Half Inch High: Largos días carmesí de búsqueda. by Exosaur
Summary:

En el universo de “Half Inch High” creado por LabbaArt, esta nueva historia se enfoca en Miyashiro Yukiko, una estudiante de segundo año de la preparatoria Hanichi que ha tenido una vida lo suficientemente perfecta junto a su madre de estatura normal y su padre, su hermano y su novio de 1 centímetro de altura. Todo hasta que un terrible día vuelve a su personalidad tierna y amable, así como su vida en un infierno que la condenará a buscar sin descanso a una persona por el resto de su tiempo en la preparatoria; para asesinarla.

HISTORIA CENTRADA EN LA TRAMA CON ELEMENTOS FANSERVICE.

{EN PAUSA}

Esta es una colaboración con @LabbaArt, pueden conseguir el material original de sus mangas en: http://labbacomics.com/


Categories: Teenager (13-19), Breasts, Butt, Couples, Crush, Feet, Footwear, Gentle, New World Order, Unaware, Violent Characters: None
Growth: None
Shrink: Micro (1 in. to 1/2 in.)
Size Roles: F/f, F/m, FF/f, FF/m
Warnings: Following story may contain inappropriate material for certain audiences
Challenges: None
Series: None
Chapters: 6 Completed: No Word count: 18873 Read: 9160 Published: October 06 2020 Updated: May 29 2021

1. Capítulo 1 — La fugaz serendipia de un mundo monocromático. by Exosaur

2. Capítulo 2 — El valor de los colores que su mundo perdió. by Exosaur

3. Capítulo 3 — Agonía de una realización agridulce. by Exosaur

4. Capítulo 4 — Un cierto punto de inflexión. by Exosaur

5. Capítulo 5 — La ligereza de un viejo sentido desempolvado. by Exosaur

6. Capítulo 6 — Una distante elegía de engañosas apariencias. by Exosaur

Capítulo 1 — La fugaz serendipia de un mundo monocromático. by Exosaur
Author's Notes:

P-pero Exo, ¿Subes un capítulo mensual de DDESyP y piensas trabajar en otro proyecto? Pues sí, me siento a gusto escribiendo lo que quiero en un momento determinado y de entre varias opciones, esto era lo que deseaba escribir. ¡Gracias a LabbaArt por permitirme crear una historia original en el mundo de HIH! ¡Gracias también a Random Weeb por apoyar este proyecto desde las sombras dándome ánimos!

Recuerden que en las presentaciones, los apellidos van primero y los nombres después.


Los gritos agudos de desesperación que nadie nunca podría escuchar sonaban como chillidos en un pequeño almacén lleno de artículos de limpieza con el destacable olor a detergente en el aire.

—¡A-alguien ayúdeme!

Sin nadie que lo pudiera ayudar, Nakahara Masashi vio su mundo puesto de cabeza (literalmente) cuando una tremenda fuerza mucho más allá de lo que su constitución fornida le permitiría controlar ejerció completo dominio sobre su cuerpo, dejándolo suspendido de cabeza a una altura considerable del piso.

—No puedes escapar de mí, ¡Pequeño insecto!

Los ojos lavanda de una chica gigantesca perforaron la sensible existencia de Masashi, dejándolo indefenso.

—¡Ha-haré lo que sea! ¡Pero por favor… no me hagas daño!

—¿Lo que sea…?

“¿Habré hecho una mala elección de la palabras?” pensó él cuando escuchó la insinuación ser pronunciada de una manera macabra.

—¡Lo juro!

—Entonces… ¿Qué te parece si te secuestro de nuevo? ¿Se molestarán tus padres?

—… Pensé que pedirías algo así para ser honesto.

—¿Y entonces? ¿Qué dices?

—Yukiko… sabes que es imposible que me niegue a esa propuesta, es demasiado tentador…

Eso fue lo que ocurrió un día antes de que diera comienzo esta historia…

Los primeros rayos de sol entraron por las ventanas recientemente abiertas, las partículas de polvo en el ambiente se hicieron visibles cuando la previa oscuridad de la habitación fue disuelta.

—Maasaaashii~ ¡Despierta de una vez!

—Cinco minutos más…

—¡Has dicho eso durante quince minutos! ¡Si vuelvo a darte otro plazo es seguro que llegaremos tarde!

—Tus pechos son un lugar muy cómodo para dormir… es como ser aplastado entre dos camas gigantes con tu calor corporal como… calefacción…

—¡No soy tu kotatsu personal!

—Está bien… —Con un bostezo, estiré mis brazos lo más fuerte que pude para despertar mis músculos—. ¿Puedes ayudarme?

Mi nombre es Nakahara Masashi y soy un estudiante de segundo año de la preparatoria Hanichi, tengo 16 años y mis ojos son azules junto a mi cabello rubio, quizás fui un príncipe en mi vida pasada. Lo más importante debería ser mencionar que pertenezco a la parte de la población diminuta de este mundo de un centímetro de altura.

—Qué remedio… si te dejo hacer las cosas por ti mismo demorarás una eternidad y como te habrás fijado, no tenemos suficiente tiempo.

La belleza de pelo rosa y coletas creyéndose mi madre es Yukiko Miyashiro, la hermosa chica de la que me enamoré. Gafas que acompañan a sus hermosos ojos lavanda, piernas largas y esponjadas, un tono de piel algo pálida y un busto… bastante decente para tener la misma edad que yo. Ella, sin embargo… es un poco especial.

Arreándome de un lado a otro, mi enorme novia de 1.71 metros de altura tenía el control total de mis movimientos por toda su habitación.

—¿Listo? ¿Eh? ¿Eh?

—¡Espeeeraaa!

Supongo que al final es mi culpa por haberme quedado durmiendo hasta tarde.

***

Cuando salimos de su habitación nos esperaban su familia en la sala de estar.

Miyashiro Seiichi, su pequeño hermano un año menor que ella, con el cabello color avellana y ojos verdes oscuro, él es un poco más pequeño que yo.

Miyashiro Izanami, su madre con cabello del mismo color que Seiichi atado por una cola de caballo y ojos azules, 1.78 metros, lo suficiente como para eclipsar mi existencia siendo aún más grande que la chica con la que salgo… y eso ya es mucho decir. Me prometí a mí mismo que nunca haría algo que enfadara a esta mujer.

Por último está Miyashiro Orochi, un adulto joven que es el padre de mi novia (y de manera graciosa, es mucho menos intimidante que su madre). Cabello negro y ojos marrones con su centímetro de estatura siendo un poco más alto que el mío.

Su hermano menor y su padre estaban en la mesa comiendo mientras que la señora Miyashiro sólo los veía con una sonrisa y una taza de café en su mano.

—Vaya, veo que al final despertaron… ¿Estuvieron ocupados la mañana de hoy~? —Las implicaciones tras esas palabras fueron obvias, aún más cuando dejó escapar una risa consciente.

—¡N-no es lo que pie- —Cuando intenté excusarme, fui interrumpido por la voz apresurada de la chica llevándome.

—¿¡Estás listo Seiichi!?

—¡Onee-chan! —Asintiendo, el pequeño chico le dirigió la mirada desde la mesa.

—¡Muy bien! ¡Sube! —Yukiko extendió la mano en la que me llevaba hasta reposarla sobre la mesa donde su padre y su hermano estaban.

Tomando su bolso a sus pies, Seiichi corrió hacia la mano de Yukiko y subió a la palma acompañándome ahora.

—¡Buenos días Masashi-senpai!

—Buenos días, Seiichi-kun~

Su hermano es muy simpático, a pesar de la diferencia de edad (y de tamaño) nunca ha habido riñas entre ellos… aunque dudo que un chico de un solo centímetro de estatura quisiera entrar en una encrucijada con su hermana mayor de más de 170 centímetros de altura cuando ella fácilmente lo podría obliterar; bromas aparte, su relación es muy buena, pocas veces los he visto discutir y siempre que lo hacen se debe a tonterías fortuitas que al paso de un par de horas se olvidan.

Todos juntos abandonamos el departamento de mi novia y nos dirigimos a la escuela.

Este año Seiichi entró a estudiar con nosotros, puedo recordar que en varias ocasiones Yukiko intentó impedir a toda costa que él decidiera escoger este lugar pero después de mucho insistir e insistir, todos en la familia accedieron al ver las excelentes notas del chico.

¿Pero por qué querrían impedir que Seiichi viniera a esta escuela?

Pues… en palabras simples y llanas, este lugar es un cementerio de micros como nosotros… ¿Micros? Sí, llamémonos así.

Donde la gente no se preocupa por ver sus pasos o verificar donde están a punto de sentarse; obviamente hay muchas personas que se preocupan por nosotros, pero entonces aparecen aquellas que asesinan a los nuestros por aparente diversión… porque creen que somos animales estúpidos o que no pensamos… o al menos quiero creer que ese es el motivo por el cual nos asesinan. Si esas personas invierten su tiempo en torturarnos y masacrarnos porque disfrutan de poder matar a alguien sin consecuencias… entonces eso me preocuparía más; porque entonces esa escuela sería un criadero de psicópatas y asesinos seriales en potencia.

En otras palabras, el hermanito de mi novia está en peligro estando aquí… no, incluso yo vivo en peligro constante de ser asesinado. Al principio es un sentimiento al que crees que no te podrás acostumbrar, incluso yo en mi segundo año de estudiante allí no me he acostumbrado del todo.

***

—Muy bien Seiichi… ¿Seguro que esta es tu clase?

—Yukiko-nee… siempre que me traes me preguntas lo mismo, ¿Tienes amnesia?

—Vamos Seiichi-kun, a tu hermana sólo le preocupa la reputación de la escuela, por eso se preocupa tanto~

Yukiko tenía una mirada avergonzada en su rostro mientras veía a su hermanito junto a su calzado de interiores; es un poco hilarante ver una expresión avergonzada de alguien tan colosal debido a alguien tan insignificante como nosotros.

—Lo siento…

—No te preocupes onee-chan… ¡Gracias por preocuparte por mí!

El chico corrió e hizo un intento de abrazo a la zapatilla de Yukiko lo cual se vio bastante tierno, con esto, una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en el rostro de mi novia.

—¡Nos vemos más tarde!

—¡Bien!

Seiichi corrió a su salón de clases, dejándonos solos a Yukiko y a mí en la entrada.

—¡Y recuerda Seiichi! —Ella lo buscó con la mirada y levantó la voz—. ¡N-no hagas nada tonto! ¡Si algo malo ocurre, llámame rápido!

Con ese acto, algunos de los estudiantes en el salón se giraron a vernos, haciéndola avergonzarse un poco. Su hermano por su parte se giró a medio camino a verla con una sonrisa torcida y asintió, siguiendo su camino. Eso fue algo que definitivamente sólo haría una madre.

—Te llevaré a tu salón ahora…

Asentí viendo su rostro sonriente y hermoso centrando su mirada en mi pequeña figura. Ella comenzó a caminar haciendo que el mundo a nuestro alrededor se moviera a pasos agigantados desde mi perspectiva.

—¿Cómo te ha ido en clase? ¿Crees que alguien de tamaño normal te haya puesto el ojo? ¿Te quiera hacer algo malo? Recuerda… si alguien te quiere intimidar ¡No te opongas! Jamás intentes escapar, debes conservar la calma, nunca podrías ganarle a alguien de altura normal aunque corrieras con todas tus fueras; ya lo intentamos. Sólo debes esperar a que te dejen solo y venir conmigo, prométeme que nunca te quedarás callado si alguien te amenaza… ¡Júramelo!

Después de terminar de escupir todo eso como una histérica, Yukiko debió quedar con poco aire por lo que respiró agitadamente durante un momento. El brillo en sus lentes debido a la iluminación del pasillo la hizo ver como a una completa nerd explicando la manera más efectiva de derrotar al jefe oculto de un JRPG.

—Cálmate primero, ¿Está bien? —Tomando asiento en la suave palma de su mano le mostré mi mejor sonrisa.

A decir verdad, no sé cuál será la actitud de su hermano con respecto a toda esta situación, esta escuela es como un barrio de mala muerte para nosotros los micros y él no es la excepción… un paso en falso (literalmente) y podrías acabar como una mancha roja en la suela de alguien descuidado, esto sin mencionar las personas que buscan asesinarnos con toda la deliberada intención.

Por lo tanto no creo que exista micro en este lugar sin al menos un poco de miedo, a pesar de que doy lo mejor de mí para no expresar mi inquietud frente a Yukiko y hacer esto más difícil para ella, la mayoría del tiempo estoy aterrado de que un cuerpo gigante omita mi existencia y me aplasté contra el suelo como a un insecto… o peor aún, que una de esas susodichas personas asesinas de micros fije su atención en mí. Hace algún tiempo sin embargo decidí dejar de vivir mi vida con miedo, lo mejor sería pasar sobre eso y si algún día debo morir, que así sea.

Lo que en realidad me preocupa es mi novia… no sé si Yukiko pudiera soportar mi muerte o la de su hermano menor, si no estoy ahí para confortarla… no quiero ni imaginarme lo que pueda ocurrir. Si eso algún día ocurre, espero que al menos Seiichi esté ahí para consolarla.

Siempre he considerado mi existencia altamente intrascendente para ella aunque ella no lo considere así, es verdad que la amo y ella me ama mucho a mí pero soy completamente consciente de la naturaleza frágil y fugaz de mi vida, los humanos siempre hemos sido mostrados como seres débiles y frágiles en la ficción cuando se nos compara con monstruos como youkai, alienígenas, dioses o cosas por el estilo. De alguna manera en la ficción siempre somos capaces de prevalecer ante las adversidades dado nuestra habilidad para pensar, la naturaleza humana que nos hace egoístas y aterradores.

Es esta misma naturaleza la que nos congela a cada uno cuando alguien de más de 100 veces nuestro tamaño camina casualmente sobre nosotros. Esto no es ficción, esto es la realidad… ¿Hay manera de que nosotros ganemos contra criaturas tan grandes como esas? ¿Las criaturas que incluso al estar en total desventaja contra monstruos divinos pueden sobrevivir y vencer? ¿En serio existe alguna manera de oponernos a variantes de nuestra propia especie… infinitas veces más fuertes y capaces que nosotros?

—L-lo siento… —Ella se vio seriamente apenada.

—¿Ocurrió algo? Hoy estás algo más sobreprotectora de lo normal… ¡No es que me moleste, en serio! Derrite mi corazón el saber que te preocupas por mí… pero te siento un poco rara hoy.

—¿Tú crees?

—¿Tendrá que ver con el motivo por el cual susurraste mi nombre en la madrugada mientras dormía?

El rubor se apoderó de su cara en el instante en que escuchó eso.

—¿¡Q-qué dije!?

Esta madrugada algo me despertó de mi cómoda cama formada de pechos gigantes; un pequeño sollozo murmurando mi nombre.

—“Masashi”, cuando me fijé habían lágrimas escapando de tus ojos cerrados…

—Entonces lo sabes…

El aire a nuestro alrededor se volvió un poco deprimente, los estudiantes iban y venían dado que todavía no habían empezado las clases, cada uno moviéndose a velocidades vertiginosas a lado y lado de mi pequeño cuerpo me daban una sensación de inseguridad que era ahogada por el calor proveniente de la mano de Yukiko.

—Digamos que… tuve una pesadilla, es todo. No es que crea que ese tipo de cosas se vuelven realidad pero… fue una pesadilla un poco desagradable así que no he podido evitar ser más cuidadosa el día de hoy… es todo, ¿Bien?

Así que una pesadilla, supongo que fue correcto imaginar que algo así había pasado… era un poco obvio al fin y al cabo.

—No te preocupes Yukiko, estaremos bien, Seiichi y yo somos chicos duros, te prometo que no seremos asesinados tan fácilmente~

Aunque hubiera dirigido esas palabras a la enorme chica sosteniendo mi vida en sus manos, también desearía que algo de ellas volviera hasta mí, una promesa irresponsable como esa fue todo sobre lo que pude construir una falsa sensación de seguridad.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

Pero mentí por su bien, por lo mucho que la amo… pero sobre todo para que no sospeche de la presión sobrecogedora que esta institución me hace vivir día a día. Todo por mi egoísta amor.

En medio de nuestra charla, Yukiko arribó a mi salón de clases y procedió a dejarme junto a sus pies, cuando salté de su mano ella se alzó por metros y metros hasta levantarse completamente lo que me dejó frente a una chica que podría ser considerada una divinidad desde mi perspectiva actual viendo debajo de su falda, algo tan común para nosotros los micros que ya perdió prácticamente todo su encanto para mí.

—Estoy trabajando en función de cambiar de clase para quedar contigo… haré todo lo posible para lograrlo y no aceptaré un no por respuesta, ¿Ok?

—No hay manera en la que pueda discutir contigo, además, si es eso lo que más feliz te hace… yo también estaré feliz con tu decisión.

No, definitivamente no era eso lo que yo hubiera querido decir, “¡Por favor! ¡Hazlo lo más pronto que puedas, estar bajo tu cuidado en este infierno no tendría precio para mí! ¡Te lo ruego!” Eso sin embargo sólo pondría su tiempo distanciada de mí patas arriba, no debo hacer algo tan desconsiderado con ella cuando esta chica ha hecho todo lo que ha podido por garantizar mi seguridad.

A veces me pregunto… ¿Por qué alguien como ella estaría con alguien como yo? Digo, no soy un chico feo, de hecho me considero apuesto pero… creo que sería mejor estar junto a alguien con quien ella pueda hablar cara a cara, un chico que pueda protegerla, que pueda tomar su mano y garantizarle seguridad… un chico con el que ella pudiera relacionarse íntimamente de manera más satisfactoria.

¿Es por compasión? ¿Por la manera en la que nos conocimos? Nunca tuve el valor de preguntarle algo tan imprudente como eso, es imposible para mí tener el tacto suficiente como para plantear esa duda de manera que no ofendiera a cualquiera…

***

Recuerdo el día en que nos conocimos, era una escuela primaria de tamaños mixtos. A diferencia de la preparatoria Hanichi, esta escuela tenía una buena fama con respecto a la seguridad de los micros, era raro ver un asesinato y los niños de tamaño normal siempre fueron muy gentiles con nosotros, probablemente en toda la historia de esa primaria sólo haya habido uno o dos asesinatos accidentales e inevitables en un entorno con personas de tamaños tan diferentes.

Mientras hablaba con mis amigos de diferentes tamaños, fui retado a colarme en el bolso de la retraída chica nerd de tamaño normal en nuestro salón; Miyashiro Yukiko. Entre la espada y la pared de la pueril actitud de un niño de primaria y la presión social, decidí aceptar el reto que, con ayuda de un chico de tamaño normal, fue un éxito.

Lo que no fue un éxito fue haberme quedado atrapado allí durante un día entero cuando ninguno de esos idiotas tuvo el valor de ir a buscarme y yo no tuve la oportunidad de escapar. Por más que yo me hubiera intentado esconder entre sus libros, Yukiko era (y sigue siendo) una chica muy diligente por lo que decidió terminar con sus tareas a tiempo apenas llegar a casa. Desafortunadamente para mí, el libro entre el que me escondí fue lanzado en su escritorio, ella colocó otros más pesados encima, empezando a aplastar la parte de mi cuerpo que todavía estaba adentro del libro, por suerte ella escuchó mis gritos a tiempo y me sacó de ahí… fue incómodo tener que explicarle cómo llegué ahí porque aunque fuera un mocoso, siempre fui honesto.

Yukiko decidió cuidarme entonces para que me recuperara de mis heridas, cometiendo un secuestro accidental, ambos fuimos severamente regañados por nuestros padres.

Desde ese momento ella y yo empezamos a tener más tacto, charlas ocasionales, amigos en común, ir a la misma escuela secundaria…

Y confesar mis sentimientos por ella en segundo de escuela media.

***

Esta y más vicisitudes cruzaron por mi cabeza después de otro día de haber sobrevivido en este infierno. Habiendo terminado mis clases, me despedí de mis amigos quienes ahora sólo son chicos de mi tamaño y decidí embarcarme hacia el salón de Seiichi para pasar buscándolo. Sacando mi teléfono, le escribí un mensaje de texto a Yukiko diciéndole que iría a pasar buscando a su hermano a lo que ella respondió

“¡Está bien! ¡Ten mucho cuidado!”

Para mi sorpresa ella fue comprensiva, honestamente imaginé que diría algo como “¡Ni se te ocurra! ¡Enseguida voy!” pero quizás se deba a que la mala impresión que dejó la pesadilla en ella ya se dispersó.

Hoy en día es difícil para mí intentar relacionarme con personas de altura normal, la inquietud que ha prosperado en mi corazón al estudiar aquí me ha hecho perder la previa simpatía que pude sentir en el pasado por personas de mi edad con ese colosal tamaño, los únicos colosos en los que a día de hoy confío son Miyashiro-san y Yukiko. Me alejé de muchas personas con las que me relacioné en primaria y en secundaria, obviamente, Yukiko no tenía idea de esto.

Cuando llegué al salón destino, me encontré a Seiichi hablando con un numero interesante de personas de tamaños mixtos, chicas y chicos de ambos tamaños hablaban en un grupo que desprendía una amalgama de colores cálidos para mi frío y temeroso corazón. Cuando escribí un mensaje a su celular, la cháchara del grupo se detuvo por un momento y las miradas se centraron en mi mínima existencia de pie junto a la puerta corrediza trasera del salón de clases.

La ansiedad me empezó a carcomer desde adentro, ver a tantos chicos y chicas con miradas perforantes cayendo desde los cielos como entidades celestiales juzgando mi vergonzosa existencia… me hizo querer desaparecer.

—¡Masashi-senpai! Takanashi-chan, ¿Puedes traerlo con nosotros un momento?

Una chica de pelo negro de entre el grupo asintió con una sonrisa y se acercó eliminando la tremenda distancia entre nosotros con sólo un par de pasos, agachándose, me dio un breve vistazo inevitable de su ropa interior antes de cubrirse con una mano y extendiendo la otra hacia mí, me ofreció su palma como plataforma de transporte.

Me quedé congelado por un momento, esto se siente tan natural cuando Yukiko lo hace… ¿Pero hace cuantos años que no era otra persona la que me ofrecía subirse a su mano? Probablemente desde la escuela secundaria.

—¿Ocurre algo, Nakahara-senpai?

Cuando escuché la gentil voz de la chica pronunciar el título “senpai” junto a mi apellido casi sentí como si todo mi mundo se hubiera agitado hasta estar a punto de sacudirme las lágrimas desde adentro. Fue entonces que entendí el garrafal error de mi perspectiva acerca de este mundo, dicho error se iluminó para que yo fuera capaz de golpearlo como a un topo asomando su cabeza por un agujero.

Las personas gigantes no son malas, son las malas personas gigantes las que hacen más ruido en mi propio mundo.

—A-ah, ¡Con permiso…!

Después de subir a su mano, fui transportado a la mesa en la que estaba un grupo de micros junto a Seiichi hablando con las otras personas de tamaño normal rodeándonos.

Tanta atención en un principio se sintió agotadora pero recordé un sentimiento que había enterrado muy profundo en mi corazón hace algunos años.

El infierno en este mundo estuvo en mi cabeza todo el tiempo.

Si sé jugar de manera inteligente mis piezas… ¡Sobreviviré!

¡No moriré! ¡Me antepondré a las adversidades y le mostraré al mundo todo el color del que tantos se han estado perdiendo!

Mírame Yukiko, ¡Soy lo suficientemente fuerte! ¡Prevaleceré ante las adversidades… estoy seguro de que lo haré!

¡Yo nunca te abandonaré!

¡Este es el verdadero inicio… de mi vida en la preparatoria Hanichi!

***

Para Miyashiro Yukiko: ¿Me devuelves mis dulces extremidades? Ah… ¿Con qué ojos podré verte ahora?

End Notes:

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

Capítulo 2 — El valor de los colores que su mundo perdió. by Exosaur

El largo cabello negro desgreñado disperso por toda esta cama sumida en la oscuridad de las cortinas gruesas en plena mañana me hace cosquillas, me trae recuerdos…

Viendo la hora en mi celular me levanté de la cama sin nada parecido a ánimos para ponerme de pie un día más; podría decir que todos los días desde entonces me he levantado de la cama con el pie izquierdo.

Mi nombre es Miyashiro Yukiko, tengo 17 años y soy una chica de actitud tranquila y comportamiento apagado, tengo el cabello negro, largo y suelto hasta un poco más debajo de la cintura, en el pasado me lo tinté de rosa y usé coletas porque a mi novio le gustaba pero como dejé de pintarlo, el tinte se cayó y volvió a su color original. Mis iris son de color lavanda y uso lentes de contacto aunque en el pasado usé gafas, mi piel se ha vuelto mucho más pálida de lo que era el año pasado, quizás porque ahora paso la mayoría del tiempo encerrada en mi habitación cuando no estoy en la escuela; soy aproximadamente copa C de pecho y mido 1.76 metros, recientemente he perdido algo de peso porque no suelo comer demasiado. Actualmente estoy cursando mi último año en la escuela preparatoria Hanichi.

Habiendo terminado la preparación para la escuela con mis medias largas, caminé hacia la sala donde mi madre esperaba, amorosa como siempre.

—Buenos días Yukiko~

—Buenos días mamá.

Tomando el bento que ella preparó para mí, lo metí en mi bolso y sin dilaciones me dirigí hacia la salida.

—Yuki, ¿No saludarás a tu padre?

Deteniéndome en seco, me di media vuelta para dirigir la mirada a una pequeña forma sobre la mesa que se asimilaba a alguna clase de alimaña.

—Buenos días.

—B-buenos días Yukiko…

Sin nada más que me detuviera, volví sobre mis pasos y me coloqué mis zapatos antes de salir por la puerta principal del departamento en el que vivo, afortunadamente no es muy lejano a la preparatoria en la que estudio por lo que el trayecto a pie es breve sin la necesidad de una bicicleta.

Al salir del complejo de edificios, me dirigí directamente a donde debía ir, un día más.

Sacando una pequeña libreta de camino, pude ver a otros estudiantes con la vista periférica caminar a lado y lado, chicos y chicas de mi edad hablaban felizmente de su vida diaria, de cosas como por ejemplo… lo que comieron, la última película más taquillera, la tendencia del momento, el streamer más apuesto o la modelo más bonita que salió en la televisión recientemente. Ninguno de ellos se acercó a mí, en cambio, todos me evitaron notoriamente, dejando un radio bastante destacable de espacio vacío a mí alrededor.

Checando algunos nombres familiares listados en mi pequeña libreta de mano, anoté algunos nuevos y vi con melancolía algunos otros ya tachados.

Alice.

Sekira.

Tsumi.

En efecto, ninguna de esas personas me interesa ya que no tengo nada pendiente con ellas.

***

Cuando llegué a la edificación con un aura turbia a su alrededor y un olor pútrido junto a una densa y espesa neblina oscura por dentro, tomé mis zapatillas de interiores de los casilleros en la entrada y dejé en su lugar los zapatos de exteriores. Cerrando el casillero metálico di un par de golpes al piso con la punta de mi zapatilla para acomodarla y me dirigí directo a mi salón.

En el camino, la actitud de los demás estudiantes con respecto a mí no mejoraba, incluso, se volvía peor.

Escuchando susurros acerca de mí, había chicos de mi edad apartándose de mi camino como si fuera alguna clase de youkai o yakuza, risas burlonas de otras pocas personas y un ambiente raro en general en torno a mí.

Es así cada día.

Pero no es como si me acosen, de hecho, no encuentro mierda desagradable junto a mis zapatos, no hay marcas o cosas extrañas en mi asiento, la situación que me rodea es una completamente distinta. Ellos me temen.

Una chica que hablaba felizmente con sus amigas estaba en la entrada a mi salón, cuando me detuve, la moción del movimiento batió un poco mi largo cabello negro haciéndome notar… no es como si lo hubiera hecho a propósito.

—¡M-M-MIYASHIRO-SAN!

El grupo de chicas bloqueando la entrada delantera del salón de clases se puso pálido en un todo, cada una con sus ojos muy abiertos se movió haciendo espacio antes de que pudiera siquiera pedir permiso.

—No es bueno bloquear la entrada cuando las clases están por empezar… —Dirigiéndoles la mirada, hablé tranquilamente.

Mi voz fue como un detonante que incitó a gritar levemente a una de ellas…

—¡N-no lo volveremos a hacer! ¡L-lo sentimos mucho!

El trío de chicas, despavoridas, se movió hacia sus asientos.

Tomando mi propio asiento, dejé mi bolso a un lado y reposé mi espalda en el espaldar de la silla, dejando escapar un pequeño suspiro.

—¡Buenos días Yukiko-chan~!

—Buenos días, Inohara-san.

La chica a mi lado de cabello blanco y corto me saludó cordialmente como todos los días. Inohara Madoka; la única persona con la que hablo recurrentemente en esta escuela.

—¡Te he dicho una y otra vez que no seas tan formal conmigo! ¡Puedes llamarme Madoka-chan! ¡O al menos Inohara-chan!

—Lo siento Inohara-san… pero esta es mi manera de referirme a las personas, no tengo ningún problema con que te refieres a mí de una manera tan confianzuda pero no me obligues a ser afectuosa también.

—Como sea…~ —Dando un suspiro, la chica que para estas horas de la mañana ya tenía bastante energía, cambió el tema—. ¿¡Ya leíste el último capítulo del manga que te mencioné!?

—Por enésima vez, Inohara-san —la escuchaba mientras sacaba mis libros pero cuando mencionó ese tópico me detuve para dirigirme a ella—. Te dije que no estoy interesada en nada relacionado con los micros, ¿Puedes entender eso?

—¡D-demonios! Lo había olvidado… jejeje…

Dejando escapar un suspiro pesado, seguí sacando algunas cosas de mi bolso.

—Deberías examinarte, quizás tengas amnesia o algo… si lo detectas a tiempo quizás haya algo que todavía puedas hacer así que ve pronto.

—¡¿Hah?! ¡No sabía que podías bromear! —Haciendo una cantidad innecesaria de ruido, Inohara exclamó para que al menos medio salón se enterara de lo que estábamos hablando.

—No estoy bromeando, Inohara-san… probablemente tengas amnesia ya que te he dicho lo mismo exactamente veintitrés veces y quiero creer que en serio lo olvidas y no que lo haces para molestarme.

—A-ah… ehm… ¡Llegó el profesor!

Sosteniéndose de cualquier tontería para escapar de su responsabilidad, Inohara se incorporó correctamente en su puesto cuando vio a nuestro profesor de esta hora entrar.

Un profesor de un centímetro de altura con las manos llenas de pequeños libros llegó por la puerta y todos tomaron sus asientos.

La delegada de nuestra clase se levantó y ayudó al profesor a subir a su escritorio, cerrando la puerta detrás de él. Todos nos levantamos y saludamos.

El salón se sumió en el silencio de la clase que cualquier otro profesor de tamaño normal impondría y fue así hasta que terminó. De la misma manera ocurrió con nuestro segundo profesor y el tercero, todos micros.

***

Cuando nuestro descanso para comer llegó, saqué de mi bolso la bonita caja de bento previamente preparada por mi madre y la abrí para vislumbrar tamagoyaki mientras que mi parlanchina compañera no hacía más que hablar y olfatear mi comida.

—Sabes… la clase 3C es la favorita de los profesores como esos… los micros mueven sus horarios para dar clases aquí… ¿Sabes por qué?

Es claro que lo sé, pues yo soy la causa de ese peculiar fenómeno.

Con la boca llena, asentí con tranquilidad mientras degustaba los sabores suaves del huevo bailando en mi boca y posteriormente deslizándose por mi garganta. El huevo no estaba muy salado o desabrido, simplemente la cantidad exacta de sal que me gusta en ellos.

—Eres una persona tan buena… ¡Te deben tener en muy alta estima en la sala de profesores! Me imagino a todos esos pequeños micros deseando saltar a tus pechos, ser cargados por ti… ¿¡POR QUÉ NO PUEDO SER TÚ!?

Al tragar, respondí a sus alaridos molestos que atraían la atención de las pocas personas que al igual que yo, se quedaron a comer y conversar aquí.

—En realidad no me interesa nada de eso.

—Ya sé… ya sé~ sólo me encantaría poder tener un harem de lindos micro chicos babeando a mis pies… pero tengo que ser yo misma la que los traiga conmigo…

—Quizás por ese mismo comportamiento enfermizo ellos se alejan.

—¿Eeeeh?

—Sabes… —Empezándome a sentir extrañamente irritada, cerré los ojos y alcé un poco el tono de voz—. Ellos son seres pensantes e intelectuales como nosot-

—¿Nosotros?

¿Eh?

¿Qué he dicho?

—No, no es nada, haz lo que te plazca… no me interesa.

—Dices que haga lo que me plazca pero si daño a algún micro estamparás mi rostro contra el pavimento ¿Eh? ¡Claro, no es como si quisiera dañar a alguna de esas linduras en primer lugar! Quizás los domestique con mis aromas, quizás el olor de…

Perdiéndome en mis pensamientos dejé de escuchar todo el sinsentido que escupió Inohara. Sólo me llevé otra porción pequeña de tamagoyaki a la boca con mis palillos y pensé en lo que dije hace un momento.

“Ellos son seres pensantes e intelectuales como nosotros.”

***

Cuando terminé de comer sentí la garganta efectivamente seca. Levantándome de mi puesto le pregunté a Inohara si querría algo para beber a lo que me respondió con una estúpida expresión de incredulidad y antes de que me largara, me gritó que quería algún jugo frutal que pudiera encontrar.

Caminando por los pasillos pude ver algunas manchas pequeñas pero notorias en el suelo, manchas de sangre y órganos reventados, nada demasiado fuera de lo ordinario en el día a día de nuestra hermosa preparatoria Hanichi.

Cuando doblé en una esquina, me encontré con una chica aproximadamente de la misma estatura que yo, sosteniendo algo diminuto en su puño cerrado.

—¡Vas a ser mi próximo lanzamiento interestelar! ¡¿Qué tan deformado quedará tu cuerpo al aplastarse contra la pared con mi lanzamiento de…?!

Me detuve súbitamente cuando yo vi lo que ella estaba a punto de hacer, su rostro perdió la sonrisa burlona y macabra que tenía previamente y ahora reinaba el desconcierto en su semblante.

—¿Tú eres… Miyashiro Yuki…¡¿ko?! —Cuando pronunció esa misma silaba, el pequeño cuerpo en su puño explotó en una mezcla de sangre y órganos revueltos por la tremenda presión de su agarre.

Esto no es bueno… voy a perder el control…

Carmesí.

Mis ojos están manchados de ese color desde aquel día…

Alguien ayude a esta chica antes de que…

***

Un año antes. Preparatoria Hanichi, segundo año de Yukiko Miyashiro.

Hablando con algunas amigas después de que terminaran las clases, recibí un mensaje de Masashi diciéndome que iría a pasar buscando a Seiichi lo cual le agradecí de manera encarecida, respondiéndole adecuadamente decidí quedarme un rato más intercambiando temas interesantes de conversación. Entre las chicas de mi grupo estaba Nakahara Kana, la hermana mayor de Masashi por apenas un par de meses, una micro al igual que él. Ambas nos llevamos bastante bien así que es natural que al estar en la misma clase tengamos muchas cosas de las cuales hablar. Afortunadamente este pesar en mi pecho que me estuvo persiguiendo por toda la mañana se dispersó y fui capaz de relajarme un poco junto al grupo.

Así transcurrió aproximadamente una hora en la que no me percaté de que prácticamente debí dejar a mis dos chicos esperando por mí.

—A-ah… ¡Tengo que irme! Masashi y Seiichi deben estar esperando por mí, ¡Nos vemos mañana!

—¿Volverás a secuestrar a tu novio?

—¿Qué hacen cuando están a solas? ¿Ya lo hicieron?

—¡¿Cómo lo hicieron?!

—¡Chicas! ¡Tengo que irme! Aunque… responderé sus preguntas mañana… jeje… ¡Nos vemos Kana-chan! —Dándoles una sonrisa pícara, me di la vuelta y con mi bolso me fui del salón escuchando risas y silbidos sugestivos a mis espaldas.

Al llegar al salón de clases al que pertenece Seiichi, verifiqué viendo el “2A” en la entrada; ingresando al lugar vi a unos pocos estudiantes restantes hablando entre ellos de asuntos variados, algunos estaban decidiendo a qué club unirse aparentemente. Una chica de cabello negro que reconocí como Takanashi Utaha, una amiga de Seiichi, se acercó a mí al verme entrar.

—Oh, ¡Es Miyashiro-senpai!

—Hola Takanashi-san, ¿Has visto a Seiichi y Masashi por aquí?

—¿Miyashiro-kun y Nakahara-senpai? Ellos estuvieron aquí hace un rato pero aproximadamente hace unos veinte minutos dijeron que irían a tu salón a buscarte… ¿No los encontraste por el camino?

Una repentina punzada me perforó el estómago haciendo que tanto metafóricas como literales gotas de sudor empezaran a bajar por mi rostro.

—Ah… no, como estaba distraída debí haberlos pasado por alto, quizás incluso me gritaron en el camino… jeje, me fijaré mejor esta vez. ¡Gracias Takanashi-san!

—No hay de que~

Con una sonrisa rígida, me di la vuelta y emprendí mi camino por la ruta más corta desde el salón de Seiichi al mío, esta vez prestando mucha atención al piso. No importó cuantas veces recorriera esa misma ruta, ninguna de mis búsquedas tuvo éxito en encontrar a alguno de los dos chicos.

Empezando a preocuparme un poco, decidí sacar mi teléfono celular mientras me recostaba de una de las paredes del pasillo, tocando sobre la opción “Llamar” del número de contacto de Masashi, la pantalla de llamada se desplegó…

… Sólo para dar lugar a la contestadora diciendo “Ese número está fuera de servicio.” Empezando a sentir mis manos sudorosas, marqué de memoria el número telefónico de Seiichi y lo llamé para obtener el mismo resultado que con mi novio.

“Ese número está fuera de servicio.”

Ideas horribles e infinitas posibilidades empezaron a correr desenfrenadas por mi cabeza mientras que simplemente veía la pantalla de mi celular con una mirada perdida. Sentí como la fuerza abandonó mis piernas por un momento y estuve a punto de caer, sosteniéndome de la pared para no aterrizar sobre mi boca en el piso.

Masashi no tenía elección, su precaria situación económica lo obligó a entrar a la preparatoria Hanichi. Seiichi por otro lado lo hizo por pura necedad, nunca hemos tenido problemas de dinero ya que mi madre tiene un buen trabajo, ella incluso le compró un celular a Masashi para que pudiéramos comunicarnos en todo momento.

Sintiendo un punzante dolor de cabeza, alcé la vista y guardé el teléfono con su pantalla ahora apagada en el bolsillo de mi falda mientras que caminaba a paso acelerado, cuidando donde pisaba y viendo todo exhaustivamente.

Pero no importó que tanto los buscara, fui incapaz de encontrarlos. En los pasillos, los salones, la entrada…

Todo mi cuerpo estaba sudado, el sol estaba empezando a ocultarse, debí haber estado horas buscando exhaustivamente en todos los lugares, no dejé una puerta sin abrir, un salón sin revisar…

¿En qué lugar no he buscado aún?

¿Se fueron a casa por sí mismos? No… eso es imposible, ellos nunca harían algo tan descabellado como eso.

¿Me están jugando una broma? Sí, debe ser eso… probablemente Seiichi habló con alguno de sus amigos de tamaño normal para que los ayudaran a esconderse… ¡Cuando los encuentre me voy a enfadar muchísimo y les voy a regañar como nadie nunca lo habrá hecho antes en sus pequeñas vidas!

Tratando de ser optimista… no pude pasar cinco segundos sin tener un pensamiento negativo del peor escenario posible…

Ambos están…

Unas nauseas violentas me sacaron de mis cavilaciones, haciéndome correr al baño de las chicas cuando ya no había prácticamente nadie más en la escuela; algún profesor me preguntó que qué hacía tan tarde en la escuela si no estaba en ningún club a lo que respondí que estaba buscando a mi hermano menor. Pregunté si sabían del paradero de Seiichi y Masashi pero ninguno tenía ni la más remota idea.

Al llegar al baño tuve que recostarme de la puerta de uno de los cubículos, con una de mis sudorosas manos en mi estómago y otra cubriendo mi boca, recosté mi cabeza de la puerta del cubículo. Mis piernas apenas respondían para mantenerme de pie con fragilidad y el punzante dolor de cabeza era prácticamente insoportable… sólo pudiendo cargar con él por la adrenalina a la que estoy siendo sometida.

Cuando sentí que mi estómago estaba a punto de devolver mi desayuno por completo, decidí abrir la puerta sobre la que estaba recostada para entrar y dejarlo salir todo.

Pero nunca imaginé que abrir esa puerta me podría dar aquél espectáculo atroz.

Una pesadilla viviente.

Un infierno en la tierra.

Mis oídos zumbaron por un instante, para dejar de escuchar un momento después.

Dejé de sentir las piernas… mi cuerpo ahora estaba flotando sobre dos pilares de carne temblorosos que difícilmente podría decir que me pertenecen.

Mi vista se puso en túnel.

El punzante dolor de cabeza acosándome se esfumó por completo.

Mis agitadas respiraciones se detuvieron, dejándome en completo silencio.

Inmóvil, con la boca abierta y mis ojos abiertos de par en par, vi aquél tétrico panorama en la pared ahora frente a mí.

Mis alegres días de risas y cantos, felicidad y gozo se pintaron del color rojo de la sangre desde ese momento.

La felicidad que me caracterizó toda mi vida se fragmentó en una cantidad de trozos imposible de reparar.

Ese horrible momento en el que todo mi mundo se sumió en la desesperación…

Los encontré.

Un grito mudo resonó en mi cabeza ante el horror. Mi boca estaba abierta pero mis cuerdas vocales no me respondieron en ese momento, sólo pude escuchar a mi alma gritar sumida en el miedo, en el terror…

Lentamente mis ojos recuperaron su capacidad para ver con una sensación rara en ellos… como si estuvieran inyectados con sangre. Mi cabeza volvió a doler, a doler como nunca antes lo había hecho.

Mis puños apretados empezaron a doler, mis uñas manicuradas en un estado deplorable… estaban ahora rotas, humedad roja empezó a fluir por mi mano y gotear hasta el suelo.

Lentamente el sonido volvió a mis oídos para escuchar un grito lejano que poco a poco se fue acercando e incrementando su volumen.

¿Ese es mi grito…? El dolor en mi garganta lo verificó, quizás mis cuerdas vocales no soporten una intensidad como esa.

—¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!

Te mataré, quién seas y dondequiera que estés.

End Notes:

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

Capítulo 3 — Agonía de una realización agridulce. by Exosaur
Author's Notes:

Estaré haciendo uso de un lenguaje “un poco” explícito en este capítulo y no exactamente en el ámbito erótico. Por favor, no dejen que los sorprenda ¡Y siento si puede parecer desagradable!

Como dato adicional, este capítulo salió un poco extenso así que estaré dividiéndolo en dos fragmentos, siendo el segundo el 4 que subiré prontamente.


Después de la conmoción de encontrar a mi hermanito y mi novio en aquella grotesca condición, perdí el conocimiento. Esa misma noche desperté desorientada y perdida, dándome cuenta de que estaba en mi habitación, abrí los ojos de par en par.

Un… ¿Sueño?

Sí, definitivamente fue eso, no hay manera de que haya presenciado un acto tan despreciable y sacado de la más retorcidas pesadillas...

Espera… es… ¿De madrugada?

Viendo a mi pecho mientras buscaba el cuerpo durmiente de mi pequeño Masashi, no lo encontré por ninguna parte. Al ver mi cuerpo, por otro lado, me di cuenta de que todavía tengo puesto el uniforme de la escuela así que es imposible que sea de madrugada… ¿Qué hora es?

Para verificar que mis temores fueran ciertos, intenté sacar mi teléfono del bolsillo de mi falda, fue entonces que sentí un extraño dolor en mi mano, cuando la acerqué a mi rostro me di cuenta de que tenía la palma vendada y mis uñas manicuradas estaban rotas.

Esforzándome por lanzar este hecho a una esquina de mi mente, revisé la hora en mi celular lo que hizo a mi corazón dar un vuelco. No puede… es imposible, esto no puede estar pasando… no puede…

Entré a la aplicación de mensajería para encontrarme con el último mensaje que recibí de Masashi diciéndome que iría a buscar a Seiichi a su salón. Aun así eso no fue suficiente para convencerme… empezando a perderme en la desesperación, entré al registro de llamadas…

Llamadas sin contestar:
> Seiichi.
> Masashi.

¿Lo que vi fue… real?

Dejando el teléfono caer sobre la superficie mullida de las sabanas me desarropé y levanté de la cama, colocando mis pies en las pantuflas junto a la cama.

Masashi y Seiichi están bien… eso fue sólo una pesadilla… una pesadilla… una…

Apenas me levanté de la cama en medio de la oscuridad de la habitación sentí un dolor ligero en la rodilla, tomando el celular para iluminarla con la linterna, descubrí un moretón.

—¿Ah? ¿Cuándo me ca…?

Eso es obvio, cuando perdí el conocimiento dada la terrible escena que presencié. Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo, mi piel se puso de gallina y un nudo se me hizo en la garganta, también sentí una presión en el pecho ante tal realización.

Mi garganta ardió intensamente cuando dejé escapar ese susurro y mi voz sonó terriblemente ronca… ¿Hacen falta más pruebas?

***

Atroz.

Pegados a aquella pared, sus extremidades habían sido separadas violentamente de sus pequeños y frágiles cuerpos.

Sus ojos arrancados de sus cuencas, dejando un perturbador vacío en su lugar.

Cuando me acerqué lo suficiente en silencio, fui capaz de percatarme de sus identidades.

El cabello avellana de Seiichi, el cabello rubio de Masashi.

Y como si esta pesadilla me hubiera estado diciendo que aún quedaba más por sufrir, había un mensaje escrito en rojo sobre ellos, letras escritas en sangre.

Para Miyashiro Yukiko: ¿Me devuelves mis dulces extremidades? Ah… ¿Con qué ojos podré verte ahora? Fui un chico muy malo por robarte tu tiempo…~
-Con amor, Nakahara Masashi.

Vomité.

“¡Somos chicos duros! No moriremos tan fácil~”

“¿Lo prometes?”

“Lo prometo.”

¡MENTIROSO!

¡ERES UN MALDITO MENTIROSO, MASASHI!

¡ME PROMETISTE QUE NUNCA ME ABANDONARÍAS!

¿Por qué…? ¿¡POR QUÉ!?

—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!!!!!

Entra en escena un pútrido olor que casi me hace toser.

Una densa niebla que por poco me obliga a entrecerrar los ojos.

Mi garganta no puede parar de emitir ese ominoso ruido contundente, duele mucho.

Mis manos están sangrando, gotas de sangre resultantes de clavar mis uñas en mis palmas caen al suelo.

Nunca olvidaré esa visión…

Dos de las personas que más amaba fueron llevadas con apariencias horridas de este mundo directo al aro más profundo del infierno.

Y entonces mi mundo se oscureció.

***

Casi en pánico y con lágrimas a punto de brotar, soportando las ganas de gritar intensamente, salí rápidamente de mi habitación hacia la sala de estar.

Allí me esperaba una escena inquietantemente realista, dándome la estocada de gracia justo en el pecho.

Mi madre sentada junto a la mesa con una expresión facial consternada hablaba con dos micros sobre la mesa. Cuando ella me escuchó llegar apartó su vista de ellos y la dirigió hacia mí.

¿Qué significa esto?

La expresión en el rostro de mi madre es… demasiado triste… yo… nunca la había visto así.

Repentinamente ella se levantó de su silla, dejando a mi padre y al otro micro de identidad desconocida para mí y se abalanzó sobre mí, envolviendo mi cuerpo con sus brazos.

—Yuki...

Usando el apodo cariñoso por el que siempre me llama en momentos específicos, mi corazón se estremeció por el tono de su voz y el significado tras ese abrazo. Su voz con pesar y la fuerza con la que me abrazó me hizo despertar del plácido sueño que había estado teniendo hasta ahora.

El sueño en el que Masashi y Seiichi seguían vivos.

Ellos ya no están.

Un par de minutos después, mi madre me soltó con las comisuras de sus ojos llenas de lágrimas, de alguna manera parece que ella estuvo conteniendo las ganas de llorar…

—¿Estás bien?

—Mamá…

Mi voz difónica se esfuerza por pronunciar esas palabras que duelen al intentar salir de mi pecho.

—¡Cariño! ¿¡Qué le pasó a tu voz!?

—Seiichi… Masashi…

Su expresión previamente impresionada por el tono ronco de mi voz volvió a ser una mirada decaída de resignación.

—Yuk-

—…

Aparté el brazo que mi mamá acercó dubitativamente hacía mí con una palmada sonora, entonces me di la vuelta y corrí hacia mi habitación.

Después de cerrar la puerta de golpe, me lancé sobre la cama y abracé una almohada de cuerpo completo, llorando intensamente. No hay nada que yo pueda hacer al respecto con todo lo que está pasando… ellos… mi hermano y mi novio… ambos están...

—A-aaah…

Mi débil voz emitió un sollozo ahogado por la almohada que se metió en mi boca, dejando mis sentimientos que estuvieron paralizados hasta ahora fluir, yo no pude creer todo lo que se estaba desarrollando tan rápido… si no fuera porque yo misma vi aquella grotesca escena…

Una voz gentil y delicada a la par que masculina habló a mi oído después de que pude sentir como la cama se hundió parcialmente a un lado a lo cual no le presté mucha atención. Esa voz sin embargo era tan familiar como la de mamá.

—Yuki… cariño… puedes… ¿Verme un momento?

Al escuchar la voz de mi padre en un principio no quise girar la cabeza para que viera mi patético rostro lleno de lágrimas y mocos con una expresión vergonzosa… sin embargo un momento después cambié de opinión por un simple factor. Mi hermano y mi novio acaban de morir, pero para Miyashiro Orochi, su hijo fue brutalmente asesinado por alguien cientos de veces más grande que él.

Cerrando mi boca, separé el rostro de la almohada a la que me estuve adhiriendo y dirigí mi rostro hacia él, de pie en el colchón muy cerca de mi cabeza.

—Vaya… mira cómo estás… hay muchos mocos y lágrimas en tu carita. Esto me recuerda a cuando eras más pequeñas y llorabas por cualquier cantidad de cosas… —Papá forzó una risa incómoda.

No supe que responder, yo sólo quiero llorar… quiero llorar la muerte de dos de las personas más importantes en mi vida… no hay nada que yo pueda decir en este momento que valga la pena así que formando un puchero, asentí suavemente.

—Sabes… Yuki —acercándose más y más, papá se aproximó tanto a mi rostro que se me complicó verlo, pude sentir sus manos tocando mi mejilla mojadas sólo para llenar sus propias manos de lágrimas que a su escala deben ser un manantial—. ¿Sabes que si un micro y una persona de tamaño regular quedaran atrapadas en una isla desierta… y la persona regular llorara, el micro nunca tendría que preocuparse por agua? —Sus pequeñas manos apenas perceptibles acariciaron mi mejilla cubierta por lágrimas que no paraban de fluir.

Algo sorprendida por su repentina pregunta, no vi fortuito responder algo relacionado.

—¿No estás triste…?

Eso era lo último que le hubiera querido preguntar, pero por un momento sentí un poco de rabia… ¡Tu hijo murió de manera grotesca! No es momento de… preguntas como esas…

—Yuki… tu madre y yo estuvimos preparándonos para este momento desde que los conocemos…

—¿Eh…?

Al abrir mis ojos más que antes, sorprendida, me incorporé en la cama sin entender claramente el significado tras sus palabras, cruzando mis piernas me senté y tomé su diminuta forma entre mis dedos índice y pulgar con extrema delicadeza para soltarlo en mi palma libre un momento después.

—Uoh, gracias.

Elevé las manos hasta acercarlo al nivel de mi rostro para verlo y oírlo claramente.

—Yukiko, seré sincero contigo… nunca te hemos contado esto pero… el día que Seiichi nació como un micro, nosotros no celebramos su nacimiento… en cambio lo lloramos.

¿Lloraron… el nacimiento de mi hermano?

—Ustedes… ¿No lo querían?

Mi madre ahora frente a mí negó con la cabeza en silencio a lo que mi padre habló con su voz masculina contraria a su pequeño tamaño.

—Claro que sí… lo amábamos como no tienes idea, Yukiko, tanto como te amamos a ti.

Su frágil figura de pie en mis manos hacía difícil imaginar que esta diminuta persona fuera el padre de una persona como yo, siendo que de seguro me veo gigantesca desde su perspectiva, sólo con formar un puño yo podría…

—Entonces… ¿Por qué…? —Centrando mi mirada en él, acerqué mi rostro lleno de duda aún más, probablemente bañándolo de mi respiración irregular por el llanto.

—Eso es porque… tu madre y yo sabemos perfectamente el destino de los micros en esta sociedad… el destino cruel que muchos de nosotros tenemos… es por eso que desde el día que Seiichi nació empezamos a prepararnos para este momento…

—Pero por más que lo intentáramos es imposible no sufrir, cariño, perder a un hijo no es algo para lo que puedas prepararte incluso después de toda una vida repitiéndote “Probablemente este sea el último día de vida de tu hijo” —la voz de mi madre se quebró, quedándose en silencio y bajando la mirada.

Entonces entendí a lo que estas dos personas se referían…

Hace algún tiempo, justo cuando empecé a salir con Masashi, mis padres nos hablaron a él y a mí del día en el que se conocieron. Aparentemente, cuando él iba a la escuela preparatoria y ella a la universidad, una chica de tamaño regular estuvo a punto de acabar con la vida de mi padre, fue entonces cuando mi madre (que para ese entonces simplemente pasaba por ahí de visitas a un ex profesor de su preparatoria) fue en su ayuda, mi madre siempre detestó la desigualdad existente entre micros y personas regulares. Desde ese entonces él se enamoró de ella… no puedo culparlo… cuando ella salvó su vida probablemente se vio como la persona más hermosa y bondadosa a sus ojos; al principio mi madre no se vio muy interesada por él pero después de un tiempo él logro cautivar su corazón saliendo y divirtiéndose juntos luego de un par de meses. Fue entonces que ambos empezaron a salir.

Es por eso que ellos conocen la fragilidad de la vida de un micro en este mundo… es porque esa fue la razón que los unió, la desigualdad que existe entre los dos tamaños que puede tener una persona.

No pudiendo soportarlo más, acerqué delicadamente la mano con la que lo sostenía hacia mi rostro y cerrando los ojos, lo presioné contra mi mejilla… a lo que respondió con un apenas perceptible abrazo.

Mis sollozos brotaron otra vez, no pude contenerlos por más tiempo y rompí en llanto una vez más, ahora con mi padre en mi mejilla. A mi lado, mi madre me abrazó protectoramente apenas empecé a llorar, sollozando débilmente junto a mí y recostando su cabeza de la mía.

Yo… los extraño…

—A-aaaaah…

Pero ellos no volverán.

***

El micro que estaba junto a mi madre y a mi padre en la sala de estar era un profesor de mi escuela, él nos explicó más detalles acerca de lo ocurrido con Seiichi y Masashi pero aunque no quise escuchar, me obligué a mí misma a reconocer sus crueles destinos.

Tal como sabía, sus cuerpos estaban en estados tétricos, sin embargo, el dato que desconocía fue que ambos cadáveres estaban recubiertos de un líquido transparente, pegajoso y de olor característico. Esa fue información horrible que desearía no haber sabido, porque me llevó un poco más cerca a conocer lo agonizante de sus momentos finales…

***

Vuelta al presente. Preparatoria Hanichi, tercer año de Miyashiro Yukiko.

—¿Tú eres… Miyashiro Yuki…¡¿ko?! —Cuando pronunció esa misma silaba, el pequeño cuerpo en su puño explotó en una mezcla de sangre y órganos revueltos por la tremenda presión de su agarre.

Esto no es bueno… voy a perder el control…

Carmesí.

Mis ojos están manchados de ese color desde aquel día…

Alguien ayude a esta chica antes de que…

Antes de que lo supiera, mi cuerpo se movió rápidamente hacia ella, alzando mi brazo rápidamente, mi mano tomó su garganta y presioné a la chica contra la pared con un impacto de su cabeza. Una fuerza descomunal tomó el mando de mi cuerpo y entonces empecé a ahorcarla.

—¿Q-qué dem… —Intentando hablar, las palabras no podían salir correctamente de su apretada garganta, dándome cuenta de esto, aligeré un poco mi agarre, manteniéndola presionada contra la pared detrás de ella.

Dándome cuenta de que pude controlar mis propios impulsos, suspiré profundamente con el fin de calmarme un poco a mí misma.

—Sekira… ¿No es así?

—¿¡C-Cuál es tu problema!? —Tosiendo un par de veces, no le presté atención aunque un poco de su saliva aterrizara en mi rostro.

—¿Te parece divertido… matar personas?

—¿Eh? ¿Personas? Ah… ¿Te refieres a esas pestes?

—… Sí.

—No me digas que eres otra de esas defensoras de micros… —Esbozando una sonrisa desagradable, ella habló arrogantemente—. Aunque… tiene sentido, con lo que he escuchado de t-

—¿Eh? ¿Y esa sonrisa de mierda de qué se trata? —Su sonrisa me irritó—. ¿Ah? ¿Crees que te tengo miedo? Una lástima pero no mido un miserable centímetro así que no me puedes hacer explotar bajo tu zapato… pero… ¿Sabes qué? Tú deberías tener miedo… si tan sólo supiera que eres el maldito cerdo que acabó con la vida de mi novio y mi hermanito… te empezaría a disecar como la maldita rana horrenda que eres…

La sonrisa en su rostro se desvaneció.

—¿De qué estás hablando…? ¡N-no es fácil ocultar la muerte de alguien de mi tamaño, además, tú te convertirías en una asesi-

—¿Asesina? Mira… jaja… jajajajajajajaja… —No pude evitar reír desde el fondo de mi corazón, lo que transformó la expresión de la chica frente a mí en una más consternada que antes—. Mira quien habla, ¿La grandísima Sekira tiene miedo y empezó a balbucear? Me importa una mierda ser atrapada, me suicidaré antes de que esos ineptos lleguen a mí, te mataré y me suicidaré…

—Qu… —Pude escuchar un bulto bajando por la garganta de la chica que entró en pánico.

—Pero tú no me interesas… yo sé lo que haces, sé de todos los enanos que has matado… tú y todas esas malditas psicóticas asesinas están locas de remate, conozco muy bien todo su historial, zorras… pero no me interesan, no son ustedes a quien busco, he comprobado que ustedes no los asesinaron —cuando la solté, sus piernas flaquearon—. Pero asegúrate de en caso de que sepas quien fue… dile esto, “Miyashiro Yukiko, la chica cuya vida arruinaste, va por ti. Juré por mi vida que te mataría, pedazo de basura, voy a abrirte las tripas como a una maldita rana y exhibir tus órganos en la entrada de la escuela… luego voy a vomitar en ellos y me voy a suicidar… voy a hacer tu asqueroso final tan miserable como el que les proporcionaste a aquellas personas que mataste sin piedad… después de usarlos para masturbarte…”

La expresión en el rostro de Sekira era difícil de describir, una mezcla de temor e incomprensión llenaba su semblante tembloroso.

—Y tú… no me importa si matas a alguien sólo porque es pequeño pues eso parece ser una normalidad en este mundo de mierda… —Pude sentir mis ojos ardiendo con furia mientras hablaba.

—¿¡Y a ti qué demonios te ocurr-!?

—Pero… —Un golpe calló sus réplicas, lanzándola al suelo. Un derechazo lo suficientemente fuerte en el rostro como para enviarla directo al piso, por suerte este era un lugar poco frecuentado y no había nadie cerca que pudiera presenciar este espectáculo—. Si veo algo así ocurriendo de nuevo, ten por seguro que algo peor que esto te ocurrirá…— Sin darle tiempo para criticarme por ello, me di media vuelta y seguí mi camino.

¿Acaso soy la única humana en este infierno?

¿Por qué nadie más muestra su frustración? ¿Por qué no están molestos con alguien como ella?

¡Ella es una asesina! ¡Hagan algo! Entiendo que los micros no puedan hacer nada, pero… ¿Qué hay de ustedes, a los que personas como ella le han arrebatado a sus seres queridos?

¿Ese golpe fue… injustificado?

—¡HEY! ¡E-ESO FU-!

Su voz fue silenciada cuando saqué algo de una pequeña cartera en mi bolsillo y lo lancé junto a ella, sin siquiera girarme, escupí unas últimas palabras.

—Ah, y si algo de este encuentro sale a la luz… ten por seguro que el día de mañana esas fotos tuyas estarán colgadas hasta en la entrada… así que considera bien qué te conviene más antes de decir cosas innecesarias~

—¿Eh?

Diversidad de fotos pequeñas de Sekira a punto de asesinar micros estaban dispersas en el suelo frente a ella. Fotos tomadas en el momento justo que sirven como evidencia para muchísimos casos sin resolver de micros desaparecidos o asesinados.

—¿C-cómo…?

—He estado algún tiempo haciendo mi tarea, sólo te pido que no hagas asquerosidades como las que hiciste hace un momento, frente a mí… mientras las hagas frente a cualquier otro… estoy bien con eso —alzando una mano mientras le di la espalda a forma de despedida, me alejé de la chica perpleja aun frotándose el lugar donde recibió el golpe.

He sido capaz de controlar mis impulsos de mejor manera últimamente, el hecho de que esa chica haya recibido un solo golpe es una prueba fehaciente de ello y estoy contenta con el dominio que he ganado sobre mis emociones últimamente.

Dirigiéndome a comprar algo de beber para mí y para Inohara, los balbuceos incrédulos de Sekira se quedaron atrás mientras que el único sonido acompañándome era el de mis zapatillas impactando contra piso y eventualmente las voces de los demás estudiantes.

¿Cómo me he vuelto tan arrogante en este último año?

***

Un año antes. Departamento de Miyashiro Yukiko.

Un par de sujetos altos de pie frente a la entrada de mi casa bloquearon mi camino cuando estaba por salir. Sin entender lo que ocurría, sólo permanecí allí de pie dirigiéndoles la mirada.

—¿Miyashiro Yukiko?

—A-así es…

—Necesitamos que venga con nosotros por ahora.

No puede estar pasando…

—Está detenida por…

Mi cabeza duele.

—… Ser sospechosa del asesinato de Miyashiro Seiichi y Nakahara Masashi.

Mis oídos zumban una vez más.

—…sinato de… na…

Mi visión se distorsiona.

—…do… sica… 

Esto es una broma… tiene que… tiene que serlo… esto es imposible… yo… yo…

Por favor, ya detente.

End Notes:

Al principio sentí este capítulo un poco extraño, creo que era debido a la reacción de Yukiko con respecto a la muerte de Masashi y Seiichi. Curiosamente, experimenté la muerte de un ser querido estos últimos días… aunque la expresión de Yukiko se haya afilado mucho en sólo un año, la razón se revelará a continuación. Embutí mis propios sentimientos en este capítulo y puedo afirmar que esta chica está actuando de manera normal para una persona cuyo hermano menor y novio fueron brutalmente asesinados.

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

Capítulo 4 — Un cierto punto de inflexión. by Exosaur
Author's Notes:

 

Este capítulo será el final de la “introducción” de la historia por lo que no habrán más flashbacks acerca de la desgracia de Yukiko, así que nos podremos centrar en el presente a partir de ahora.

 


 

Luego de mucho llorar, me tomé un par de días para sentirme en condiciones de volver a la escuela… después de todo, siento que ahora no tengo un motivo para volver a ese desagradable lugar… no ahora que no hay nada que valga la pena para mí.

O eso fue lo que pensé los primeros días, porque muy en el fondo sé reconocer que aunque mi hermanito y mi novio hayan muerto, todavía hay muchas cosas que debo hacer en esta vida.

—Mamá, papá, me voy…

—¿Estás segura acerca de estar bien, cariño? —Mi madre tenía una expresión algo preocupada.

—No te tienes que forzar… volver allí debe ser algo traumático para ti Yukiko… puedes tomarte algunos días más de descanso, no te culparemos si quieres faltar algún tiempo más —de pie sobre ambas palmas juntas de mi madre, mi padre intentó de persuadirme.

—Claro que no… —Negué, forzando una sonrisa en mi rostro—. Está bien, puedo con esto… de verdad.

Aunque mi boca dijera una cosa, mis ojos hinchados y mi corazón adormecido decían otra totalmente distinta.

Golpeando la punta de mis zapatos con el piso para ajustarlos a mi pie, vi la palma de mi mano en la que dos personas deberían estar como el resto de días que partí a la escuela, una presión me dominó el pecho. Suspirando profundamente para evitar el llanto, sacudí la cabeza brevemente y abrí la puerta.

—Nos vemos.

Mi sonrisa rígida desapareció apenas les di la espalda y cambiando a una expresión agría, emprendí mi camino.

***

Apenas puse un pie dentro del edificio de la escuela, el lugar entero se llenó de una espesa niebla acompañada de un olor pungente tan intenso que por poco evité toser. No supe identificar qué clase de olor era este… pero más importante… nadie más parece percibir la niebla o el olor, todos van y vienen con sus semblantes llenos de energía en sus activas y juveniles vidas de adolescentes de preparatoria. ¿Soy la única que puede ver y oler esto?

Ahora que lo recuerdo… apareció por primera vez justo cuando encontré los cadáveres de Masashi y Seiichi… ¿Tendrá esto algo que ver?

Sin embargo mi atención está tan distraída de mi entorno y mis ánimos tan apagados que decidí no seguir dándole importancia; llenando mis pulmones del desagradable olor que sólo podría describir como “desgracia”, cambié mis zapatos por los de interiores y me dirigí a mi salón que estaba a punto de empezar las clases.

Prestando la mínima atención necesaria al camino para no aplastar a algún estudiante micro mientras caminaba, ignoré cualquier otra cosa que no fuera eso.

Al llegar a mi salón, tomé asiento ignorando a todo y todos, descansando mi cabeza sobre ambos brazos en la mesa.

No pasó mucho tiempo hasta que escuché una voz familiar llegar a mis oídos, una voz que a todas luces pertenecía a un micro… una voz la cual había esperado no tener que afrontar el día de hoy.

—Yukiko…

 Abrí los ojos lo más que pude apenas la escuché, levantando mi cabeza, vi un cuerpo diminuto de pie frente a mí en mi mesa. Ese cuerpo y esa voz pertenecían a nadie más que a mi mejor amiga, Nakahara Kana.

—K-Kana-chan…

La manera y el tono que usó para referirse a mí me dejaron de hielo, sintiéndose extrañamente distante ya que Kana siempre usó el “chan” para dirigirse a mí.

—Nunca vuelvas a llamarme de esa manera…

Oh… no…

—K-Kana-chan… ¡Escucha-!

—¡NO QUIERO ESCUCHARTE!

A pesar de escasear en términos de tamaño, el grito de Kana logró hacer que algunas de las miradas del salón se centraran en nosotros, algo que hubiera querido evitar a toda costa en este momento. La estridencia de su grito me hizo reaccionar abriendo mis ojos con impresión nuevamente y sentarme erguida, como si estuviera siendo regañada por un anciano imponente.

—Papá… papá, mamá y yo te confiamos la vida de mi hermano… tú… tu prometiste que no dejarías que nadie le hiciera daño… juraste que lo protegerías… —A medida que hablaba, la voz de Kana tuvo altos y bajos, quebrándose ocasionalmente mientras que lágrimas salían de sus ojos que tenían una expresión triste en un principio—. ¡PERO AHORA MASASHI ESTÁ MUERTO! —Y entonces se llenaron de odio, de una rudeza y fuerza ejemplares que fueron disparados como llamas hacia mí.

Habiendo comprendido internamente el estado de Kana, decidí no reprocharle nada y sólo dejarla que se desahogará conmigo asintiendo lentamente… después de todo…

—¡Y ES TU CULPA!

Aaah… lo dijo…

Asintiendo una vez más en silencio y procurando borrar cualquier emoción de mi rostro, parecí un robot moviendo mi cabeza de arriba abajo mientras que Kana escupió veneno hacia mí.

—¡ES TU CULPA QUE MASASHI HAYA MUERTO!

Asentí.

—¡PROMETISTE QUE LO PROTEGERÍAS, ERES UNA PERRA MENTIROSA!

Asentí.

—¿No… no te da vergüenza? ¡¿CÓMO PUEDES MOSTRAR TU ROSTRO AQUÍ DE NUEVO?!

Asentí de nuevo.

—¡ERES UN MONSTRUO!

Asentí una vez más.

—¡¡NO TIENES IDEA DE CÓMO ME SIENTO!! ¡¿POR QUÉ CONTINUAS ASINTIENDO MALDITA SEA?!

Y continué asintiendo.

Su voz exasperada dejó escapar un grito casi animal, dejándose caer sobre sus rodillas frente a mí mientras que lloraba a gritos. Aun así, no dejé de asentir.

Sí, tienes razón… no miento, no sé cómo te sientes, alguien se ha llevado la vida de tu querido hermano… no tengo… no tengo idea de cómo te sientes…

Sí…

Porque no tengo el más mínimo derecho a reprocharte o contradecirte… ya que soy un monstruo mentiroso.

Una de nuestras amigas de tamaño normal se acercó con una expresión nerviosa viendo la conmoción que estaba teniendo lugar en mi lugar.

—V-vamos Nakahara-chan… cálmate un poco… Miyashiro-chan también pasó por mucho…

Ignorándola completamente, Kana continuó llorando como si su vida dependiera de ello.

—Miyashiro-chan… ¿Quieres que la lleve a su puesto?

Silenciosamente, asentí una vez más viendo a la servicial chica un poco más alta que yo con una sonrisa rígida en el rostro.

—Bien… vamos Nakahara-chan… —Tomándola cuidadosamente, nuestra amiga se encargó de llevar a Kana quien a pesar de estar siendo llevada sin su permiso, no parece que le hubiera dado mucha importancia en medio de su desgracia.

Todos en el salón siguieron con sus asuntos como si nada hubiera ocurrido… naturalmente, no sólo porque quienes murieron fueron prácticamente desconocidos para ellos, si no que eran dos micros… ¿A quién le importa un par de micros que murieron de forma grotesca? Después de todo… en esta escuela la muerte de micros es algo diario y normal, no es que pueda causar una conmoción demasiado grande, a lo sumo servirá para tener un tema del que hablar cuando no haya nada mejor de lo que discutir.

“Oye, ¿Ya lo sabes? Un par de micros murieron el otro día”

“¿Y eso que tiene de especial? ¡Ocurre todos los días!”

No tiene sentido… pensar en eso.

***

—Nakahara-chan… creo que te excediste con lo que le dijiste hace rato a Miyashiro-chan…

—¿¡Cómo que me excedí!? Por su culpa… ¡Por su culpa mi hermano está muerto!

El aula había quedado únicamente con un grupo pequeño de personas a la hora de comer, de entre las cuales, un grupo de chicas estaba hablando acerca del mismo asunto, “la discusión de Kana y Yukiko.”

—Tú no sabes la historia completa… ¿Verdad?

—¿Eh…? ¿De qué hablas?

—Verás… —Otra de las chicas del grupo puso una expresión complicada cuando se decidió en explicarle a Kana el gran error que había cometido—. Puede que te hayas equivocado un poquito cuando le dijiste que no comprende cómo te sientes…

—¡Pero es ve…!

—Nakahara-chan… tu hermano no fue el único que murió aquél día…

Tragando saliva, otra chica escupió las terribles palabras.

—Su hermanito, Miyashiro Seiichi fue encontrado muerto junto a Nakahara-kun…

—¿E-eh…?

—Aparentemente la escena fue bastante grotesca y desgraciadamente fue ella quien los encontró… la verdad es que me siento mal por Miyashiro-chan…

Kana sintió como un dolor repentino se apoderó de su estómago, un dolor que le indicaba que había hecho algo terriblemente mal, un cargo de consciencia enorme que le hizo sentir una gran culpa.

—Le pregunté a un profesor y fue eso lo que me dijo… fue un caso realmente complicado, por eso ella faltó estos últimos días. De hecho pensé que faltaría por más tiempo, me sorprendí al ver que volvió a la escuela tan pronto…

El corazón de Kana tembló, un montón de emociones vibraron con rudeza en su interior, su expresión permaneció perpleja y su cuerpo inmóvil durante el resto de la conversación, sólo asintiendo o respondiendo de manera específica a ciertas preguntas que le hacían.

Luego de algunos minutos, las chicas que estaban con ella decidieron salir a beber algo, Kana decidió quedarse esperando en el salón mientras que ellas volvían. Sin embargo, ellas no fueron las únicas en irse, la mayoría de alumnos a este punto ya habían abandonado el salón, dejando a la micro sola con sus pensamientos de culpa sin siquiera ser capaz de disculparse ya que Yukiko al igual que las demás, había abandonado el aula hace un rato.

—Yo… no debí haber dicho eso…

En medio de sus arrepentimientos, una voz femenina y estridente sonó desde su izquierda, girándose a ver de quién se trataba, Kana se heló en su lugar.

—La basura debería conocer su lugar… ¿Hablarle de esa manera a un humano no te parece ridículo, enana?

Dos dedos se aproximaron a gran velocidad y sujetaron el frágil cuerpo de la diminuta chica sin ningún tipo de cuidado, su corazón previamente adormecido empezó a latir como loco cuando la velocidad vertiginosa la llevó frente al rostro de la gigantesca chica con una sonrisa perversa.

—¡Muraoka-san!

—Sabes… yo odio a los micros… ¿Pero sabes que odio más?

Ambas permanecieron en silencio por un momento hasta que Muraoka Yumiko terminó su frase con un tono de voz siniestro.

—A la pequeña basura como tú que cree que está a nuestro mismo nivel…

El terror se apoderó de Kana, sin nada que ella pudiera hacer, sólo el destino fue capaz de decidir qué ocurriría.

***

La espesa niebla desagradable no se dispersa… el olor sigue ahí tan vomitivo como de costumbre, diría que tuve suerte de poder comer sin vomitar mientras que el pungente olor a muerte llenaba mis fosas nasales, mi tiempo de descanso, siendo difícilmente un descanso llegó a su fin una vez que decidí volver a mi salón de clases.

Sin ánimos para seguir deambulando por ahí, abrí la puerta corrediza de mi clase encontrándome sólo con una indeseable persona a la que he decidido ignorar la mayoría del tiempo. Muraoka Yumiko, su desagradable personalidad la hace arrogante pero eso no es lo peor, si no su terrible comportamiento con respecto a los micros. Se le atribuyen muchos asesinatos de micros de los cuales siempre logra salir impune simplemente por falta de pruebas… es así la mayoría del tiempo con todas las psicópatas de esta escuela. Seguro ocurrirá lo mismo con el asesino de Masashi y Seiichi.

Cruzando por el salón vacío, llegué a mi puesto y me dejé caer con cansancio sobre mi asiento, agotada de este día y de este sufrimiento, sólo quería descansar un poc…

*Sploch*

—…

—¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!

Un sonido extraño provino desde mi asiento cuando mi trasero hizo contacto con él, fue entonces que mi corazón se detuvo, a su vez una risa asquerosa empezó a carcajear sin parar desde atrás de mí.

Levantándome lentamente de mi asiento, me giré para verificar el origen del sonido… los instantes que me demoré girándome se sintieron incómodamente eternos, pero cuando me giré y di un vistazo…

Una mancha roja en el asiento le dio fin a mi pensamiento racional, mientras que la risa burlona seguía y seguía sin parar.

—¡NO PUEDO CREER QUE CAYERAS TAN FÁCIL! JAJAJAJAJAJAJAJA.

Mi rostro se tensó, aun así sentí que no estaba haciendo ninguna expresión facial, alzando la vista hacia el lugar de donde provenía la risa, sentí como si mi visión se oscureció y mis pensamientos se detuvieron.

Lo último que recuerdo es su cara de terror y gritos difusos apareciendo repentinamente.

“¡DETENTE MIYASHIRO!”

“¡MIYASHIRO!”

“¡YA DEJALA!”

Un impacto.

Dos impactos.

Tres y cuatro…

Cinco.

Los impactos no se detuvieron.

La eventual sensación de humedad en mis nudillos se sintió tan gratificante… como si liberara toda esa tensión que han producido en mí los últimos días.

Este flujo de emociones violentas que se desbordó dentro de mí en consecuencia, ya no puede ser detenido.

Yo olvidé el resto.

***

Luego de lo ocurrido, fui suspendida de la escuela por un mes entero por la grave falta que cometí.

Un par de días después, mis padres salieron por cuestiones de trabajo mientras que yo permanecí encerrada en casa como es ahora costumbre en mí, abrazando mi almohada con la mente en las nubes.

Aproximadamente a las tres de la tarde, escuché golpes venir de la puerta del departamento. Levantándome de la cama salí de la habitación y me dirigí hacia la entrada, pero lo que me encontré cuando abrí la puerta me congeló.

Un par de sujetos altos de pie frente a la entrada me vieron apenas terminé de abrir. Sin entender lo que ocurría, sólo permanecí allí de pie devolviéndoles la mirada.

—¿Miyashiro Yukiko-san?

—A-así es…

—Necesitamos que venga con nosotros por ahora.

—¿Q-quienes son…?

—Policía —dijo uno de ellos mientras sacó una placa de su bolsillo y la colocó frente a mí. —Está detenida por ser sospechosa del asesinato de Miyashiro Seiichi y Nakahara Masashi.

—¿Qué…?

—Por el asesinato de Nakahara Kana…

Mi visión se distorsiona.

—Y por el intento de homicidio de Muraoka Yumiko.

—Esto… tiene que ser una broma…

Uno de los sujetos tomó mis brazos y colocó esposas en ellos, el metal frio y el sonido de las cadenas golpeó de lleno mi consciencia, enviándome a un mundo paralelo dentro de mi mente.

Es posible… ¿Qué las lágrimas sigan saliendo de mis ojos?

¿Es este mi castigo por lo que me dijo Kana antes de morir?

***

En una celda solitaria, me recosté en medio del frío de la noche sin siquiera una manta para cubrirme.

Convenciéndome a mí misma de la culpa que me merezco por la tarde y el resto de la noche, permanecí en posición fetal en una esquina viendo mis pies descalzos y temblorosos, las lágrimas que se secaron en mis ojos ya no salían y mi corazón se tambaleaba con agonía lleno de un dolor que no podría describir como físico.

Creo que fue entonces cuando algo definitivamente comenzó a cambiar… no, sería más correcto decir que algo se rompió dentro de mí.

***

La familia Nakahara… o lo que quedó de ella, me culpó del asesinato de sus dos hijos, Nakahara Masashi y Nakahara Kana. Por otro lado, los padres de Muraoka Yumiko presentaron cargos contra mí debido al estado deplorable en el que dejé a su querida hija.

Sin embargo, a mediados del juicio se declaró que se había encontrado a alguien que “atestiguó a mi favor”. Aparentemente una chica de mi clase vio todo lo ocurrido…

Por lo que parece, esta Muraoka tomó a Kana con anticipación cuando el grupo abandonó la clase y la colocó en mi asiento antes de que yo llegara. La chica se sintió tan asustada que fue incapaz de intervenir hasta que me vio abalanzarme sobre Muraoka. Se desconoce si el silencio de Kana aun cuando estaba a punto de sentarme sobre ella se debía a que estuviera inconsciente o muerta como tal, por lo que nunca tendré la certeza de si fui yo quien la asesinó.

Adicionalmente, gracias a que mi padre conocía al juez desde sus días de preparatoria y eran muy buenos amigos, el juicio fue viento en popa a mi favor, resultando todo en un “terrible accidente”, asimismo aparecieron testigos diciendo que yo no fui culpable de la muerte de mi hermano y mi novio… realmente no recuerdo mucho del caso pero lo único que puedo recordar con claridad es el llanto de los padres de Masashi cuando fui declarada inocente.

Ellos no pararon de decirme cosas como “monstruo” o “demonio”… no es que pueda culparlos después de todo lo que les ocasioné.

Al final, nunca supe con certeza lo que ocurriría con Muraoka ya que se le terminó responsabilizando por el homicidio de Nakahara Kana pero desconozco si gracias a lo que le ocasioné su condena sería aligerada o algo por el estilo.

En serio pienso que debí haber sido declarada culpable aquél día, si de esa manera los hubiera hecho felices después de todo el dolor por el que pasaron… creo que hubiera estado más satisfecha con ese resultado…

 

End Notes:

 

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

 

Capítulo 5 — La ligereza de un viejo sentido desempolvado. by Exosaur

Carmesí…

El tinte carmesí en un lienzo sofocante que me roba mi libertad me hace sufrir potentes arcadas que contorsionan todo mi cuerpo.

Una y otra vez. La desagradable secuencia se repite como si no tuviera fin alguno.

La grotesca imagen que presencié ese día y destruyó mi mundo, se repite en mi cabeza una y otra vez.

Deténganse…

Por favor… ya paren.

Al despertar, lágrimas recorren mi rostro saliendo de mis recién abiertos ojos sin darme oportunidad siquiera a despertar por completo, por puro instinto acudí a secarme la cara con el reverso de la mano.

Tan vívidos… tan repetitivos…

Los sueños tormentosos que me han perseguido desde ese día me siguen acosando, dándome mañanas que prefiero olvidar rápidamente mientras me preparo para ir a la escuela. Sueños que me repiten una y otra vez cosas que prefiero olvidar, culpas que no se mueven de mi corazón.

Pudiste evitarlo.

Eres un monstruo.

No los protegiste, rompiste tu promesa.

Peor aún… eres una asesina.

No hay un momento de mi vida en el que esas ominosas voces no resuenen en mi cabeza independientemente de lo que piense, haga o diga.

***

—Buenos días, Yukiko-chan~

—Buenos días, Inohara-san.

Respondí ásperamente, prestando atención a buscar cosas dentro de mi bolso para la clase que estaba por comenzar.

Inohara Madoka, la única chica que no se veía espantada por mi apático comportamiento objetivo de miradas furtivas y susurros a mi alrededor.

A pesar de tener su presencia invasiva cerca de mí casi a regañadientes… no creo que la considere como un incordio, al menos no totalmente. En efecto, es como tener algo de sonido de fondo; me ayuda a sentir compañía de vez en cuando.

Igualmente, Inohara no es una mala chica, sólo que…

—¡Shima-kun, acércate, ven aquí!

… Tiene algo así como una obsesión un tanto enfermiza por los micros.

En todo el tiempo que llevo conociéndola, nunca ha herido a uno realmente, ella no pone sus vidas en riesgo y procura tener cuidado cerca de ellos para no herirlos o pisarlos por accidente; aun así, su actitud con respecto a ellos es incluso peor que conmigo.

Mientras que yo soy una persona de su mismo tamaño y sigo siendo un tanto presionada por su actitud invasiva, un pequeño ser cercano a ser un insecto no tiene oportunidad en contra de su hiperactivo comportamiento.

Sujetándolos sin permiso, acariciándolos como a animales… el espectro de actividades invasivas que la he visto perpetrar contra sus víctimas van desde inocentes (pero aterradores) saludos repetitivos hasta secuestros inofensivos.

—Ya basta, Inohara-san —digo sin apartar la vista del interior de mi bolso, usando mis manos para seguir rebuscando entre las numerosas cosas dentro.

—Pero Yukiko-chaaan~ ¡No estoy haciendo nada malo!

—Puede que no, pero es desagradable.

Por un momento sentí algo curioso en mi pecho, como un sentimiento cubierto por telarañas siendo revelado… si tuviera que expresarlo de alguna manera.

—Aun as… espera, ¿Yukiko-chan se preocupa por mí?

—¿Eh? —Encontrando lo que buscaba, giré a ver su expresión asombrada.

—¡Yukiko-chaaaan!

Casi de un salto, Inohara se me encimó, abrazándome y apretando sus brazos en mi espalda mientras que restregaba su pecho en el mío.

—¡Oye! ¡Aléjate!

—¡Pero Yukiko-chan se preocupó por mí! ¡Eso es algo para celebrar!

—¿¡Qué demonios pasa contigo!?

Sintiéndome un poco harta de su sinsentido, tomé ambos hombros de la chica frenética violando mi espacio personal y la alejé algunos centímetros, sosteniéndola y calmándola con fuerza.

—V-vaya, es verdad lo que decían, eres muy fuerte… —Aparentemente tomada por sorpresa debido a mi fuerza mientras la sostuve, Inohara se tranquilizó un poco.

Sintiendo que la tormenta de su ridículo estado de ánimo frenético se había ido, solté sus hombros y retomé una posición normal en mi asiento.

—Por favor, no vuelvas a hacer eso.

—… ¿No te gusta el contacto corporal? —Sentándose nuevamente, la chica de cabello blanco cuestionó.

—¿Contacto corporal…? —Preguntándome a mí misma, ordené mis cosas sobre la mesa y pensé en una respuesta adecuada—. No lo sé realmente, simplemente ser afectiva no es algo que me parezca necesario, no me hace falta, es todo.

Sí, exactamente… no es que odie el contacto con otras personas, es simplemente… que no lo necesito, puedo pasar de él en la medida de lo necesario.

—Pero si todos lo necesitamos… tener amigos y ser apegado a los demás es un sentimiento muy agradable, deberías intenta-

—No lo necesito.

Una entonación diferente, quizás agresiva o tal vez intimidante, fue pronunciada por mis labios cuando mis cuerdas vocales se tensaron un poco en respuesta a la ridícula proposición de la chica sentada atrás de mí.

Pero sea cual fuere la naturaleza de mi tono de voz en ese momento, el torrente de palabras y ánimo de Inohara se apagó considerablemente.

—Claro… entiendo —dijo, hablando con una voz notablemente más baja que antes.

Apenas culminamos nuestra conversación con ese giro incómodo, nuestro profesor llegó para dar inicio al primer periodo del día.

***

—Aaaaah, ¡Al fin somos libres!

Al momento en que nuestro último periodo del día terminó cuando las características campanadas lejanas resonaron por toda la institución, tomé todas mis cosas y las guardé en el bolso que me acompaña diariamente.

—¿Ya te vas? Hmm… no estás en ningún club, ¿No es así, Yukiko-chan?

—No estoy interesada, si piensas llevarme a alguno, tampoco estoy interesada.

Su sonrisa previa se cayó a pedazos en un instante cuando mis palabras la apuñalaron de frente.

—¡E-espera! ¡No puedes estar hablando en serio!

—¿Tengo cara de payaso? ¿Por qué mentiría?

—Oye… ¿En serio piensas simplemente irte a casa por el resto de nuestro tercer año de preparatoria?

Comenzando a alejarme de mi puesto, le di mi respuesta con simples acciones.

Pero al contrario de lo que imaginaba, cuando me alejé escuché su voz diciendo que la esperara, en un momento ella alcanzó mi paso saliendo de nuestro salón de clases y caminando a través de los pasillos de la escuela.

—¡Que grosera!

—… Lo siento.

Tomando en cuenta su comportamiento y mi actitud, creo que aunque sea algo hiperactiva, dejar a alguien hablando solo no es lo más educado que puedes hacer.

—De cualquier manera… ¡No puedes pasar el resto de tu tercer año de preparatoria simplemente yendo a casa! ¡Hay muchos clubs distintos! Hay… ¡Cosas divertidas que hacer! ¡Tienes que disfrutar tu juventu-

—Inohara-san —me detuve en seco, teniendo suficiente de su monólogo.

—¿¡Vas a venir conmigo a ver clubes!? —Ella se detuvo delante de mí, juntando sus manos frente a su pecho con emoción.

Preferiría no usar un discurso tan ominoso como este… preferiría no decirle este tipo de cosas a cualquier persona, mucho menos a alguien tan gentil como Inohara, pero llegados a este punto, incluso yo siento algo de dolor muy profundo en el pecho cuando me dice esas cosas tan insensibles.

“Disfrutar de tu juventud.”

—La razón por la que sigo estudiando en la preparatoria Hanichi después del incidente que tuvo lugar, aquél incidente del que estoy segura que estas informada… la única razón por la que sigo en este infierno a pesar de eso es porque pienso encontrar a esa persona… a la persona que masacró a mi hermano menor y a mi novio.

En el rostro de Inohara se dibujó una expresión seria mientras escuchaba mis palabras, esperando a que terminara de hablar.

—Y una vez que la encuentre…

—¿Qué harás una vez que la encuentres?

—Yo la mataré.

Silencio.

Entre nosotras dos, un silencio reinó en nuestra conversación después de que terminara de pronunciar esas contundentes palabras, un significado tan pesado fue dicho con tanta simpleza… creo que eso sería lo más impactante detrás de su significado.

Por otro lado, el rostro de Inohara permaneció confuso, una expresión que no mostraba seriedad, preocupación o incredulidad, simplemente como si no hubiera entendido lo que dije… pero a su vez, como si comprendiera perfectamente de lo que estaba hablando.

—Ya veo…

Su expresión realmente complicada desapareció de mi vista cuando la chica de cabello blanco platinado me dio la espalda, permaneciendo en su lugar.

Sábado…

—¿Hm?

—El sábado, ¿Quisieras salir conmigo?

Girándose hacia mí otra vez, una sonrisa leve se dibujó en su rostro, con sus ojos cerrados, esperando por mi respuesta.

—¿Salir? ¿A dónde?

—¿Y a dónde más? A tener una cita, ir a un centro comercial, ver ropa linda…

—Una cita eh…

Aunque estoy acostumbrada a escuchar ese término… no estoy acostumbrada a escucharlo entre personas que no muestren un interés romántico entre sí; obviamente en la actualidad las relaciones interpersonales son mucho más flexibles y las personas son libres de decirse más cosas sin que eso signifique algo extraño, aun así, me sentí un poco rara cuando ella lo dijo de ese modo.

—Mm… ¿No será que Yukiko-chan malinterpretó el significado de mis palabras?

En respuesta a mi silencio extendido, parece que Inohara descifró… parcialmente, lo que yo estaba pensando.

—¿M-malinterpretar…?

Captando el significado detrás de su sonrisa torcida y maliciosa, entendí al instante que ella pretendía jugarme una broma para avergonzarme… claro, ese es el tipo de persona que he podido ver a Inohara ser en clase con nuestros compañeros, ya sean regulares o micros.

Suspirando, decidí dar la mejor respuesta posible para ocuparme de asuntos como éste.

—No tengo interés, gracias por tu invitación… pero no.

—¿Eeeeeh? ¿He sido rechazada…?

Apenas decir eso, en su rostro apareció una expresión extraña, una que no sabría explicar claramente… mientras que su rostro era ligeramente sonriente, sus ojos veían hacia arriba como si estuviera pensando en algo.

—No importa… no por ahora —dándose la vuelta, Inohara se alejó dando saltitos.

—¿Huh?

—Nos vemos mañana, Yukiko-chan~

Extraño… definitivamente extraño.

¿Inohara Madoka? ¿La súper molestia rindiéndose con un simple “No”? Nah… algo anda mal, no creo que se dé por vencida tan fácil, ¿Verdad? Después de todo… esa chica es realmente molesta, no diría que es una acosadora… pero tiene una personalidad realmente intensa e insistente, no es de esas personas que se rinde sin antes rogarte varias veces aunque sepan que sus súplicas no tendrán resultado.

Dándome cuenta que me quedé viendo su figura desaparecer entre la multitud en la lejanía mientras yo misma me posaba de pie en medio de los pasillos de la escuela, agité mi cabeza levemente antes de moverme de mi lugar con destino a casa.

De cualquier manera… eso es todo por hoy, ya me encargaré mañana de lo que sea que esta chica tenga en mente.

***

—¿Eh? ¿Un chico de nuestra clase desapareció?

—Sí… aparentemente ha pasado una semana desde que se le vio por última vez.

Mientras metía en mi bolso el material que usé en la última clase el día después de haber recibido aquella extraña solicitud de Inohara, pude escuchar murmullos de algunos de los estudiantes que aún permanecían en el salón de clases hablando entre ellos… cuando ese tema salió a flote.

—Pero… cosas como esas pasan todo el tiempo, ¿No?

—¡Eso eso! ¿Por qué tendría una relevancia especial un caso en específico?

Aunque no sería capaz de compartir la indiferencia por la vida humana que estas aparentemente inocentes chicas de preparatoria expresaban por sus compañeros de clase, soy capaz de entender sus palabras hasta cierto punto; es decir… estudiamos en una escuela donde el abuso a la gente por su tamaño es algo cotidiano y desde al acoso hasta el asesinato… las situaciones en las que estos actos se ven penalizados palidecen en comparación a las situaciones en las que pasan completamente desapercibidos por las autoridades.

Si alguien me preguntara, creo que lo expondría como “anarquía unilateral”, pueden hacer con un grupo no precisamente minoritario lo que quieran pero no al revés.

Volviendo al punto principal, ¿Bajo qué circunstancias uno de estos casos se vuelve en un boca a boca en Hanichi? Bueno… hay varios factores que influyen en este asunto; por lo general, cuando es una persona popular ya sea entre micros o regulares es una de estas situaciones… la otra, cuando la víctima era pareja de alguien de tamaño regular.

“El novio de X-chan fue asesinado”

“Oye, ¿No te has fijado en que X-chan ya no está con Z-kun?”

Siendo obviamente, X-chan una chica regular y Z-kun un chico micro.

Sin embargo… hay un tercer factor realmente influyente que puede darse para que una desaparición o muerte se vuelva un tema del cuál hablar entre los estudiantes regulares de Hanichi.

—No lo sé… pero ayer lo escuché de una kouhai… ¿Puedes creerlo? ¡Una chica de otra clase sabía que alguien de mi clase había desaparecido hace una semana mientras que yo no tenía ni idea!

—¡Jajajaja! ¡Seguro eres despistada!

—No creo que sea su culpa, son tan insignificantes que no creo que alguien se diera cuenta si otra persona no lo mencionara.

Y este tercer factor es el secuestro.

Creo que cualquier persona que haya convivido con otras en un ambiente como lo es una preparatoria sabe esto, por más aislado y marginado que sea. Los chismes en una escuela se esparcen como un virus; en cuestión de un par de días, la declaración de amor de un chico popular puede ser el tema de conversación principal en los pasillos de la escuela, un escándalo caliente acerca de una chica vendiendo imágenes inapropiadas puede desgastarse en los baños y un profesor siendo expulsado por tener una relación indebida con un estudiante puede aparecer hasta en las carteleras de información.

Es lo mismo con los rumores… tal cual.

Digamos que X-kun es un estudiante micro promedio, completamente normal.

Y-san es una estudiante regular pero al igual que X-kun, es perfectamente normal, no destaca, no es popular… aunque esta cualidad es una variable a decir verdad.

Un día, Y-san secuestra a X-kun y por lo general esta realización no llegará a oídos de personas regulares que puedan tomarlo como algo relevante. Quizás X-kun tuviera un amigo que fuera pareja de una chica regular y este chico pudiera comentarle algo acerca del tema a su novia… pero eso es un tema aparte que no incluiré en esta hipótesis.

Un tiempo prudencial después, Y-san le dice Z-san, un compañero regular de su clase “Oye, ¿Has visto a X-kun? Escuché que hace tiempo que no asiste a clases”

Claramente, la palabra “escuché” es de vital importancia en esta fórmula; al implicar que lo escuchó de alguien más, Y-san se exime de la sospecha de estar implicada, pues Z-san creerá que este rumor ya ha circulado durante algún tiempo para que llegara a oídos de Y-san.

Asimismo, Z-san esparcirá este rumor con sus conocidos y tal rumor se irá expandiendo a gran velocidad… hasta que se vuelva un hecho cuando la gente se percate de que en efecto, X-kun desapareció.

¿Fue secuestrado o simplemente dejó de asistir a clase? Por lo general, la gente buscará darle sensacionalismo a la historia que se ha esparcido, cambiando detalles y volviéndolo en una historia, en algunos casos, totalmente diferente a lo que Y-san dijo en primer lugar.

“Escuché que alguien secuestró a X-kun”

“¿Y si sólo dejó de venir?”

“¡Una amiga dijo que lo vio siendo secuestrado!”

“¡No puede ser!”

—Aunque… mi kouhai, eso no fue lo único que mencionó.

Al terminar de recoger mis cosas, me levanté de mi asiento para irme a casa y dejar atrás el cuchicheo de las chicas… o eso era lo que pretendía hasta que ciertas palabras llamaron mi atención.

—¿Te referirás a…?

—Mmhmm, lo que ocurrió hace tres días, has de saberlo, ¿No?

—¡Claro que lo sé! ¿En qué planeta crees que estoy?

—¿Qué será de ese chico Tamanaha?

—¿Tamanaha? ¿Quién es?

Tamanaha Yuu… ese nombre, una sensación en la preparatoria mixta Hanichi.

Aparentemente, Tamanaha Yuu, un micro de segundo año desapareció hace tres días sin dejar rastro… y es algo que no me esperaría de alguien… de un micro al que yo, de entre todas las personas, conoce.

Popular, buenas calificaciones, atlético y muy sociable, para ser un micro… todas sus metas son hazañas, ya sea entre micros o regulares, el chico es tanto icónico como lo es intocable para nuestro simpático grupo de asesinas psicópatas regulares… ¿Pero por qué?

Por desarrollar un sistema que lo hizo oponerse a personas con fuerza e influencia cientos… no, miles de veces mayores que con lo que él mismo podría llegar a soñar, usando una técnica tan sencilla y poco convencional que le ganó la fama que tiene.

—¡NO PUEDE SER QUE NO SEPAS QUIÉN ES!

Siendo sincera, no puedo pensar en una manera de que alguien se acercara a él y, al menos, de forma intencional, lo haya logrado lastimar… y aunque siempre quede la posibilidad de que haya sido un simple accidente, con Tamanaha Yuu eso no es una explicación y tanto por lo que se escucha como lo que yo misma pude comprobar ayer, definitivamente no es el caso.

El chico no desapareció por accidente y cada vez que pienso en su caso se me eriza la piel, no precisamente por empatía, sino porque estoy segura de que algo terriblemente siniestro se cierne tras la desaparición de una persona… y ese “algo” terriblemente siniestro será menospreciado y enterrado junto a una montaña de rumores y chismes juveniles.

Dejando esos pensamientos sin sentido de lado, decidí finalmente levantarme sin antes dar un vistazo al asiento de Inohara.

Ella se fue sin hacer mucho alboroto hoy huh… quizás no estaba de humor para bromear… y tampoco es que me importe, si no tengo que lidiar con su molesta personalidad, es un plus al fin y al cabo.

Sin embargo, apenas salir del salón de clases… mis esperanzas se derrumbaron cuando me encontré con ella.

—Yukiko-chaaan~

De un salto, la chica de cabello blanco que estaba de pie tras la puerta se me colgó en un abrazo forzado que me hizo retroceder.

—¡Oye! ¡Suéltame!

—¡Pero es muy agradable abrazarte!

Intentando forcejear para quitarme a Inohara de encima, algo me hizo detenerme cuando la escuché susurrarme palabras al oído en un tono de voz inusual para ella.

—¿Sigues oponiéndote a venir conmigo en una cita el fin de semana…?

Aprovechando el hecho de que en el pasillo ya casi no había gente, la dejé pegada a mí cuando la escuché hablar… de cualquier manera, si pudiera evitar seguirle el juego, sería lo mejor para mí. Aun así, algo acerca de su voz me inquietó ligeramente… principalmente porque esta vez cuando lo dijo, no se sintió como si me lo pidiera, en su lugar, se sintió como si ella me estuviera amenazando.

—Inohara, no quiero, no voy a ir conti-

Antes de que pudiera terminar mi respuesta tajante, la chica me susurró al oído en un volumen incluso más bajo que antes.

—Pero realmente hay alguien que quiero que conozcas~

Al terminar de pronunciar esas palabras, ella me soltó y dio un par de pasos hacia atrás mientras me sonreía con su usual cara tonta, pero… pude ver que esta vez hubo algo diferente en su sonrisa, quizás producto de mi imaginación, que me causó inquietud.

—¿Qué dices…?

Entonces Inohara en respuesta a mi voz confundida, señaló hacia el salón; aún se escuchaban los cuchicheos inquietos de las chicas adentro. Ambas permanecimos en silencio escuchando su enérgica charla.

—Pero… realmente, para ser un micro, es bastante guapo.

—¿Te refieres a Tamanaha-kun?

—Por supuesto, si aparece, creo que reuniré coraje y me le confesaré.

—¿Por qué confesártele si puedes obligarlo a salir contigo?

—Jajajaja, ¡Tienes razón!

Me tomó un momento comprender a lo que se refería Inohara… pero cuando me di cuenta, siento como el color dejó mi rostro y mi puño tembló.

—Te esperaré en esa popular tienda donde venden tapioca cerca de la escuela, ¿La conoces?

Escuchando las palabras tranquilas de Inohara, asentí cabizbaja. Espera… ¿Qué significa esto?

¿Cómo mi proceso de pensamiento me trajo hasta aquí?

Dejándome sola al igual que ayer, el sonido de los pasos de Inohara Madoka perdieron su fuerza a cada iteración hasta que dejé de escucharlos. Mi mundo, de alguna manera se volvió a teñir de esa vívida tonalidad carmesí.

End Notes:

Siento el largo período de hiatus… simplemente no tenía el sentimiento de escribir, tienen doble dosis de HIH hoy.

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

 

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

Capítulo 6 — Una distante elegía de engañosas apariencias. by Exosaur

 

Para todos y cada quien hay momentos en los que la vida te obliga a tomar decisiones poco confortantes, ideas a las que te opones con todas tus fuerzas, sin embargo, aunque la vida según muchos se centra en ser feliz, no puedes esperar a que en la totalidad de ella todo vaya como piensas.

Éste día por ejemplo, es uno de esos en los que la vida me forzó a hacer cosas en contra de mi voluntad, no hubo mejor recordatorio de ello para mí que escuchar el bullicio a mi alrededor un mediodía de sábado, momento en el que yo debería estar en casa, aun así… con un vaso transparente de tapioca vacío en la mesa que no presencia ningún otro cliente más que yo, la espera de una media hora se seguía extendiendo sin sentido alguno, en un local cercano a la escuela cuyo producto estrella son sus tapiocas, sin par en toda la ciudad. A pesar de que mi ánimo estuviera por el piso, debo admitir que el sabor ciertamente era singular y único del establecimiento.

—¡Yukiko-chaaaaan!

La voz aguda de la persona a la que esperaba se hizo notar desde la entrada a lo que no moví ni un solo musculo, viendo a la chica en cuestión caminar apresuradamente hacia la mesa hasta sentarse del lado opuesto a mí.

—¡Siento mucho hacerte esperar! —Juntando ambas manos, cerró los ojos y bajó la cabeza.

Inohara Madoka, la chica frente a mí vestía una falda larga de tirantes azul oscuro alcanzando sólo un poco más arriba de sus rodillas, casi al punto de ser negra con rayado vertical multicolor con una blusa blanca manga larga debajo. En su cabello blanco había un pequeño lazo de una tonalidad suave de purpura que combinaba a la perfección con sus colores naturales; por último, un par de zapatos de tacón semi abiertos con medias color lavanda hasta el tobillo.

Su apariencia, incluso su vestir eran totalmente aptos para la situación de una cita mientras que yo llevaba una sudadera negra y una falda corta con un par de botas negras, prácticamente la ropa que llevaba a cualquier situación extraacadémica.

—Si fuiste tan lejos como para amenazar a alguien para que tenga una cita contigo… ¿No sería de sentido común llegar antes cuanto menos? —Viendo el techo, hablé mientras jugaba con mi cabello.

—¿Amenazar? ¡Yo jamás amenazaría a Yukik-

—Deja eso —algo irritada, solté mi cabello y la miré fijamente—. Vamos directo al grano, sabes perfectamente porque accedí a venir así que no te hagas la idiota.

Dejando escapar un suspiro, ella me dirigió una mirada que claramente fingía tristeza.

—Probablemente algo en tu mente se haya retorcido… —Soltando su comportamiento burlón por un momento, Inohara fijó su mirada en la mía—. Pero no soy de esas.

Algo dolió, indudablemente algo dentro de mí se movió con rudeza cuando la escuché pronunciar tales palabras de significado siniestro.

—¿No eres de esas…?

—En fin —levantándose, Inohara se acercó a mí—. Probablemente estás cansada de este aburrido lugar, ven, te compraré algo para compensar la espera.

—¡Pero…!

—Sé paciente, eventualmente llegaremos a eso… pero todo por partes, ¿Está bien?

Tragándome mis palabras, sentí como si Inohara Madoka… no, como si la imagen que tengo de la chica de cabello platinado se derrumbara, como si la inocente y enérgica chica ocultara una personalidad retorcida y peligrosa detrás de esa “autoimpuesta” hiperactividad y alegría.

Por un momento apreté mi puño, sentí… sentí la necesidad de asestarle un golpe en el rostro con todo lo que llevaba por dentro, por algún motivo.

Renegando mis propios instintos, inspiré y exhalé eliminando los pensamientos negativos de mi mente, decidí seguirle la corriente a esta chica, pues… la vida de alguien podría correr peligro si me opongo a jugar su juego.

Aunque me negué a preocuparme por la vida de alguien más otra vez…

A pesar de haber renunciado a tales emociones de apego, yo…

—¡Vamos!

¿Ah?

Mientras aún estaba inmersa en mis pensamientos lúgubres, la sensación de una mano tomando mi muñeca se arrastró a través de mi sistema nervioso, haciéndome volver a la realidad.

Para cuando volví al mundo real, Inohara estaba de pie junto a mí, sujetando mi muñeca con su mano derecha y una espléndida sonrisa en su rostro.

¿Estoy interpretando equívocamente lo que esta chica me quiere transmitir? ¿Es posible que ella sea tan buena actriz?

Aun así sentí paz...

Sentí paz y jovialidad en su agarre por un instante.

Levantándome, le seguí el paso a la chica que me arrastró fuera de la tienda en la que estuve esperándola.

***

—¿Qué te parece? ¿Me queda bien?

De alguna manera, fui arrastrada por Inohara a varios lugares del distrito comercial, deambulando de tienda en tienda, terminamos en nuestro destino actual; una tienda de ropa.

Frente a mí, Inohara alzó una blusa contra su cuerpo intentando de alinearla con su figura. De cualquier manera yo no tenía mi cabeza centrada en eso, en su lugar, con mis brazos cruzados miraba hacia otra parte mientras mi cerebro era un revoltijo de pensamientos negativos.

¿Qué habrá querido decir? Ella… ella ciertamente estaba hablando del secuestro de Tamanaha Yuu, ese celebre micro del que las chicas en mi clase estaban hablando ayer. Era innegable que ella quiso hacerme creer eso, sin embargo…

—No me preguntes eso…

—Vaamoooos~ Yukiko-chan, ¡No seas tan antipática!

Arrastrando mi vista con pesar hacia su persona, le di un ligero vistazo.

La blusa manga larga de un rosa pálido al igual que los cerezos en plena floración le dio un aire de frescura a su inocente apariencia; lo suficientemente grande como para cubrirla hasta la cintura y de apariencia bastante cómoda. Al mezclarse con su cabello blanco y ojos plateados se formó una mezcla de colores suaves y solemnes que le dieron vida a la encarnación de la inocencia y tranquilidad, si debiera llamarlo de alguna manera.

—Uh, te queda bien… supongo.

—Pudiste haberte esforzado más, pero… —Apartando la prenda y soltándola en una cesta que colgaba de su muñeca izquierda, me dirigió una mirada contenta—. Pero aunque fuera sencillo, recibir un cumplido de Yukiko-chan es muy placentero~

—Tsch.

Puede que ella simplemente me haya embaucado y que todo esté planeado de antemano, es decir… Inohara Madoka no se ve como la clase de chica que haría ese tipo de cosas, es verdad que suele ser un incordio, pero llegar hasta el nivel de un secuestro… ¿Con qué motivos lo hizo? ¿Sólo para atraerme? ¿Ella tiene motivos ulteriores?

Pero después están sus constantes “palabras tranquilizadoras” sugiriéndome que no es lo que estoy pensando… ¿Qué debería creer?

Supongo que la única manera que me queda de averiguarlo es haciendo lo que me dice, después de todo… no me gustaría que alguien saliera lastimado…

Aunque también está ese factor…

¿Por qué me siento preocupada por la seguridad de una de esas alimañas? Después de todo este tiempo…

—Vaya vaya, ¿Quién diría que el color rosa te quedaría bien a ti también? Aunque antes tenías el cabello de color rosa así que no sería tan raro, jeje…

Mientras estaba distraída con todo tipo de preocupaciones en mi propio mundo, Inohara se acercó por detrás y colocó la misma blusa que se estaba probando previamente, ahora contra mi cuerpo, pasando sus brazos sobre mis hombros. Es la segunda vez que siento que ella me arrastra fuera de mis pensamientos hoy.

Frente a nosotras había un espejo por lo que pude verme en él… con esa misma blusa.

Obviamente estaba ligeramente apretada en la parte del pecho ya que lo eligió inicialmente para ella misma y dado que la diferencia de altura entre Inohara y yo es de unos nueve centímetros, la prenda no me cubría tanto como a ella… pero por algún motivo, cuando me vi en ella…

—¡Quítate de encima! —Sacudiéndome un poco, logré alejar a la molesta chica.

—Awww… ¡Pero te queda genial!

Cuando pensé que podría vestir de esa manera de nuevo, el cabello de la yo del espejo frente a mí se tintó con un melancólico color rosado y divertidas coletas… de igual manera, le salieron gafas de la nada.

Era casi como si todo mínimo parecido a mi yo del pasado hiciera que me doliera el pecho.

—No me importa, ¿Es eso lo que vas a comprar?

—Bueno… tenía pensado pasar por la lencerí-

—Me voy.

—¡E-espera!

Antes de que pudiera largarme del lugar, ella me sujetó de la manga de la sudadera.

—¡Está bien! ¡Bien! Iremos a donde quieres… déjame terminar de comprar esto.

Después de soltarme, la vi de reojo dirigiéndose a la caja registradora y metí mis manos en los bolsillos de la sudadera mientras esperaba que ella terminara de pagar.

Y así, ambas salimos de la tienda de ropa y comenzamos a caminar a un destino que desconocía.

***

—Me engañaste…

—¿¡Eh!? ¡P-pero te compré un helado y todo!

Para mi… bueno, no muy para mi sorpresa, en lugar de terminar en la clase de lugar a la que esperaba llegar, ambas nos detuvimos en una heladería donde mi acompañante compró un helado de fresa para ella y prácticamente me obligó a revelarle mi sabor favorito.

—Como sea, no me importa, supongo que debo agradecerte por el helado de todas maneras.

Le di una ojeada a la barquilla que sostuve frente a mi boca, el agradable sabor a ron con pasas que me traía recuerdos heló mi lengua cuando la dejé salir tímidamente y lamí la bola blanca, fría y lechosa con puntos negros.

—Aun así… fue una sorpresa saber que te gustara el helado de ron con pasas… ¡Ehpera! —Ella continuó hablando aun cuando abrió su boca y contraria a mí, sacó el musculo rosado y baboso sin vergüenza alguna para atacar a la bola rosada de su barquilla—. ¡No me digas que experimentaré un escenario en el que inesperadamente te emborrachas con un helado, te abres a mí, me cuentas tus problemas y luego tengo que cargarte hasta mi casa mientras duermes!

—Uh, ten por seguro que eso no ocurrirá.

Claro, es imposible que un cliché tan absurdo como hacer que un personaje coma un helado de ron con pasas y luego emborracharlo ya que el consumo de alcohol por menores es ilegal, ocurra.

—¡M-mi cabeza! ¡¡Aaaaargh!!

Sin embargo, otro cliché sí terminó ocurriendo cuando Inohara sostuvo su cabeza con su mano libre y comenzó a agonizar por el clásico entre los niños, tener tu cerebro congelado por comerte el helado demasiado rápido.

Mientras la chica con la que me senté en la mesa circular bajo una sombrilla de un grupo de mesas iguales al aire libre me hizo sentir vergüenza por comportarse de manera tan infantil, aparté mi vista viendo a dos personas… más específicamente dos personas y dos micros que estaban en una mesa cercana a la nuestra.

Perdiéndome en mi mirada hacia la aparente cita doble de dos chicos y dos chicas, empecé a divagar imaginando qué clase de vida tendrían esos micros, si serían felices, si ellos tenían planes a futuro o qué clase de relación tendrían con los dos regulares que estaban con ellos. Mi mente se llenó de ideas y planteamientos que probablemente volvieron mi mirada en una espeluznante… espero que no se percataran.

Pero mientras yo seguía embobada, alguien frente a mí ya había culminado su acto vergonzoso.

—¿Tienes algo que ver con ellos?

Apenas escuché esas palabras, aparté la mirada y la volví a dirigir a la distancia, lejos de la cita doble o de la misma Inohara.

—Nada, no los conozco —negué sutilmente con la cabeza mientras lamía el helado.

Me sorprendió que ella tuviera la delicadeza para hablar en un tono de voz lo suficientemente moderado como para que la distancia no dejara a los anteriores focos de mi atención oir que estábamos hablando de ellos… honestamente, Inohara es el tipo de persona del que no sería extraño escuchar un “¿¡EEEH!? ¿¡LOS ESTABAS VIENDO A ELLOS!?” mientras se levanta echando su silla hacia atrás, haciendo mucho ruido y señalándolos descaradamente.

—Nada, eh… hmm ¿Por qué los veías?

—Ninguna razón en particular, sólo me llamaron la atención.

—¿Cuál fue el motivo de que tu atención fuera atraída por ellos?

—¿Eeeeeh? —Aparté el helado de mi cara, viéndola a ella con una expresión algo confundida.

No es natural que Inohara se muestre tan interesada por ese tipo de cosas, ahora mismo incluso pareciera que está interrogándome, dejando su helado casi acabado de lado.

—¿Hay un motivo?

—No lo sé… simplemente estaba divagando, ¿No te ocurren esas cosas? Los vi y pensé en qué relación tendrían esos dos micros con las personas regulares que los acompañan.

—¿Crees que si esos micros no estuvieran ahí, las personas regulares de esa mesa hubieran llamado tu atención por si solas?

—¡¿Ah?!

—¿Hay algo malo?

—Es decir, ¡Parece que me estuvieras interrogando!

—¿Lo estoy?

—¡Lo estás!

Lo está.

—Inclusive saliste de tu personaje escandaloso, ¿Tienes personalidad fragmentada o algo?

—Vaya, siento eso… jeje, a veces me centro demasiado en un pensamiento concreto y puedo volver un poco extraño el ambiente con otras personas.

¿Sólo un poco? Yo diría que incluso demasiado, he sido demasiado indulgente con Inohara desde que comenzó esta “cita” pero esta vez realmente me hizo sentir incómoda, como si quisiera llegar a alguna conclusión preguntándome algo tan trivial.

—¡Como sea! —Repentinamente, la chica de la falda con tirantes recuperó su previa aura de energía inagotable y le dio un par de mordiscos a su helado antes de comerse la barquilla.

Como era de esperarse, con algo de efecto retardado ella comenzó a sujetarse la cabeza ahora con ambas manos.

—¡Es terribleeee!

Vergonzoso.

***

Apenas terminé de comer mi helado casi tuve que forzar a Inohara a terminar con esta tontería ya que yo estaba agotada no físicamente si no mentalmente. Esta chica es tan enérgica y frenética que puedo sentir como mi propia vitalidad es drenada al estar junto a ella. Las dos entonces nos encaminamos al lugar por el que no pude quedarme en casa un fin de semana.

—No me dejaste comprarte nada de ropa… ¿Por qué tienes que ser tan impaciente?

—Lo agradezco pero no estoy interesada, lo único que quiero es que me muestres lo que sabes que quiero ver.

—Lo que sé que quiero que veas eh… ciertamente, no diré que no sé de lo que hablas pero estoy segura de que en tu mente ese pensamiento se ha inflado.

Inflado… por algún motivo… hasta ahora Inohara se había visto como una chica molesta y algo tonta ante mis ojos, ese tipo de chica que se te lanza y te abraza apenas entras al salón… porque literalmente es así. Ahora sin embargo, descubrí un lado de ella completamente distinto a esa faceta tonta… ¿Qué se ocultaría tras esa sólida máscara?

—¿Te refieres a darle demasiada importancia?

—¿Quién sabe?

El resto del camino fue silencioso hasta que arribamos a un complejo residencial que reunía algunos edificios de unos cuatro pisos incluyendo planta baja. Subiendo hacia el último piso de habitaciones, seguí a Inohara desde atrás hasta que se detuvo frente a una de las puertas e insertó una de las llaves de su llavero en la cerradura de la puerta que posteriormente cedió y fue empujada hacia atrás. Ella entró y se quitó los zapatos dejándolos a un lado antes de girarse a verme.

—Puedes pasar.

—Con permiso…

Tímidamente pasé y cerré la puerta detrás de mí, quitándome las botas antes de pisar el suelo de madera, Inohara se apresuró a encender las luces antes de que la única fuente de luz restante entrara por debajo de la puerta.

—Mis padres no están en casa, sígueme.

Desconozco el motivo por el que ella quiso esclarecer el detalle de que sus padres no estaban… o no estarían en casa durante mi visita; desconozco si tiene que ver con la naturaleza de lo que me iba a mostrar o algo totalmente diferente. Inohara caminó en dirección de una puerta la cual abrió haciéndose a un lado para dejarme pasar.

Un sentimiento ominoso me revolvió el estómago con más intensidad que antes… ¿Qué se supondría que vería apenas entrar?

Durante todo el día de hoy he sentido ligeros mareos que me han puesto de mal humor, un olor familiar a muerte me ha perseguido durante todo el día y un estado de ánimo fúnebre que no puedo ahogar con otros pensamientos se sigue apoderando de mí. Pasando a su lado me apresuré a atravesar el umbral de la puerta que casi parecía ejercer alguna especie de fuerza putrefacta que me repelía.

Una vez en su habitación me encontré con la oscuridad de cuatro paredes sin casi ninguna fuente de luz, el aire acondicionado que refrescaba el lugar más allá de lo ligeramente confortable hasta un tanto frío reclamando su silenciosa presencia cuando sentí el cambio de temperatura en el ambiente y la luz tenuemente encontrando su camino a través de cortinas colocadas sobre la ventana así como saliendo tímidamente de una parpadeo proveniente de un monitor en suspensión conectado a un computador que era la única fuente de un ligero ruido del lugar.

—Bienvenida a mi habitación~

El sonido de un switch fue seguido de una luz artificial que iluminó la habitación en su totalidad, incrementando mi capacidad para apreciar los detalles de mi entorno.

Fue entonces que me di cuenta de un detalle que había pasado por alto.

Un detalle que me heló la sangre.

—T-Tamanaha… Yuu…

En ese mismo lugar me conseguí con el motivo de que haya sido arrastrada por diversos lugares en un día que tenía que haber sido tranquilo en un inicio.

 

End Notes:

 

Pueden contactarme vía discord bajo el nombre de Exosaur#7911 y también seguirme en twitter como @ExosaurX donde haré una publicación cada vez que suba un capítulo nuevo para que no se lo pierdan. Si gustan, ¡No olviden dejar una reseña/review!

LabbaArt twitter: https://twitter.com/LabbaArt?s=09

 

This story archived at http://www.giantessworld.net/viewstory.php?sid=9743