si, ya veo por qué lo haces. En fin, ¿ahora si van a decirnos que mierda hicieron anoche, pequeños gusanos? –Dijo Jane mientras los 3 nos miramos, pero en vez de extrañarnos como antes, con la mirada acordamos todo.

- ¡FUIMOS CON LAS 3 IMOUTOS!

- Las 3 ¿qué?

- Con Julie y sus amigas… -Caí en cuenta que mis hermanas no conocían ese término.

- ¿Así las llaman? ¿Qué clase de nombre imbécil es ese?

- Imouto significa hermana pequeña, así que está bien. –Dijo Kanna, era raro que nos defendiera, pero más raro sería que dejara pasar una oportunidad de restregar sus conocimientos de japonés en la cara, tanto por su ascendencia Japonesa como por su fanatismo hacia el Manga Shojo.

- Bueno, como sea, ustedes 3 trataron de escapar, y tienen que ser castigados.

Esa palabra fue suficiente como para que los 3 sintiéramos escalofríos, después de todas las cosas horribles que nos hicieron anoche eras sólo “juegos”, así que ni loco quería saber cuál era su definición de castigo.

- Pero son casi las 11, ya quiero desayunar, Jane. –Dijo Diane.

- S-Sí, mejor guardamos sus castigos para después. –Dijo Sheila, cuya vos angelical hizo que me calmara un 80% en ese mismo momento, ella me ayudó después de todo, ¿esto hacía ahora también?

Las chicas se miraron, parecía que se conocían tan bien como nosotros, hasta el punto en el que sentían esa especie de sexto sentido que hacía que pudieran comunicarse sólo con miradas.

- Está bien… Lo haremos después de desayunar… Pero no crean que se salvaron, alimañas.

Dicho eso Jane nos arrojó al suelo con ira, nos dolía todo el cuerpo de nuevo, pero al menos la alfombra ayudó a amortiguar la caída, pero no el dolor multiplicado x10 que inundo nuestros cuerpos al ser aplastados por el enorme culo de Jane, dolor suficiente como para dejarnos inconscientes.

Desperté algo adolorido en un lugar extraño pero familiar, lo había visto muchas veces desde que me encogí, era la planta del pie de una chica, más precisamente el área de los dedos, en la cual me encontraba sobre una sandalia rosada. Aquellos enormes dedos me cubrían de la cabeza a los pies, a excepción del dedo medio que estaba ligeramente levantado, lo suficiente como para no rozar mi pene. No tardé en descubrir de quien era el pie, ya que mesclado con el sudor había un leve pero inconfundible aroma a vainilla, un perfume que ya había olido anoche mientras jugaban con nosotras antes de morir por primera vez, aquel era el pie de Sheila. El sólo saberlo hizo que mi pene quedara erecto en tiempo record, y aunque era un pie y esa es la área de Duke, ¡ERA SHEILA! Se me puso tan dura que la punta llegó a tocar el dedo medio de su pie, que había levantado creo yo para evitar este tipo de cosas, pero que luego de reaccionar por reflejos, bajó lentamente y con su enorme dedo empezó a masajear mi pene. Este no solo era el mejor momento que tuve desde que me encogí, era tal vez el mejor momento de toda mi vida, me hizo pensar que si sólo Sheila fuera quien me tuviera, aceptaría volverme su esclavo, tal como aceptó Kidomaru anoche.

Nuestro juego duró un par de minutos, hasta que Sheila se levantó para ir al baño, se despidió de las chicas y llegó sin mucho esfuerzo, conmigo aun excitado entre sus dedos. Entonces ella se quitó la sandalia en donde yo estaba y con cuidado me puso sobre el lavabo. Por un momento quedé maravillado por su belleza, su cabello dorado brillaba por el reflejo de la ventanilla del baño, haciéndolo lucir fabulosos aun cuando estaba despeinada luego de despertar, vestía un pijama de color rosa claro, casi blanco, con pantalones cortos del mismo color y un escote abotonado. Sus ojos color zafiro era incluso más hermosos que las piedras preciosas de donde venía el mismo color, era una belleza, y que dejó embobado por un momento mientras recuperaba el sentido de la realidad.

- Jazz… ¡Oye, reacciona!

Caí en cuenta que me estaba hablando, por lo que traté de mantener la compostura.

- H-Hola Sheila…

- Hola, oye, no tenemos mucho tiempo, así que escúchame. Cuando las chicas terminen de desayunar los van a castigar, y las chicas acordaron que los castigos los daría quien le tocara estar con ustedes hoy, ya que ellas 3 son las más brutales de nosotras a la hora de jugar con peques como ustedes.

- Ósea... ¿Mi castigo me lo dará Kanna?

- Pues si… Lo siento, te traje aquí para decírtelo, pensé que si lo sabías no te tomaría por sorpresa, y lo podrías manejar mejor… Ay no sé por qué lo hice, de todos modos…

Sheila se sonrojó al decir eso, no podía mantener su papel de giganta conmigo.

- Gracias S-Sheila…

- De nada, pero no lo digas, ni a tus amigos, no sé qué pensarían las chicas de mi si supieran que te lo dije.

- Mis labios estás sellados.

- Que bueno… Ah sí. Luego de su castigo toca el almuerzo y después todas jugaremos con ustedes en la piscina, y luego el resto del día es para las chicas por separado, junto con ustedes.

- Muchas gracias por decirme esto Sheila, significa mucho para mí, en serio.

- D-De nada… -Sheila se sonrojó- Si tienes alguna pregunta dime rápido.

No tuve que pensarlo mucho, ya sabía que quería que me dijera, 2 cosas.

- Bueno, es sobre anoche, ¿por qué no me comiste?

- Es que… No pude, querías salvar a tu amigo con eso, no podía pagarte de esa manera luego de lo que hiciste, fuiste muy… Noble.

- Gracias, no me habían llamado Noble antes…

- Bueno, es lo que yo vi en ti anoche, y creo que si eres muy noble, Jazz. ¿Algo más?

- Sí. No sé si pueda decirte lo después, pero… Sólo quería saber… ¿Por qué dejaste nuestra cita hace 2 años?

El silencio inundó la habitación, Sheila se quedó sin hablar, no le salían las palabras, demoró tanto que de repente nos asustamos, ya que tocaban a la puerta del baño.

- Sheila, date prisa, también quiero mear. –Era la voz de Jane a través de la puerta, no quería que nos descubrieran, y Sheila tampoco.

- Ya salgo, Jane, un segundo.

En eso ella me levantó y me llevó a su boca, donde me susurró rápidamente “te digo luego”, y me puso otra vez sobre su sandalia rosada, con sus dedos sobré mí otra vez. Jaló la cadena del baño para disimular y salió, devolviéndose a la mesa, donde comió en silencio por unos 10 minutos más mientras las chicas hablaban. ¿Por qué no me respondió a eso? ¿Acaso sabía que la respuesta no me gustaría? ¿Se fue porque no le gustaba? La incertidumbre me mataba, así que no pensé en eso, en su lugar me centré en el hecho de que Sheila me salvó, me advirtió de los planes de sus amigas y me llamó Noble. Eso me alegró, ella tenía una buena imagen mía en su mente, y pensándolo bien era cierto, no pecaré de falsa modestia, pero yo no salvé a Alfa para impresionarla, quería ayudar a mi amigo, no quería que sufriera lo mismo que yo, y menos con mi hermana. Luego de que terminaran de desayunar se devolvieron al cuarto y nos dejaron sobre la cama, no vi cómo, pero Ally y Diane dejaron a Alfa y Kidomaru junto a nosotros, quienes estaban empapados de fluidos vaginales de pies a cabeza, y con una cara de relajados que en serio envidiaba.

- Bueno pequeños, es hora de que cada uno valla con quien le toca pasar el día, y como así quedó la rueda anoche, hoy hay que moverla un poquito. –Dijo Ally mientras movía la ruleta con nuestros nombres, dejando que cada uno viera lo que le esperaba para el día de hoy.

 

 

Por supuesto que Sheila tenía razón, Duke iría con Jane, Sonic con Ally, y mi turno sería con Kanna, la cual me vio con una mirada algo extraña, pero que creo era de placer. Me levantó a la altura de sus ojos cubiertos por sus lentes, que eran tan violetas como su cabello.

- Nos vamos a divertir mucho Jazz, es una promesa.

Dicho eso se despidió de las demás y salió del cuarto conmigo en su puño, hacia lo que sería mi castigo…

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