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Aun estábamos perplejos por lo que acababa de pasar, Stacy, alguien a quien llegué a querer, una amiga sin igual para mis Diosas, y una de las chicas más hermosas de este mundo, se había ido sin más bajo la suela desnuda de una Rebecca de 15 metros.

 

Desde luego sus últimas palabras no fueron en vano, por lo que al cabo de unos segundos Vicky y Rachel conmigo en la mano despabilaron y comenzaron a correr. Esta habitación no tenía puertas ni ventanas, se accedía sólo con tele transportación, por lo que al cabo de unos segundos mis Diosas se hallaban perdidas.

 

Entonces una epifanía llegó a mí, recordé aquella rendija por la cual llegué hasta aquí, y se la señale a Rachel para que pudiéramos salir volando por ahí. Alcancé a apuntar pero no a articular palabras ya que noté que a nuestras espaldas se acercaba el enorme puño de Rebecca, el cual nos hubiera pulverizado de no ser por mi alerta. Saltamos rápidamente y por los pelos pudimos esquivarlo, ella era enorme pero para nosotros se veía más lenta, algo así como lo que yo sentía al ser un peque a merced de Rachel, pero a una escala aún mayor.

 

Sin más dilación Rachel tomó a Vicky y me apretó con fuerza para acto seguido empezar a levitar, desprendiendo  un aura roja para poder atravesar la salida sin atorarnos. Vi como el otro puño de Rebecca nos seguía, decidida a aplastarnos, cosa que para Rachel no pasó inadvertida ya que siguió volando aún más rápido en dirección al ducto de aire. Por desgracia ese enorme puño nos estaba alcanzando, cada vez veía más claro que terminaríamos igual que Stacy en unos pocos segundos, pero para fortuna de todos logramos atravesar la rendija medio segundo antes de que aquel puño nos impactara, y una vez dentro no pudo seguirnos.

 

El aura roja que nos rodeaba quebraba a su vez las paredes metálicas, que en perspectiva me parecieron más cortas que antes debido a que subíamos muy rápido, y en cuestión de segundos salimos a la superficie, quedando en el baño y saliendo al pasillo.

 

Al correr por aquel umbral iluminado por la luz de la luna alcancé a vislumbrar una luz en una habitación lejana y es que Alexis en bata de baño había salido a ver que era todo este escándalo, frotándose los ojos con el puño. Acabó de hacerlo cuando estábamos a escasos centímetros de ella, y lo siguiente que noté fue como Rachel se abalanzó sobre ella, gritándole con furia.

 

- ¡QUE MIERDA ALEXIS! ¡TU PLANEASTE TODO ESTO! ¿NO?

- Pero qué, no sé qué paso, quien…

 

Alexis estaba aún medio dormida, y en efecto como Rebecca me dijo ella no sabía nada de este asunto, y conociéndola sabría que no le gustaría en lo más mínimo, por lo que instintivamente hablé en su defensa.

 

- ¡RACHEL! Ella no lo sabía, todo lo hizo Rebecca.

- Re… Becca… ¿Qué hizo ahora mi hermana?

- ¡MATÓ A STACY Y AHORA VIENE POR NOSOTRAS! – Gritó Vicky.

- Pero… Eso no puede…

 

Aquella frase acompañada de una cara claramente extrañada de Alexis se vio interrumpida por un enorme ruido subterráneo, que en cuestión de segundos supimos que era. El suelo de la mansión se quebró y de aquel enorme agujero emergió la Rebecca Giganta, con la mitad del cuerpo en este piso y las piernas en el de abajo y un grito similar al de un Kaiju de esa película que vimos hace rato, seguido de la frase “¡DEJEN A MI HERMANA!”

 

 - No… No puede ser… Rebecca…

- ¡TENEMOS QUE SALIR DE AQUÍ, CORRAMOS, HAY QUE SALIR DE AQUÍ PARA QUE PUEDA HACER UN PORTAL ESTABLE!

 

Rápidamente Vicky agarró a Alexis y empezaron a correr, el piso no tardó en colapsar y a mis Diosas solo les quedaba correr aún más rápido, ya que Rachel no podía llevarlas volando y hacer el portal al mismo tiempo. Yo por mi parte no podía despejar la mirada de esa colosal Rebecca desnuda, quien avanzaba hacia nosotros más rápido de lo que cabría esperar, destruyendo la mansión con cada paso que daba. El piso se nos estaba acabando, por lo que Rachel decidió arriesgarse o morir, saltando a través del siguiente ventanal que encontró. De no ser por aquel halo rojo que desprendía habríamos muerto en la caída, pero eso tampoco nos salvó, ya que ahora Rachel debía empezar a conjurar otra vez el hechizo del portal. Rápidamente corrimos por los enormes jardines de la mansión Watson, y al acercarnos al laberinto noté cómo aquella estructura que tanto me había maravillado empezaba a colapsar, dejando tras de sí mucho polvo y escombros, y revelando entre medio a una furiosa y giganta Rebecca, quien no tardó en vernos y perseguirnos.

 

Alexis gritaba y lloraba a la vez, creo que a pesar de todo si sabía lo que pasaba, Rebecca se había vuelto loca, y la linda británica lloraba por su hermana. Por su lado Rachel empezó a recitar el conjuro, y su cuerpo empezó a emanar un brillo morado que  simbolizaba el encantamiento espacial, y en cuestión de segundos a algunos metros de nosotros un pequeño portal se abrió en el suelo.

 

¡AAAAAAH! Grité ya que vi cómo Rebecca saltaba y extendía sus brazos para atraparnos, estaba exhausto, había visto a la muerte a la cara tantas veces en tan poco tiempo que es increíble que no perdiera la cordura, pero esto no iba a terminar ahí. Aunque las enormes manos de Rebecca estaban a escasos centímetros de nuestros cuerpos, mi diosa Rachel logró empujarnos a todos dentro del portal, y cerrarlo antes de que la giganta nos atrapara.

 

Ya no estábamos en Londres, nos encontrábamos en un sitio que conocía de sobremanera, la casa de Rachel. Aquí era de día debido a la diferencia horaria, ya había amanecido y este ambiente soleado aquí en california era casi como un resplandor angelical, y no estaría lejos de serlo ya que, en teoría, acabábamos de salir del infierno. Las chicas y yo tardamos unos segundos en respirar y asimilar todo lo que había pasado, hasta que Vicky entro en llanto, por obvias razones. Alexis trató de calmarla, pero fue en vano.

 

- Tranquila, ya pasó…

- ¡YA PASÓ! STACY ESTA… ESTA…

 

Ese fue un golpe duro para todos, del que no sabía si nos íbamos a recuperar.

 

- No te diré que entiendo lo que sientes, pero las acciones de mi hermana no tienen nada que ver con…

-¡¿CONTIGO?! ¡ERAS MI AMIGA! ¡¿Por qué NUNCA ME DIJISTE QUE TENÍAS UNA HERMANA ASESINA?!

- ¡Ella no Sabía, Vicky! La estaba manipulando. – Dije yo volviendo a defender a Alexis, cosa que despertó la atención de Rachel.

- Estuviste mucho tiempo con ella ¿no? Dime Gera, ¿ya la conoces bien, ya es tu nueva Diosa?

- Rachel… Yo…

- ¡EL NO TIENE LA CULPA! –Interrumpió Alexis, era su turno de defenderme. – Créanlo o no, pero ambos fuimos víctimas del maleficio de Rebecca. ¡Y si querías saber, todo el tiempo que estuvo conmigo el no hizo otra cosa que pensar en ti, Rachel!

 

En ese momento todos entramos en llanto, y poco después caímos exhaustos en el suelo.

 

Despertamos un par de horas después, aunque Alexis lo hizo un poco antes, prendió el televisor de la sala de estar y aquel ruido interrumpió nuestro sueño, estábamos por preguntar qué pasó, pero las imágenes en aquella pantalla eran evidentes, Rebecca estaba suelta, atacando Londres…

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