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- ¡QUÉ MIERDA ESTA PASANDO AQUÍ! – Gritó mi Diosa, claramente alterada.

- Míralo por ti misma, Roberts. –En ese momento Rebecca me quitó el pie de encima, y pude ver mejor a mi amada Rachel, quien en efecto tenía una réplica exacta de mí, pero calculaba que de unos 3 centímetros.

- ¡GERA! Sabía que algo andaba mal con él desde que nos fuimos, es un puto homúnculo.

- Así es. –En ese momento la malvada Rebecca con una estela brillante de magia hizo que mi réplica volara por los aires y cayera en dirección a su boca, anonadado vi como mi clon gritaba aterrorizado mientras se acercaba rápidamente a las fauces de la pelirroja, quien con una mirada de victoria se tragó de un bocado al homúnculo que había enviado con Rachel apenas hace un par de días, dando fin a su existencia tan rápido como la creó, relamiendo sus labios sin dejar de disfrutarlo ni por un segundo. –Y es un puto homúnculo delicioso.

 

Luego de aquel morboso espectáculo, de su mano apareció una energía celeste, del mismo color que la de los tanques, y la apuntó al vacío, quedando un poco relleno de la energía que ese homúnculo había recibido en el poco tiempo que estuvo con Rachel. Ella también brilló, en efecto mientras más energía había en el tanque, menos magia le quedaba, gritó como nunca antes lo había hecho, mis otras Diosas estaban  paralizadas, pero yo lo estaba por el miedo, no quería ni pensar en lo que vendría.

 

- ¡Valla, cuanta energía en tan poco tiempo, veamos cuanta tiene tu amante! –Entonces Rebecca alzó su otro pie sobre mi cuerpo, bajándolo rápidamente, quería que muriera lo antes posible, pero por su cara de psicópata sabía que no por eso lo disfrutaría menos.

- ¡¿Amante?! –Exclamó Stacy.

- ¡ALTO! –Rápidamente mi Rachel alzó sus manos y lanzó una fuerte ráfaga de rayos rojos a Rebecca, justo antes de que su pie me redujera a una mancha de sangre en el suelo, y aunque mi experiencia cercana a la muerte me dejó aún más en shock, pude ver como la pelirroja se caía de espaldas al suelo unos 4 metros detrás de mí.

- ¡¿Estas bien Gera?! ¡Háblame! –Dijo Rachel luego de recogerme del piso, estaba sobre su palma, y aun aturdido no me resultó difícil ver su hermoso rostro mancillado por la tristeza que la embargaba en aquel momento, tenía que calmarla.

- Es… Estoy bien Diosa…

 

Rachel luego de oír esas palabras no pudo evitar sonreír y besarme fuertemente ahí en su mano.

 

- ¡¿Qué tienes Rachel, que pasa?! – Dijo Vicky claramente extrañada de la actitud de su amiga.

- Luego les digo, ahora tenlo, necesito matar a esa perra pelirroja.

- ¿Por qué? Sólo vámonos, hay que…

- ¡NO! –Gritó Rachel aun con lágrimas en los ojos. –No puedo dejar que se salga con la suya, lastimó a Gera, al… ¡Hombre que amo!

 

La quijada de ambas se cayó al suelo al oír eso, claramente ellas me veían como un esclavo nada más, a veces como persona, pero no podían concebir la idea de que Rachel, la que llevó a cabo todo este plan para encogerme y someterme, haya terminado enamorándose de mí. En ese momento yo simplemente lloré de alegría, sabía que me tenía aprecio pero no de esa forma, yo la amaba, y ahora ella me amaba a mí, era el momento más feliz de mi vida, pero por desgracia fue seguido por uno de los más tristes.

 

Por su lado, y luego de dejarme en las manos de Vicky, Rachel fue a atacar a Rebecca, le dio una patada con esa magia roja mientras trataba de levantarse, mandándola a volar fácil unos 6 metros contra la pared. Rápidamente saltó para alcanzarla antes de que cayera al suelo, propinándole un tirabuzón que creó un pequeño cráter debido al impacto del maltrecho cuerpo de Rebecca. Luego mi linda Rachel con una cara de ira mayor que la de Goku cuando mataron a Krillin por segunda vez, levantando su puño encendido, esperando a confrontarla antes de darle el golpe final con un arma más afilada, las palabras.

 

- ¡¿QUE MIERDA TE PASA?!

 

Rachel quedó atónita ante la respuesta de su rival, quien sólo se echó a reír con locura durante varios segundos que seguro para mi linda ama se hicieron eternos, pero finalmente dejó de reír para contraatacar verbalmente.

 

- ¿Aun no lo entiendes? ¡Tus emociones son las que alimentan mi máquina, mira el tanque, no hay forma de que puedas derrotarme, Yankee estúpida!

 

En efecto, con la ira contenida de Rachel su tanque de energía se había llenado a la mitad, si seguía luchando con ella sólo alimentaría más su máquina. Rachel no sabía qué hacer, soltó a Rebecca quien siguió riendo mientras quedaba perpleja de rodillas frente a su enemiga, o al menos eso pensaba yo, ya que la verdad se encontraba muy debilitada como para siquiera levantarse. Desde luego Rebecca aprovechó la momentánea distracción de Rachel, y la agarró del cuello diciéndole que no era nada, para luego arrojarla contra nosotros. Impactó contra Vicky, quien debido al impacto me dejó caer, dolió mucho, pero mi dolor físico no era nada comparado al ver en tal estado a la mujer de mi vida. El panorama se volvió en contra nuestra, no sabía qué hacer, y desde luego Rachel tampoco, pero en ese momento noté como Stacy, aun de pie, se llenaba de furia contra nuestra atacante, a quien fue a atacar sin premura. Logró taclearla y arrojarla al suelo, y sobre ella vi como la escupió, le dio un golpe tras otro y finalmente le gritó.

 

- ¡NO ATAQUES A MIS AMIGAS, JÓDETE, DE MI NO PODRÁS SACAR ENERGÍA, ZORRA!

- ¡JAJAJAJA! ¿Eso es lo que crees, rubia?

 

Lo siguiente que pasó fue una imagen que nunca podría borrar, ya que vi cómo el brazo de Rebecca resplandecía en rojo y, con una precisión fatal, empujó a Stacy quedando ahora ella de espaldas contra el suelo, y rápidamente le enterró el brazo en el pecho.

 

- ¡NOOOOOO! – Gritó Rachel, quien sin que yo me diera cuenta estuvo viendo ese momento mientras se levantaba, atónita al igual que yo. El resplandor celeste volvió a debilitarla, y Rebecca al fin pudo llenar el tanque Roberts a su máxima capacidad. De pronto todos y cada uno de los tanques emanó un brillo aun mayor, tornándose verdes en cuestión de segundos y rompiendo los tanques para dirigirse directamente a Rebecca.

- Por fin lo logré, gracias mamá, gracias papá, ahora podré usar la energía de mis ancestros en su nombre. Todos los poderes mágicos recolectados por generaciones, todos en mi ser, y ya sé que haré primero. – Rebecca miró con malicia a la moribunda Stacy, con unos ojos verdes por toda la energía que consumió que daban un terror increíble.

 

Lo que siguió fue algo que me sorprende no haber visto venir, ya que la idea me la había presentado la misma Rebecca horas antes, y es que empezó a crecer, a volverse una verdadera Giganta. De pronto vimos con horror cómo llegó a medir cerca de 15 metros, aunque algo agachada debido al techo, el cual debía de tener unos 10, todos antes repletos hasta el tope de torres de tanques de energía, ahora vacíos.

 

- Corran… - Eso fue lo último que Stacy nos dijo, ya que fue la primera víctima de Rebecca, debido a  que ella sin quitar su mirada psicópata la aplastó con su pie derecho, reduciéndola a nada, tal como ella había hecho con Cody un año atrás…

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